Nos vemos en el infierno
-…¡Tenemos que irnos ya!-
-¡Ahí están que no escapen, pecadoras de Satanás!-
-…¡¡Avance… sígase sígase!!…-
Una carreta siguió lo más rápido que pudo el camino hacía una huída, ningún impacto de bala logró dar con ella… desesperación e impotencia eran lo que centraba esa noche… Cuatro personas a bordo de esa carreta… Los inquisidores no lograron atraparlos… por el momento…
Cae la noche,
niebla eterna,
ocultarse ya la luz
frío llerno rompe hiela,
lagrimas del corazón,
sueña la vida que si he de morir,
trozos de miedo, es duro vivir,
sueños de muerte, desvelate,
santa condena, auto de fé.
En nombre de la única religión
dictamos sentencia y te condenamos
a la piadosa purificación
del fuego y del dolor,
en manos de Dios tu debes poner
tu alma, tu hacienda y todos tus pecados,
acepta a Cristo y encomiendate
pues pronto darás cuentas a él.
“Diabulus in Gaia, Missit me Dominus”
Dieciséis años pasaron, después de esa noche en la que una niña, en transición a la edad adulta; una sirvienta ya bastante madura y el chofer, escaparon de aquel horroroso destino que le esperaba a la joven, de nombre Michelle…
Cierto, había mencionado que en esa carreta habían viajado cuatro personas, y aquí sólo mencione a tres… debe resultar obvio que la joven, de familia bastante adinerada, había “deshonrado” a ésta por haberse embarazado sin haberse casado… y, la sirvienta, por ser Michelle su niña consentida, no iba a permitir que la asesinarán… y esa misma noche escaparon, a vivir otra vida, a tener otros sueños y ser alguien diferente, no iba a ser fácil.
Quisiera ser el viento para poder huir de mí,
que calle el silencio, enmudezca el terror,
quisiera no morir.
Me invantaré otra vida,
mis sueños decoraré
y los cubriré de tus besos -pensó-
quemad mi alma también
El “no deseado” ahora era un joven, de la misma edad que tenía su madre al concebirlo, dieciséis años… era huérfano y la única persona quien le quedaba… hasta el momento… era Sophie, sí… la sirvienta que ayudó a la madre de Mihael a escapar.
¿Qué le sucedió a Michelle? Por ser tan pequeña de edad, y no tener un hospital cerca… lamentablemente murió el mismo día en que Mihael nació, pero… con la satisfacción de haber visto sus dos hermosos ojos azules, sus cabellos dorados y su piel tan pálida… pudo morir en paz la pequeña madre.
Año 1611 D.C. Reino Unido
-¡Mello! ¡Mello!- Una voz grave grita a lo lejos
-…¡te he dicho que no me llames así!! ¡¿qué quieres?!- Grito Mihael
-Muchacho…-La voz se va oyendo cada vez más cerca, oh! Y es Sophie –¡sígueme respondiendo así y te voy a reventar la boquita! El señor Lawliet está esperando desde hace media hora el pedido que me hizo… y yo te estoy busque y busque y…-
-Hmm, ya… mira debes de saber que aquí, en la trastienda, siempre me vengo a leer un poco, así que para la próxima ya sabes dónde buscarme…- Le explicó Mihael con una sonrisa inocente, o como Sophie le decía… Mello
-Bueno… ahora si pudieras hacerme el favor de…- Decía Sophie hasta que…
-¡¡Mihael, Mihael!! Oliver y Andrew se están peleando afuera del mercado… debes ayudarnos!!- Interrumpió uno de los amigos de Mello…. Nate
-¡Caray esos dos! Sophie… muaaa- Mello le besa la frente a Sophie y sale corriendo de la trastienda acompañado de su amigo… hacía el centro de aquél pueblo
-Ayy ese muchacho, sino fuera por el cariño que le tengo ya le hubiera dado su buena zurra- Se quedó diciendosé a sí Sophie, viendo como el contorno de “su hijo” se alejaba… -mi muchacho, eres lo que más quiero- Suspiró
XxX
-¡Parad! ¡Parad!- Dijo Nate mientras intentaba detener a los dos jóvenes –Si no paran vendrá el padre y los encerrará-
-…- seguían dándose sus buenos golpes
-Mihael… debes hacer algo, no sé que les puedan hacer si los ven peleando…- Le dijo Nate
-Ya sé…-Inmediatamente Mello se acercó a los dos chicos y les solto un golpe tan fuerte a los dos que los dejó en el suelo…
-¡Hijo de perra!- Le dijo Oliver y se le abalanzó a Mello
-¡Suéltame idiota! ¡No me quiero meter en tus problemas, yo sólo quiero sacar a mi amigo de esto cabrón!-
-¡¡Mello no sé como pero debes huír… ahí vienen!!- Gritó Nate… inmediatamente Oliver, Andrew y Nate se fueron corriendo y lograron huir…
-Mierda…- Dijo Mello, el seguía tirado en el suelo pero gracias a su buena condición física logró escapar…
-¡Síganlo ahí va uno de los vándalos!- Grito el encargado de la seguridad del pueblo, parte de la iglesia católica, por supuesto…
Mello huyó y corriendo en una esquina de las antiguas avenidas de aquel pueblo, los “policías” no lograron atraparlo.
