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B-DAY por risu-chan

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Notas del fanfic:

¡LE DIGO ADIÓS A AMOR-YAOI!

Así es, dejaré que mi cuenta aquí desaparezca por sí sola (?) pero eso NO significa que me olvidaré de los fics. Me hice una página en FB https://www.facebook.com/ardillarisuchan en la cual:

*Resubiré mis fanfics, corregidos y aumentados

*Seguiré actualizando los fics que se hayan quedado pendientes

*Subiré fanfics nuevos

Entre muchas cosas más.

No olviden visitar la página y darle ME GUSTA (y) ¡Nos vemos en FB!

Notas del capitulo:

¡LE DIGO ADIÓS A AMOR-YAOI!

Así es, dejaré que mi cuenta aquí desaparezca por sí sola (?) pero eso NO significa que me olvidaré de los fics. Me hice una página en FB https://www.facebook.com/ardillarisuchan en la cual:

*Resubiré mis fanfics, corregidos y aumentados

*Seguiré actualizando los fics que se hayan quedado pendientes

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Acababa de amanecer, al menos para el vocalista, el sol no era presente en aquella mañana del jueves 02 de julio del 2009. ¿Cómo podía estar nublado? ¿Acaso no eran ya los inicios del verano y el sol tenía que estar irradiando más fuerte y caluroso que nunca? Al parecer ese día no.

 

 

 

Aun estaba acostado, enredado entre las sábanas de la cama color azul grisáceo; se fregaba los ojos para despertar un poco más y poder levantarse de la cama de una buena vez. Hecho esto, va directo al sanitario y toma una ducha tibia, regresando a su habitación para ponerse algo de ropa e irse, como de costumbre, en ayunas.

 

 

 

Recorría en su auto el estacionamiento en busca de “su” lugar para estacionarse, dándose cuenta que al momento de ir, el bajista de su misma banda había tomado el lugar de enfrente, mirándose cada uno aun en su auto y sonriendo tontamente por la coincidencia

 

 

 

-Hola Saga, buenos días –Saludaba de buena gana y aun algo dormido mientras ambos, al mismo tiempo, bajaban de sus respectivos coches

 

-Buenos Shou –Empiezan a caminar hacia la entrada- ¿Dormiste bien?

 

-Algo… ¿Y tú? ¿A qué hora te marchaste ayer?

 

-Mmmm… Pues me quedé esperando la grabación

 

-Ha, si… Si, lo olvidaba

 

-Respondiendo a la pregunta… Como hasta las tres de la ma ~

 

-¿Las tres? –Interrumpe, inconcientemente- Wow… Yo para la una y media ya estaba totalmente dormido

 

-Te creo, jeje

 

 

 

Estando una vez dentro del lugar, toman el elevador, hasta el quinto piso, estando algo callados durante ese pequeño transcurso, dejando que lo único que se escuchara fuera la musiquita supuestamente relajante, cosa que en verdad desesperaba al bajista

 

 

 

-Oye… Ya es jueves –Al fin había hablado

 

-Si, lo sé –Seguía con su mirada fija a la puerta en lo que llegaban

 

-Y sigue el viernes… luego el sábado… ¿Y luego qué?

 

-Domingo

 

-Ha… ¿Domingo? –Sonríe tontamente- ¿Domingo qué?

 

-Cinco

 

-¿Domingo cinco? De… ¿Junio?

 

-Julio

 

-¡Claro! Julio…

 

-¿Por qué?

 

-No, nada más

 

-No, ya en cerio ¿Por qué? –Lo mira de reojo, indiferente

 

-Por nada, no pasa nada importante el domingo ¿O si?

 

-No, no que yo recuerde

 

-… -Lo mira de reojo- Saga ~

 

-Mande

 

-¿Qué me vas a regalar? –Le jalaba de una de las mangas de su camiseta, luciendo como un chiquillo rogando por un juguete- ¿He? ¿Van a hacer una fiesta? ¿Algo? ¿De perdido un pastel?

 

-Jajaja, no te voy a decir Shou

 

-Entonces es una sorpresa

 

-No, es lo mismo de siempre, ya sabes, tomamos un tiempo aquí para festejar con el manager y para la noche salimos a algún lado

 

-El año pasado terminaron en casa del bajista de the gazette

 

-¡Jajaja! Si~ Reita… Lo recuerdo

 

-Incluyendo su banda

 

-¿Dijiste “terminaron”?

