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El joven se acercó a nosotros, e hizo una reverencia ante mí
- Es un enorme placer conocerlo, Majestad- soltó con una voz varonil y respetuosa.
- I-igualmente- fue lo único que atiné a contestarle. Admito que me sentí intimidado.
En seguida se dirigió hacia el rubio que se encontraba a un lado mío, se arrodilló ante él, cual caballero, haciendo una reverencia más acentuada.
- Es un honor el que haya aceptado mi humilde invitación, príncipe Wolfram- le dijo con un tono notablemente más dulce e incluso seductor, regalándole una blanca sonrisa.
Permítame presentarme; mi nombre es Allen von Krauss.
-El placer es mío- dijo Wolfram, correspondiéndole con una sonrisa, y un tono carmesí en sus mejillas, que lo hacían lucir encantador, Allen, lo notó y se sonrojó en el acto. MUERETE, pensé.
Ambos volvieron a sonreírse. Maldita sea, se veían tan bien juntos, hacían una pareja perfecta, sentí los celos recorrer todo mi ser, quería, debía contenerme, me adelante un pasó, mi cuerpo se movió solo, pero recordé que había prometido dejarlo ser feliz, entonces me reprimí.
Wolfram se ofreció a darle un recorrido por todo el castillo, claro que todos los acompañamos, solo por precaución, o al menos ese era el objetivo de Conrad y Gwendal, en cambio yo, solo quería mantenerlos vigilados. Mi rubio le iba contando la historia del Pacto de Sangre, pero Allen parecía más interesado en observar el hermoso rostro de Wolfram, que en conocer el castillo.
La hora de la comida llegó, todos nos sentamos en nuestro asientos correspondientes, Allen fue colocado junto a Wolfram, por petición de este último. Mientras comíamos, Conrad y Gwendal empezaron a interrogar a Allen, y vi mi oportunidad para saber que clase de tipo era.
- Y dime Allen, ¿Cómo es que conociste a Wolfram?- le preguntó Conrad con una sonrisa, de seguro para que se sintiera en confianza.
-Fue en una ocasión, hace tres años, ustedes ofrecieron una fiesta, a la que asistieron las familias nobles. Mi padre fue invitado, y me pidió que lo acompañara. Así fue que visité este castillo. Ya estaba muy entrada la noche, y yo estaba aburrido, así que salí a uno de los balcones. En ese momento lo vi pasar, tan grácil, y apuesto, alcancé a ver su cabello rubio y sus hermosos ojos verde esmeralda, sentí que mi corazón empezó a latir desenfrenado, entonces me di cuenta de que me había enamorado a primera vista. No pude averiguar su nombre, porque esa noche no lo volví a ver y me marché....-dijo son un ligero sonrojo, pero sin dejar de ver a Wolfram que se había sonrojado a más no poder.
-Pero entonces....¿Cómo fue que averiguaste su nombre?- le preguntó Gwendal.
- Tal vez suene un poco atrevido, pero como no quise quedarme con la duda, contraté a alguien para que lo averiguara, pero sin propasarme, fue entonces que la persona a la que contraté me dijo que su nombre era Wolfram von Bielefed y que vivía en este castillo. Mis deseos de volver a verlo eran demasiado grandes. Para mi suerte, mi padre venía algunas veces para tratar unos asuntos comerciales con el General Voltaire y lo aprovechaba para poder verle. Y así lo hice, lo veía entrenar y otras tantas montar a caballo por los alrededores. Solo terminaba más enamorado al final del día-dijo con una sonrisa.
Wolfram también sonrió, rayos! Mantuve la calma y entonces me atreví a preguntar.
- Pero...¿sabías que el estaba comprometido?- mi voz solo destilaba veneno, no podía evitarlo. Todos en la mesa se sorprendieron por mi pregunta, sobre todo Wolfram, pero no dijeron nada.
- Lo supe, poco después, pero no me importó, continué visitando el castillo, después de todo el nunca se encontraba con su prometido, aunque debo confesar que nunca supe quien era. Pero hace mes y medio me enteré que el príncipe Wolfram había roto el compromiso, y entonces vi que el destino me estaba regalando una oportunidad-sonrió satisfecho, cosa que hizo que me molestara.
- Entonces no sabías que YO era su prometido?- le dije, con una sonrisa de autosuficiencia, al notar su asombro.
- El Maou....era su prometido?- se estaba quedando son palabras
-Así es, él y yo estábamos comprometidos...pero....-me vi interrumpido por la voz de Wolfram
- Le pido Majestad, que no hable de cosas que ya no tienen importancia. Eso ya ha quedado en el pasado, y no veo necesidad de que lo mencione, además le suplico no haga sentir incómodo a mi invitado-
Todos nos quedamos asombrados por las palabras de Wolfram, sobre todo yo y Allen, el cual sonrió al escucharlo, en cambio yo, no sabía si sentirme molesto o deprimido. No dije más. El resto de la comida, solo observé como Wolfram y Allen se coqueteaban. Al parecer Gwendal, Conrad y Gunter estaban complacidos con ese tipo que se había atrevido a arrebatarme a mi Wolfram. No podía hacer nada.
Después de la comida, fuimos a los jardines y fue en ese momento que llegó Murata.
-¿ Quién es el invitado?- preguntó en seguida al notar la presencia de von Krauss
Wolfram se nos acercó de inmediato, claro acompañado de Allen
- Bienvenido al castillo, Alteza-le dijo a Murata con una sonrisa y una reverencia.
-Gracias Sir von Bielefed- correspondió su sonrisa, la cual se esfumó, al ver a Allen muy cerca de mi rubio. Gesto que me sorprendió un poco, pero decidí pasar por alto.
- Alteza, permítame presentarle a mi amigo Allen von Krauss- dijo Wolfram señalando al susodicho.
- Es un placer, Gran Sabio...yo...soy el pretendiente del príncipe Wolfram- le dijo a Murata con una reverencia, al mismo tiempo que Wolf se sonrojaba, por lo dicho. No sé porque me interesó conocer la reacción de mi sabio, pero lo que vi, me dejó confundido.
Murata estaba molesto...más bien...parecía como si....estuviera celoso.???
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