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En la calle de la oscuridad por Tierna Kikyo

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Notas del fanfic:

Feliz Halloween!!! He aquí un regalito ^^

Notas del capitulo:

Este fic fue hecho para un concurso de one-shot en una página de yaoi *-* espero que les guste y me den su opinión ^^ Dedicado a mi buena amiga Monz y a Mariuk xDD que piensa que ya no la quiero pero siii y un montón!!

(Fragmento de las memorias ocultas de John H. Watson, doctor en medicina y oficial retirado del Cuerpo de Sanidad) 

 

...Sherlock últimamente había estado muy deprimido ya que ninguno de sus casos le hacía experimentar adrenalina tal que le distrajera completamente de la banalidad del mundo, eso me preocupaba ya que cada día le miraba peor con aquella dosis de heroína que se administraba para perderse un rato en un mundo entretenido que seguro que era mejor que este dentro de su mente llena de extraordinaria lógica. Un día común de aquellos pasó que llegó una carta que se veía importante, yo enseguida la tomé y corrí a informarle a Holmes que la carta se veía realmente prometedora, el pelinegro sin tomar mucha atención de todo mi alboroto sonrió divertido y tomó la carta abriéndola ante como le apresuraba.

-Tranquilo Watson, que le aseguro que no es más que suposiciones tontas por las fechas que se avecinan ¿Qué acaso cree que de verdad voy a interesarme en ese tipo de cosas insignificantes? Me subestima amigo mío...- Me comentó procediendo a deslizar la vista a la carta y comenzar a leer.

 

Señor Holmes, perdone esta nota tan informal y anticuada pero la verdad es que la situación en la que estoy es de suma gravedad y apenas si he podido escribir esto con toda la rapidez que he podido. Vi su anuncio en el periódico y sin más rodeos mi nombre es Sarah Wood, soy una viuda que vive en las grandes tierras que me ha dejado mi difunto esposo, hace unos días a partir del aniversario de la fecha de muerte de mi marido han empezado a pasar cosas muy extrañas. Quisiera su ayuda porque hay vidas en juego, ya han muerto dos de mis criadas y estoy muy asustada, no puedo salir de la casa por los asuntos que le explico ya que generalmente estas cosas pasan en el exterior de estos sembradíos, agradecería que viniera a visitarme, al reverso de esta hoja he anotado la dirección, sólo diga que viene a buscarme. Ya le explicaré a su llegada lo demás con lujo de detalle. Le ruego haga caso a esta nota, por favor señor Holmes..._________________________________Sarah Wood

 

Holmes absorto en aquella nota apenas si pudo respirar, aquella mujer hablaba muy enserio puesto que su nota denotaba aquel terror en los trazos a cada letra...era magnífico ¿Qué tan grave sería el asunto? ¡Tenía curiosidad! ¡Quería saberlo! Volteó la nota y miró la dirección levantándose como resorte del sillón y mirando a Watson.

-¿Ya lo ha oído? ¡Andando que aún es temprano para tomar el tren y llegar a esta dirección!-

-¿E-enserio?...-Le pregunte sin poder creerlo, al fin algo le había hecho ver nuevamente ese destello de felicidad en su mirada...

-¡Venga Watson! ¡No tengo todo el día!- Me apresuró poniéndose su sombrero y tomando su gabardina, se paró en la puerta y la abrió, al verme ya tomar mis cosas salió como bólido por la puerta tomando un carruaje y subiendo en él, apenas si pude igualarle el paso y llegar a sentarme a su lado casi pisándole los talones.

-¿Puedo preguntar qué tan interesante es este caso que perseguimos Holmes?- Le dije sentándome frente a él para poder intentar descifrar aquella mirada castaña...emocionada y calculadora.

-Sin duda alguna, querido amigo Watson. Nos enfrentamos a un caso de un asesino en serie que ha perdido la cabeza, la que me ha enviado la carta esta oculta en algún lugar subterráneo de su casa, es joven, cabello castaño, algo alta para ser una mujer y tiene un anillo antiguo de plata...todo lo anterior con excepción de su estatura lo he sabido por las marcas que lleva el sobre de la nota y la nota por supuesto, la estatura la he sabido por las marcas que no lleva ¿me entiende? Si fuera bajita no habría podido meter con facilidad la carta en el correo de la estación de trenes, es un lugar demasiado alto para una mujer con estatura promedio...esta mujer está tan asustada porque casi puedo asegurar que tiene que ver en algo con este tipo demente y por eso es que acudió a por ayuda lo antes posible al ver mi anuncio en uno de los periódicos del mes pasado ya que este mes no me he anunciado por lo que esto ya ha iniciado desde hace un mes o casi un mes, por eso es que tiene tanto miedo y no confía en nadie en absoluto... esas son medidas que se proceden a hacer porque en su casa seguro que no puede confiar absolutamente en nadie ya que a los que habitan en esta quizá no les agrada ella, lo cual seguro le hace una mujer falta de "virtudes" digámoslo así, pero seguro que se volvió así desde la muerte de su esposo...- Me explicó rápidamente desviando la mirada de la mía a la ventana, supongo que para poder concentrarse mejor.

