Lo tenía acorralado contra la pared, con mis manos a los costados de su cabeza cerrándole cualquier escapatoria, el me miraba temeroso por mi acto, pero ya no lo soportaba más, se veía tan indefenso, tan tierno, necesitaba sentirlo, hacerlo mío, hacer que gritara mi nombre pidiéndome por más…
- Kanon… - dijo tembloroso, poco a poco me acerqué a él hasta poder rozar sus labios, esos labios que desde que los probé me volvieron adicto a su sabor, a su textura, a ese calor que me provocaba quemándome por dentro, rodeó mi cuello con sus brazos, y para mi sorpresa, fue él quien pedía acceso a mi boca, por supuesto no se lo negué, recorrí cada centímetro de su interior con mi lengua, escuchaba como su respiración se volvía más agitada al igual que la mía, tomé uno de sus muslos y lo comencé a masajear, mientras el poco a poco lo subía hasta envolverme con su pierna, gimió al ligero contacto que provocó eso, al parecer no era el único aquí que estaba bastante excitado, tomé su otra pierna y la alcé dándole a entender que me rodeara con ambas, ahora estábamos apoyando todo nuestro peso sobre la pared, me comencé a mover un poco provocando un roce más íntimo y delicioso, Takuya ahogaba sus gemidos en mi boca, abrazaba con mucho más fuerza mis caderas arrancándome suspiros…
- Kanon… - se separó un poco de mí y me miró fijamente – quiero… - se acercó provocativamente a mi oído – quiero que… me hagas tuyo…
- ¡¡¡¡QUE TE DESPIERTES CON UN CARAJO!!!! – desperté sobresaltado, estaba sudando y… demonios… ¡otra vez no!…
- ¿Tienes que venir a despertarme siempre con tus gritos de histérico? – pregunté aún algo adormilado a la caricatura que osaba despertarme siempre
- ¡Bou vino de visita y ni te interesa! Así que ya cámbiate que por tu culpa no hemos almorzado nada – un día Miku comprenderá que ODIO que me despierten, pero creo que es más la costumbre de que lo haga que otra cosa por la que no se lo he demostrado
- Bou estaba muy ocupado según yo recuerdo, si dejo de hacer lo que estaba haciendo fue porque TÚ lo llamaste – Bou casi nunca venía, a menos que tuviera tiempo, y hasta donde me había contado, era lo único que no tenía, muchas veces le dije que se tomara un descanso y viniera, pero no~ si no se lo dice su noviecito, ni en cuenta
- Ya cámbiate – me aventó una almohada en la cara, gané – y por cierto… - lo vi con una sonrisa en su rostro – les diré que tardarás un poco, porque yo que tú, arreglaba ESO lo más rápido que pudiera – salió riendo a carcajadas, y yo rojo como un jitomate, se dio cuenta de mi problemita.
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De todas las veces que he ido a despertarlo, nunca me había tocado verlo en esa situación, no podía dejar de reírme en el camino a la sala de estar, Yuukiki y Teruki veían la televisión, pero no veía a Bou ni a Takuchii por ninguna parte, que raro, aquí los había dejado… Bueno, no importa, ya vendrán…
~5 minutos después~
Okey, ya se tardaron mucho [Mitzu: pinche celozo XD], creo que mejor los iré a buscar, busco en sus habitaciones… no están… en la mía o la de Kanon… tampoco, y por lo que veo, Non-chan ya se bajó, en el de Yuuki o Teruki… no, pero juro que ya no vuelvo a ver dentro de la habitación de Yukiki, sentí escalofríos solo de asomarme… ¿Dónde se pudieron haber metido? Voy de vuelta a la sala y percibo un aroma…
- ¿Están haciendo ramen? – pregunto a los enajenados que están frente al televisor
- ¿Ramen? ¿Dónde?
