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The darkness is not ever the best por Mirelle

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenencen.

Notas del capitulo:

Último día de clases, sí!!!

Pondré contis de mis demás fiks cuando pueda. ^w^

Disfruten de este!!

Lo oscuro no siempre es lo mejor.

 

 

-Cinco mil. ¿Alguien da más?

 

Esa voz de nuevo. Se iba repitiendo sin parar, taladrándole los oídos. El moreno se revolvió, mareado, sintiendo los efectos de la droga que le habían subministrado antes. Intentó caminar mas la cabeza se le iba.

 

Oyó un pitido.

 

-Cien mil. ¿Alguien da más?

 

Sintió una mano examinando su desnudo cuerpo y bajándole la única prenda que conservaba, su ropa interior. Otro pitido – e incluso dos de seguidos – le molestaron de nuevo los oídos.

 

-Cuatrocientos mil. ¿Es la última oferta? ¿Nadie da más? A la de una, a la de dos, a la de tres… ¡Vendido al mejor postor! En este caso, vendido al señor Orochimaru. – sintió como alguien le movía. - Podemos pasar con la siguiente mercancía, un joven danés que…

 

Sasuke pensó entonces que se encontraba en un buen apuro.

 

 

 

 

 

-Por favor.

 

-No.

 

-Por favor.

 

-No.

 

-Por…

 

-No.

 

-Vamos, Sasuke, ¿qué te cuesta? Es sólo acompañarme a un parque de atracciones, allí nadie muerde… vamos… ¿Es que tienes miedo de los conejitos gigantes que dan globos a los niños…? – le picó Naruto. Sasuke suspiró.

 

-Es que no entiendo porqué tengo que acompañarte a una cita con tu nueva novia Sakura, no le veo el sentido. – explicó mientras observaba los ojos azules con decisión. – No pasará nada especial que no pase si me quedo en casa…

 

-¡¡Pero es que seguro que me encuentro más relajado si estás tú a mí lado…!! Es nuestra primera cita juntos y…

 

-Naruto, Itachi no me dejará. Ya sabes lo sobre-protector que es. – rió sasuke, por haber encontrado una excusa decente, pero Naruto no le dejó disfrutarlo demasiado. El rubio le observó con una sonrisa burlona.

 

-Entiendo que quiera protegerte cuando te vas a discotecas con esa mala gente con la que te juntas, pero estoy seguro de que si le pido que me acompañes a un vulgar parque de atracciones me dirá que sí.

 

-¡¡Mis amigos no son mala gente!! – interrumpió el moreno. – Sólo les gusta fumar, armar escándalo, las motos, el humo, la violencia, beber… ya sabes lo que se dice: ¿Si no fumas, no bebes, no follas, para qué vives, gilipollas?

 

-No me cambies de tema. – gruñó disconforme el rubio. – Si me acompañas te prometo que te haré los deberes por dos semanas.

 

-Ya, claro, y suspenderlo todo. No, muchísimas gracias.

 

-¿Te lavaré la ropa?

 

-Me gusta ir limpio.

 

-¿Te haré masajes?

 

-Puedo pagarme a masajistas profesionales…

 

-¡¡Ya sé!! – A Naruto se le acababa de iluminar la bombilla. - ¡¡Te cubriré ante Itachi cuando quieras irte con tus “amigos”!! – exclamó feliz. – Y si quieres, te cubriré toda la noche para que tu novio y tú podáis hacer vuestras cosas.

 

-¿Y porqué tú lo digas tengo que enrollarme yo con Gaara?

 

-¡Eh, yo no elegí el novio! – susurró con una sonrisa el rubio mientras se echaba a reír. Sasuke puso una mueca de interés.

 

-Y según tú… ¿Con quién estaría yo bien como pareja…?

 

Naruto enmudeció.

 

-Pues… con… alguien… no sé, como yo, que no sea… motorista, ni tenga una cara de odio siempre, ni te trate de forma ruda ni… ¡¡Todo lo contrario a Gaara, carajo!! – gritó muy nervioso, sintiéndose completamente sonrojado. Sasuke suspiró.

 

-Alguien como tú… - sonrió mientras le observaba de arriba a bajo. – No lo sé… ¿Me concederías esta noche, rubito…? – murmuró de forma sensual a su amigo, que no sabía ya donde meterse de la vergüenza que estaba pasando.