 

-Bueno… Terminamos, aun así ¿Cómo llegamos ahí?

 

-No lo sé, fue idea de Tora… -Se abren las puertas del elevador- Bueno, ya vamos –Sale del asfixiante lugar y su musiquita “estresante”

 

-Hai… -Fue idea de Tora

 

 

 

¿Cómo había pasado que, desde la noche anterior hasta en ese momento, no había pensado en él, en Tora? O más bien, la pregunta más adecuada era ¿Cómo fue a ser el tigre, la persona que ya no podía sacarse de la cabeza?

 

 

 

-No, al carajo, es un amigo, no es amor ni nada… Simplemente te encariñaste de un amigo, no es nada más, no puede pasar nada más

 

-¿Shou?

 

-¿? –Siente que algo le rebota en la cabeza- ¿Qué…? –Voltea a todos lados

 

-¡Hey! –Da un estruendoso aplauso, llamando la atención del vocal- ¿Qué te pasa?

 

-… Nada ~ -Maldita sea

 

 

 

Al parecer, no había nada que pudiese hacer cuando el tigre se encontraba presente, se sentía tan… Torpe. Últimamente, muchas de las veces que lo veía, cuando estaban ya fuera en trabajo o simplemente pasando el tiempo los cinco juntos, pero en esos momentos el vocal sentía como si se fuese a morir.

 

 

 

Se sabe, que las apariencias engañan y bien, todo los engañaba a todos. Kohara, no lucía más que como una persona cínica, ardiente, retador con la mirada, de esas personas “fáciles” (por no decirle de un modo corriente) y que aparentaba disfrutar del fan service más de lo normal, aunque en verdad, no era más que la persona mas tímida de las tímidas, cerrado en ciertas cosas, temiendo a lo que podía pasar hecho sus actos, cohibiéndose de todo y de todos y que cuando al fin se encontraba solo se sentía a salvo.

 

 

 

Por el contrario, el alto pelinegro, el que disfrutaba de una buena siesta cuando se tenía la oportunidad, el que daba tranquilidad cuando todos se sentían al borde del explote, él, si, él también engañaba. No existía persona más correcta que él, cuando estaba sobrio o cuando no se dejaba llevar por los demás; disfrutaba el salir por las noches ¿Quién no lo disfruta? Pero disfrutaba y gozaba más de la cuenta y el resto de la banda ya lo sabía, ya no era de sorprenderse cuando lo veían haciendo cierta o tal cosa.

 

 

 

 

 

 

-¡Par de vagos ~! –Había entrado a la sala de grabaciones, viendo que estaban sentados en el suelo, recargados en la pared, pareciendo estar formados, primero el alto guitarrista, luego el vocal, el bajista y por ultimo, pero no el menos importante, el pequeño guitar

 

-Vago tú –Continuaba tomándose fotos con el bajista- Acabas de llegar

 

-¡No es mi culpa que hubiera trafico…!

 

-Si, si, si… -Da una palmada a su lado- Vente a descansar

 

-… Ok –Deja un par de cosas que traía, y toma lugar al lado del Pon

 

 

 

A pesar de que estuvieran los cinco juntos, estaban en dos pláticas distintas, los primeros dos traían cierta nostalgia por recordar sus momentos en la banda anterior, mientras los otros tres payaseaban al estar tomando fotos aun.

 

 

 

El bajista había tomado la cámara y miraba las fotos, borrando aquellas en donde “no se veía bien” escuchando las torpes risas de los de su lado izquierdo y al mismo tiempo esos susurros de los de su costado derecho

 

 

 

-Perdón Tora… No quise decirlo

 

-Pero…

 

-Fue tonto lo que dije

 

-Pero dijiste que tenías

 

-Si… Pero fue hace tiempo

 

-¿En verdad…?

 

-Si

 

-Shou… ¿Todavía sientes celos de algo?

 

-… De todos –Se posaba las manos sobre sus mejillas, en ratos, sabiendo que se encontraba sonrojado y que esa torpeza podía ir en aumento, bajando más el tono de voz al igual que Tora- Por, porque… Yo he visto como eres, yo sé como eres… Y sé lo que haces

 

-¿Y qué hago?