-¿Pero...? ¡Vaya! Este caso sí que le ha impulsado a salir al exterior y desde luego...a la realidad Holmes. ¿Ve como de repente tengo buen ojo para eso de las cartas?- Le dije animándome también gracias a los impetuosos ánimos que se cargaba Sherlock.

-No hay que negarlo mi querido Watson, sin embargo tengo que preguntarle si trae las armas, porque seguro que nos meteremos en todo un lío en cuanto entremos a aquella casa, tal parece que le están vigilando, el terror le hacía desvirtuar los trazos de su letra, lo cual quiere decir que de vez en vez se sentía observada ¿Me entiende?...-

-Por supuesto Holmes... ¿Esta noche o mañana hará algo con lo que respecta a las fechas que se acercan?-

-¿Aquellos festejos celtas llamados "Halloween"? ¡Pero Watson! ¡Por dios! Que somos ingleses y esas cosas deberían de valernos un comino ¿No lo cree usted así?-

-Pues me han contado que las cosas no son tan aburridas allá en Norteamérica ¿sabe? Un amigo doctor que viene de allá me contó cómo iban tales festejos y para nada que se oye aburrido- Le aseguré.

-Porque usted es un hombre del mundo Watson, sin ofender por supuesto y con todo respeto, si me permite decirlo a mi ni me va ni me viene ninguna festividad, ni siquiera mi cumpleaños... ¿Por qué habría de importarme una fecha tonta como esa?- Me dijo sincerándose y haciendo un mohín.

-¡Pues porque tiene que hallar algún día del año que no le cause repulsión por el simple hecho de despertar y saber que su vida no se encuentra en peligro Holmes!- Le intenté hacer reaccionar pero ese hombre era implacable.

-Banalidades Watson... ¡Oh! Creo que debemos dejar la charla para después hemos llegado a la estación del tren, ahora sólo tenemos que subir ya que yo tengo un par de boletos, por eso de las emergencias me he comprado de más la última vez que venimos y todavía más felicidad, para mí por supuesto, compré unos para la estación en la que bajaremos...- Me dijo presumiéndome su gran astucia lo cual ya no era necesario ya que yo le conocía bastante bien y sabía lo brillante que era, me avergüenza aceptarlo tratándose de un hombre, pero la verdad es que le veneraba como a nadie en el mundo.

-Por dios...a usted algún día le juzgarán de brujo si sigue sorprendiendo a medio mundo con ese tipo de acciones Holmes...pero bueno sabe que aquí tiene un fiel testigo de que usted solo es un amante de la observación- Le dije mientras me levantaba a abrir la portezuela.

-Y el misterio Watson...- Agregó mientras bajábamos del carruaje y él le pagaba al hombre que nos había llevado hasta allí, yo empecé a caminar a su lado sintiéndome algo decepcionado con su respuesta ya que esperaba otro tipo de anexo a aquello...pero en fin Holmes era un hombre curioso para cualquier cosa y yo ya me había acostumbrado a ello por lo que procuré no analizar mucho aquella situación. Desvié la mirada para analizar a la gente que subiría al tren pero ninguno me pareció extraño ni nada por el estilo. La mirada de Holmes se desvió hacia donde yo miraba pero igual perdió el interés al no ver nada fuera de lo ordinario.

Nos sentamos tranquilamente al ya estar dentro del tren, como siempre me senté frente a él para poder continuar con la charla, la verdad es que estaba intrigado con lo que habíamos quedado.

-¿Sabe?- Me dijo de repente y me hizo ponerle atención de inmediato mirándole a los ojos...de nueva cuenta perdiéndome en ellos, completamente extasiado de lo interesantes que eran aquellos ojos color chocolate que me decían mil cosas ala vez sobre sí mismos.

