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Sweet Depravity por Meiko06

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Notas del capitulo:

Vuelvo a publicar este fic debido a lo que pasó con mi otra cuenta u__u & bueno nada más eso, enjoy ;D !

Sweet depravity

 

Miraba detalladamente a aquella persona que se encontraba recostada en la mullida cama. La luz de la luna entraba escasamente por la ventana alumbrando lo suficiente para ver las finas facciones de aquel chico, sus oscurecidas ojeras, sus finos cabellos rojizos y su carnosa boca. Sonrió levemente para sí mismo y una necesidad de tocarlo se hizo presente, estiró su mano para acariciar la blanquecina mejilla pero se detuvo, si lo llegaba a hacer podría despertar a aquella bella persona y sacarla de su mundo de utopía creada por su subconsciente. Suspiró levemente tratando de recordar el momento exacto en que su primo le había empezado a atraer de aquella forma, el momento exacto en que sus bellas orbes aguamarina lo hipnotizaron, el momento exacto… En que se había enamorado completamente de Sabaku no Gaara.

 

No pudiéndolo hacer emprendió camino hacia su cuarto con la mirada un poco baja, hacia unas cuantas horas que el pelirrojo le había prohibido estrictamente el acercarse a él o entrar a su cuarto “Si te llego a ver cerca de mi habitación, te mato Uchiha” aquellas palabras hicieron eco en su mente. Llegó hasta la puerta de la habitación del pelirrojo, tomó el pomo, la abrió y antes de salir de allí miró por última vez al de ojos aguamarina.

 

Caminó con el sigilo que lo caracterizaba hacia su cuarto que se encontraba al final del pasillo, teniendo que pasar por fuera de las habitaciones de Itachi y Sasuke, sus hermanos. Al hacerlo, escuchó ciertos ruidos extraños en las piezas de estos, no le tomó importancia mas al oír un claro “Ah…” por parte de su ototo no se pudo resistir y abrió levemente la puerta de la habitación de su hermano menor para observar lo que ocurría.

 

Allí pudo observar como su este estaba sobre su rubio novio, Naruto. Miró con morbo como el cuerpo de Sasuke se movía sobre el otro casi pudiendo sentir la fricción en su cuerpo, ya se estaba excitando, y los gemidos que estos emitían no le eran de mucha ayuda.

 

Cerró la puerta de la habitación lo más despacio que pudo (no iba a ser que en un impulso; llegara, se les uniera e hicieran un trío) se fue casi corriendo a su habitación con los gemidos de ambos chicos en su mente. Al llegar a su recámara se lanzó de espaldas a su cama pensando lo bueno que sería estar así con el pelirrojo, nada más pensar eso y ¡Pum! Erección a la vista.

 

 

- Mierda – musitó Sai levantándose de la cama dirigiéndose al baño.

 

 

Al llegar allí se deshizo de todas sus ropas y se metió a la ducha disfrutando de el agua fría, miró hacia abajo viendo que su amiguito aún estaba alzado. Sin pensarlo mucho fue bajando lentamente su pálida mano hasta su entrepierna.

 

 

Estuvo cerca de quince minutos desfogándose imaginando a cada segundo que el de ojos aguamarina era el que lo tocaba aumentando más su morbo, luego se vino con la imagen de Gaara en su mente.

 

 

--

 

 

Ya eran cerca de las seis de la tarde, en la mesa del comedor de la mansión Uchiha se ve como dos personas cenan sumidos en un asfixiante silencio, silencio que parece no molestar al de cabello rojizo, mas si al morocho por lo que decide hablar.

 

 

- Hizo buen día hoy ¿No? – dijo el de cabello corto sonriendo esperando una respuesta, respuesta que nunca llegó “Rayos, y justo hoy teníamos que estar los dos solos, este ambiente no me agrada para nada”

 

 

Miró a su primo que tomaba un poco de zumo y suspiró, su mirada se ensombreció – ¿Hasta cuando piensas ignorarme?

 

 

- No lo hago – respondió el de ojos aguamarina apartando el vaso de sus labios.

 

 

- Si lo haces – le reprochó el Uchiha con un puchero – Es que acaso te doy miedo Gaa-chan

 

 

El pelinegro miraba al pelirrojo con una expresión de mofa en su cara – ¿Cómo… me… llamaste?

