Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Los padres que amaban a los amigos de sus hijos. por Mirelle

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen.

Notas del capitulo:

Hola!!

Quisiera dedicar este minasasu a lirio-chan, a la que espero que le guste. Lo hago porqué nos dejará dentro de poco pk se irá de viaje y quiero desearle buen viaje >w<

Muchos besos!!

Por cierto, el yaoi hace mucho daño. Cuidado porqué al final acabaréis como yo, soñando yaoi de inuyasha con Naraku (y ni siquiera me gusta esa serie TT^TT)

Los padres que amaban a los amigos de sus hijos.

 

 

 

Mi nombre es Minato. Muchos ya deben de conocerme. Voy a todas las reuniones de padres de mi hijo, siempre estoy paseando tranquilamente por la villa y saludo a todo el mundo. Así que es normal que algún día os hayáis topado conmigo y os haya saludado sin conoceros.

 

 

 

No, no era que me conocierais y no os acordarais. Lo que pasaba era que me gusta saludar a todos.

 

 

 

Pero nunca creí que ese hecho pudiese traer consecuencias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era una mañana de invierno. Hacía bastante frío en comparación al frío que había hecho días anteriores. Era uno de esos días que cuando hablabas, se te salía el aire cálido de la boca y se te veía el vaho. Uno de esos días donde los niños juegan a fingir que fuman.

 

 

 

Estaba paseando por la calle principal, buscando regalos de navidad para mi hijo Naruto, que ya tiene dieciséis años. Es un niño muy travieso, aunque bueno de corazón. Sí, definitivamente podríamos decir que es el mejor amigo que pudieses tener. Bueno, pues entonces me encontraba paseando cuando de pronto vi a alguien conocido cerca.

 

 

 

Estaba sentado en el banco de un parque que estaba a mi derecha. Miraba al cielo con fastidio y de tanto en tanto giraba su vista hasta el suelo, observándose las grandes bambas que están de moda ahora mientras movía los pies lentamente. Me acerqué a él y le saludé. Era mucho menor que yo.

 

 

 

Era Sasuke, un amigo de mi hijo. Bueno, el único amigo de mi hijo. Y también la única persona del universo que no aguantaba a mí hijo. Sí, definitivamente era un chico muy extraño y solitario. A veces me daba pena, otras me producía interés por el misterio que poseía. Le saludé con una sonrisa y me observó con esos negruzcos ojos tan hermosos dignos de los de su familia.

 

 

 

Vestía una chaqueta bastante desabrigada – qué chico más irresponsable, y qué irresponsable su hermano, que no se ha preocupado de taparle bien – unos tejanos – lo mismo digo ¿Es que no tenía frío? – una bufanda que le cubría media cara, un gorro que le ocultaba su precioso pelo negro azulado y las enormes bambas que he mencionado antes.

 

 

 

-Hola. – murmuró fastidiando volviendo su vista a los zapatos.

 

 

 

-¿Otra vez mi hijo te ha vuelto a dejar plantado? – pregunté. Sí, y era que Sasuke no odiaba a mi hijo por nada. Le odiaba porqué quedaban para verse a una hora y Naruto siempre le dejaba plantado – porqué se iba con su novia Sakura a vete tú a saber dónde.

 

 

 

-Pues sí. – murmuró mientras bufaba sin intenciones de volverse a casa.

 

 

 

Sasuke siempre me daba mucha lástima. Se tiraba horas esperando a Naruto en el sitio en el que habían acordado repitiendo que iría a verle pronto. A veces me quedaba a hacerle compañía, otras muchas veces no. Pero él siempre esperaba con esa expresión triste en el rostro.

 

 

 

Observé las bolsas que llevaba en las manos de compra a mi hijo y me senté a su lado.

 

 

 

-No hace falta que espere conmigo Minato, se lo ruego. No pierda usted su tiempo. – me pidió el menor mientras se fregaba las manos para entrar un poco en calor. Le sonreí.

 

 

 

-No me cuesta nada. Además, quiero quedarme ya que sé que sino te quedarás tú hasta la noche y pillarás una pulmonía. Y nadie quiere eso, ¿verdad? – se sonrojó. El pobre ya debía de tener un poco de fiebre - Por cierto, nada de formalismos, quiero que me tutees.