–¡Sigan buscándolos, esos muchachos deben pagar las consecuencias de sus escándalos- Se oyó decir de algunos de los policías que estaban en grupo
Ya retirados los guardias, y que los habitantes volvieron a sus puestos –pues fueron de chismosos a ver qué pasaba- todo volvió a la tranquilidad.
XxX
Saliendo de donde se hallaban -su “guarida”- los amigos de Mello empezaron a reírse de que lograron escaparse.
–JAJAJAJAJAJAJA! Maldito sistema, no dio con nosotros- Reían a carcajadas, incluídos los “peleados” que al parecer se reconciliaron, pues eran amigos y por una tontería hubo pleito.
–Pero… entonces dieron con Mihael- Dijo preocupado Nate
-¡Rayos! Ojalá no nos delate- Dijo Andrew preocupado
–¡Ja! Menudo egoísta has sido, has visto que ese tío nos ha salvado de un castigo y tú en vez de preocuparte si está bien, te preocupas por ti- Dijo Oliver
–Aparte Mihael no es chismoso, como tú Andrew- Dijo Nate
–Ay, bueno ya, ya… sólo espero que no lo hayan pillado- Dijo Andrew sintiéndose culpable
-Eso espero- Suspiró Nate
XxX
–Mierda ¿dónde me he metido?- Dijo el Mihael apretujado en una ramada grande de matorrales –Espero que ese trío haya logrado escapar-
Gateando, el rubio ojiazul trataba de hallar salida por dentro porque, si salía lo más seguro era encontrarse a esos molestos guardias buenos para nada.
–Al fìn he salido de éstos matorrales- Diciendo eso, se paro y sacudió su pantalón negro y reviso no tener ningún insecto en su camisa blanca, que tenia el pecho medio abierto, terminando de revisar alzó su cara y…
–¿Quién os ha dado permiso de pasar a esta propiedad?- Dijo un chico joven, al parecer era el jardinero
–¡Hey! ¿Eres nuevo por aquí? jaja, nunca te había visto eh!- Dijo Mello
–Sí hace dos semanas llegué de Londres con mi tío… hey! Esperad… no me cambéis de tema, ¿qué es lo que hacéis aquí? ¿qué no sabes? Esto es propiedad privada!- Dijo ese chico
–Amm no sé siquiera dónde estoy, así que olvida que tuviera eso en cuenta… sólo sé que aquí pude huír de esos tíos jaja ¿¡a que no soy la hostia?! Jajaja ¡son tan inútiles que uno de esos idiotas es mi vecino y ni se ha dado cuenta! JAJAJAJA-Dijo Mihael carcajeándose
–¡Parad ya maniaco! Humm sólo puedo decir que lo que eres es ser un delincuente presumido, sólo ten en cuenta que la suerte se acaba- Le regañó el chico jardinero
–Jajaja y tú eres un envidioso fracasado- Y le sacó la lengua el rubio al jardinero
–¿Envidioso fracasado eh? ¡Ja! No dirás lo mismo si les digo a esos “inútiles” quién eres y que estas aquí, verdad?- Le dijo el jardinero
–A parte serás chismoso, Jajaja! Pero no soy tan gilipollas eh, no te he dado datos importantes así que podría darte un golpe para dejarte inconsciente y huir así que no te convendría- Dijo Mihael parando de reír
–Hmm tal vez tengáis la razón, y… no me gusta hacerme de enemigos, y ¿Cómo te llamáis?- Dijo el joven jardinero sonriendo
–A otro perro con ese hueso… no te diré nada, vaya que puedes ir de soplón- Dijo Mello encaminándose a lo que pareciera ser la salida de ese gran jardín
–Puedes tener razón, pero para que veas que no miento. Mi nombre es Mail- Le sonríe –Pero acá entre amigos me llaman Matt-
–Ah- Fue lo único que dijo Mihael
–y tú?-
–Sólo dime Mello, es lo único- Le dijo sin verlo a los ojos, pues miraba a su alrededor buscando la salida.
–Es apodo- Dijo “Matt” encaminándose al paso de Mello
–Obvio, ¿por dónde salgo?- Dijo Mello buscando una puerta
–No confiáis en mi verdad?- Dijo Matt
–No- Le dijo el rubio -Mello- al castaño -Matt-
–Entiendo… ¿por mi actitud verdad?- Dijo el castaño al rubio
–Sí, creo que es algo obvio- Dijo Mello viéndolo soberbiamente
–Jajaja es que mi tío me ha estado vigilando para ver que haga bien mi trabajo, pensé que aun lo estaba haciendo, pero vi que no, cuando entraste y no vino a reclamar; pero créeme que estás a salvo-
–Más te vale que tengas razón- Dijo Mello, ahora volteando a ver a Matt –Sin embargo gracias por no ir a delatarme- y se va, pues ya había encontrado la salida.
–Oh eres listo ah! Jeje pues fue un gusto haberte conocido, espero verte pronto!- Y así el castaño fue elevando su voz conforme Mello se alejaba, despidiéndose de él.
–Lo mismo espero- Dijo para sí Mello…
CONTINUARÁ…