 

 

- Gaa-chan – respondió feliz – G-A-A—C-H-A-N

 

 

El de ojos noche alcanzó a agacharse antes que un tenedor fuera clavado en su cabeza, siguió sonriendo sacando el utensilio que había quedado clavado en el respaldo de su silla.

 

 

- Deberías tener más cuidado Gaa-chan - inquirió el otro, sacando el tenedor del asiento - Podrías herir a alguien

 

 

El pelirrojo sólo crispó la lengua y lo fulminó con su aguamarina mirada, Sai solo sonreía contento al ver a SU pelirrojo enojado con él. El de ojos aguamarina ya tenía el ceño fruncido y un leve tic en el ojo derecho; se repetía mentalmente que Sai era parte de su familia y no debía atentar contra él, ¡Pero diablos! el muy desgraciado seguía con esa sonrisa falsa que tanto odiaba.

 

 

Dejó de cenar y se levantó de la mesa sin mediar más palabras con el de cabellos cortos, al cual aquella actitud le pareció muy extraña. Normalmente el Sabaku se lanzaría contra él y trataría de molerlo a golpes (Cosa que nunca podía hacer, ya que el pelinegro tenía más fuerza) pero esta vez, nada.

 

 

“¿Qué le estará pasando?” terminó su comida lo más rápido que pudo y se levantó de la mesa, le pidió a una de las criadas retirara el resto de lo que fue su cena y se dirigió hacia el segundo piso.

 

 

--

 

 

Golpeaba su almohada fuertemente para poder calmar un poco el enfado que sentía. Intentaba, en verdad intentaba alejar al pelinegro de sí pero parecía que mientras más le ignoraba el otro más se acercaba a él.

 

 

No quería… No quería tener que disfrazar sus sentimientos pero no lo podía evitar, sino lo hacía podrían descubrir lo que sentía por su primo y probablemente sus tíos no lo dejarían pasar más veranos en la mansión Uchiha porque era verdad que estos aceptaban ese tipo de relación, mas esto era diferente. Aparte de tratarse de dos hombres ambos tenían un lazo familiar que aunque quisieran no podrían romper.

 

 

- ¡Tsk! – lanzó la almohada contra una de las paredes y se sentó en la cama sintiéndose totalmente frustrado. Sujetó su cabeza con ambas manos y agachó su mirada “¿Por qué? ¿Por qué él y no otro?”

 

 

Sus ojos le estaban comenzando a arder y su garganta se comenzaba a secar “Genial” pensó sarcástico sonriendo de medio lado sabiendo lo que vendría a continuación: lágrimas. Unas cuantas de estas bajaban de sus orbes perdiéndose en el comienzo de su cuello, no pasó mucho cuando sintió unos brazos rodeando su cuerpo “¿Hm?” sabía de quién se trataba, sabía que no debía corresponderle el abrazo, sabía que solo sería algo efímero, mas también sabía que siendo él no podría decir que no, así que buscó refugio en su pecho.

 

 

Lentamente las lágrimas dejaron de fluir, como si ese abrazo fuera lo único que hubiera necesitado. Sai le otorgaba tanta paz – Tranquilo – susurraba el de ojos oscuros en su oído acariciando sus rojizas hebras – No sé lo que habrá ocurrido pero aquí estoy.

 

 

El menor se separó del pecho del mayor un tanto brusco y con la mirada gacha, nuevamente la razón había hecho acto de presencia sobre él indicándole que aquello no era correcto.

 

 

- Gaara… – pronunció el Uchiha con un tono de preocupación – ¿Estás…?

 

 

- Vete – aquella palabra hizo que el de cabello azabache alzara una ceja confuso.

 

 

- ¿Qué? No seas idiota ¿Cómo quieres que me vaya y te deje en el estado en que estás? – le miró enfadado ¿Cómo podía ser tan bipolar?

 

 

- Vete de una vez, Uchiha – el Sabaku mantenía su mirada en un lugar recóndito de la habitación evitando por sobre todo ver las orbes del chico.

 

 

- No hasta que me digas que te ocurre – Sai se cruzó de brazos.

 

 

- ¡Solo vete de una vez! – le gritó el pelirrojo fuera de sus casillas – ¡¿No ves que el tenerte cerca me hace mal?! ¡¿Que te evito para calmar todo lo que estoy sintiendo?!

