Stress Navideño
Miles de árboles en vitrina, regalitos de mentira para decorar, luces, villancicos, consumismo navideño, stress navideño, Santa Clauses en cada Shopping, muchísima gente comprando y un Naruto aproblemado buscando un regalo que le llegase a gustar a él.
Sí, él. El mismo que le causaba dolores de cabeza cada vez que había que regalarle algo. La última vez, para su cumpleaños, se había ahorrado el esfuerzo y le había dado una gift-card, olvidándose de las complicaciones. Sin embargo, ¡era Navidad! ¿Qué más aburrido que una gift-card?
Esta vez afrontaría los problemas y buscaría algo que le gustase, después de todo sería la primera Navidad que pasaran juntos desde que él hubiese vuelto.
Naruto buscaba un regalo para su papá.
Buscó una librería. Le regalaría una pluma fuente y punto. Compraría una de buena calidad, luego le grabaría el nombre, la envolvería preciosamente, y su padre la amaría.
Sí, sería un excelente presente.
Entró como pudo a la famosa librería del centro comercial y entregando su vida en ofrenda a los dioses, logró llegar al mesón donde atendían, mientras una ola de gente lo asfixiaban contra el mesón.
Llegó finalmente un chico a atenderle, de muy malas ganas, se notaba. No se podía esperar nada mejor en pleno 24 de diciembre.
- ¿Qué desea?.- Preguntó con voz gélida y mirada cortante.
- Una pluma fuente.- Respondió con el poco aire en los pulmones, mientras aún la gente lo presionaban contra el mesón.
- Qué marca o estilo.- Habló de nuevo.
- No lo sé, muéstrame las mejores, o todas.- Contestó. Apenas y si podía respirar. Miraba con envidia al chico tras el mesón que aún tenía espacio.
- ¿Crees que tengo tiempo o ánimo?.- El vendedor lo miró molesto.- ¡Mira cuánta gente hay, no puedo perder el tiempo mostrándote todo!.- Le hirvió la sangre al rubio.
- Escúchame bien,...-Leyó el pequeño cartelito en la camisa del tipo.- Sasuke, ¡soy un cliente! ¡Respétame al menos!
El chico desapareció, Naruto desconcertado no supo si había ido a buscar las plumas o lo había dejado hablando solo.
Suspiró como pudo y se puso a pensar en lo desagradable que era el sujeto aquél, ¡y eso que parecía muy joven!
Lo vio volver con tres cajitas alargadas, las que abrió y mostró al cliente.
- La del medio.- Alcanzó a decir, antes de que la gente a su alrededor volviera a embestirle contra el mesón dejándolo sin aire.
El frío muchacho de preciosos ojos negros lo miraba inexpresivo, extendiendo su mano con el vale, ajeno a su dolor.
Naruto, con voluntad, logró tomarlo y llegar a la caja, donde pagó una estrepitosa suma; luego se arrepintió de haber invertido tanto dinero.
Llegó entonces al empaque y retiró la bolsa que incluía su regalo ya envuelto. Cuando por fin alcanzó la entrada/salida de la tienda, fue como "expulsado" por la gente del interior, saliendo casi despedido por el impulso.
Se sentó en una banca del Shopping.
- Ahora entiendo lo que es el stress pre-navideño.- Se quejó hablando consigo mismo, respirando entrecortadamente.
¿Qué la gente enloquecía o qué? ¡Y él que creía que lo del consumismo era patraña!
De todos modos era su culpa, ¿cómo no pensó en comprar antes?
Mientras regulaba su respiración vio salir al encargado que antes le había atendido en la tienda, seguro había acabado su turno.
Lo observó con mayor detenimiento. Era muy guapo, alto, de ojos negros, al igual que su cabello.
Pero qué importaba, era un maldito insoportable.
Se acercó para reclamarle ahora que, con más oxígeno en los pulmones y mayor espacio, lograría reprocharle su comportamiento.
- No eres para nada un buen vendedor.- Le dijo con aire molesto cuando lo tuvo cerca. El muchacho lo observó y respondió en un respingo:
- Tú tampoco, ¿no me recuerdas, no?
Naruto lo miró impresionado y buscó en sus recuerdos sin hallar nada.
- Estaba comprando un DVD...
Flashback
Sasuke había estado ahorrando para comprar el DVD que ansiaba, que lamentablemente era muy costoso.
Encontró el último de la tienda y decidió comprarlo inmediatamente.
Llegó un rubio muy guapo, que ya había visto otras veces, para atenderlo. Los ojos azules intensos eran amables y le preguntó si se le ofrecía algo.
Sasuke mostró la cajita plástica y dijo que iba a comprarlo.
Se dirigieron a una de las cajas, allí el rubio, nadie más que Naruto, pasó el código de barras y le dijo el monto al joven.
Entonces fue que llegó una chica de pelo rosa furiosa y escandalosa, le tiró un regalo por la cabeza a Naruto y le gritó:
- ¡Que te quede claro! ¡TERMINAMOS!.- Quien luego salió corriendo de la tienda.