 

 

 

-Está bien, Minato. – murmuró mientras una sonrisa tierna se formaba en su rostro. Asentí dejando las bolsas en el suelo y me acaricié mis manos que llevaban guantes. Me los saqué y se los ofrecí al moreno, que tenía las manos heladas, a mi parecer. – No, no, gracias. Encima que te quedas a esperar conmigo no quiero que pases frío…

 

 

 

-Bueno… - susurré. Me acerqué más a él, quedando los dos; hombro contra hombro, dándonos calor en esa pequeña zona. Tuve ganas de lanzarme sobre él a abrazarle. Le noté temblar y me le acerqué más, haciendo que apoyara su cabeza en mi hombro.

 

 

 

-¿Qué… hace…? – preguntó tartamudeando y sonrojado.

 

 

 

-¿No tienes frío? Nos estamos dando calor mutuamente, aunque iría mejor si ambos estuviésemos desnudos – al ver que sus ojos se habían abierto enormemente y me observaba hecho un tomate me carcajeé – Pero ninguno se va a desnudar, ¿verdad?

 

 

 

Pensé que era una pena no ver el cuerpo desnudo de Sasuke.

 

 

 

¡¡Un segundo!!

 

 

 

¿Qué había sido eso? ¿Qué hago yo, un padre ejemplar como pocos, hablando sobre ver desnudo al mejor amigo de mi hijo? Es el frío, que me vuelve loco.

 

 

 

Loco es como me está volviendo el olor de champú de Sasuke.

 

 

 

¡¡No!! Pensamientos raros: ¡¡fuera de mi cabeza!!

 

 

 

No sé cuánto tiempo estuve pensando para mí ni cuanto tardó Sasuke en caer dormido en mi pecho, pero el caso era que estaba ya anocheciendo y yo estaba completamente rojo, medio abrazando a Sasuke, que dormía plácidamente sobre mi pecho. Ahora que me lo miraba bien…

 

 

 

La verdad era que el chico era hermoso. Un pelo lacio y sedoso, una piel blanca, hermosísima, envidiada por cualquier diosa del Olimpo, unos labios más rojos y sensuales que la mejor rosa que se haya creado jamás en el mundo, ningún punto negro, ni acné juvenil, ninguna imperfección en su bella cara. Su cuerpo era tal vez un poco demasiado… “Afeminado”. Mi hijo se veía fuerte, sano y musculoso. Sasuke se veía débil, frágil y con bellas curvas en su cuerpo. Parecía una bella princesa.

 

 

 

Bueno, dicen que los príncipes siempre son rubios ¿no?

 

 

 

Me pregunté si podría despertar a la princesa con un beso.

 

 

 

No lo resistí. No sé como sucedió. Ni siquiera sé si me arrepiento ahora, pero lo hice. Cogí su barbilla y colé mi lengua juguetona por su dulce boquita entreabierta. Despertó al instante, intentando adivinar por qué mi lengua intentaba descubrir nuevas sensaciones en la suya. Al poco tiempo, ambas lenguas se encontraron y empezaron un baile donde nos pasábamos la saliva de un lado a otro.

 

 

 

Le empujé un poco sobre el banco y empecé a poner más presión en su boca, como queriéndomela comer. Sabía maravillosamente bien. Es uno de esos sabores que no se pueden describir. Que se sienten pero que son indescriptibles.

 

 

 

Cuando el beso finalizó, nos miramos a los ojos.

 

 

 

Él permanecía sonrojado y yo respiraba agitadamente.

 

 

 

-¿Por qué…?

 

 

 

-No lo sé. No me preguntes nada, sólo vuélveme a besar, por favor. – y así lo hizo. Le cogí la cabeza para que no huyera de mi beso y seguimos besándonos con pasión. Al poco, el beso volvió a terminar.

 

 

 

-Minato, ¿sientes algo? – preguntó. Lo pensé unos segundos y sonreí.

 

 

 

-Mariposas en el estómago.

