En algún lugar lejano de este mundo llamando Variant existió un reino denominado por demonios
Shin Makoku era su nombre y por cuatro mil años bajo su tutela Variant floreció.
Pero un mal entre las paredes del castillo del Pacto de Sangre se escondía.
Raven Von Erlinton fue el desertor, durante mucho tiempo fingió, fidelidad y buen corazón
Pero los dos hijos de la reina podían ver a través de su falsedad, aun si esos chiquillos no representaban para el obstáculo alguno.
Por fin el día llego. El tercer hijo de reina nació.
Hijo de dioses fue llamado y en su espaldita un mapa se dibujo. Indicaba como era tradición el lugar en donde el huevo del fénix se deposito.
Ese huevo representaba el poder absoluto que por los próximos mil años mantendrían a salvo y en paz al reino demonio.
Esa noche el infortunio llego, con mil hombres el traidor arraso. Y de esa manera logro tomar al recién nacido de su lecho puro y casto.
La pequeña criatura entono un chillido potente despertando a sus dos hermanos y guardianes celosos que presurosos en su ayuda no tardaron en arribar.
Raven con espada en mano intento pasar entre ellos, pero le fue imposible con el pequeño en brazos.
Lo coloco en el suelo unos segundos. Craso error. Los hermanos aun infantes rezaban un cántico que no comprendió. Tarde se dio cuenta, que un hechizo se alzo.
Intento levantar al bebé ahora tan pesado como una roca, había sido al suelo fijado. Las espadas de los jovencitos se incrustaron en el piso y su magia comenzó a convertir todo aquello que tocaba en cristal bruñid
Raven salió a todo correr con unos pocos de sus hombres. Ahora no había nadie quien pudiera poner un pie dentro sin que morir en el intento.
Maldijo el día en que subestimo a esos dos pequeños miserables que estando tan cerca su victoria le habían costado.
— Bien a dormir – dijo el hombre cerrando el libro
—Pero padre aun falta lo mejor – se quejo el más joven de sus dos hijos
—¿Así? ¿Y cual es? – pregunto intrigado por su pequeño vástago
—En donde describes al príncipe y dices su nombre...
— Esta bien, está bien – dijo regresando a la silla vieja y casi desvencijada que usaba por las noches
Del rostro de un ángel Wolfram Von Bielefeld es el dueño, sus cabellos son como el sol, pues hasta el oro le tiene ambición, sus ojos verdes como las praderas vivas relucientes de vida, su piel es tan su suave como el soplo del viento que te arrulla en las noches y su voz trinar de aves que cantan al creador.
Si logras despertar a tan divino ser, tuyo será pero ten en cuenta joven guerrero que si tu meta es llegar a donde un dios es hombre, tu vida peligrara.
Muchos han intentado entrar y tocar con sus manos la beatitud de ese ser. Pero solo la muerte han encontrado pues sus guardines te harán caer.
El reino de Shin Mokoku es la última esperanza de Variant pues ahora regida por tiranos se muere y llora de dolor, ayuda nos pide pero solo el amor verdadero del joven heredero nos podrá confortar.
Así que esperamos con ansia a ese hombre fuerte y valeroso, que con espada en mano ha de despertar a los demonios de su largo sueño y con el tercer hijo de la reina a su lado a de derrocar al traidor.
—¿Contento Yuuri? – pregunto su padre tocándose la espalda listo para marcharse
—Si – contesto el niño – cuando yo sea grande encontrare ese reino y me casare con el príncipe
—Yuuri eso no es posible, Shin Makoku es solo una historia
—Pero ahí dice…
—Si, se lo que dice, pero no dudes que alguien solo escribió esta historia para poder mantenernos ocupados y con esperanzas, no existe ese reino, no existen los demonios y aunque si existe ese desgraciado de Raven no creo que él crea en leyendas, ahora duérmete, mañana hay mucho trabajo
—No creo que siempre haya sido así, nosotros trabajando para un tirado que no nos deja ni para comer, vivir en un pueblo que se cae a pedazos sin ilusiones, esperando a que cumplamos la mayoría de edad para que nos recluten como sus esclavos o si nos va bien como sus soldados
—Yuuri eso es algo que no podemos cambiar, el tiene bajo su control a casi todos los dragones que sobrevivieron a la gran matanza de Draico su magia es poderosa, sin un guerrero es imposible enfrentarnos a Raven, las demás especies huyeron por su bien, nosotros los hombres somos muchos y quedamos expuestos es por eso que sufrimos la mayor parte de su ira
—Pero alguien debe saber en donde se ocultan los demás, los elfos tiene poder sobre los dones de la tierra, los minotauros esa fuerza monstruosa que de seguro derribaría a un dragón, los centauros…
—¡Basta! – grito colocando sus manos sobre los hombros de su hijo estrellándolo contra su cama
—Padre
—Vasta Yuuri deja de soñar – lo abrazo con ternura – mira en donde duermes – los ojitos negros recorrieron el lugar a penas si era una clase de choza – no sueñes en cosas que jamás serán, apégate a la realidad, mañana se va tu hermano Shori para evitar que lo conviertan en propiedad de Raven, y tu solo puedes soñar con el príncipe de ensueño que duerme en un castillo de cristal. Hijo ya es hora de crecer
—Si padre… - se aferro a su espalda correspondiendo el abrazo
—Ahora duérmete ya y deja de pensar tonterías – se deshizo del abrazo y salió en silencio
Toda la noche la paso en vela quería creer que era posible, tal vez algún día podría ver ase impresionante ser que soñaba casi todas noches, incluso había veces en que podía jurar lo escuchaba susurrarle “estoy esperándote, ven por mi” y el solo podía contesta con tristeza “espera un poco mas mi príncipe, espérame un poco más”
******************************************* ************************************************* ******************************************************
Raven Von Erlinton era un hombre de poca paciencia y era precisamente en momentos como este cuando lo demostraba, delante de él se encontraba uno de sus capitanes, que con su porte militar casi sudaba para mantenerle la vista el gobernante.