 

-Tú juegas con todos… Bromeas, te la pasas con todos… Coqueteas con todos, siempre, siempre coqueteas con quien se te atraviese… Pero yo no formo parte de todos ellos

 

-¿? Shou, eres mi mejor amigo… Solo por eso nunca te he coqueteado

 

-…

 

-Créeme que ganas no me faltan –Recarga su cabeza contra la pared- … Yo… ¿Lo estropeo mucho si te doy un beso?

 

-¿Qué? –Voltea a verlo, con los ojos muy abiertos, sintiendo que el corazón empezaba a acelerar sus latidos- ¿Un…? -¿Un beso? ¿De…? ¿De Tora?

 

 

 

La acción pudo más que la razón, porque su razonamiento en ese instante fue de una niña de secundaria tontamente enamorada, ese sentimiento desbordante que inundó cada milímetro de su cuerpo ¿Cómo era posible sentirse tan…? ¿Exactamente cómo se sentía? Torpe, inexperto, temeroso, feliz… Tantos modos al mismo tiempo

 

 

 

-Ok, no… Olvídalo entonces

 

-Pero…

 

-¿Qué? –Le mira de reojo

 

-… -Hace seña de a quien tenía a un lado

 

-¿Saga? No nos está viendo

 

-P-pero…

 

-Jajaja ¿Tienes miedo?

 

-… No lo sé

 

-No exageres Shou, tantos que le has dado a Hiroto y a Saga

 

-Pero eso es fan service

 

-Entonces imagínatelo –Se dirige rápido y cauteloso a los labios del vocal, uniéndolos con suavidad por solo tres infinitos segundos y dejando plasmados en los labios del menor un cosquilleo dulce, tibio, palpitante y cálido que, fácilmente, podía durarle todo el día- ¿Ves? No pasa nada con un beso Shou –Le acaricia una de las mejillas, sonriendo tras notar sonrojo en ellas-  Siempre exageras las cosas

 

-… -Seguía mirando las fotos- ¿Cómo carajo crees que no lo voy a notar? No soy un idiota Tora. Lo fui cuando me dejé hacer lo mismo contigo… Imbecil

 

-… Pero Shou no

 

-¿Yo qué? –Se inclina hacia delante, mirándolos

 

-Que tú no nos vas a correr de tu casa

 

-¿? ¿Cuándo?

 

-Mañana

 

-¿Por qué?

 

-¡Ha! –Se da un tope en la frente, con la palma de su mano- Shou, mañana es tu cumple

 

-¿Ya es mañana?

 

-¡Shou! Vives perdido en tus pensamientos, igual que Saga

 

-Te estoy escuchando ardilla

 

-Bueno, excepto hoy, pero ustedes están igual de perdidos

 

-Siempre en las nubes

 

-Seguramente tú no Naoyuki

 

-Jajaja, ya dejen de pelearse –Se levanta de su lugar- Huumm… ¿Y si mejor vamos a mi casa? Es más grande que la de Kohara

 

-Pero se supone que solo vamos a ir nosotros cinco Tora

 

-Bueno, que decida Shou –Lo mira- ¿Dónde?

 

-… Me da igual

 

-Bien, entonces en mi casa, he dicho

 

-Pero yo me pierdo en tu casa Tora-shi

 

-¿Por qué Hiro-chan? Si solo tengo tres habitaciones, dos baños y medio, sala de estar, cocina, el comedor aparate, la sala donde está el billar con un mini bar, ático, alcoba, balcón, azotea, jardín frontal, patio, estacionamiento para tres autos, terraza, escaleras adentro y dos afuera… ¿Por qué te pierdes?

 

-¡Ja! ¿Y todavía preguntas por qué?

 

 

 

Eso era verdad, si no conocías bien la casa, podías perderte fácilmente. Yo también llegué a perderme así como Hiroto, aunque nunca fui tan desorientado, me perdía a propósito, lo hacía porque creía que si Tora me encontraba, era porque al buscarme él me necesitaba, así como yo necesitaba, bueno, necesito de él… Y al parecer, ahora lo necesito más que nunca, todo por ese beso… Solo por el beso, no creo poder reprimirme nada ya.

