Con una gran sonrisa Shibuya Yuuri acomodo a su migo en una piedra
—No le he contado a nadie esto – dijo algo temeroso
—Te prometo no reírme si es lo que te preocupa
El castillo de piedra ahora convertido en cristal daba destellos fríos bajo un sol azul, la tierra cubierta de hielo, y los árboles desprovistos de todo follaje presentan el mas triste de todos los paisajes. Incluso el tiempo parecía detenido en aquellas tierras donde en algún momento reino la paz y la armonía, el gran portón que da la bienvenida a Pacto de Sangre esta abierto de par en par, mientras el patio, jardines y pasillos desiertos te saludan. Conforme vas entrando puedes ver los cuadros, tapices y cortinajes dignos de la realeza, en el salón principal se haya el retrato bien conservado del rey original.
Si continuas tu ascensos te toparas con las huellas inequívocas de las personas que hace tanto tiempo participaron en aquella batalla que decidió el rumbo de este mundo, sin embargo la mayoría de los que ahí duermen son hermosos demonios que esperan ser despertados para devolver el esplendor a este mundo ahora sin brillo.
Las ultimas dos alcobas son las mas importantes, en la primera, la reina Cecilie de rodillas llora la traición de su hermano y de su fiel amigo. Ahí frente a la ventana ella deja que sus lagrimas y su penas sean vistas por un mundo que ya la ha olvidado.
En el siguiente duerme él.
Dos estatuas de cristal mas fino y brillante que las demás, se alzan al los lados de una pequeña pero fina cama de dosel blanco y azul, ellos son sus dos guardines y hermanos.
De hermosos ojos verdes cual praderas en flor, de piel tan blanca como la leche y mucho mas tersa que la brisa veraniega, con labios rosas cual botones de cerezo, sin menos preciar esa cabellera que es mucho mejor que cualquier corona y de un dorado mas hermoso que el oro. El príncipe heredero del trono de Shin Makoku y dueño legitimo del Huevo del Fénix. Pernocta tranquilo esperando por mi.
Imposible es su belleza y solo puedo escuchar una única frase que de sus dulces labios no sale, pero que se pertenece a él
— “estoy esperándote, ven por mi” —y yo como una suplica que espera llegue sin saber si ha de ser escuchada solo respondo
— “espera un poco mas mi príncipe, espérame un poco más”
El chico pelinegro se callo unos instantes mientras el pelirrojo lo observaba buscando en el un rastro de mentira, en sus ojos solo se leía la determinación y el amor.
Un amor para aquel que nunca en su vida había visto, pero que anidaba en lo mas profundo de su alma.
—Será Posible —se dijo con gran inquietud —que él sea…
Ahí se quedo la frase, sus sentidos de agudizaron y sus nariz se elevo al aire. Arrugo su faz al momento de estar seguro que ese hediondo olor le pertenecía a los hombres de Raven.
Estaban demasiado cerca para su gusto.
—Que es lo que pasa? —Yuuri noto la mueca de preocupación
—Los soldados del Raven viene ¿verdad? —su semblante estaba palido
—¿Como lo sabes?
—Vienen por Shori… —no dijo nada mas salió a todo correr rumbo a la casa
Yosak lo siguió, si ese niño era el elegido no podía dejar que nadie lo lastimara. El muchachito entro a la casa, tomo una mochila bastante grande y salió a todo correr al huerto de la casa. Sin importarle mucho lanzo la maleta contra el cuerpo de su hermano.
—Ahí vienen debes irte —el mayor de los dos hermanos no espero por mas, tomo la valija, abrazo a su hermanito y se adentro en el monte.
Continuara…