Tengo la firme convicción que cuando los ojos y la mente están alerta, en busca de que suceda algo, algunas situaciones se presentan ante uno en el momento menos esperado, esta alerta podría llamarse curiosidad o vouyerismo, eso es lo de menos, como me sucedió y que les contaré.
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Iniciaré mi relato dándole las gracias a mi amiga y compañera Hikari que se enfermo de última hora, tuve que viajar de urgencias a Chiba, Japón y hospedarme en el hotel Suna.
Como iba diciendo estuve unos día de Chiba y ese día era como cualquiera, tal vez viernes, tuve un intenso día de actividades que finalizó con una cena en el restaurante del hotel en cuestión, todo fue sin novedad, más se alargó la charla después de la cena, probablemente eran las 12 de la noche o más; y no quise continuar en el bar con el resto del grupo, así que me despedí para ir a mi habitación a descansar.
Crucé el vestíbulo y me dirigí a los ascensores, los cuales son de vista panorámica, me encontraba instalado en el décimo piso, salí del elevador y caminé por el pasillo; ya dije, soy curioso y antes de entrar a mi habitación miré a todos lados, mi vista se detuvo en el ascensor que minutos antes había utilizado, y para mi deleite vi a un hombre que venía descendiendo lentamente dentro del cubo del elevador.
Supongo que vendría de la alberca situada más arriba del piso que tenía, el caso es que era un rubio, lampiño y solo cubriendo su cuerpo con una toalla, todavía se le veía el cuerpo mojado, y puede apreciar su cuerpo atlético, delgado y un poco notorio el bulto debajo de su toalla; al situarse al nivel del piso en el que me estaba, noté que su mirada buscaba algo mientras una de sus manos buscaba en su entrepierna, se tocaba el miembro; pero como nuestras miradas no coincidieron, solo me quedé con la imagen de aquel buen cuerpo que había visto como buen cierre del día, por lo menos podría recordarlo agradablemente antes de dormir.
Entré a mi habitación, descorrí las cortinas, tenía frente a mí las ventanas de todas las habitaciones, ya que todas estaban ubicadas en forma de un gran cubo, de tal modo que su única ventana tenía como vista a las ventanas, alcanzaba a ver unos 8 hileras de pisos, una de cristales, una de concreto, todas ellas con las cortinas corridas o con la luz apagada, me desvestí sin prisa, encendí el televisor y me recosté intentando descansar, solo que mi mente estaba a lo que momentos antes había visto, ese hombre joven y morenito claro, cabellos rubios, cuerpo húmedo y provocador.
No, definitivamente no tenía sueño así que me levanté y fui directamente a la ventana, la abrí un poco para sentir el aire de la noche y al mirar las habitaciones del frente, en el piso inferior al mío se descorría una cortina y se encendía la luz de una lámpara de noche, su luz era clara pero solo en un radio pequeño que principalmente iluminaba la cama, lo que vi me dejó sorprendidísimo…
Era aparentemente el mismo hombre del elevador, no podía ver sus rasgos, pero se despojó de una toalla que llevaba a la cintura quedando en un pequeño slip, también miró hacia las ventanas, al parecer no encontró nada a la vista y se tiro boca arriba en la cama, siempre con la cara vuelta hacia la visión que le proporcionaban las ventanas del frente.
Yo que estaba mirando esto, sentí una emoción e intenso morbo, nunca había sido voyeur y definitivamente la experiencia me gustaba y me estaba excitando, encendí un cigarrillo para relajarme y supongo que la llama al encender el cigarro iluminó mi cara y mi vecino se dio cuenta que tenía un mirón enfrente, cosa que lo impulsó a exhibirse más, se levantó de la cama y encendió la luz de su habitación, lo que llenó de claridad todo, puede ver incluso el color de su slip, guinda de tela brilloso.
Se ubicó al pie de su ventana procurando exhibir todo el cuerpo y se tiró al piso a hacer un poco de ejercicio de manera lenta y estudiada; lagartijas que le marcaban los músculos de los brazos, sentadillas con los brazos alzados que me dejaban ver su cuerpo contraído, flexiones del cuerpo hasta llegar a tocar con los dedos las puntas de los pies, que además me dejaron ver la redondez de sus nalgas, sus piernas largas y fuertes.
Al llegar a esto mi miembro estaba totalmente erecto y húmedo, estaba semidesnudo, solo llevaba puesto un bóxer, no podía ni quería despegarme de la ventana, no me atrevía a encender la luz de mi habitación por el leve temor de que desapareciera esa visión, quería tener ese cuerpo en mis manos y hacer con él todo lo que mi piel deseaba, no sabía si la función me la estaba dedicando a mí, existía esa pequeña incertidumbre, así que sin moverme, excepto la mano con la que acuciaba mi sexo, seguí prendido de aquella erótica función en vivo.
El adonis se incorporó a beber algo, encendió otras luces y regresó a sentarse a la cama, se acostó y empezó a tocarse... sus manos ascendían por el pecho, se detenía en las tetillas, las pellizcaba, las sobaba, se tocaba el cuello, los brazos, la cara; abría la boca, se auto complacía... con lentitud, con cachondeo, llevo sus manos al sexo y empezó a acariciarse por encima, estaba sudando, quería ver más, es decir más detalles, a la distancia que estaba no podía ver lo suficiente.
Lo veía hacer y lo demás lo imaginaba, no veía crecía el miembro dentro del slip aunque si veía que el bulto se iba haciendo más notorio; de repente se dio vuelta en la cama quedando boca abajo y empezó a tocar sus nalgas, metía sus manos, se acariciaba... abría las piernas, arqueaba el cuerpo.
El escenario estaba montado y la función aumentaba el grado de excitación, de tal modo que ya estaba masturbándome, oprimía mi pene hinchado y venoso inicialmente la descapullaba con lentitud para seguir con ritmo acelerado desahogando así toda calentura acumulada... la humedad empezó a cubrir mi mano y el éxtasis pronto inundo mi cerebro y la cortina de la habitación en forma de chorros viscosos de olorosa esperma.
Y mientras espiaba en mi habitación oscura los acontecimientos de la habitación del frente mi ritmo era más acelerado, mi objeto de atención seguía sus danzas eróticas, ahora boca arriba sobre la cama, se sabia observado y encontraba placer en esta situación, sin prisa alguna se despojo de su mini bikini slip y al hacerlo como impulsado por un resorte dio un brinco hacia su abdomen, alzo sus piernas en ángulo recto vueltas hacia la ventana, de tal modo que la visión que ofrecía sus piernas y culo a mi era completa, quito al fina la prenda, bajo las piernas y quedo quieto recostado sobre la cama.
Al parecer me estaba dedicando la función, quedo sin ninguna ropa que estorbara y comenzó a acariciar su cuerpo, se auto complacía con las manos, frenéticamente una mano subía y bajaba por su pene mientras la otra estaba bajo sus nalgas, haciendo juego con sus dedos.
Diríase que terminamos al mismo tiempo porque así me hube corrido el se levanto de la cama y se situó al pie de la ventana, un rato y después de eso, la luz se apago y las cortinas fueron corridas ocultándome ese maravilloso cuerpo.
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Hasta ese momento supe que fui espectador en una función de lo más maravillosa que pudieran captar mis ojos.
Continuará…