—¿Cuánto más tendré que esperar para saber quien fue el maldito autor de este estúpido libro? – pregunto con calma fingida mientras balanceaba frente al soldado un libro de portaba café rustica
—Mi señor aun estamos buscando, el autor de dicho libro… pues parece estarse escondiendo y…
—Eso ya lose, si no porque diantres crees tú que te mande a buscarlo – grito estrellando el ejemplar contra su pecho – quiero su cabeza para mañana en la tarde o será la tuya la que caiga – con gran maestría tomo el arma de su capitán y la apunto en su cuello – ¿está claro? – el oficial asintió muy asustado – retírense – ordeno
—Raven no deberías tratar así a tus subordinados – el hombre rubio se a cerco a sus espaldas – tienes que tener más tacto – sus brazos se colocaron alrededor del cuello del otro, ahora que estaban solos aprovecharía – además que tiene de malo ese tonto cuento, solo ignóralo…
—No te metas en lo que no te incumbe Stoffel – retiro de mala gana los brazos del rubio ojiazul – esto es más que un cuento, si alguien llega a despertar a esos mocosos…
—Vamos ese hechizo no se romperá nunca – sonrió y tomo el libro del suelo – ellos mismos crearon su cárcel, no existe ni existirá nadie con la magia suficiente para despertar al heredero, lo que me preocupa es que el huevo del fénix tiene un límite, dieciséis años humanos, si para entonces no es tomado por el elegido la magia en Variant dejara de existir y con ella todas las criaturas mágicas, eso incluye…
—A los dragones ya lose no soy tonto – dio media vuelta para dirigirse a su trono y tomar asiento de mala forma – maldición si solo esos dos chiquillos idiotas no se me hubieran opuesto, cuando aprendieron magia los desgraciados – golpeo con su piel el suelo – Conrad y Gwenldal – siseo los nombres de sus desgracias – debí tomar precauciones y matarlos una noche antes
—Pero no lo hiciste y ahora lo único que puedes hacer es aprender de tu error y prevenir – una sonrisa picara se dibujo en sus labios
—¿Qué quieres decir? habla claro demonio – lo tomo por las solapas del traje y lo acerco a si de manera brusca
—Que vigiles el castillo, faltan seis años después de ese plazo hasta los demonios serán solo humanos
—A veces no eres tan imbécil como aparentas – dijo soltándolo – vete a mi habitación y prepara todo, esta noche te daré una recompensa por servirme bien
—Como digas – bajo la cabeza y salió, ese desgraciado lo trataba como quería pero el grillete de su cuello le impedía usar su magia, él era el único demonio libre de tal raro poder – hubiera preferido quedar encerrado junto a los de mi raza – siseo bajito – pero como hacerlo si yo lo amo – se lamento
***************************************************************** *********************************************************************************
El caballo corría a todo lo que daba, esquivando y saltando uno que otro tronco, debía llegar a un lugar seguro, los soldados del rey lo seguían muy de cerca.
Se lanzo a un pequeño cerco y de inmediato su forma cambio. Ahora era un lobo pardo. Se oculto entre la maleza y los jinetes pasaron de largo.
Saco su cabeza para asegurarse que el peligro había pasado, tenía poco tiempo, con cuidado y escondiéndose entre los matorrales se desvió del camino principal, a casi cuatro horas por fin dio con una pequeña granja, suspiro cansado, se resguardaría ahí y saldría antes de que el sol saliera, un poco de paja seria su cama esa noche.