-La verdad es que me faltó agregar algo a lo que le dije hace un momento...y era algo de lo principal...solo que temí que nos escucharan...usted también está en esa, mi lista de prioridades...- Admitió bajando la mirada al terminar de hablar. Yo sonreí sin siquiera pensarlo mucho, me agradó su detalle tan sutil, aquella era una de las cosas que me enloquecían de él aunque para los demás fuera apenas como un sutil roce de pétalos de flor apenas tangible. Yo sabía que para él nada de esto era fácil, por lo que lo valoraba de sobremanera.

Dimos con aquella dirección después de un viaje en silencio a partir de las palabras queme dejaron en pausa mental por un buen rato, flotando en mi propio mundo de miel sobre hojuelas con comodidad. Pero todo aquello había acabado a partir deque pisamos en aquellas tierras tan solitarias en las que la tarde ya estaba terminándose, la luz ya se estaba extinguiendo junto con aquel sol traicionero que se ocultaba de nosotros a pesar del riesgo, pero lo mejor que había aprendido de Holmes era que no importaba lo que pasara juntos podíamos salir de cualquier apuro sin temer a nada. Nos desplazamos por aquellos sembradíos que entre uvas, maíz y otras cosas no hacían más que tapar la visión de los verdaderos riesgos que se pudieran presentar...a pesar de ello yo estaba tan tranquilo como Holmes pero seguía con los sentidos alerta por cualquier cosa.

Llegamos a aquella casa y Holmes sólo tocó una vez con discreción adoptando una postura correcta para cuando la criada le dio encuentro -Buenas tardes señorita ¿Podría ver a la señora Wood?-

-Por aquí...- Musito aquella mujer sombría y con un aspecto enfermizo, ya era muy vieja y tenía arrugas muy notorias de sus años, era extremadamente delgada, daba pena la pobre...nos guió hasta una bodega subterránea donde se conservaban los vinos de aquellos sembradíos, era un lugar que a pesar de ordenado estaba algo polvoso pero eso era muy extraño...

-Buenas tardes madame...- Saludó Sherlock con aquella linda sonrisa que hacía cuando intentaba ser amable, aquella mujer volteó a mirarlo con los ojos desorbitados casi saliendo de sus cuencas, estaba completamente aterrada, para ser específicos había entrado en un shock nervioso del que era necesario despertarle antes de que fuera más grave.

-¡Oh señora! ¿Está usted bien?- Le dije preocupado acercándome a tomarle la temperatura con la mano y mirándole el tono de la piel y el tono que había debajo de sus parpados, estaba helada y compactada en un costado de la habitación abrazando sus rodillas, la descripción que había hecho Holmes sobre ella era extraordinariamente exacta, respecto a sus facciones era una mujer pálida y muy delgada, podía verse su falta de salud por no dormir y no comer bien, tenía unas ojeras remarcadas pero aún así era de facciones finas, muy atractiva mujer a pesar de todo aquello, tenía unas piernas largas y unas manos bellísimas, sus labios color carmín era lo único que daba vida a ese rostro, vestía un largo vestido negro, seguramente porque aún estaba de luto por su marido... La mujer se dejó hacer mirándome de repente esperanzada y luego a mi amigo.

-¿Señor Holmes?-

-Así es madame, para servirle... ¿Podría explicarme donde se presentan específicamente estos sucesos tan extraños?-

-¡Es una maldición! Todo se da entre los sembradíos... en medio de los sembradíos donde la vista no da para mucho y de noche ¡Imagínese que atrocidad!-

-Si lo sé madame...por eso es que explorare esos sembradíos en cuanto termine de meterse el Sol, descuide ya tengo una teoría respecto a su problema -¡Debe ayudarme! ¡Debe ayudarme!- Le dijo la mujer desesperada levantándose de repente y tomándolo de las solapas a Sherlock, este amplió una sonrisa tranquila a pesar de la sorpresa del movimiento y por cualquier cosa yo me puse de pie cerca de mi amigo mirando a esa mujer tan trastornada...

-Descuide, ya dije que voy a ayudarle debería tranquilizarse ya que los sucesos que pasan aquí no son más que de ingenio señorita...yo sé que la persona a quien usted teme deja huellas de hombre algo distorsionadas...también sé que a su rastro deja gotas de sangre hasta antes del camino de su casa, y sé también que se encarga de no dejar darse las cosechas...- Aquella mujer más trastornada que antes le miró y le intentó sacudir aunque sus fuerzas eran muy pocas -¡Así es! ¡Eso es lo que pasa! ¡Resuélvalo, se lo suplico!- Bramó totalmente enloquecida, una mujer llevada a tal extremo de pánico era por algo en específico.

