Penas de amor
¿Cómo hemos llegado a esto?
Entregando nuestros cuerpos al placer, pero es mucho más que eso para mí, Sasuke, es darte todo el cariño que he sentido por ti desde que cursamos juntos el primer año. Te amé y odie al mismo tiempo.
El rubio sintió como su hombría se erguía con solo escuchar tan caliente petición.
—No conocía esa faceta de ti tan provocativa, teme-sonrió.
Sasuke ensancho la sonrisa y lo miro de manera lujuriosa, acariciando sus cabellos.
—Hay muchas cosas que no conoces de mí, Usuratonkachi-sonrió con lujuria.
—Ah, ¿sí?-inquirió divertido.
—Soy virgen-dijo sin titubear.
Sasuke espero alguna carcajada, una burla por parte de Naruto, pero no pasó nada de eso. Su mirada era tranquila y dulce, perdiéndose en sus profundos ojos ónix.
—¿Por qué no te ríes?-cuestionó algo sorprendido.
—¿Acaso piensas que eso es algo malo? A mí me hace muy feliz escucharlo de tus labios. Yo también lo soy, y yo… quiero perderlo contigo-sus mejillas adquirieron un bello sonrojo ante los ojos del Uchiha.
El azabache sonrió aliviado y lo acercó a su rostro tomándolo de la nuca. Sus respiraciones acariciaban sus rostros.
—No perdamos el tiempo. Estamos desnudos, haz tu tarea Dobe-murmuró demasiado excitado.
Era increíble que su cuerpo se calentara tanto con Naruto encima de él besándolo y tocándolo por todas partes. No podía asimilarlo, él con un hombre, con su mejor amigo a punto de tener, sexo. Hacer el amor. Porqué estaba claro que había algo entre ellos y era demasiado fuerte.
Dejó las cursilerías a un lado y mordió con sensualidad los labios del ojiazul que clamaban por la lengua del moreno en su cavidad. Se besaron de manera desesperada, aferrándose a la espalda del otro. Naruto no dejaba de desaprovechar el momento y acariciaba esas bien torneadas piernas y su cintura, logrando en el proceso que algunos suspiros se le escaparan al ojinegro.
—Naruto-gimió bajito ante la lengua ardiente del blondo en su pecho alvino.
Comenzó a recorrer el formado abdomen de la persona que más amaba, retomó el trabajo de succionar sus pezones que tomaban un color más rosado. Sus labios no dejaron de estimularlo hasta casi ensalivarlo. Una vez estaba duro uno, iba por el otro. Sus pezones eran hermosos.
—¡Aaahh!
No quería gemir, era demasiado vergonzoso. Pero el maldito Usuratonkachi era tan bueno en lo que hacía que era inevitable. Llevó su mano tambaleante ante la exquisita sensación a la cabellera rubia, acariciándolo instintivamente.
Su boca fue bajando más y más, hasta llegar a su ansiada entrepierna, se detuvo. Miró a Sasuke casi suplicante, el moreno no podía creerlo. ¿Sería capaz de…?
—Teme, yo…-sus mejillas eran un tomate—Qui-quiero probarte-tartamudeó, eran demasiadas emociones.
—I-idiota, eso es… es sucio-estaba muy avergonzado.
—Para mí no es desagradable-le sonrió—Deseo saborear la esencia de la persona que amo.
—Naruto…-estaba sin habla—Eres un tonto-desvió la mirada. No podía mirarlo, le daba mucha vergüenza.
Definitivamente ese rubio tenía algo que lo hacía comportarse estúpidamente raro.
Naruto sonrió victorioso. La miradita de súplica siempre funcionaba, ni Sasuke podía contra ella. Miró el pene erecto de su amado, era grande, no lo dudaba. Sin más espera, condujo su boca a la entrepierna y comenzó a chupar la punta.
—¡¡AAAHHH!!
Era irresistible. No podía. “Me rindo” hablo en su mente, ese rubio era el pecado en vida. Movió la mano a la cabellera rubia y comenzó a marcarle el ritmo casi poseído.
Naruto sonrío. Podría haberlo ahogado de no ser porque estaba atento a sus movimientos, el miembro del moreno rozaba su garganta y controlaba el no hacerse daño, pero aumentaba la succión y con su lengua no dejaba de lamerlo a lo largo.
—Na-Naru-to, aaahhh más, más, aaaahhh.
Los gemidos de Sasuke deleitaban sus oídos.
—Mmmh… ya no puedo…
El blondo engullía exquisitamente su miembro, tenía planeado dejarlo seco, eso era seguro. Su lengua, sus labios hacían maravillas.