 

 

 

 

 

 

Habían dado las doce y diez minutos de la noche. Era una noche más clara de lo normal, la luz de la luna ayudaba a iluminar las calles que estaban algo solitarias y silenciosas, debido a que al amanecer sería un día de trabajo para los demás; pero para  cinco personas, la noche aun era joven.

 

 

 

-Tadaima ~

 

 

 

Habían regresado a casa del alto guitarrista dos de ellos, debido a que fueron por más bebidas, cargando cada uno dos bolsas llenas hasta el tope de botellas

 

 

 

-¿Fueron hasta Kanagawa por el sake o qué?

 

-No

 

-Lamentamos la tardanza, en verdad… Pero a SAGA –Voltea a verlo con cierta molestia- Lo detuvo un tránsito

 

-Vamos Naoyuki, no digas cosas de más

 

-¿Qué no? Hasta te bajaron del auto ¡Todo por manejar en zigzag! Agradezco que se le haya descompuesto el alcoholímetro, porque si no

 

-Jajaja, ya no hubieran vuelto

 

-Exacto

 

-¡Ha ~ Nao! Que amargado resultaste hoy

 

-Bueno… -Saca una botella de las bolsas, alzándola- ¡Salud! Porque burlaron la ley

 

-Jajaja

 

-¡Salud! –También saca una botella, haciendo el pequeño brindis

 

 

 

Claro, cualquier excusa es buena para hacer un brindis, y seguir tomando. A la hora de cinco para las cuatro, solo se encontraban el vocalista, ya algo dormido, y el bajista. Se encontraban en la azotea, los dos mencionados en una hamaca recargándose el uno en el otro, mientras el guitarrista estaba en una silla mecedora color negro, con un cigarrillo Malboro Light a media colilla

 

 

 

-… -Miraba al cielo, admirando la brillante luna con los ojos entrecerrados, meciéndose despacio junto al otro en la hamaca- Tora ~

 

-¿Qué?

 

-Ya me voy –Se baja de donde estaba- Presiento que me voy a quedar dormido si sigo aquí

 

-Pues quédate a dormir, baboso

 

-No puedo…

 

-¿Por qué?

 

-Chiko

 

-Cierto… Tu perro

 

-Shou, ya me… -Lo mira acostado plenamente en la hamaca, durmiendo- Ha~ Nos vemos Tora

 

-Jajaja, si… Maneja con cuidado y deja de zigzaguear

 

-¡Jajaja! Si, lo que digas

 

 

 

Habían llegado hasta la puerta, despidiéndose una ultima vez, pero, en verdad él no se quería despedir

 

 

 

-Una cosa… Tora

 

-¿Si?

 

-¿En verdad creíste que no iba a notar cuando besaste a Shou?

 

-Entonces lo notaste –Se cruza de brazos, recargándose de lado al margen de la puerta e inclinándose un poco hacia enfrente, en dirección de aquel rostro delgado

 

-Más de lo que crees –Se aparta de lado, inclinando la cabeza

 

-¿? Nunca te has apartado cuando te voy a dar un beso –Baja uno de los brazos y con el otro, con su mano, toma con cuidado el mentón del bajista- ¿Qué pasa?

 

-¿Para que me quieres besar si te vas a acostar con Shou al rato? –Toma la mano que le tocaba suavemente y la retira con la misma suavidad- Te cuidas Tora –Da la media vuelta rápido, para escapar de cualquier otra cosa que fuese a pasar

 

 

 

Eso era difícil de procesar en la mente, pero, de cierto modo, el bajista no estaba tan equivocado. Al ver que ya se había marchado en su auto, cierra la puerta principal, poniendo el seguro y da la media vuelta, recargándose contra la pared y dejando su mente en blanco.  ¿Cómo es que llegó a ser una persona predecible? ¿Acaso Shou también se daba cuenta de ello? -¡Cierto! Shou sigue aquí

 

 

 

Caminaba apurado hacia las escaleras para subir a la azotea de una vez, pero se escuchaba un ruido proveniente de la habitación de al lado, que era la cocina, lo cual el instinto de saber quien era le había ganado, porque, era seguro que el vocal no era, él estaba dormido arriba

 

 

 

-¿? –Se asoma a la cocina, con cautela y cierto temor, tranquilizándose un poco al ver de quien se trataba- ¿Qué haces aquí?