Yo le miraba y le miraba y no terminaba de comprender porqué era tanto su miedo...había yo visto gente asustada antes a nuestra llegada pero nada parecido a esto...y eso que apenas iban dos muertes... era un pensamiento cruel pero la verdad no creía que esa cosa se estuviera en paz con sólo esas vidas...suspiré pensando en las recientes características que había dado sobre el asesino mi buen amigo Holmes, aquella loca mujer ni siquiera había preguntado ni se había sorprendido de aquello...

Al caer la noche completamente y después de tomarnos un té en esa solitaria sala que pareciese que éramos los únicos en unos 20 años que no se sentaba allí, nos dispusimos a comenzar la exploración del lugar, yo no tenía miedo ¡Al contrario! Ya quería encontrarme con ese loco para darle un tiro exacto que le inmovilizara y entregarle a las autoridades, al salir de la casa los malditos criados (con perdón pero así se me figuraron) cerraron prácticamente a piedra y lodo a nuestra salida, yo ya tenía bien preparadas las cosas que utilizábamos para este tipo de cosas en mi maletín de médico, así daba confianza y no tenía que estar saciando la curiosidad de la gente con otra clase de objeto para guardar aquello resolviendo preguntas tontas.

Seguí a Holmes que se desplazó como si nada por la orilla del primer sembradío que estaba enfrente de la casa, de repente vimos una sombra y entonces yo me tensé ligeramente sin darle a entender a cualquiera que fuese que estaba armado, Sherlock de un momento a otro se tiró al piso jalándome con él, tomándome de una mano, yo caí junto a él con habilidad ya que en la guerra eso era muy común, nos desplazamos prácticamente arrastrándonos siguiendo aquella sombra sospechosa que trastabillando y a un paso lento que pareciera inofensivo fue a asomarse a la ventana que obviamente no tenía movimiento alguno por lo que avanzó entre los sembradíos y se paró allí para fijarse por si se veía algo en la ventana de la parte de arriba de la casa pero nada (por lo que observé)... de repente avanzó casi hacia donde estábamos nosotros y a la luz de la luna le vi sacar un enorme cuchillo que tenía amarrado al cinturón del pantalón con el que empezó a romper la puerta de la entrada a cuchilladas intentando abrirse paso, el grito de una criada de extendió en el aire como una cuerda de instrumento rota por un brusco movimiento, el agudo grito se quedó impregnado en el aire para después desvanecerse (eso debo admitir me puso la piel de gallina), volteó hacia donde nosotros cuando Holmes se arrastró retrocediendo haciendo ruido contra la tierra, el demente aquel nos miró fijamente y ladeó la cabeza con unos ojos negros endemoniados, entonces Sherlock se levantó como un resorte de donde estaba y yo intenté hacer lo mismo olvidándome de los dolores de mi pierna para correr tras Sherlock al escuchar los pasos rápidos de ese hombre tras nosotros al empezar a huir.

-¡Nos ha visto! ¡¡Corra!! ¡¡Corra Watson!!- Me gritó Holmes  mientras empezábamos una huída frenética, los ligeros pies de Holmes eran magníficos para saltar obstáculos y ser ágiles en las curvas del camino sin embargo yo tardaba un poco más en darle el alcance, justo cuando tropecé y caí el tipo sacó una pistola y disparó a la distancia impactando la bala en un brazo de Holmes el cual se trastabilló ligeramente por el impacto y después de un par de pasos cayó al piso, yo enseguida me incorporé y evité un disparo de aquel sujeto (Dios sabe cómo) corriendo hasta Holmes y jalándolo de un brazo para incorporarlo y meternos en un callejón evitando un disparo más que rozó contra él concreto en cuanto nos ocultamos, Holmes jadeaba soportando el dolor  del disparo, a mí me hubiera encantado revisar su herida pero tenía algo pendiente, ya había yo contado tres disparos y aquella arma por el tamaño sabía que solo tenía esa capacidad de balas.

-¡Estamos armados! ¡Ni lo pienses bribón!- Le grité saliendo y sacando el arma tomándola entre mis manos y apuntándole, mi mirada estaba certera en su pecho, en cuanto me propusiera matarlo sabía muy bien que tenía los conocimientos para hacerlo, el asesino soltó una risotada y comenzó a avanzar, le disparé en el hombro una vez y soltó el arma que traía en la mano más no se detuvo, le disparé por segunda vez en la pierna y trastabilló cojeando un poco pero no se detuvo...justo cuando casi daba a mi encuentro el pánico se apoderó de mí y comencé a retroceder, Holmes tomó una rama gruesa de árbol que estaba tirada en aquel callejón entre un montón de basura y corriendo golpeó con toda la fuerza que tenía con un solo brazo contra la cabeza del tipo que alcanzó a darle una cuchillada en un costado y después por el impacto cayó al suelo al parecer inconsciente y yo me acerqué preocupado poniéndome en frente de él y revisando la gravedad de sus heridas con unos nervios que me carcomían por dentro -¡Tonto! ¿Está usted bien? Dígame que le duele se lo ruego...- Le dije casi trastornado con la persecución.