 

-No te atrevas a tocar a mi novio, Uzumaki. – gruñó Gaara mientras agarraba a su novio de la cintura, atrayéndole a él. Sasuke se sorprendió por el repentino jalón pero luego besó al pelirrojo encantado. - ¿Naruto te molestaba de nuevo, amor? – preguntó.

 

Gaara vestía completamente como un motorista, con los pantalones negros de cuero y ajustados típicos. Tenía siempre una mirada de odio para con todos aunque a Sasuke le observaba de forma lujuriosa. El rasgo más destacable de su carácter era que era terriblemente celoso para con su moreno (sí, suyo).

 

-No, sólo me pedía una cita. – susurró el moreno haciéndose el inocente (escondiendo los cuernos de demonio). Gaara gruñó cabreado y agarró del cuello de la camisa al rubio (asustado), enseñándole el puño. – Pero tranquilo, le he dicho que no… - la presión en el cuello de la camisa disminuyó. – Pero luego me ha querido manosear… - finalmente el puño del pelirrojo se estrelló en la cara del rubio mientras el moreno reía malignamente.

 

-¡¡Eres maligno, Sasuke!! – gritó dolorido su “supuesto” amigo.

 

-Lo sé. – Sasuke le enseñó la lengua y se colgó del cuello del pelirrojo. - ¿Me llevas a dar una vuelta en la Harley? – Gaara asintió agarrándole el trasero descaradamente y besándole con fuerza. Antes de irse, Sasuke observó al rubio. – Nos vemos el domingo a las tres en el parque de atracciones. Recuerda que has dicho que me cubrirías. No lo olvides.

 

-Puto interesado… - gruñó Naruto mientras se acariciaba el moratón del ojo.

 

 

 

 

 

 

 

-¡Ah, Dios mío, eres tan grande…! – gemía sin control el moreno mientras notaba la verga del pelirrojo entrar en él. – Dame más fuerte, Gaary, te necesito completamente dentro… - gritó al sentir como el pelirrojo le hacía caso.

 

-Me encantas, morenito… siempre tan estrecho… ¡Es un placer romperte el culo cada vez…! – gritó feliz el pelirrojo mientras se introducía más internamente en Sasuke, provocándole unas embestidas muy placenteras. – Mira, ya empieza a salir la sangre…

 

-Déjala y céntrate en darme más fuerte, Gaary, que me vengo.

 

La pareja eyaculó a la vez, Gaara dentro de Sasuke y Sasuke entre los dos. Ambos estaban cansados, pero Gaara no había terminado todavía. Se volvió a posicionar sobre Sasuke y volvió a embestirle de nuevo.

 

El moreno no se quejó, sabía que no debía hacerlo. Soportó el dolor y el placer que le brindaba de nuevo su pareja. Las caderas le dolían en demasía pero aún así seguía sintiendo el placer que el pelirrojo se esforzaba en darle.

 

-Te amo. – susurró el mayor.

 

Sasuke se quedó pensativo.

 

 

 

 

 

Llegó el domingo y Sasuke se vio obligado a usar una camisa de manga larga y cuello alto para poder ocultar las marcas que su novio le había dejado en el cuerpo. Esperaba a Naruto y a Sakura en la entrada del parque, quejándose internamente de sus dolores en la parte más baja de su cuerpo.

 

Al cabo de un rato, vio llegar a Naruto.

 

-Perdona el retraso, Sasuke.

 

-Tranquilo, a tu retraso mental ya estoy acostumbrado. – bufó.

 

-¡¡Me refiero al retraso en la cita, teme!!

 

-Claro, yo también. – suspiró. – No veo a Sakura acompañándote. ¿Puedo saber donde se ha metido tu “gran cita”? – Naruto bajó la mirada. – Tienes miedo de decirme que no aceptó tu invitación porqué crees que me iré, ¿no? – el rubio asintió y Sasuke le acarició la cabeza. – No importa, vamos.

 

-¿Me acompañarás igualmente? – se sorprendió el rubio. Sasuke no pudo evitar enternecerse y sonreír. Asintió y empezó a caminar hasta la taquilla para comprar las entradas. Ninguno de ellos se dio cuenta de que un grupo de chicos les miraban con sonrisas extrañas y les seguían.

 

Compraron las entradas y Sasuke acompañó a Naruto por todo el maldito parque, esperándole debajo de las atracciones, como hacen normalmente las mamás con sus hijos. Naruto se lo pasaba en grande y no dejaba de saludar a Sasuke desde donde fuese.