 

-Busco leche –Cierra las puertas del refrigerador- Tora ¿Me puedo quedar a dormir?

 

-No tienes por qué preguntar Shou… ¿No estabas dormido?

 

-Abrí los ojos y estaba solo, así que bajé a uno de tus sanitarios a lavarme la cara y ahora quiero saber donde tienes leche… Por que ahí no –Señalaba el refrigerador

 

-Gomen, desde ayer que no tengo… -Empieza a tomar las botellas de licor vacías, apilándolas en la barra de la cocina

 

-Ah… -Se sienta sobre una silla, al otro lado del lugar

 

-¿No quieres una pastilla o algo?

 

-¿? ¿Para qué?

 

-¿No te duele la cabeza? –Lo mira de reojo- ¿Resaca, mareos, vómito? ¿Algo?

 

-No… Se me quita lo ebrio cuando duermo, en parte de que al lavarme la cara desperté mejor

 

-Ok

 

 

 

El único sonido en toda la casa era ahora el de las botellas de licor vacías siendo recogidas, una que otra chocando entre sí, el ligero, hueco y agudo sonido del vidrio. No se miraban, no se hablaban, no hacían contacto entre ellos dos, pero el vocalista, que seguía sentado en la silla ahora un poco más encorvado, quería romper ese silencio que le inquietaba, pero no sabía exactamente que decir ¿Cómo iniciar una conversación con esa persona que era su mejor amigo desde hace años? Eso era en verdad estupido de pensar.

 

 

 

La mente del mayor seguía con aquella frase que el bajista le había dicho hace unos minutos, se aferraba a esa frase ¿Es que en verdad era tan predecible? ¿O acaso estaba en total seguridad de encamarse al vocalista esa misma noche? ¿Por qué pensaba en tal cosa una y otra vez? Quería decir algo, pero no sabía qué, no hallaba cómo decirlo y tenía miedo ya de decir algo, por lo que se quedó con una botella en mano, mirándola y tratando de olvidar esa frase, pero se escuchaban ligeros suspiros pausados, lentos, era el vocalista que quería decir algo y que cuando estaba a punto de decirlo, se ahorraba todo y callaba de nuevo, eso lo sabía bien, era algo característico de su amigo

 

 

 

-¿Pasa algo? –Aun de espaldas al vocal

 

-¿? –Le dirige la mirada, logrando ver solo su espalda- No, nada ¿Por qué?

 

-Sé que quieres decir algo Shou

 

-… Pero no sé que decir, es todo

 

-Igual yo

 

-Sabes… Este silencio me incomoda

 

-Puedes retirarte a dormir

 

-Pero no quiero –Pasó saliva, achicando un poco sus ojos- Quiero estar aquí contigo… -Sentía cómo su pecho se hacía ligero, pareciendo quitarse una gran carga de encima

 

-… Está bien

 

 

 

¿“Está bien”? ¿Acaso el guitarrista no había comprendido lo que quería decirle? ¿Acaso él no era tan obvio como creía que lo era? ¿Tenía que explicar cada punto y coma de lo que quería y se moría por decirle? En verdad eso era más difícil de lo que cualquier otra cosa podía serlo

 

 

 

-No Tora, yo… En verdad quiero estar contigo… Me gusta estar contigo

 

-Eh… A mi también, eres un gran amigo

 

-Shinji –Aprieta los ojos y hace la cabeza de lado, hacia el otro costado- M-me gusta estar… contigo porque… Tú… Es que, tú… M-me gustas y me gustas… mucho y… Y cada que lo pasamos e ~

 

 

 

Cualquier intento para terminar la frase había terminado al sentir esas manos suaves y cálidas sobre sus mejillas, la tranquila respiración del mayor sobre la suya y sus dulces labios juntos otra vez, más profundos que aquel anterior beso en el set de grabaciones oculta y descaradamente escondidos frente a todos.

 

 

 

Sentía unos ligeros mordiscos sobre sus labios y la punta de la lengua del otro empezaba a buscar la suya, invadiendo su boca con cierta experiencia. El aliento empezaba a faltarle más y más a cada probada de aquellos labios tan tentadores, lo cual hizo que separara con suavidad por los hombros al pelinegro

 

 

 

-… ¿Qué pasa?