—¡¡Aaahh!!
El azabache liberó toda su semilla extasiado, Naruto la recibió gustoso hasta la última gota. Procuro que no escapara nada de sus labios, tragó el semen y se relamió los labios. Luego dirigió su vista a su amado quién respiraba agitadamente y tenía la frente perlada. Su pecho subía y bajaba, y sus mejillas estaban ruborizadas hasta las orejas, era demasiado erótico.
—Fue fa-fabuloso, Naru-to, pero no tenías que tragarlo…-contestó con dificultad.
—Tranquilo, era tuyo y fue delicioso para mí-respondió feliz.
Uchiha Sasuke, tenía ganas que la tierra se lo tragara. Su sonrojo no se iría para nada en un buen rato.
—Sasuke, te amo.
Esas palabras causaron muchas cosas en su pecho. Su corazón latió más fuerte como nunca antes, abrazó al rubio y se fusionaron en un cálido beso. Uno tierno donde sus leguas podían saborear la cavidad contraria y hasta se lamian de manera sensual afuera de sus bocas.
Cuando el oxígeno les fue necesario, se separaron.
—Sasuke-le miró con ternura.
—Ya hazlo-pidió algo ansioso.
—Primero te prepararé.
Sasuke asintió.
Un excitado azabache tomó la mano de Naruto y comenzó a ensalivar sus dedos, la lengua se paseaba a lo largo y luego los metía en su boca sin despegar la mirada del ojiazul. Naruto pensaba que lo estaba haciendo a propósito, su entrepierna dolía y pedía a gritos atención.
—Bien… relájate. Te molestara un poco.
Sasuke largo un suspiro y se mantuvo firme para lo que acontecería. Vio como el rubio estaba atento metiendo delicadamente un dedo a su entrada, gruño ante aquello pero se controló. Naruto observó a Sasuke tranquilo, le sonrió y fue poniendo el otro digito que también resultó un tanto incómodo. Sus piernas se movieron un poco y sintió nervios al sentir el tercer dedo, el rubio se acercó y como pudo beso su frente con cariño. Comenzó a moverlos adentro en círculos tratando de expandir su entrada.
El blondo se tomó el tiempo suficiente para estimularlo, lo que menos quería era hacerle daño. No sabía cuantos minutos habían transcurrido, pero Sasuke ya sentía invadir el placer y deseaba al rubio dentro de él.
—¿Cómo se siente?-preguntó moviendo los dedos en su interior.
—Muy bien…-jadeó—Demasiado, diría yo…
—No quiero lastimarte.
El rubito era tan bueno y compresivo, sin duda su primera vez sería inolvidable.
—No lo harás, tranquilo-extendió su brazo tocando la mejilla del ojiazul con suavidad—Te necesito dentro de mí-habló con puro deseo.
Naruto sintió perder su autocontrol con esas palabras. Su hombría palpitaba, necesitaba a Sasuke.
Sasuke podía llegar a ser demasiado tierno y realmente sexy cuando se lo proponía. Quito los dedos y tomo su erección por el tronco apuntándolo directamente a la entrada rosada de su amado.
—Sasuke… entraré.
Sasuke cerró los ojos al sentir cómo aquel miembro, enorme cabe decir, se introducía en su interior. Pero afortunadamente, no había dolor de por medio. Naruto se quedó mirándolo con una pequeña sonrisa y un poco más calmado al saber que no se había quejado o sentido dolor.
—¿Cómo te sientes?
Sasuke abrió sus ojos y pudo ver aquellos zafiros lleno de preocupación, estaba muy conmovido. Sus atenciones con él eran perfectas. Solo fue una punzada. Solo eso. Finalmente eran uno.
—No. Todo está bien-sonrió—Naruto, eres maravilloso.
—Y tú eres demasiado hermoso para mí-jadeó a gusto al sentirse en su interior.
Sasuke lo abrazó fuertemente y sus piernas enroscaron su cintura haciendo que a ambos se les escapara un sonoro gemido. El miembro del rubio se había hundido con más profundidad.
—Muévete…
El blondo ya no podía esperar más, su pene era cobijado por el reconfortante calor de Sasuke y era magnifico. Comenzó un lento vaivén. Sus cuerpos comenzaron a moverse al compás de las embestidas, largando suspiros y pequeños gemidos por parte de los dos. Naruto usó una mano para aferrarse al colchón y la otra acariciaba el miembro del azabache haciéndolo delirar de placer. Lo frotaba de tal forma que sus dedos comenzaban a empaparse de líquido preseminal.