-Tranquilícese, primero tenemos que ver al hombre que asesinó a esos pobres criados- Me dijo apartándome con una sutil sonrisa y se soltó el brazo herido para arrodillarse frente al tipo y voltearlo para mirar el rostro -Lo sabía, es el señor Wood, Arthur Wood...- Me comentó y yo quedé impresionado de su deducción.

-¿¡Qué?! ¿¡Pero que no se supone que ese hombre ya tiene un año de muerto?!-

-Según la autora indudable de aquella supuesta muerte si, pero no contaba con que este hombre sobreviviera del incendio que ella provocó en el granero de la parte trasera de estas tierras. Vea nada más las marcas de quemaduras que tiene...- Me comentaba mientras tomaba las muñecas del hombre y las esposaba hábilmente, yo al fin pude respirar a gusto, al menos si despertaba ya no tendría de otra más que obedecernos. -Lo del incendio lo sé por una noticia que leí hace un año en el periódico...- Finalizó ampliándome una sonrisa que correspondí.

Llegamos a la casa de aquella mujer arrastrando a aquel hombre para dejarlo allí y yo hice una llamada a la policía, después de arrestar a aquella loca mujer que intentó pelear contra nosotros pero que finalmente logramos arrestar. Las demás criadas nos contaron después que los últimos dos muertos habían sido cómplices de aquel incendio y que por eso es que habían muerto de un modo tan terrible. La policía se encargó de todo lo demás pero yo tenía que ver las heridas de Holmes, este no me dejó atenderle hasta que llegamos a la estación del tren y una vez dentro en el pequeño lugar cerrado que nos había tocado fue como se desnudó el torso y me mostró sus heridas, yo le curé con devoción tratando de que no fuera muy doloroso, la mirada castaña no dejaba de posarse sobre mí de aquel modo que me volvía loco de amor por él y a pesar de la falta de palabras entre nosotros desde que nos habíamos despedido de la policía le miré a los ojos y sonreí atrayéndole para abrazarle en aquel estrecho asiento en el que apenas cabíamos juntos -No vuelva a preocuparme así Holmes...afortunadamente no fue nada grave...-

-No tiene nada que temer Watson...nada tiene que pasarme mientras esté usted conmigo, el día de hoy ha hecho un gran trabajo y se lo agradezco...- Me musitó bajito mientras yo le abrazaba cuidadosamente, le besé una mejilla y después con cariño en los labios, el pelinegro se dejó sumiso a mis cariños mirándome después de aquel sutil beso.

-¿Porqué?...- Musitó.

-¿Qué?...- Le contesté en el mismo tono.

 

-¿Porqué me sigue a todas partes?...-

-Porque le adoro, le adoro más que a mi vida...- Admití volviendo a besarle, aquel contacto se hizo profundo poco a poco y solo terminó cuando el aire faltó en nuestros pulmones, amaba tanto a Sherlock Holmes...mi Sherlock Holmes...esa era toda la verdad.

-Una pregunta más...-

-Dígame-

-¿Esta noche irá a la reunión celta de su amigo norteamericano?-

-Pero si ya son las nueve Holmes...-

-Empiezo a creer que la fecha tiene una peculiar influencia en este tipo de casos, si cambia de opinión...me parece que iré con usted a pesar de mostrarme contrario a ello esta tarde...-

-Entonces iremos si así lo quiere usted...- Le musité besándole el cuello melosamente, Holmes jadeó bajito de modo que despertó dentro de mi sensaciones de mil colores y tonalidades que no pude describir...

No quisiera contar más detalles pero lo que sí es que aprendí que en las reuniones de "Halloween" se necesita un disfraz y nuestras (verdaderamente reales) ropas ensangrentadas fueron uno perfecto aquella vez... Holmes dijo algo muy cierto, por alguna extraña razón aquella vez en la calle de la oscuridad esa fecha influyó en lo tétrico de la situación y eso será innegable. Por ahora solo me queda escribir orgullosamente que este fue un: Caso cerrado.

Notas finales:

-w- Sean felices con este fic!! y no olviden comprar dulces o si no estas fechas no saben!!! xDD


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