 

 

El de cabello azabache le miró descolocado, aquellas palabras se repetían en su mente y sonrió, sonrió como nunca antes lo había hecho. Fue hacia el menor que estaba cabizbajo, alzó el rostro de este y unió sus labios en un beso.

 

 

Gaara quedó un poco impresionado al sentir los labios de Sai sobre los suyos, sentir como el otro movía su boca sobre la suya era algo que, se podría decir, siempre había ansiado. Cerró sus orbes aguamarina dejándose llevar por la embriagante sensación de aquel gesto y le comenzó a responder, su boca se moldeaba bien, demasiado bien a la del pelinegro, como si se hubiesen conocido desde siempre.

 

 

Un ‘no es correcto’ pasó por un leve segundo en su mente, mas lo ignoró, por una vez en su vida se dejó llevar por sus impulsos y no por la razón.

 

 

Luego de unos minutos se separaron para recuperar el aire perdido, el Uchiha miró los orbes del menor buscando algo, algo que le diera permiso a continuar, luego de unos segundos lo halló, un pequeño brillo en los aguamarinas le alentó y prosiguió.

 

 

Recostó al pelirrojo en la cama y el se puso a gatas sobre él, luego lentamente comenzó a besar el cuello del pelirrojo sintiendo como el cuerpo bajo el suyo se tensaba debido a la pequeña corriente que le recorrío la espina dorsal. El futuro pintor sonrió de medio lado y prosiguió a quitarle la camisa al menor que le obstruía el paso para saborear más de aquella exquisita piel.

 

 

Desabrochó algo ansioso los botones de la camisa bajo la atenta mirada de Gaara – ¡Ah! – gimió el menor al sentir los labios del mayor repartiendo besos y pequeños mordiscos alrededor de su ombligo.

 

 

- Mmh, eres exquisito Gaa-chan – quitó totalmente la camisa lanzándola a algún lugar de la habitación en tanto besaba y lamía el torso del Sabaku.

 

 

- Ah, sabes… que no me agrada… que me digas ‘Gaa-chan’ – pronunciaba como podía el menor, disfrutando cada una de las sensaciones que el mayor le brindaba.

 

 

El Uchiha semi-sonrió antes de dirigirse a los rosados pezones del pelirrojo y empezar a jugar con ellos, lamiéndolos un poco y pellizcándolos levemente haciendo que ambos quedaran erguidos.

 

 

Luego de terminar con esa tarea comenzó a quitarle los pantalones al pelirrojo, el cual por un leve momento se opuso – Está bien Gaa-chan, confía en mí – puso una de sus miradas matadoras marca Uchiha (xD)

 

 

El pelirrojo volteó hacia el lado abochornado… ¡¡Esa había sido la sonrisa más hermosa que había visto en su vida!! Bufó por lo bajo sintiéndose peor que una quinceañera enamorada y observó a Sai, el cual ya lo había desprendido de sus ropas y miraba embobado su entrepierna.

 

 

“Maldito pervertido acosa penes” le iba a dar un golpe por estúpido mas no lo hizo, ya que el mayor comenzó a acercar lentamente su cara hacia su alzado pedazo de carne “Pe-Pero…”

 

 

Sus pensamientos se desconectaron al sentir la húmeda cavidad del pelinegro apresar su longitud – ¡Ah! – el pelirrojo gemía extasiado por aquellas desconocidas sensaciones por él.

 

 

En tanto el Uchiha succionaba a un paso un tanto rápido el miembro del de ojos aguamarina, concentrándose en guardar cada una de aquellas facciones en su retina; sus labios apretados, sus ojos cerrados, las perlas de sudor que empezaban a caer de su frente, etc. Su excitación aumentaba y creía que no lo podría soportar por mucho tiempo, así que aumentó la intensidad de la penetración en su boca. Cuando llegaba a la punta mordía levemente sacando leves gemidos por parte del mayor, pasó su lengua alrededor de toda la longitud deleitándose con esta.

 

 

Sabaku ya no cabía dentro de sí, jamás pensó en experimentar algo como eso, pero ahí estaba, gimiendo por todas las atenciones que el pelinegro le daba. Sintió como ya estaba llegando a su límite – Sai… me… voy a…

 

 

Pero la oración no fue terminada, ya que antes que lo hiciera llegó al clímax viniéndose en la boca del Uchiha, el cual no dejó que ninguna gota se escapara, Gaara se sentó en la cama y miró al oji-negro totalmente apenado, en tanto este se erguía y con un sonoro ‘glup’ se tragaba toda su semilla, Gaara miraba alucinado toda la acción.