- ¿Apenas vienes bajando non-chan? – le dije con un tono burlón, a lo que me miró de mala manera
- No – me respondió molesto, non-chan es ta~n divertido – fui a tomar aire
- Y mira que lo necesitabas ¡¡¡jajajajaja!!! – se sonrojó y me comenzó a perseguir por toda la casa, terminamos dando cerca de la cocina, ya me tenía por la camisa, pero por alguna razón decidimos asomarnos dentro de la cocina, mi olfato no me había engañado, al parecer Bou le estaba enseñando a Taku-chan como preparar ramen, Bou se veía tan lindo con ese delantal… [Mitzu: un platito para la baba? ^^ *se lo pone debajo de la boca*]
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- Ya no falta mucho para que esté listo – me sonrío Bou-san después de revisar el ramen
- Gracias… por enseñarme a hacerlo
- Fue un placer Takuya, así al menos estos chicos dejarán de comer puro ramen instantáneo de vez en cuando, y más Miku y Kanon que tanto les gusta – ambos reímos por eso, era verdad, ellos con un ramen instantáneo se conformaban, pero cada que lo podíamos ir a comer a un lugar bien podrían compararse con unos niños que van al parque de diversiones – creo que será mejor que los llame a comer – dijo quitándose su delantal – vigila el ramen, cuando tenga la textura que te dije, puedes apagar el fuego
- Claro Bou-san – le sonreí, después de unos minutos estuvo listo, así que apagué la estufa y me comenzé a desamarrar los cordones del delantal, pero sentí como unos brazos envolvían mi cintura – Kanon… - me sonrojé al sentir su barbilla apoyada en mi hombro
- Te ves lindo así, déjatelo un poco más – suspiré al sentir como depositaba un pequeño beso en mi cuello
- Y-ya vamos a servir la comida – dije haciéndolo a un lado mientras me quitaba el delantal, me había puesto muy nervioso por ese contacto, pero ya me acostumbraría
- Kanon, deja de molestar a Takuya y ve con los demás
- Bou~ - le llamó haciendo un mohín, podía llegar a comportarse como Yuuki cuando se lo proponía
- ¡Ya! Nada de berrinches – dijo señalando el acceso al comedor, Kanon solo pdo sonreírme antes de salir de la cocina – tenía mucho que no lo veía así – rió mi antecesor – ¡vamos!
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- ¿Teruki, entonces no podrá salir? – insistió Yuuki
- Ya dije que no, ya le di medicamento para la fiebre, pero tardará un poco más en hacerle efecto
- Que mal… quería que saliéramos todos juntos – dijo desilusionado Miku recargándose con la espalda a la pared
- Dijo que no nos preocupáramos y que saliéramos, ya otro día nos acompañaría – Miku entró como rayo a la habitación de Takuya, todos nos miramos y decidimos esperar a que saliera.
Esperamos como por 15 minutos, escuchando gritos de Miku de vez en cuando, sobre que “no debía pensar esas cosas” y “o salíamos todos o simplemente nadie salía” , me pregunto que tanto se estarán diciendo…
- Puff… Takuchii sí que es un convenenciero – dijo Miku cerrando detrás de él
- Pero… ¿Lo vamos a dejar solo? – preguntó de nuevo Yuuki
- Claro que no… yo me quedaré con él – era obvio que no lo dejaría solo, y menos en esas condiciones
- ¡Nos vemos por la noche! – se despedían mientras los miraba por la ventana
- ¡Diviértanse! – fue lo único que respondí mientras veía como se alejaban, volteé hacia donde se encontraba Takuya, ayer habíamos quedado en que saldríamos todos juntos a algún lugar, pero de repente le dio fiebre y no había mejorado, al menos ya se veía mejor que en la madrugada, me acerqué y me hinqué a un lado de su cama y lo miré por un rato, ya no se quejaba, al parecer el medicamento comenzaba a tener efecto, cambié el agua de la toalla en su frente y le coloqué una más fresca…
- Está muy fría – abrió los ojos y me sonrió, intentó reincorporarse, pero no lo dejé
- Tienes que descansar, apenas te comenzó a bajar la temperatura – lo recosté de nuevo
- Ya me siento mejor, y me canso de estar acostado – ya no intentó levantarse, solo se puso de lado mirando hacia donde yo me encontraba
- Te dejaré hasta que vea que no tienes nada de fiebre ¿ok? – aparté unos cabellos que tapaban su rostro
- Está bien – acarició mi mano suavemente - ¿Por qué no fuiste con ellos? Les dije que no había problema en dejarme
- No pensaba dejarte aquí SOLO y aparte ENFERMO – le respondí haciendo énfasis en esas palabras, parecía que quería responderme, pero no dijo nada, solo me sonrió y cerró los ojos
- Dormiré un poco más – suspiró – y no te preocupes, ya me siento mejor – posé mi mano sobre su frente, aún tenía un poco de temperatura, pero era verdad, ya estaba mejorando.
Me senté al borde de su cama y acaricié su cabello hasta que se quedara dormido, se veía tan tierno cuando dormía, deposité un suave beso en sus labios y lo dejé para que descansara.