— ¿Que se supone que hace él ahí? – pregunto el menor de los hermanos con cara de asco
— ¿Por qué me lo preguntas a mi? no se mas que tu – contesto el mayor sin quitar la vista del hombre pelirrojo que dormía a pierna suelta junto a los caballos
—¿Y si lo despertamos?
—Estás loco ¿y si es un ladrón o un asesino? – dijo jalándolo un poco lejos del hombre
—Si fuera algo así chaval ya estarían muertos por escandalosos – el pelirrojo se rascaba la cabeza mientras bostezaba
—¿Cómo te llamas? Mi nombre es Yuuri Shibuya – le tendió la mano con gran amabilidad — ¿tienes hambre? No te podemos ofrecer mucho pero si quieres puedes comer con nosotros
—Tranquilo amiguito – el pelirrojo reía – mi nombre es Yosak y si tengo hambre pero no creo que sea buena idea el que me quede
—¿Por qué, no eres molestia? vamos come con nosotros – nuevamente le extendió la mano el otro muy a su pesar si necesitaba los alimentos así que acepto — Nuestra casa no es un castillo pero puedes sentirte como si fuera tuya. Ahí esta el cuenco para que te laves – le señalo – voy a traerte algo de pan y queso
—¿Que asías en nuestra casa? – pregunto Shori con cara molesta
—Ya, tu eres el guardián de ese niño – comento con burla
—Debo cuidar a mi hermanito, hay muchos que se aprovechan de su amabilidad
—Eso no tienes que decírmelo – su sonrisa se opaco por un segundo – pero yo no busco hacerles daños es mas pensaba irme antes de que se dieran cuenta que estaba aquí es solo que bueno llevo varios días sin dormir y…
—Estas huyendo – no fue pregunta – será mejor que comas y te largues
—Sabes me recuerdas a cierto amigo mío, el también es muy sobre protector con su dulce mermeladita, como llama a su hermanito – sonrió sentándose a la mesa al ver que el más joven volvía con varios cuencos
—Leche de cabra – dijo con orgullo – nada mejor para empezar el día ¡eh!
—Tienes razón chaval – sonrió reviviéndole los cabellos negros a Yuuri – ahora que te parece si para agradecer tu amabilidad te cuento una historia
—Si me encantan las historias – grito Yuuri sentándose de inmediato delante de ese hombre
—Bien pues ahí va…
En algún lugar del profundo bosque de los Lamentos se encuentran las cinco montañas antiguas lugar de crianza de uno de los más grandes secretos.
El ave fénix cada mil años deposita ahí su huevo sagrado en espera que su legítimo amo acuda a recogerlo. Pero el reino de los demonios ha caído y con él la gloria de Variant, el huevo sigue ahí y esperara por dos años más a que su dueño aparezca, pero el tiempo se agota y con él la vida de ese polluelo.
El príncipe heredero debe tomarlo entre sus manos y recitar su juramento, asi la magia llenara de nuevo este mundo.
Shin Makoku aun se encuentra entre tinieblas blancas y una cárcel de cristal. Los sabios ruegan al igual que las castas para que pronto llegue quien libera de su prisión a los llamados hijos de dios.
Sobre un brillante corcel el recorrerá el sendero de muerte y contra un sinfín de pericias peleara saliendo victorioso, y hasta la torre más alta correrá para con un beso del sueño arrancar a tan bella criatura y así nuestra tierra salvar
—Yo voy a despertar al príncipe – gritaba eufórico Yuuri tomando el palo de una escoba como espada – el espera por mi
—Yuuri deja de decir tonterías – Shori le quito el juguete
—No son tonterías el me espera me lo ha dicho en sueños – el pelirrojo abrió los ojos, se controlo antes de que los niños se dieran cuenta de su reacción
—Bueno he terminado me voy
—Pero no puedes irte quiero escuchar mas
—No debe irse – se negó Shori casi abriéndole las puertas para que se marchara
Yosak hiso una reverencia al más joven y se fue.
Yuuri siguió con sus deberes diarios, cantaba y soñaba con llegar a ese gran castillo y abrirse pasó entre fieras para que cuando estuviera frente al príncipe él… Unas manos lo silenciaron y con fuerza descomunal fue arrastrado lejos de la vista de su hermano
—Calla no voy a acerté nada – esa voz la conocía – voy a soltarte la boca si prometes no gritar – el chico asintió – bien ya
—Yosak ¿que haces un aquí? – pregunto mas intrigado que molesto por el susto
—Quiero que me cuentes bien tu sueño, ese en el dices escuchas que te llaman
—No me llaman el me asegura que esta esperándome…
Continuara…