 

 

Luego Sai posó sus labios sobre los de su primo en un beso por demás demandante que el pelirrojo respondió en seguida, notó como el sabor de la boca del mayor variaba un poco a un sabor más ácido, mas no le dio importancia.

 

 

- Tu ropa me… molesta

 

 

- Pues quítamela

 

 

El de orbes aguamarina se separó del mayor y comenzó a desprenderlo de la playera negra que llevaba el otro, luego del pantalón y los bóxers, ahora ambos estaban en igualdad de condiciones.

 

 

- ¿Qué tanto me ves Gaa-chan? ¿A que estoy bueno?

 

 

Gaara rodó los ojos, ni en un momento así el pelinegro dejaría de ser un Uchiha, decidió no contestarle y en vez de eso comenzar a mimarlo; el torso, la espalda, el trasero, etc. En tanto Gaara atendía el cuello del mayor, este lamió uno de sus finos dedos y lo dirigió a la virginal entrada del pelirrojo, ya allí lo metió de una sola estocada haciendo que el menor se removiera incómodo – Tsk, duele

 

 

- Tranquilo – susurró el de ojos noche comenzando a mover su dedo al interior del de ojos aguamarina – ya pasará

 

 

El de cabello azabache comenzó a simular una penetración con su dedo haciendo que Gaara gimiera y moviera un poco sus caderas en busca de más contacto “Qué ansioso” unió dos dedos más la penetración.

 

 

Sabaku gemía descontrolado por las sensaciones, luego de unos minutos de dilatar la entrada Sai creyó que ya estaba listo, así que sacó sus dedos, poso las piernas del mayor sobre sus hombros (dejando ver aun más la rosada entrada) y dirigió su miembro al recto del menor entrando en una sola estocada.

 

 

- ¡AHH! – el pelirrojo gimió fuertemente al sentir como la virilidad del mayor entraba en su ser sintiéndose incómodo – Tsk, duele.

 

 

Sai se consideraba una persona con muuucho autocontrol, pero el tener bajo él a aquel delicioso manjar y no poder moverse dentro de él era una tortura, mas sabía que tenía que aguardar unos momentos para que el dolor pasase, no quería provocarle más malestares a SU pelirrojo.

 

 

Un leve movimiento de caderas por parte del Sabaku le indicó que ya era tiempo, así que se comenzó a mover un tanto lento y suave, Gaara le miró con el ceño fruncido – Oe, que no me voy a romper – el pelinegro sonrió.

 

 

- Solo trato de tener tacto, pero… si tanto quieres que te folle como un desquiciado, lo haré

 

 

Así que comenzó a mover sus caderas más fuertemente arrancándole muchos gemidos al Sabaku, el cual sujetaba las sábanas fuertemente sintiendo que explotaría por tanto placer – Uhmm, Ahhh

 

 

- Mn… Gaa-chan…

 

 

El de ojos noche seguía arremetiendo fuertemente contra el menor, sintiendo su cuerpo convulsionar por segundos.

 

Se dirigió a la cara del menor y besó ferozmente lo labios de este dejándolos un poco hinchados debido a la presión que ejerció en estos.

 

 

- Ehmm… Mal… dito

 

 

- Yo, tam… bien te quiero… Gaa-chan

 

 

Sai presentía que ya estaba cerca, así que tomó la virilidad del menor entre sus manos y comenzó a masturbarla, recorría con su mano toda la longitud y por momentos apretaba un poco los testículos.

 

 

- Ahh… me estoy… vini…

 

 

- Yo… ¡¡Mmmm!!

 

 

- ¡Ahhhh!

 

 

Ambos llegaron al mismo tiempo, Sai dejando toda su semilla en el interior del pelirrojo y el otro vaciándose en ambos estómagos, el azabache cayó tumbado sobre el Sabaku.

 

 

- Sai… pesas – susurró como pudo el menor, agotado.

 

 

- Déjame estar así por un momento… por favor.

