Me tranquilicé, en seguida verifiqué que nadie anduviera cerca y con cautela me posé frente a su puerta, la abrí un poco, solo para mirar. Estaba callado, las cortinas cerradas. Empujé más la puerta para poder pasar y con el mismo sigilo que la abrí, la cerré.
Con pasos quedos y lentos me acerqué a su cama.
Él estaba allí, durmiendo tranquilamente. Lo había visto dormir ya muchas veces, pero nunca lo observé con detenimiento. Y ahora era mi oportunidad, claro, después de todas las que desperdicie. Me acerqué un poco más, para quedar a un costado de la cama.
Maldita sea!!! Es bello a todas horas. Cuando está despierto, dormido, feliz, enojado, celoso, aburrido, encaprichado y la mejor de todas las imágenes: cuando llora. Por Shinou! Cuando llora es simplemente hermoso. Aunque son pocas las veces que se le puede ver así. Y para mi suerte, muchas de esas pocas ocasiones yo fui espectador.
Lo observé con lujo de detalle, arrodillado en mi lugar, vi cada aspecto de aquel bello rostro, sus perfectas cejas, sus largas pestañas, su pequeña nariz, y sus rosados labios.
Dibujé estos últimos con mi dedo, tentado a probarlos. Pero me contuve, sin embargo, pasé mis dedos entre su dorado cabello, disfrutando de su respirar tan apacible.
¿Cómo se me había ocurrido alejar a semejante joya?
Maldición, y todo por no darme cuenta antes y dejarme llevar por mis prejuicios. Pero ya no podía hacerlo regresar a mi lado, eso era seguro.
Después de velar su sueño por unos momentos más, me levante de mi lugar, deposité un beso en su frente y salí de la habitación.
--------
A la mañana siguiente Wolfram ya se encontraba bastante recuperado. Estábamos todos desayunando cuando un soldado interrumpió para entregarle una nota a Wolf.
- Para usted Excelencia- dijo y luego se retiró
Wolfram la abrió curioso, tanto, como todos los demás que estábamos sentados a la mesa. Un grito repentino nos puso en alerta a todos.
- ¿Qué sucede Wolf?- le pregunta Conrad, acudiendo a su lado, preocupado de lo que pudiera venir en la nota.
- ¡Quiere verme!- gritó eufórico, arrojándose al pecho de su hermano mayor, para sorpresa del mismo y todos nosotros.
- ¿Quién quiere verte Wolfy?- quiso saber su madre
- Mi admirador secreto!- respondió sin soltar a Conrad.
¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? Quise gritar, pero solo se quedo en mi mente. La noticia me había caído peor que balde de agua fría.
- Cuando?- fue lo único que le preguntó Gwendal
- Mañana mismo- Wolfram estaba que no cabía de felicidad
- Entonces, hay que darle una agradable bienvenida, no cree, Majestad?- me preguntó Cheri-sama, con su voz tan cantarina como siempre.
¿Qué debía decir? NO. Claro que no. No quiero que nadie se acerque a mi Wolfram???? Esa no era una opción.
Debía encontrar la forma de negarme.
- No…creo que sea buena idea…hay muchas cosas que hacer…y…- la mirada de Wolfram me detuvo.
Creí que me lanzaría una mirada asesina por negarme, pero no fue así, sino todo lo contrario.
- Yuuri- susurró, acercándose a mí, con una miradita de cachorro triste.
RAYOS!!! Debía ser firme.
- Yuuri…por favor!...- volvió a decir, acercándose más, con las manos a manera de suplica y con esa mirada.
Por Shinou. ¿Cómo podía resistirme a tal? Muy a mi pesar, acepté y él me abrazó muy efusivamente.
- Gracias!!!- dijo antes de besar mi mejilla y desaparecer.
ME LLEVA LA…. Sabía que me arrepentiría de haber aceptado.
…