 

-¿Te lo estás pasando bien? – preguntó con una sonrisa Naruto después de bajar de la montaña rusa. Sasuke le sonrió y asintió. No podía evitarse sentir extraño frente al rubio. Era eso… ¿Amor? Naruto corrió hacia una montaña rusa de agua, volviendo a dejar solo a Sasuke.

 

La cola fue larga, pero estaba seguro de que valía la pena. En lo alto de la atracción, cuando estaba a punto de saludar al moreno, vio que unos extraños hombres se le estaban acercando por detrás. Quería avisarle, pero Sasuke tan solo le saludaba con una sonrisa inocente.

 

Al caer por la cuesta, Naruto cerró los ojos a causa del agua que le empapó. Cuando los volvió a abrir, Sasuke ya no estaba.

 

 

 

 

-Vaya, pero mira qué muñequito tenemos por aquí… - susurró uno de los hombres mientras empujaba al moreno que había estado arrastrando contra la pared del callejón en el que se encontraban. – Nos irá perfecto…

 

Sasuke se intentaba reponer de la fuerza con la que ese hombre le había lanzado.

 

-¿Tenéis algún problema?

 

-No, esperemos que tú tampoco para venirte a divertir con nosotros. – susurró un hombre tan musculoso que se asemejaba a un armario gigante.

 

-No os veo cara de divertidos precisamente… - murmuró en un intento de buscar una salida a su situación. Al no encontrarla, suspiró. Intentó pelear, golpeó a dos de los cinco que había, pero no encontró solución. Finalmente, se dejó agarrar, siendo consciente de que nunca más volvería a ver a Naruto ni a Gaara.

 

 

 

 

 

 

-Cinco mil. ¿Alguien da más?

 

Esa voz de nuevo. Se iba repitiendo sin parar, taladrándole los oídos. El moreno se revolvió, mareado, sintiendo los efectos de la droga que le habían subministrado antes. Intentó caminar mas la cabeza se le iba.

 

Oyó un pitido.

 

-Cien mil. ¿Alguien da más?

 

Sintió una mano examinando su desnudo cuerpo y bajándole la única prenda que conservaba, su ropa interior. Otro pitido – e incluso dos de seguidos – le molestaron de nuevo los oídos.

 

-Cuatrocientos mil. ¿Es la última oferta? ¿Nadie da más? A la de una, a la de dos, a la de tres… ¡Vendido al mejor postor! En este caso, vendido al señor Orochimaru. – sintió como alguien le movía. - Podemos pasar con la siguiente mercancía, un joven danés que…

 

Sasuke pensó entonces que se encontraba en un buen apuro.

 

Lo habían secuestrado para venderlo ilegalmente al mejor postor, que había resultado ser ese Orochi… ¿Cómo se llamaba…? Ah, sí, Orochimaru. Notó como los hombres lo arrastraban hasta el que lo había comprado y lo dejaban arrodillado delante suyo. El hombre le agarró de la barbilla y le examinó.

 

-Hermoso… Esta misma noche le probaré.

 

Aún drogado, Sasuke notó la lujuria en la voz del hombre y se estremeció.

 

 

 

 

 

 

 

-Ropas negras, gente musculosa y… ¿Cómo has dicho que era la marca que llevaban en el gorro…? – preguntó Gaara mientras intentaba descubrir quién se había llevado a Sasuke. Naruto observaba a su alrededor, con miedo de los demás motoristas que le observaban con el ceño fruncido y malas miradas.

 

-Era una cruz. Negra. Con una rosa en el centro.

 

Gaara soltó un gruñido.

 

-Si no hacemos nada, Uzumaki, mucho me temo que nuestro querido Sasuke va a ser prostituido o con más suerte, vendido a algún viejo asqueroso que quiera disfrutarlo cada noche. Acompáñame.

 

A Naruto le sorprendió la frialdad de Gaara.

 

-¿No se suponía que era tú amado novio?

 

-Bueno, sí, pero a diferencia de ti, no me importa compartir las cosas con los miembros superiores de la jerarquía de la calle. Traducción para imbéciles: No me importa que un viejo se lo tire si no me matan a cambio. – anunció el pelirrojo con una sonrisa. Naruto sintió muchísima rabia y se prometió que alejaría a Sasuke de aquella gente.

