Shun bajo del taxi y se dirigio hacia la puerta principal de la mansion. Llamo varias veces el timbre de la casa del portero pero nadie fue a abrirle.
-No puedo creer que esto me este pasando a mi- se lamentaba cierto conejito empapado- Por que sera que apenas Saori se da la media vuelta y todos los empleados aprovechan para dejar de trabajar??
Sin otra opcion, Shun tiene que dar la vuelta a toda la propiedad, unas tres manzanas, bajo la lluvia y para acabarla sus llaves las dejo en su habitacion antes de partir rumbo al aeropuerto. Pero como todo buen caballero, hizo gala de su gran habilidad fisica al saltar por encima del bardado. Cansado y mojado, el pobre Shun logra al fin entrar en la mansion usando la puerta de servicio.
Todo esta oscuro, al entrar no se escuchaba ningun ruido pero en el aire logra identificar el olor dulzon de cerezas y mientras avanzaba a la sala podia escuchar claramente el crispar de las llamas y el sonido de pisadas.
-Esto no esta bien, - pensaba Shun- se supone que nadie deberia estar aqui, no creo que ningun empleado halla desaprovechado la salida de la gritona de Saoiri -
Con toda precaucion, y para ser honestos, algo de miedo, el peliverde se fue acercando poco a poco al lugar de donde venian los ruidos. Paso el gran salon, la puerta principal, y tras caminar por un largo pasillo, llego a la sala.
Luz suave, olor a cereza, la chimenea encendida, todo estaba preparado para alguien pero, Para quien??-
Conejito, -dice una voz desde el comedor- llegaste antes de lo que se suponia- Sin que el pobre Shun pudiera siquiera reaccionar, se vio atrapado en los brazos del dueño de la voz - pero no importa, lo importante es que al fin te tengo para mi-
Shun habia pasado de la sorpresa al terror en unos pocos segundos y con gran esfuerzo logra soltarse de los brazos que lo tenian prisionero.
-Quien dem... Hyoga- el peliverde no pudo evitar sonrojarse, tan solo unos minutos antes habia estado pensando en su QUERIDO amigo y ahora estaba delante de el, después de haberlo abrazarlo y el que hacia, casi arruinarlo todo por mal hablado [no lo culpen, estar tanto tiempo con Seiya y con su hermano le afectan]
- Q...que haces aqui? , no deberías estar preparándote para tu presentación??
-No te preocupes conejito- decia el rubio mientras acorralaba a su presa con la pared- lo tengo todo preparado, llevo ideando esta noche desde hace mucho tiempo.
Ahora si, lo que Shun sentia era no miedo era PANICO, nunca habia visto esa mirada en Hyoga, esa mirada se la dedicaban las chicas que iban a verlo en el torneo galáctico pero nunca se hubiera imaginado a Hyoga viendolo asi.
La alta figura del rubio, los anchos hombros, la estrecha cintura, aquel porte que lo distinguia, aquel olor a menta por el que se caracterizaba, a todo esto el traje blanco y el juego de luces que brindaba la chimenea hacia que la imagen de Hyoga se viera tan imponente, tan fuerte, tan seguro. Si en si aquella imagen del rubio lo dejo sin habla, lo que lo dejo helado fue la mirada que este le dirigia, habia tanto fuego, tanta seguridad, casi podia jurar que habia pasion en la forma en que el rubio lo miraba [solo imagínenlo °¬°] que Shun no podia hacer mas que solo mirar a través de aquellos ojos azules y dejarse llevar por el ruso a quien tanto admira en secreto.
- Y que va a suceder hoy??- pregunta un aterrado conejo.
Pasan unos instantes en donde nadie dijo nada, lo unico que se escuchaba era el sonido de las llamas, solo se miraban el uno al otro hasta que Hyoga decide responder a la pregunta que le habia hecho el mas joven.
- Pues, que HOY voy a poder estar contigo sin que tu hermanito me este aterrorizando-
De un segundo a otro, la forma en que Hyoga miraba al pequeño caballero cambio para ser la mas dulce y tierna sonrisa que Shun podria imaginar que el ruso pudiera tener, y aparte de eso, que le pudiera estar dedicando solo a el.
Sin dar oportunidad al pequeño conejo, Hyoga volvio a acortar el espacio entre ellos con un abrazo que duro solo unos segúndos antes de que el rubio descubriera lo mojado que estaba su joven amigo.
-Pobre de mi conejito, sube y cambiate de ropa, de lo contrario de vas a enfermar. Para cuando bajes te tendre terminada la cena.-
Hyoga le dedico una ultima mirada a Shun y regreso a la cocina dejando a un Shun confundido, sonrojado y mojado de pies a cabeza.
CONTINUARA...