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Desperté y no vi a nadie a mi lado, me levanté lentamente y miré por la ventana, ya estaba anocheciendo ¿Tanto dormí? Ya me sentía mucho mejor, pero tenía una extraña sensación en los labios… No creo que sea nada. Bajé para ver si ya habían llegado los demás, y escuche a Kanon hablando por teléfono…
- Así que llegaran más tarde… Entiendo… Jajajaja claro~ llamaré a ver si no están en la cárcel jajajaja… Solo diviértanse, pero no hagan tonterías… Nos vemos
- ¿Aún tardarán? – dije yendo hacia él mientras revolvía un poco mi cabello
- Si, al parecer ya encontraron donde ponerse nyappys – rió – veamos – se acercó a mí, apartó un poco mi flequillo y juntó su frente con la mía, sentí mis mejillas arder al instante, aún me provocaban muchas cosas sus actos, así fueran tan indefensos como ese – ya estás mejor… - se separó un poco y me miró - que alivio – ya habían pasado casi tres semanas desde que nos hicimos pareja, y hasta hoy ese roce, como el de aquel día, en que apenas tocaba mi mejilla, y para mí era lo más lindo que podía hacer, de nuevo surgía, pero ahora yo hacía lo mismo…
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Sus ojos tenían un brillo que me cautivó, le di un rápido beso y lo tomé de la mano, dirigiéndonos a la sala de estar, me senté en uno y lo halé hacia mí, provocando que quedara sentado en mis piernas, él había pasado un brazo tras mi hombro en la caída, y nuestros rostros quedaron muy cerca… Nos miramos por unos instantes hasta que él cerró los ojos acercándose a mí, yo solo me dejé hacer, comenzó a besarme pausadamente, poco a poco perdía el miedo y la timidez, ese beso ya no era como los primeros, ahora me mostraba todo su cariño con acciones, se fue intensificando más y más, nuestras lenguas luchaban sin haber un ganador aparente, pero eso no importaba en esos momentos, si no el sentirnos… en amarnos. Después de un rato nos separamos, su pecho subía y bajaba rápidamente, de pronto, colocó sus piernas a los costados de las mías, apoyando sus delicados brazos sobre mis hombros y nuevamente me besó, ahora era más hambriento, más desesperado, recorría su cuerpo con mis manos, comencé a acariciarlo bajo su playera, al contacto apretó mis hombros, acercando más nuestros cuerpos, haciendo que también se profundizara nuestro beso. Poco a poco lo fui recostando sobre el sofá, las caricias iban subiendo de tono conforme pasaba el tiempo, no me di cuenta a qué hora los dos terminamos sin playera, esto se nos estaba yendo de las manos pero… yo ya no podía parar…
- Takuya… - pronuncié para pasar a su cuello, tan blanco y con un olor embriagante, comencé a recorrerlo lentamente con mi lengua, era delicioso, no lo pude contener, hice una marca en él, a lo que mi guitarrista gimió, nunca lo había escuchado gemir, al menos no fuera de mis sueños, pero ese sonido, acabó por prenderme… y mucho, continué mi camino, dejando marcas no solo en su cuello, también en su pecho, succionaba una de sus tetillas mientras que con mi mano atendía a la otra, hasta que estuvieron suficientemente duras, ya hacía rato que había notado su excitación, y la mía se estaba haciendo más notoria
- ¡Agh! – gimió al sentir mi mano tocarlo por encima del pantalón, lo hacía tormentosamente despacio, no haría nada más hasta que él mismo me lo pidiera – Ahh… por… aah.. por favor… Kaah…non… - sonreí de lado, eso había sido rápido
- Dime – mi sonrisa se volvió maliciosa, di una pequeña lamida a sus labios
- Aaah… más… ráh… rápido… - no dejaba de gemirme al oído, ya tenía lo que quería, así que sin pensarlo más, bajé lo que le quedaba de ropa hasta quitársela por completo, lo miré bajo de mí, totalmente sonrojado, apenas recuperando el ritmo normal de su respiración, miré la mesa de centro, tenía una mejor idea…
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Veía borroso por el placer que había sentido, pero al escuchar cosas caer volteé hacia Kanon, había tirado todo lo que se encontraba en la mesilla de centro, apenas pude reaccionar cuando bruscamente me cargó para después ponerme sobre la mesa… ¿Pero qué-…?