Aumentó la velocidad de sus estocadas provocando sonoros gemidos de Sasuke, era demasiado embriagador, ambos estaban disfrutando era el paraíso.
—Naru-to, ¡Aaaahhhh!
El rubio continuaba embistiendo sin perder de vista ese hermoso rostro empapado en sudor con los cabellos azabaches pegados a su frente, sus labios entreabiertos gimiendo su nombre.
Sentía que podría morir feliz luego de eso. Lo amaba tanto y temía que fuera un hermoso sueño, por lo que en ningún momento dejo de besar sus adictivos labios. Hasta que estos se pusieron rojos.
—¡Sasuke!-jadeó—¡Mi Sasuke, eres delicioso! Ah, te amo-aumentó las estocadas.
—¡¡Na-Naruto!!-se aferró con fuerza a su ancha espalda y clavó sus uñas en su piel, era demasiado placer para su cuerpo. Su mente estaba en blanco, Naruto había alcanzado finalmente su próstata.
Se sentía tan bien. ¿Quién diría, que hacerlo con un hombre sería tan perfecto? No era con cualquier persona, se estaba entregando a su mejor amigo.
—¡Más, más rápido, por favor…! ¡No pares!
—¡No me detendré!
Sonrió al ver que su Teme no soportaría por mucho, así que sacó su miembro y volvió a meterlo con fuerza, logrando un grito de placer del ojinegro. Repitió esa acción muchas veces, sacar y meter, fue algo demasiado excitante.
—Naruto, yo ya no-estaba a punto.
—Sasuke-le miró embelesado-Me estás apretando-entrecerró sus ojos—¡Sasuke!
El moreno apenas era consciente de lo que decía. Beso al ojiazul apasionadamente mordiendo y succionando sus carnosos labios hasta que el aire se les hizo necesario. En ese instante, Naruto embistió con todas las energía restantes de su cuerpo y no tardó en sentir el esperma manchando sus manos y el vientre de Sasuke.
—¡Aaaaaahhhh!-el Uchiha arqueó su espalda y cayó rendido en la cama.
Su repentina estreches aprisionó el pene del blondo a punto de explotar.
—¡Sas-Sasukeeee! ¡Me vendré adentro!
Tan solo unas cuantas embestidas dentro del agotado azabache, quién gemía sin parar, y Naruto disparó su descarga en su interior.
—¡Aaahh!-gritaron al unísono.
El moreno no tardó en sentir como el calor se esparcía en toda su zona baja, un calor que lo reconfortaba.
…
Llevaban un buen rato caminando a las orillas del mar. Habían tomado un refresco en la cafetería y dejar pasar el tiempo antes de regresar a su cabaña y encontrar una escena intima de su amigo rubio y el Uchiha.
—¿Cuánto llevamos?-preguntó el castaño.
Shikamaru miro su reloj pulsera.
—Como una hora y media.
—Anko, comenzara a llamarnos, tendremos que volver.
Y a pasos lentos y muy apenados fueron a la cabaña que les correspondía.
Al pisar el lugar se quedaron en silencio intentando oír algún sonido extraño que les alertara que no habían terminado, pero todo demostraba lo contrario. Era un silencio sepulcral.
—Entra-murmuró el de coleta.
—¿Por qué yo?-reclamó avergonzado.
—Tks, que problemático eres-lo hizo a un lado y abrió la puerta lentamente.
Al ingresar con Kiba detrás, sus ojos se abrieron y corrió a abrazar a Naruto, que estaba sentado en el borde de la cama. La cual se encontraba ya acomodada. Sus ojos estaban rojos e hinchados, no dejaba de llorar silenciosamente.
—Naruto, ¿Qué tienes?
Kiba se quedó callado.
—Se fue-sollozó—Hicimos el amor y fue, fue maravilloso… pero él, él se fue…
—Maldición-murmuró, el castaño molesto—¡VOY A MATARLO! ¡No llores Naruto, voy a romperle la cara por ti!
—Kiba, no lo entiendes-le interrumpió—Es que, en cierta forma fue mi culpa. Yo lo provoqué, quizás todavía estaba confundido. Quizás se arrepintió… tengo miedo.
Sus ojos no paraban de derramar lágrimas de impotencia y dolor. Abrazó a Shikamaru, buscando contención. Tratando de deshacerse de ese molesto nudo en la garganta.
—¡¡LO AMO!!!-rompió en llanto—¡NO QUIERO PERDERLO! ¡No quiero que me odie! ¡Sasukeee!
(Continuará)