 

-Me –Respira profundo- Me dejaste sin aire

 

 

 

Nuevamente, una de sus manos había tomado una mejilla del vocalista, acariciándole con el pulgar

 

 

 

-¿Pero qué veo? ¿Acaso ese sonrojo lo provoco yo?

 

-¿Ha? –Tenía los ojos un poco más abiertos de lo normal, mirando con inocencia al guitarrista y una timidez que aumentaba cada que sus rostros se acercaban de nuevo, cerrando sus ojos, preparándose para aquel nuevo beso, siendo sustituido por unas susurrantes palabras

 

-Vamos a la habitación ~

 

 

 

Abrió los ojos, mostrando un brillo que al parecer nunca antes nadie había tenido la fortuna de verlo, ya que hasta el mismo vocalista sabía que esa respuesta en él era diferente a cualquier otra respuesta de cualquier otra “invitación” que haya recibido con anterioridad

 

 

 

-¿Si? –Roza sus labios, dejando escapar un suspiro

 

-… E-está bien

 

 

 

Una de sus manos había sido tomada por una de las del guitarrista, incitándolo a levantarse e ir tras él, cosa a la que no puso pero alguno. Tras haberse incorporado de la silla y caminar siendo guiado tras el pelinegro, se da cuenta de que sus manos estaban entrelazadas y no dejaba de mirarlas, hasta que la oscuridad se hizo presente. A cada habitación que abandonaban, habitación en la que Tora apagaba las luces, dejando atrás esa misteriosa oscuridad con un poco de luz que se colaba por las ventanas, esa hermosa y natural luz azul provocada por la luna y sus misterios, al igual que el misterio y la intriga que estaba empezando a rodear la mente del castaño, es que ¿Acaso estaba pasando en verdad? ¿Se dirigía a la habitación de su supuesto mejor amigo, estando ambos tomados de las manos, siendo guiado por la tentación, el amor y el deseo de volver a probar aquellos labios, de sentir sus cuerpos tan unidos como solo ellos dos se lo pudiesen permitir? Sí, en verdad estaba pasando todo eso.

 

 

 

Alza la mirada, viendo solo la espalda del mas alto y sus cabellos negros, empezando a caer en la timidez, agachando un poco su cabeza, ahora siendo su atención robada por las caderas que tenía frente a él, el modo en que caminaba, tan deseoso, ese no tan grande, pero firme trasero ¿En qué rayos pensaba? Levanta totalmente su cabeza, mirando los techos y los focos que se iban apagando conforme seguían avanzando hacia esa aparente infinita habitación

 

 

 

-Ponte cómodo –Abre la puerta de su habitación, sin prender las luces, jalando hacia el interior al vocalista

 

 

 

Buscaba algo a ciegas la cama, en esa habitación había cortinas, las cuales impedían la clara luz de la madrugada, por lo que, al apenas encontrar la cama, una leve luz alumbraba la habitación, haciendo que voltease detrás de él, mirando una lámpara a la cual el tigre descendía su luminosidad.

 

 

 

Se sienta sobre la orilla de la cama y da una tonta sonrisa, inclinándose luego para quitarse los zapatos y calcetines con los que vestía y terminando esto, sobre sus hombros se apoyaban las manos de Tora, que le estaban empujando hasta terminar acostado sobre la cama, empezando a subir en el cuerpo de Shou y agacharse para dar un beso más, empujándolo entre caricias, llevando al vocalista hasta la cabecera de la cama, quedando cubierto entre los almohadones.

 

 

 