 

 

 

-Yo también. – susurró entrecortado. – Y calor, mucho calor… ¿Podrías quitarme éste calor que siento?

 

 

 

-Si tú me ayudas a quitarme el mío. – respondí.

 

 

 

Dejé las bolsas con los regalos allí mismo y empujé a Sasuke de la cintura hasta mi casa, que quedaba más o menos cerca. Naruto no aparecería por allí hasta dentro de unas horas. Sasuke y yo nos queríamos divertir a nuestra manera.

 

 

 

Cerré la puerta con una patada y empecé a besar su cuello mientras hacía esfuerzos por sacarle la camisa, que finalmente se tuvo que sacar él. Su cuerpo era precioso, no era falto ni sobrante de nada. Empecé a lamer lentamente sus pequeños puntitos rosas mientras gemía entrecortadamente.

 

 

 

Juntamos nuestras entrepiernas mientras nos besábamos. Erección contra erección. Gemimos de placer. Le llevé casi a rastras hasta el dormitorio y me senté allí con él.

 

 

 

-Sasuke, creo que me atraes mucho. Puede que hasta me gustes, y eso es peligroso. – susurré un poco apenado por mis acciones hasta ese momento. – Podría ser tu padre y de hecho, lo soy, de tu mejor amigo y…

 

 

 

-Hablemos claro Minato. Tú me gustas. Yo te gusto. ¿Nos enrollamos? – susurró.

 

 

 

Asentí como bobo por lo fáciles que había puesto las cosas. Se sentó encima de mi quitándome la camisa y empezó a besarme salvajemente, acariciando mi cabello.

 

 

 

-Hacía tiempo que te amaba, Minato… - susurró Sasuke. – Sólo que no me había dado cuenta. Siempre supe que amaba perdidamente al rubio que vivía en esta casa, pero me confundí de rubio.

 

 

 

-Me acabo de dar cuenta de mis sentimientos, pero no creas que por eso son menos profundos. – añadí mientras sonreía sensualmente, provocándole un apetecible sonrojo. Besé sus mejillas y empecé a desabrocharle el pantalón. - ¿Duele? – pregunté, refiriéndome a la erección.

 

 

 

-Digamos que es molesta…

 

 

 

Rápidamente me la metí toda en la boca, provocando que el menor soltara un grito de sorpresa y de placer. Me relamí y empecé a repartir besos por toda su extensión. Me metía el glande en la boca y dibujaba círculos con la lengua, poniéndola en su agujero, mordisqueando lo que podía…

 

 

 

En un momento me apartó con la mano y se la puso cubriendo su glande, que en segundos quedaba empapada de semen mientras él hacía un gritito de placer. Me miró con un sonrojo y le devolví una pregunta mirándole con los ojos.

 

 

 

-No quería que… te lo tragaras o… que… te ensuciara… por eso… no pude avisarte a tiempo y… perdona el empujón…

 

 

 

Bufé. Ese niño era demasiado para mí. Sobrepasaba mis límites. Sonreí, entendiendo sus acciones, y empecé a bajar mi pantalón y a masturbarme a mí mismo, mientras él me observaba completamente rojo de la impresión.

 

 

 

Cuando iba a correrme cogí su pierna y lo arrastré hasta mí, poniendo su estrada debajo de mi pene de forma que todo el semen de la eyaculación fuera a dar a toda esa zona. El se sorprendió mucho y no pareció gustarle.

 

 

 

-Todavía eres un crío. Si no hubiera hecho esto no habría podido prepararte y ni no hubieses apartado tu semen de mi, lo habría podido probar. – me quejé, cogiendo la mano que todavía tenía empapada y lamiéndola. - ¿Ves? Delicioso…

 

 

 

Introduje un dedo por su entrada empapada de mi propio semen y lo empecé a mover en su interior mientras besaba en la boca al moreno, empezando el juego de lenguas de antes. Colé los otros dos después, ahogando sus gemidos con mi boca.

 

 

 

Finalmente, lo giré de espaldas a mí.