 

 

 

 

 

 

Orochimaru acariciaba con gusto las piernas de su nueva inquisición. Le había dado al moreno una buena dosis y estaba seguro de que no sería consciente de lo que pasaba hasta al cabo de unas horas. Sasuke observaba como el hombre besaba sus muslos lentamente, como si la situación no fuese con él, ausente.

 

Los ojos se le paseaban por la habitación, tenía sueño pero no podía dormir, quería cerrar los ojos pero se le abrían, quería salir corriendo pero permanecía allí, siendo acariciado por ese hombre que podría ser su abuelo.

 

-¿Dónde has estado todo este tiempo, hermoso ser? – preguntó el hombre mientras estiraba a Sasuke sobre la cama, colocándosele encima. Sasuke no podía contestar.

 

Orochimaru empezó a besar y morder toda la piel visible de su pecho, con ternura pero sin cuidado de dejar marcas bien visibles y rojizas. Marcas que le marcaban como suyo. En esos momentos, Sasuke se sentía asqueado, muerto…

 

-Por favor, sigue, no te cortes. – interrumpió Gaara entrando en la habitación, dejando ver al guardaespaldas que había esperado en la puerta muerto. – Sólo he venido a asegurarme de que me lo devolverás cuando termines.

 

Sasuke le observaba indiferente. En el fondo, siempre supo que no se podía confiar en Gaara. No quería, no quería que ocurriese eso. Orochimaru pareció satisfecho con la respuesta del menor y volvió a su tarea de morder al menor. De pronto, coló dos de sus dedos en su interior, provocando un ligero sobresalto de miedo en el moreno.

 

Gaara permaneció callado.

 

-Por… favor… no…

 

-¿Me estás rogando, muñequito…? – preguntó con una sonrisa burlona Orochimaru. Sasuke había hecho todos sus esfuerzos para decir aquellas palabras y el otro se burlaba de él. Sentía morirse…

 

-Na… ru…

 

-¡¡SASUKE!! – el rubio irrumpió en la habitación, golpeando a Gaara y apartando a Orochimaru se la cama, agarrando a Sasuke. – Sasuke, Sasuke… ¿Cómo te encuentras? ¿Te ha hecho algo…?

 

Orochimaru iba a intervenir pero Gaara le disparó una hermosa bala entre los ojos, matándole al segundo.

 

-Corramos, antes de que vuelvan. – gruñó el pelirrojo.

 

Naruto cogió a Sasuke fuertemente y lo apoyó en su pecho. Observó con una mueca a Gaara y negó.

 

-Tú no has hecho absolutamente nada para ayudarle, pretendías quedarte mirando…

 

-Pero…

 

-Largo.

 

Gaara apuntó a Naruto con el arma.

 

-Suelta a Sasuke y márchate tú.

 

Naruto empezó a correr con Sasuke en los brazos, sosteniéndole bien fuerte. Se escondió detrás de una pared. Cogió el arma del guardaespaldas que había tumbado Gaara y le disparó a él, hiriéndole en un brazo.

 

-¡¡Maldito!!

 

Naruto observó al inconsciente Sasuke drogado y volvió a disparar, esta vez matando al pelirrojo de un disparo en el corazón. Limpió las huellas del arma con la camiseta del muerto y se la dejó allí, huyendo con el moreno.

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Por qué has hecho eso…? – preguntó Sasuke estirado sobre la cama del hotel donde se habían alojado, observando con una mueca al rubio. Naruto se sentó a su lado y sonrió.

 

-Cuando iban a cogerte, me di cuenta de algo muy importante.

 

-¿Muy importante?

 

-De que te amo.

 

Sasuke enmudeció y Naruto aprovechó para besarle con pasión. El moreno correspondió, atrayendo el cuerpo del rubio sobre sí.

 

-¿Vas a dejar esa vida?

 

-¿Por ti? – preguntó Sasuke.

 

-Por mí.

 

-Por supuesto. – sonrió y volvió a besar a Naruto. – Creo que yo también te quiero, dobe…

 

-Yo dije “amar”.

 

-Pues eso, “querer”.

 

-¡No es lo mismo! – exigió el rubio.

 

-Claro que no. Yo te quiero.

 

-¡¡Pero yo te amo!!

 

Sasuke sonrió malévolamente.

 

-Pues yo te quiero.

 

-¡¡¡¡TEMEEEEE!!!!

 

THE END

 

Notas finales:

¿TE HA GUSTADO?

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