Hay muchas cosas que sin duda son románticas, como por ejemplo: hemmm bueno...
Esta bien, no soy de las personas románticas, pero si tuviera que dar aun ejemplo de eso para salvar mi vida. Esta bien tampoco eso es lógico. A mi favor diré que nada en el amor es lógico.
Sino me creen vean a las parejitas por la calle, la mayoría van tomados de la mano, una mano seguramente sudorosa, ¡que asco!, eso no es romántico, es más 70% de traspiración, o se dan besos que mas que besos parecen estarse devorando el uno al otro, eso no es romántico es baboso. Ahggg.
Pero bueno estaba en las cosas románticas.
Y si se lo preguntan al igual que yo. ¿Cómo es que Shibuya Yuuri, beisbolista de nacimiento término pensando en cosas románticas? Pues bienvenidos al club.
No es broma. No entiendo como una sola imagen pudo causar esto.
De repente me encontré con una tarjeta de corazón en la mano mientras con la otra intentaba encontrar valor para tocar la puerta de mi habitación. Oh! Si escucharon bien. De mi habitación.
Y para empeorar las cosas estaba ese ligero temblor en mis manos. Solté un gran suspiro y ahí se termino ese intento de regalo. Ahora bien. Como he dicho. No sé con seguridad que es romántico. Por tanto. Tampoco sé que hacer para demostrarle a alguien que lo miro de forma diferente desde hace algún tiempo. Y volvemos a lo mismo, esa maldita imagen que me hace tener pesadillas o sueños placenteros; dependiendo el cristal con que lo mires. Eso sonó a comercial.
Pero es que es cierto, esa tonta imagen se quedo tan grabada en mis retinas que ahora solo debo cerrar los ojos y estoy seguro que la veré. Cierro los ojos y…
¡Ven ahí esta! ¡Como hago para deshacerme de ella! Digo es la razón de todas mis desgracias. Me arrancare los ojos. Si esa sería una buena opción si no fuera porque después de tenerla tanto tiempo retenida ahora esta también grabada en mi cerebro. Y ese sí que no me lo puedo quitar, porque aunque ustedes lo duden, le tengo cariño a mi vida. Digo después de diecinueve años con ella es obvio que le tengas aprecio.
Hoy estoy intentado otra cosa. Mire por ahí algunas de esas películas de amor. La conclusión fue fácil. Flores.
Un bello ramo de flores dirá todo por mí. Pues por ahí leí.
“Regalar flores es una excelente manera de expresar lo que hay en nuestro interior, sin perder los detalles y en lo cual no se tiene que gastar mucho dinero, y aunque su duración no es permanente, la intención, la dedicación y el cuidado al seleccionarlas se quedan para siempre”
Y sin duda la frase: NO TIENE QUE GASTAR MCHO DINERO. Resonó en mi mente.
Sin mucho que perder salí sin que nadie me viera, los prados traseros del castillo eran la mejor opción. Pues si regalaba flores de Cheri muy seguramente no sería original y tendría que estar disculpándome por un regalo mediocre.
Vi muchas de varias formas y colores. Sin pensarlo detenidamente. Gran error. Tome las que a mi parecer eran las mas coloridas y vistosas.
Con una sonrisa en los labios y el ramo en las manos le coloque un moño color lavanda o lila, según lo quieran ver. Entre al despacho de Gwenldal. Los tres hermanos estaban ahí parados. Mirándome. Esperando a que dijera algo. Toda mi alegría no me permitió ver que entregaría mi obsequio frente a más personas que la elegida.
Trague grueso. Dio un paso hacia al frente, cual condenado al paredón. Cerré los ojos y suspire profundo. La misma imagen que me había traído hasta ese momento se presento tan nítidamente que al mirarme en sus irises solo me sonroje.
—Esto es para ti — dije extendiendo el ramo.
De inmediato supe que algo no estaba bien. Sus facciones en lugar de denotar felicidad estaban contraídas en una mueca de dolor y sus ojos lloraban lágrimas mudas.
De felicidad. Pensé torpemente.
—Hay maneras menos lindas de romper el compromiso —. Y salió a todo correr. ¿En que se supone que me había equivocado?
Los dos hermanos me miraban con cara asesina. Aunque Conrad como siempre leyó mi desconcierto, tomo el ramo que yo aun sostenía y lo coloco delante de mi rostro comenzando a enumera.
—Aciano. Deseo profundo por la soltería, también usado como diurético. Ajenjo, se refiere a la ausencia. Asfódelo el símbolo de las penas eternas. Aster es un adiós. Clavel listado, rechazo remarcado. Carraspique la indiferencia. Grosello es para el enfado o para decir que algo te daña. La rosa blanca de miedo —. Termino mientras mi regente se acercaba y señalaba otra cosa
—Si se entrega con el tallo hacia arriba significa puñalada trapera —. Ahora si estaba lívido. —será mejor que vaya a arreglar este mal entendido majestad
Asentí con la cabeza. Nunca en mi vida vuelvo a regalar flores. Que las flores hablan por nosotros. Pamplinas. Buscan problemas por nosotros. Que romántico, ni que romántico. Las flores apestan.
Continuara…