La habitación se empezaba a llenar de suspiros, la mayoría siendo expulsados de los labios del castaño. A cada caricia más cada milímetro de su piel se iba exponiendo entre esa leve luminosidad, sintiendo al principio algo de vergüenza, notando las miradas seductoras del mayor sobre su cuerpo. Devoraba con sus ojos ese cuerpo que aun estaba bajo las ropas, ansiando que éstas empezaran a desaparecer de una vez, pero si tanto lo deseaba ¿Por qué esperaba a que el tigre empezara a hacerlo, si él mismo podía? Se incorpora un poco más, logrando estar semi-sentado aun atrapado entre los almohadones y el cuerpo del otro, había plasmado sus labios en el cuello del que tanto estaba deseando, dando ligeros besos mientras sus manos empezaban a recorrer la camiseta del mayor, buscando los botones y así empezar a desabotonarlos, empezar a hacer que sus ropas se esfumaran.  El pelinegro había recostado nuevamente al castaño sobre la cama, sus camisetas yacían en el suelo hace tan solo un par de segundos desde que habían sido despojadas de sus cuerpos, sus sentidos se habían agudizado mucho más, por lo que al sentir las delicadas manos del vocalista sobre el borde de su pantalón y empezar a quitarlo, su piel se había erizado, un cosquilleo parecido a una leve corriente eléctrica le recorrió el cuerpo en cuestión de segundos y sus manos ahora apoyaban a las del menor, tomándolas y llevándolas un poco mas adentro de donde ya estaban.

 

 

 

Con cautela estaba empezando a deshacerse de los ajustados pantalones del vocalista, escuchando esos suspiros siendo exhalados de un modo excitante, admiraba el pecho del otro sobresaltarse en la respiración profunda y pausada, cosa increíble, ya que no había iniciado nada, al menos nada tan fuerte por el momento. Introduce poco a poco su mano derecha en la ropa interior del castaño, jugando al principio con las puntas de sus dedos rozando levemente las caderas, desviando las manos por la entrepierna y subiendo, hasta empezar a sentir esa atención necesitada del menor

 

 

 

-¡Ha~! T… T-Tora…

 

-Sh… -Se recuesta un poco mas sobre su cuerpo, suspirando susurros- Es duro

 

-… ¿? –Respiraba profundamente

 

-Pero duro es bueno –Deposita un largo y húmedo beso, tanto en sus labios como en su lengua, domándola, al igual que su mano empezaba a domar la rigidez que tenía entre ella, acariciándole y recibiendo a cambio gemidos ahogados entre sus bocas

 

 

 

Introduce su otra mano igualmente, primero sobre las caderas, por lo cual, ahora las sostenía con firmeza y resbalaba, quitando así el pantalón y la ropa íntima del menor, provocándole esa nueva coloración en sus mejillas acaloradas. Besaba apasionante cual cada milímetro de piel del castaño le diera vida, al paso que dejaba que éste fuera desvaneciendo lo ultimo que portaba de ropa, extasiándose mas de lo que podía imaginar.

 

 

 

El castaño se arqueaba y gemía a cada leve pero firme movimiento del compás húmedo que le rodeaba por la entrepierna y su largo, ahogándose en sus intentos por reprochar los suspiros y gemidos que eran inútiles de mantenerlos dentro, era simplemente que esa sensación de la lengua del mayor en su intimidad le revolcaba tanto por fuera como por dentro, al mismo tiempo que se besaban, tratando de asimilar, si le estaba besando ¿Qué se encontraba en su intimidad entonces? No quería abrir los ojos y no por miedo, si no por no querer perder esa sensación placentera, que volaba y acaloraba la estancia en aquella oscura y pasional habitación. La mano le tomaba con mas fuerza, suponía eso era y suponía bien, mas de la cuenta. Se había vuelto en la mano del pelinegro y sin previo aviso, sin siquiera él mismo percatarse de ello.

 

 

 

Su mano se escurría lentamente hacia la entrada del menor, aun con aquella sustancia entre sus dedos que servían de lubricante, introduciendo de golpe dos de sus dedos, haciendo unos movimientos duros dentro del vocalista, desgarrándole gritos roncos que se confundían ya entre dolor o placer conforme sacaba y metía aquellos dos dedos con un ritmo constante.

 

 

 

Una lágrima estaba a punto de escurrir por una de sus mejillas y confundirse con el sudor que empezaba a aparecer en su rostro colorado, ya la garganta enronquecida empezaba a dolerle casi igual que su intimidad. Aquella lágrima se atrevió a deslizarse y caer hasta inicio de su cuello cuando la virilidad del pelinegro empezó a introducirse en él, haciendo que la voz recuperara tonalidad y fuerza, dejando escapar gemidos suspirantes en el aire, dejando que se unieran a los del mayor, dejando que el calor se desbordara entre sus cuerpos, entre la habitación.

