PASADO… NADA MÁS
Prologo
En aquel perfecto atardecer, sentadas en la arena, junto al mar se podían distinguir dos hermosas figuras. La primera una chica de cabellos aguamarina y ojos azules, encantadora, poseedora de una belleza hipnotizante quien recargaba su cabeza sutilmente en el hombro de su acompañante. Este, a quien cualquiera describiría como un joven muy apuesto equivocadamente, era una chica igualmente cautivante, rubia, de ojos verdes, a pesar de su porte masculino su belleza podía apreciarse ampliamente en la delicadeza de sus rasgos.
-Haruka?- pronunció la chica de ojos azules.
-Dime?- respondió la rubia mientras la observaba atentamente.
-Crees que podamos estar así siempre?- preguntó.
-No veo porque no, el amor puede superarlo todo no lo crees?- sonrió.
-Si... – respondió mientras dirigía su vista nuevamente hacia el horizonte – Siempre estaremos juntas- sonrió.
De repente todo oscureció, el sol desapareció del horizonte dando lugar a una tormenta, el viento soplo con fuerza y el ir y venir de las olas se hizo mas intenso. Haruka abrazo fuertemente a su acompañante, ambas se pusieron de pie y fueron en busca de refugio. Caminaban contra el viento, que se había hecho más fuerte, como si tratara de impedirles el avance.
-Pase lo que pase no me sueltes, entendido?- pronuncio la rubia.
-No puedo- la chica se detuvo provocando que su acompañante también lo hiciera –Haruka perdóname- dijo ante la mirada atónita de la rubia. En ese momento la chica de cabellos aguamarina avanzo unos cuantos pasos con completa normalidad, como si ya no fuera afectada por la creciente furia del viento. Haruka trato de alcanzarla pero el viento, que consideraba su elemento, ahora se negaba a seguir sus órdenes, enfrentándose con toda su furia contra su dueña y señora.
La joven volteo a verla, sus hermosos ojos azules estaban cristalizados y algunas lagrimas se deslizaban por sus mejillas, en su rostro se denotaba una tristeza inigualable. Haruka extendido su brazo lo mas que pudo tratando de tomarla e impedir su avance. Una ráfaga de viento se levanto cegándola por un momento, se cubrió con sus brazos mientras abría los ojos lentamente, impotente vio como su amada desaparecía frente a sus ojos, como se desvanecía lentamente como arena llevada por el viento.
-!Michiru!-
.
Un grito interrumpió el silencio de la habitación.
-!Michiru!- La rubia se levanto bruscamente, provocando que su acompañante, quien dormía plácidamente en su pecho, también lo hiciera.
-Uhmmm…. Haruka estas bien?- pregunto la castaña un poco asustada mientras cubría su desnudez con la sabana.
-Si… solo fue un mal sueño- respondió la rubia aun algo agitada.
-Segura que estas bien- la castaña acariciaba suavemente la mejilla de la rubia.
-Tranquila Clara…- dijo Haruka mientras tomaba la mano de la chica y besaba su palma dulcemente –Te preocupas demasiado-
-Claro que me preocupo, eres lo que mas quiero en este mundo… eres la persona con la quiero pasar el resto de mi vida- dijo la chica con notable sinceridad en la voz mientras recargaba su cabeza nuevamente en el pecho su acompañante.
-Y así será, no tienes de que preocuparte- respondió la rubia mientras acariciaba tiernamente los cabellos de la chica.
-Pues yo no estaría tan segura- continúo Clara mientras se levantaba delicadamente para verle directamente a los ojos.
-A que te refieres?- preguntó mientras levantaba una ceja.
-Mañana nos vamos a Tokio, y se de antemano que cuando todas las chicas te vean se abalanzaran sobre ti- respondió mientras hacia un puchero.
-Estas celosa? Acaso no confías en mi? - preguntó con una sonrisa.
-Celosa? Uhmmm… Tal vez- dijo mientras se llevaba un dedo a la barbilla y hacia una mueca pensativa –Yo confió en ti, pero no en ellas… Además…- sonrió pícaramente mientras deslizaba su cuerpo sobre el de la rubia quedando frente a frente –No creo que alguna de ellas pueda hacerte sentir como yo- se inclino ligeramente para propinarle un beso apasionado el cual fue correspondido de igual manera por Haruka.
-En eso tienes razón- rió mientras la tomaba firmemente de la cintura pegándola a su cuerpo.
-A no, esta vez no voy a caer- continuo la castaña mientras se separaba de su captora recostándose nuevamente en su pecho –Ya te seguí el juego hace unas horas, ahora necesito descansar, necesitare mucha energía para alejar a esa manada de chicas de ti- bostezó –Que descanses- cerró los ojos mientras una hermosa sonrisa se dibujaba en su rostro.
Esa sonrisa, era tan parecida a la de su sueño, aquella belleza marina, como era posible que después de tanto tiempo aun siguiera recordándola, como era posible, que aun teniendo a una encantadora chica a la que amaba con toda el alma a su lado, recordara aquella figura de un pasado tan distante y sombrío.
CONTINUARA…