 

 

Gaara suspiró en afirmación y sintió sus párpados pesados, miró la cara llena de paz que el mayor tenía a su lado y semi-sonrió antes de cerrar sus orbes y dormirse, en tanto el mayor hundido en el hueco que hay entre el hombro y el cuello aspiraba la fragancia del menor deleitando sus fosas nasales.

 

 

Luego salió del interior del menor suavemente (o tan suave como podría en una situación así) y se posó al lado pasando uno de sus blanquecinos brazos por la pequeña cintura del menor.

 

 

- Buenas noches, Gaa-chan.

 

 

--

 

 

Un nuevo día se hacía presente en la mansión Uchiha, se puede observar como seis personas desayunan tranquilamente allí; un pelirrojo, dos rubios, y tres morochos.

 

 

El pelirrojo bebe su café pensando en la reacción que tuvieron sus tíos cuando les contó acerca de lo de Sai.

 

 

“Ya nos lo esperábamos” crispó su lengua al recordar lo patético que debió verse en esos momentos al escuchar a Mikoto-san decir eso “A decir verdad ya pensábamos que era tiempo para que se declarasen. Tienen todo nuestro apoyo” las palabras del líder de la familia Uchiha le hizo, por primera vez en su vida, sentirse estúpido. ¿Por qué diablos no le había contado a sus tíos antes acerca de eso? Si lo hubiera hecho se hubiera ahorrado muchas penas innecesarias.

 

 

- Por lo que oí ayer se la pasaron bastante bien – el comentario de Itachi lo sacó de sus pensamientos, intercambió un fugaz mirada con Sai al saberse descubiertos – ¡Vamos! que no les de vergüenza - los animó el primogénito de la familia.

 

 

- Cállate aniki – susurra Sai intentando seguir desayunando en tanto Gaara solo permanece con la mirada hacia el lado abochornado

 

 

- ¡Pero no se repriman! – se acerca a Sai – ¿Y cómo fue ototo? ¡Quiero detalles! ¿Acaso practicaste una de las poses del kamasutra yaoi que te di el otro día?

 

 

-¿Que le diste qué?- Sasuke fue el que salió ahora - ¿Por qué se lo diste a él y no a mí?

 

 

- Sasuke – Naruto le miro abochornado en tanto Deidara ya empezaba a emanar un aura asesina.

 

 

- Tú, ya te conoces varias ototo baka, además recuerda que ya te lo había prestado.

 

 

- Sí, pero nunca esta demás ver una buena postura ¿No? porque…

 

 

- ¡Ya basta! – sentenció el rubio de coleta en tanto a Sasuke y a Itachi les bajaba un goterón por la cabeza, cuando Deidara se enojaba no era bueno estar cerca – Itachi, ¡Te callas o te quedas en abstinencia por un mes! en cambio a ti Sasuke… deja de decir tonterías sino me voy a vivir con mi ototo a Alaska.

 

 

- Nooo~~ ¡¡Abstinencia nooo!! ¡¡Todo menos eso. Sabes que necesito mi dosis diaria de sexercicios!! – se quejó Itachi

 

 

Sasuke tomó del brazo a Naruto – ¡Al dobe no te lo llevas a ninguna parte!! – y salió corriendo hacia Dios sabrá donde (arrastrando al pobre de Naruto en el proceso)

 

 

- Noooo, aún no termino de desayunaaar ¡¡¡Teemeee!!! – fue lo último que se oyó del pobre rubito.

 

 

Gaara suspiro aliviado al ver el cambio del tema y miró a Sai, este solamente le sonrió y le dio un pequeño agarrón en el trasero al pelirrojo por debajo de la mesa sin que nadie lo viese, lo que hizo que el pelirrojo diera un pequeño salto y una venita en su sien comenzara a latir.

 

 

- ¡PERVERTIDO! – dicho esto le dio un gran golpe en la cabeza al Uchiha haciendo que se quedara inconsciente.

 

 

Itachi y Deidara miraron a la parejita, para luego largarse a reír…

 

En tanto Gaara permanecía sentado con el ceño fruncido y sin intención de ayudar a su -ahora- pareja que estaba knockout.

 

 

 

 

Definitivamente, los Uchihas no tenían remedio, son y siempre serían unos pervertidos.

 

 

 

 

¡Owari!

 

Notas finales:

Bueno, eso ha sido todo (: espero y les haya gustado. Nos leemos!

 

 

 

Meiko.-


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