 

 

 

-¿Eh? Pero yo creí que también podía hacerse…

 

 

 

-De la otra manera duele mucho más, pequeño. – murmuré mientras empezaba a morder su orejita. Bufó y alzó un poco la cadera, poniéndome el culo en pompa. Casi muero de la imagen tan sensual.

 

 

 

Puse la punta de mi miembro en su entrada y mientras repartía besos por su espalda introduje el glande completo. Sasuke abrió la boca del dolor y para no gritar, empezó a morder la almohada. Alcé un poco más su culo, provocando que sus piernas se separaran al igual que sus nalgas y se abriera su ano.

 

 

 

Rápidamente, me impulsé en su interior, llenándole todo. Creo que hasta sentí como la punta de mi miembro chocaba contra algo. Ahogó un grito desgarrador mordiendo la almohada y un par de lágrimas se derramaron de sus ojos.

 

 

 

Le senté sobre mi erección y empecé a besar su cuello sin moverme mucho mientras él se acostumbraba a tenerme dentro. Su entrada hacía esfuerzos por echarme como si fuera un intruso, pero me sentí muy feliz, más cercano a Sasuke que nunca.

 

 

 

Un poco de sangre manchó la sábana y observé preocupado a Sasuke.

 

 

 

-¿Estás bien…?

 

 

 

-Duele mucho… - lloriqueó. Besé nuevamente su cuello, acariciándole el torso.

 

 

 

-No te preocupes, cesará pronto…

 

 

 

Así, poco a poco el dolor cesó y empezaron las embestidas. Unas fuertes, otras profundas, otras placenteras… La noche pasó lentamente mientras nos fundíamos en un solo ser. Un solo ser llamado amor.

 

 

 

-Creo que finalmente he comprendido que te amo. – susurró Sasuke mientras se tiraba sobre la cama y cerraba los ojos, cansado. - ¿Puedo quedarme a dormir…?

 

 

 

-Cómo si fuera la primera vez. – reí. – Con Naruto te quedas muchas veces, ya me tocaba a mí…

 

 

 

-ju.

 

 

 

-¡¡Ya estoy en casa!! – gritó la voz de Naruto. Sasuke se empezó a poner nervioso. Le sonreí y me dirigí con una manta en la cintura a donde estaba Naruto. – Uy papá, ¿has tenido una noche movidita…?

 

 

 

-Sí.

 

 

 

-¿Y quién es la afortunada? – dijo en tono pícaro.

 

 

 

-Soy gay.

 

 

 

-Ah… ¿Conozco al afortunado…? – preguntó mientras salía de su sorpresa. Bueno, se lo estaba tomando mejor de lo que creía.

 

 

 

-Mucho. Es tú mejor amigo.

 

 

 

-¿¡Sasuke?! – su cara palideció de golpe y sus ojos me empezaron a observar con odio. - ¿¡Cómo has podido hacerme esto, papá?! ¡¡Él era mío!! – gritó enfadado como niño pequeño.

 

 

 

Sonreí paternalmente y le abracé.

 

 

 

-¿Y porqué creas que te pertenezca y le abandones cada noche por tu chica, él tiene que dejar de ser mío? – le pregunté, para hacerle entrar en razón. Se cayó unos segundos y refunfuñó, corriendo a su cuarto y desasiéndose de mi abrazo.

 

 

 

-¡¡Tendré que darle a alguien más mi abrazo que tú no quieres!! – grité a sabiendas que si insinuaba que iría a abrazar a Sasuke bajaría como una bala a abrazarme. Y de hecho, así mismo lo hizo. – Buen chico…

 

 

 

Ser un padre nunca fue fácil, pero si tenías a alguien que amabas cerca, las cosas se hacían más duraderas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Por cierto, papá, mi novia no es Sakura, es Fugaku. – susurró Naruto.

 

 

 

-NOOOOooooo……

 

 

 

-Despierta Minato, que es un sueño… - gruñó el soñoliento moreno mientras intentaba poner fin a las lágrimas y sollozos de su novio.

 

 

 

A Minato no le parecía tan bien que los padres se liaran con los mejores amigos de los hijos. ¡¡Y quién lo diría!!

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, es una gran tontería, pero espero que les haya gustado.

¿reviews?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).