 

 

 

Se había quedado estático por tan solo un par de segundos, empezando a recostarse de nuevo en el cuerpo del vocalista, al paso que se inclinaba, se iba introduciendo poco más de lo que ya estaba, sintiendo como se volvía a estrecharse, apretujando con sus piernas, apretujándolo a él con sus piernas, eso era de esperarse, no le sorprendía. Se escuchaba lo quejumbroso del menor, diciendo su nombre una y otra vez sin detenerse, gimiendo al compás de las embestidas que el mayor le proporcionaba, cada vez mas profundas e intensas, cada vez más placenteras. Las manos del castaño le rodeaban por la espalda, encajando sus cortas uñas en su piel y, cuando sus cuerpos estaban lo suficientemente juntos, lo mordisqueaba levemente por sobre el cuello, quejándose a la altura de sus oídos, tratando de hacer alguna frase, pero ninguna palabra en concreto salía, tan solo suspiros. El pelinegro trataba de no sentir la profundidad de esas uñas en su espalda, eso tan solo le podría distraer del momento que ansiaba que llegara, aquel en el que dejara huella dentro del vocalista, en el que podría decir orgullosamente que lo había tomado y no existiera manera de negarlo, aquel momento que en ese segundo ya se estaba haciendo realidad.

 

 

 

Mordisqueaba ahora un poco más profundo la piel del guitarrista, acariciándose el rostro con aquella piel desnuda, aquel líquido tibio se derramaba desde su interior por sus piernas, del interior del pelinegro a su interior, de entre ambos cuerpos, juntándose y revolcándose entre ambas pieles.

 

 

 

Aflojaba las piernas, soltando las del vocalista, saliendo de él, dejándose recostar un poco encima para musitar entre suspiros aquel beso que se desea cuando no tienes fuerzas ya siquiera para besar, pero que de todos modos ambos deseaban y necesitaban. Aquella unión de labios fue mas larga de lo que esperaba o tal vez le pareció larga ya que su cuerpo se encontraba desfallecido, por lo que se acuesta plenamente a un lado del castaño abrazándole de lado y llevándolo un poco encima de si mismo, con una sonrisa exhausta.

 

 

 

Recuesta su cabeza en el pecho del guitarrista, sintiendo como sus cabellos húmedos de sudor se pegaban entre su rostro y el pecho del otro, también poseía una sonrisa, aunque el pelinegro no la viera, pero que sabía que el mismo guitarrista sabía que tenía

 

 

 

-… Tora ~ -Acariciaba el pecho del mayor con sus débiles dedos

 

-Mande –Empezaba a juguetear con los cabellos del menor

 

-Yo… -Suspira- Yo

 

-Lo sé Shou –Sonríe a sabiendas de lo que iba a decir- Lo sé… Y yo también

 

-¿En verdad? –Alza un poco su rostro, hasta mirarle de perfil

 

-Si, y mucho… Aunque no se note

 

-… Gracias

 

-¿? ¿Por qué?

 

-Por quererme… Así como yo a ti

 

-No seas tontito –Lo alza un poco más, para depositar en sus calidos labios un nuevo beso, tomando su mano, entrelazando sus dedos- Ya durmamos de una vez… Tan solo un par de horas ¿Si?

 

-Si… Buenas noches Tora

 

-Buenas noches, amor –Le da un ligero beso en la cabeza

 

 

 

El castaño acariciaba con su pulgar aquella mano que tenía entrelazando sus dedos, cerrando sus ojos con una de las más hermosas sonrisas dibujada en sus labios. Duerme tranquilo abrazado al cuerpo del mayor, sabiendo a la perfección que desde aquel día en adelante, todo marcharía mejor de lo que siempre esperó.

Notas finales:

¡LE DIGO ADIÓS A AMOR-YAOI!

Así es, dejaré que mi cuenta aquí desaparezca por sí sola (?) pero eso NO significa que me olvidaré de los fics. Me hice una página en FB https://www.facebook.com/ardillarisuchan en la cual:

*Resubiré mis fanfics, corregidos y aumentados

*Seguiré actualizando los fics que se hayan quedado pendientes

*Subiré fanfics nuevos

Entre muchas cosas más.

No olviden visitar la página y darle ME GUSTA (y) ¡Nos vemos en FB!


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