Sasuke miró con grandes ojos abiertos la escena melodramática, mientras que con el dinero en la mano, intentaba pagarle al vendedor. Pero éste, shockeado, reaccionó un minuto después, dejando caer el DVD y todo, salió corriendo tras la chica.
Y ahí quedó Sasuke, con el DVD roto y ninguna explicación, anonadado por el trato de idiota que le dieron.
Pasaron más de cinco minutos hasta que otro sujeto le preguntó si quería algo, y para su mala suerte, ese era el último DVD que tenían...
Fin Flashback
- ¡Y me vienes a hablar de mí de servicio al cliente! ¿¡Con qué cara!?.- Reclamó el moreno.
Naruto estaba estupefacto... Ya ni se acordaba de aquello. Había sido como medio año atrás.
- Pues... si te sirve de alivio nunca volvimos.
- Como si me importase.- Respondió a ojos entrecerrados.
- Está bien, está bien. Estamos a mano, entonces.
- No, porque a final de cuentas yo sí te atendí, en cambio tú, por tu descuido, me obligaste a comprarlo por encargo vía Internet y salió mucho más caro.- Volvió a mirarlo con odio.
¿En qué lío se había ido a meter? Y solito, para más.
- Bueno, entonces, jajaja.- Rió nervioso.- Haz el milagro navideño y perdóname, ¿si?
- No.- Dijo cortante.
- ¿Y qué esperas que haga?
- Al menos retribuye los minutos que perdí esa vez.- Se produjo un silencio.- Tengo que ir a la bodega a buscar algo, ayúdame con unas cajas.
Sasuke de todos modos tenía que pedirle ayuda a alguien más, pues solo no iba a poder con tantas, así que nada mejor que ocupar aquella excusa. Así también el tipo se arrepentía por haberle hecho eso aquella vez.
Naruto con resignación lo siguió.
Entraron a un lugar no muy espacioso, con poca luz y muchas cajas.
- Es sólo llevar esto.- Comentó el de cabello oscuro, señalando unas cuantas de las que abundaban.
Eran productos que acababan de llegar y por eso no estaban en la bodega de la misma tienda.
Le alcanzó a pasar sólo una cuando una torre entera de cajas se tambaleó amenazando con caérseles encima. Sasuke sujetaba las de más abajo con ambas manos, pero ya veía que todo se les caía.
Naruto, rápido, dejó la suya en el suelo y sujetó las de más arriba, terminado irremediablemente en una posición embarazosa, casi abrazando al extraño por detrás y muy apegados.
- ¡No te pongas tan cerca!.- Se quejó el moreno, algo rojo, aunque el otro no lo podía ver.
- ¡No puedo hacerlo de otro modo! ¡Y esto es tu culpa!
Entre quejas y quejas las cajas se derrumbaron sobre ambos y Naruto, instintivamente protector y con aires de héroe, sólo atinó a cubrirle la cabeza al otro chico.
Terminaron ambos sentados en el piso, Naruto con Sasuke arriba y las cajas en el piso.
Sasuke obvió su situación y más bien se preocupó por el contenido de las cajas. Abrió una y...
- ¿Moldes de silicona? ¡Estas cosas ni siquiera de rompen!.- Exclamó fastidiado.
- Jajajaja.- Naruto se reía y el de ojos negros lo aniquiló con la mirada.- ¿Qué? Esto es sin duda lo más extraño que me ha pasado en mucho tiempo, ni siquiera entiendo cómo es que terminamos así.
- Hn.- Un solo sonido de molestia.
- Bueno, yo ya sé tu nombre... yo soy Naruto.- Dijo, cuando ambos estuvieron de pie, ofreciéndole la mano.
Sasuke no la tomó, más bien sólo le pasó una par de cajas y él mismo tomó otras dos, que aunque voluminosas eran bastante livianas.
- Pero que mal genio tienes, eh.
El rubio no sabía por qué, pero sus caras de molestia, sus quejas constantes, su pesimismo, lo encontraba todo algo tierno en cierto punto, sólo parecía hacer berrinches.
- A ti te persigue la mala suerte ‘ttebayo.- Dijo el de ojos azules de camino de vuelta.
- No, contigo me basta.
- ¡Tú me pediste ayuda!.- Ahora el molesto era él.
- Porque me la debías.
- Haaa...- Suspiró.
Cuando todo terminó ordenado dentro de la tienda, Sasuke acompañó a Naruto fuera de la librería.
- Bien, gracias, supongo.- Dijo el moreno, sin verdadera gratitud ni nada, más bien las palabras supieron con gusto a nada para el de ojos azules.
- No hay de qué, ogro, feliz navidad.- Le dijo, como riéndose, y le dio un beso en la mejilla.- Eres como el grinch navi-...
No se lo imaginó, pero Sasuke se puso rojo ya que eso era lo último que se esperaba. Lo miró enojado, nuevamente, y entró a la tienda muy rápido dejándolo solo afuera.
El rubio quedó sorprendido y luego sólo sonrió.
Lindo, más que odioso ahora sólo le parecía lindo. Tal vez tuviese que volver a la librería alguna vez.
Esa misma noche.
- ¡¡¡¡¡WAAAAHHH!!!!! ¿¿¿¡¡Dónde quedó el regalo de papá!!???