Juré. Mentí. Fui una farsa. Miento aún…
Pensé que estaría más molesto cuando le mirara… pero… simplemente sentí un leve hormigueo en mi garganta, después subió y mis mejillas ardieron, lo podía sentir.
Él no se sorprendió tanto como yo, me miró y sus labios se entreabrieron. Recordaba perfectamente a mi hermano, lo recordaba dándome un golpecito en la frente, recordaba cuando le pedía que durmiera conmigo porque tenía miedo, recordé cuando me hiso daño… Pero no me importó.
Y ahora me sentía molesto, molesto conmigo por no estar molesto.
No puedo hacer esto, me dije, cubriéndome el rostro con las manos. Qué estúpido me vería, llorando por no poder hacerlo… por no poder odiarlo. ¡Pero sí lo odiaba! Lo odiaba por no poder sentir odio cuando lo miraba.
Mi rostro seguía hundido entre mis manos, no saldría de ahí, me decía, intentando pensar cómo salir con lo que quedaba de mi dignidad de esa situación, pero las opciones se acababan…
Escuché pasos; casi me sentí feliz, porque pensé que me mataría. Al menos me quitaría la vergüenza que me come ahora, pensé entristecido…
Los pasos se detuvieron. No alcé la mirada, sólo me quité las manos del rostro, y sabía que no había podido evitar llorar. ¡Qué estupidez, mátame ya!, quise gritar; pero tenía miedo.
Tenía miedo de mi hermano mayor. Como aquella última vez, ahora también. Nada había cambiado… nada.
Prueba de eso, era que, aunque me rompiera las costillas, aunque me medio matara, lo seguiría viendo como a mi hermano mayor. Nada cambió ni cambiará.
El silencio me estrangulaba, no podía soportar la mirada de Itachi clavada en mí. Y la mía seguía clavada en el suelo.
Posiblemente, al fin me mate, pensé. Después de años de pensar odiarlo, nada ha cambiado, aun le temo y aún lo quiero…
Mis ojos se volvieron a llenar de lagrimas, ¿por qué diablos pensaba en eso justo antes de mi muerte? A mí ya no me importaba lo que él decidiera…
-Sasuke.
Escuché la voz de Itachi, no había cambiado la indiferencia en ella. Así que no importaba, no había cambiado nada…
-Sasuke…
Aunque…
-Sasuke…
Su voz realmente me tranquilizaba, escuchar a la persona que te matara antes del acto, era relajante, pensé…
Me recordaba a varios momentos de llanto, cuando era un niño. Él me abrazaba y me tranquilizaba… su simple voz me hacía tranquilizarme y dormirme…
Me di cuenta de que estaba sucediendo lo mismo…
El viento ahora me revolvía los cabellos, mi mente ya no pensaba, y sólo esperaba el filo de algo cortar mi garganta.
Nunca llegó.
De nuevo, recordé mi niñez, recordé nuestra altura al momento de echarle los brazos alrededor del cuello, su barbilla descansaba sobre mi nuca, y yo contra su clavícula…
-Itachi…-sollocé, no sé por qué hablé. No quería lastima de su parte, no quería nada de él… nada que me hiciera recordarlo.
Sus brazos me estaban apretando contra él suavemente, eso no era normal. ¡Te ruego que me mates!... pero tuve miedo de decírselo…
Por lo cual, sólo enterré mi nariz contra su cuello, recordé su aroma, y lloré.
Escuché su voz susurrar a mi oído, o tal vez era el efecto del viento y mi imaginación… lo único que sé, es que me quedé prácticamente anestesiado entre sus brazos. Casi perdí la consciencia.
-… ¿me matarás?-preguntó él de pronto, lo cual me despertó de golpe, pero sin embargo el viento siguió meciéndonos…
-… ¿lo harás tú…?-murmuré, enterrándole los dedos en los hombros al igual que mi rostro… esta vez mi rostro ardía a fuego… y no hallaba donde ocultarlo… Lo peor es que no pude siquiera, Itachi me apartó de él, me sujetó por los hombros y de pronto me besó…
No puedo reaccionar, no sé qué pasa, de seguro, de nuevo es efecto de mi imaginación, mi retorcida mente… Cerré los ojos y abrí los labios…, no puedo estar besando a mi hermano, me dije con parsimonia, esperando que de verdad estuviera dormido entre sus brazos, o esperando que la muerte no hubiera dolido tanto, y ya estuviera al Otro lado…
¡Y qué lado!, era más que real… lo sentía, sentía la lengua de alguien (no es Itachi, lo juro) “pintar” mis dientes, delinearlos… Sentía calor y frio en mi cuerpo, mis pies estaban de puntas (no era Itachi, lo juro, pero eso me asustó, la altura de quien besaba era muy similar a la de él… “coincidencia”, me dije intentando tranquilizarme), pensé que estaría en algún lugar sin suelo, sin tierra… Juro que estoy muerto…, eso casi me hizo sonreír, claro, si es que muerto se puede…
Y de pronto algo resurgió en mí. Abrí los ojos.
… y ahí estaba. Nada había cambiado. Todo lo que juré, era una mentira.
Juré que iba a matar a Itachi, no lo cumpliría.
Juré que lo odiaba, no lo hacía.
Juré que estaba muerto, no lo estaba, me di cuenta al sentir un dolor punzar en mi pecho.
Juré que Itachi no me había besado, lo había hecho...
-Soy un gran farsante- me dije con tristeza en voz baja…
-Una farsa es mejor que nada, si al final se descubre…-escuché una voz, parecía que alguien me hablaba a mí, sí, a mí. Alguien me alzaba el rostro con ambas manos, y de pronto juré de nuevo que estaba muerto, juré que le mataría, juré que lo odiaba, juré que no me estaba comiendo a besos…
Juré. Mentí. Fui una farsa. Miento aún.
Y ahora no sólo sé que es mentira lo que pienso que pasa, no sólo lo sé, sino que no me importa…
Sé que lo amo. Sé que estoy vivo. Sé que aunque me ruegue que le traspase el corazón, no lo haré. Sé que me está besando…
Y puedo ver que no me importa, puedo ver que nada ha cambiado en él, o en mí, puedo escuchar mi risa contra sus labios al saber que sólo era una mentira, ¡toda mi vida ha sido una farsa!
Y… no me importa…
-Mentiroso…- susurré; sonreí apesadumbrado, enterré mis labios en su piel, estaba tibia y suave, la muerte no podía ser mejor.
-Te amo…-susurré de pronto…
-Júralo…
-No quiero que sea mentira…
-Entonces también te amo…
Me sentí feliz por primera vez después de aquel día, aquel día en que morí, porque había estado viviendo en un mundo pintado. Ahora, contrario a lo que pensé, Itachi no me ha matado, como había estado esperando… Me había hecho darme cuenta de cuan estúpido había sido para jurar cosas que ambos sabíamos que no pasarían.
-Me alegro de que mintieras…
-Yo también, Sasuke… Te amo.
Y ahora me digo de nuevo, ¡esto no es normal! Juro estoy muerto, juro lo mataré, juro que lo odio, juro que no me está besando, ni yo a él. Juro que esto es un insano sueño. Que, desde el principio de todo, he estado durmiendo, que estoy atrapado en algún lado, o que ya morí, lo juro.
Miento al decir que no soy feliz.
Juro que despertaré, sólo para ver que no ha pasado nada de esto.
Pero puedo estar tranquilo, mientras lo jure, sé que no es verdad…
Fin.