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Tus acciones se vuelven contra ti por Ryumizu

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Notas del capitulo:

Es el primer fic que publico aquí, soy mucho de escribir cosas cortas pero se me ha ocurrido una idea, y quería publicarla así que, aqui estoy. Espero que os guste mucho *3* y y acepto críticas constructivas, también ideas por supuesto

No me pertenece Harry Potter, es de J.K Rowling 

 

Séptimo curso. Siete años que han pasado demasiado rápidos, tan rápidos que el pelinegro con la cicatriz en la frente cree no haber disfrutado completamente. Mira por la ventana del andén y se pregunta que nuevas cosas le esperarán este año.

-Pf…- bostezó, estaba muy aburrido. Sus dos mejores amigos se habían ido con los demás prefectos, desde quinto que lo dejaban un rato solo en el tren y aunque le molestaba nunca lo admitiría.

Los ojos se le cerraban, tenía la cabeza apoyada en el cristal y no podía soportar todo el sueño que tenía, en la Madriguera había estado hablando con Ronald durante toda la noche y apenas habían dormido una o dos horas. Se acurrucó bien en su asiento y se dejó vencer por el sueño.

 -¡Ey Dragón!- se escuchó la voz que provenía de un chico de piel morena, Blaise.

-¿Qué demonios quieres?- Draco Malfoy y su costumbre de ser borde, encima arrastrando las palabras, estaba de mal humor y algo deprimido porque desde que había llegado a la estación a coger el andén la mayoría de alumnos de Hogwarts le habían estado mirando mal por su estatus de ex mortífago.

-¿Y esa cara tan larga que me traes?- el italiano sonreía queriendo transmitir energias positivas al rubio.

-No es de tu asunto, Zabini.- cortó en seco y se levantó saliendo de la habitación donde se encontraban. Si le había llamado por el apellido era que tenía que estar totalmente mosqueado con el mundo, no es su día. Había incluso dejado sola a Pansy con los demás prefectos ya que sabía que empeoraría su humor estar con ella y compañía.

Caminó por el estrecho pasillo y tuvo que esquivar a la señora del carrito, adoraba los dulces pero no le apetecían en ese momento.

-Buenos días ¿Deseas algo?- preguntaba con voz dulce la mujer.

-No, nada.- pasó de largo de ella.

 

Ni miraba las demás habitaciones del vagón, no le apetecía cruzarse con la mirada con personas que le miraban con asco. Eso le frustraba, antes todos lo adoraban, antes sentía lujuria en sus miradas y ahora no había más que odio. Tsk, malditos niñatos.

Caminando de reojo vio una figura con el cabello negro, abundante y desordenado, lo reconoció como Potter y se detuvo para observar que hacía, su cuerpo no se movía y parecía estar tranquilo. Aunque oficialmente ya no eran enemigos, le seguía gustando demasiado molestar al otro y haciéndole enfadar, sabía que tenía un propio don para sacar de quicio al león. Sin pensárselo dos veces entró y tras cerrar la puerta bajó la cortinita que había.

Se fue acercando al pelinegro y se dio cuenta de que estaba dormido, una brillante idea se le ocurrió al instante…  vamos a jugar a lo real y a lo irreal. Dejando atrás su orgullo volvió a dar unos pasos más y se sentó a horcajadas en sus rodillas y teniendo cuidado de no ser violento con él acercó sus propios labios a la oreja ajena.

 -H-Harry..a-ah.. n-no tan rápido no..-  sus gemidos falsos atravesaron los timpanos del ojiverde que dormía y fugazmente un rubor se hizo presente en sus mejillas blancas. El rubio poso la lengua en la mejilla y recorrió un camino hasta los labios, que relamió juguetón. Se sentía orgulloso de esos efectos y seguro que cuando el otro se despertara recordando eso no lo miraría con la misma cara.- No… n-no seas t-tan rudo… d-duele..- jadeó falsamente y le suspiró en la boca, cada vez el rojo de sus mejillas se intensificaba y pudo escuchar al menor gemir, y como se levantaba su miembro. Podía notar su dureza en su trasero, lo cual le incomodo un poco pero empezó a moverse de forma lenta arrancando gemidos del niño que vivió.-  ¿Te gusta Potter? Aprovecha ese sueño porque no vas a tener nunca mi culo.- susurró burlón empezando a mordisquear la oreja del otro.

-Dr… Draco.- el rubio dio un respingo al escucharle decir su nombre y no su apellido, el orgullo le volvió a subir.

 No podía decir que aquello le estaba aburriendo, había pasado de ser un plan para molestar al otro  a ser un… ¿polvo real? No sabía como llamarlo, pero tenía que hacer algo con su propia entrepierna que estaba completamente despierta a causa de rozarse con la hombría ajena. Se apartó un poco de él sin levantarse y le desabrochó los pantalones dejando salir su pene bien erguido y palpitante, tenía hasta pre-semen sobresaliendose de la punta. Después se desabrochó sus propios pantalones y sacó también su miembro duro. Se acercó lo máximo posible haciendo que se rozaran ambos miembros y empezó a masturbarlos al mismo tiempo con una mano.

-J-joder…- jadeó completamente excitado, sus ojos grises brillaban. Podía escuchar al otro gemir también, temía despertarlo. Aún no tenía ni idea de porque seguía con todo eso, estaba tan borracho del placer y morbo que estaba sintiendo en ese momento que en pocos minutos terminó corriendose, y soltó su miembro pero siguió masturbando al ajeno hasta que también llegó al orgasmo.

El rubio jadeó cansado y tras esperar unos segundos para recuperarse, se levantó de las rodillas ajenas y se arregló, limpió su mano con la ropa de Potter y tras arreglarle un poco la ropa a él se fue casi corriendo de ese vagón. Sus mejillas estaban ruborizadas ¿¡Que demonios acababa de hacer!? ¡¡Le había hecho una maldita PAJA a Potter!! Y no solo eso ¡¡Lo había hecho al mismo tiempo de masturbarse a si mismo!! Se sentía asqueroso y aparte de cansado estaba de peor humor.

 Lo que no sabía era que un tal Harry Potter había abierto los ojos y sonreía de una forma enigmática- Vaya, serpiente sucia y perversa.- el rojo en su piel permanecía aún, había despertado cuando Draco le lamió los labios y había escuchado todo y sabía que no había sido un sueño. Con un hechizo hizo desaparecer los restos de semen y se cruzó de brazos, pensando en que qué diantres había ocurrido y porque aún sentía la respiración acelerada y su corazón palpitar con tanta violencia. Y sobre todo pensaba en el porqué el rey de las serpientes había hecho una cosa así. Solo tenía claro que aquel placer que había sentido quería volver a sentirlo, Draco no iba a escaparse con facilidad.

Incluso se había tenido que aguantar las ganas de tumbarlo en el asiento y follárselo de forma salvaje. Maldita serpiente sexy.

 El ojigris no podía volver con Blaise con toda la cara roja, seguramente sospecharía algo así que simplemente se encerró en los baños del andén y se quedó sentado en el váter pensando en porqué se había excitado.

-Estúpido cara rajada…- insultó al aire. Agitó la cabeza queriendo quitarse la imagen de Harry gimiendo y se propuso tranquilizarse, ya tenía la respuesta… ¡Claro! Era un hombre, no se ha excitado por los ruiditos de Potter, se había excitado porque... ¡eso!

Autoconvenciéndose salió del baño y volvió a caminar hacia su vagón, encontró a Zabini y a Theodore que estaban hablando animadamente sobre un tema que no prestó apenas atención, se sentó al lado de la ventana y se quedó mirando embobado al paisaje. Ya oscurecía… no faltaba nada para llegar a Hogwarts. Se propuso ignorar al Elegido todo el año, pero no sabía que aquello le resultaría muy difícil.

Notas finales:

Intentaré publicar el segundo capitulo pronto, seguramente será uno o dos por semana, según lo que el instituto me permita y la inspiración

Dejen reviews!! 


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