- ¡Aa-aah! – había engullido completamente mi miembro con su boca, apenas me podía sostener, me temblaban los brazos, pero eso no me impidió que tomara un mechón de su cabello y lo jalara un poco, de nuevo, me torturaba haciéndolo a un ritmo lento, me había desesperado, comencé a mover mi cadera para aumentar la velocidad tan siquiera un poco más, me había sentido muy avergonzado cuando hace unos momentos le había pedido por… más, no lo haría de nuevo, al menos ahora había entendido por mi acción, no podía contener esos vergonzosos sonidos que emitía mi garganta, ya me había rendido, ahora salía de mi boca sin vacilaciones, pero eso duró muy poco, ya que sacó mi miembro de su boca y me miró
- Quiero que lo hagas tú… - lo miré confundido, no entendía de que me hablaba – frente a mí – tomó mi mano he hizo que me comenzara a masturbar, solo habían pasado uno segundos cuando apartó su mano, mientras que yo seguía en lo mío, estaba hincado justo enfrente mío, clavándome la mirada, sin perder ningún detalle de mis facciones… La expresión que tenía en el rostro, era de puro deseo, y eso me provocaba demasiado, con mi mano libre lo tomé por la nuca y lo acerqué hasta poder estar cerca de su oído, para que mis gemidos los escuchara claramente, sólo eran para él…
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Mis pantalones ya me apretaban odiosamente, pero no podía dejar de escucharlo, no me dejaba separarme ni un poco, yo había comenzado a masajear sus piernas, tenía su boca contra mi oreja, era exquisito cada sonido que salía de él, y sinceramente ya no podía aguantar por más tiempo…
- Vamos a mi habitación – susurré mientras le hacía entender que lo cargaría, me rodeó con sus brazos y piernas, como pudimos subimos las escaleras, aunque sentía desfallecer ya que en el camino no dejaba de besar mi cuello, al llegar a la puerta de mi pieza, lo recargué contra la puerta para besarlo apasionadamente, él me correspondía de igual manera, intentaba abrir la puerta, y por más tonto que parezca, juro que no daba con el picaporte. Cuando por fin di con él, apenas cerré la puerta, tenía de nuevo a Takuya contra la pared, pero ya había puesto los pies en el piso, y me di cuenta, esto era un deja vú, me quedé ínmovil por unos momentos: lo tenía acorralado contra la pared, con mis manos a los costados de su cabeza cerrándole cualquier escapatoria, el me miraba temeroso por mi repentino cambio de actitud, se veía tan indefenso, tan tierno, deseaba… necesitaba que gritara mi nombre pidiéndome por más… hacerlo mío de una vez…
- Kanon… - me llamó dudoso, poco a poco me acerqué a él hasta poder rozar sus labios, rodeó mi cuello con sus brazos y, para mi sorpresa, pidió acceso a mi boca, por nada del mundo me negaría su sabor, recorrí cada centímetro de su interior con mi lengua, escuchaba como su respiración se volvía más agitada al igual que la mía, tomé uno de sus muslos y lo comencé a masajear, mientras el poco a poco lo subía hasta envolverme con su pierna, gimió al ligero contacto que provocó eso, estaba bastante excitado, tomé su otra pierna y la alcé dándole a entender que me rodeara de nuevo con ambas, ahora estábamos apoyando todo nuestro peso sobre la pared, me comencé a mover un poco provocando un roce más íntimo y delicioso, Takuya ahogaba sus gemidos en mi boca, abrazaba con mucho más fuerza mis caderas arrancándome suspiros… Tal vez era solo una coincidencia, pero esta escena se parecía demasiado a la del sueño que había tenido hacía unos días…
- Mmmh… Kanon… - se separó un poco de mí y me miró fijamente – quiero… - se acercó provocativamente a mi oído – quiero que… me hagas tuyo… Hazme el amor… - me quedé en blanco, ¿en serio me dijo eso? ¿No entendí mal? Lo menos que quisiera es lastimarlo, pero que más daba, en estos momentos no estoy para averiguarlo, en unos segundos ya se encontraba sobre mi cama siendo masturbado (de nuevo) por mí, veía como se aferraba a las sábanas y se retorcía de placer – Kanon… aah… me… vengo… ahh… - había algo que quería ver antes de eso, sonreí maliciosamente y puse mi pulgar en la punta de su miembro, sintiendo como aquel líquido luchaba por salir – de-… déjame correrme… - su mirada suplicante sobre mí me excitó de sobremanera
- Je… - me acerqué a su boca – Aún no… Takuchii… - susurré contra sus labios
- Por… favor… - pequeñas lágrimas habían comenzado a salir de sus hermosos ojos, yo hacía caso omiso a sus palabras, comencé a acariciar su cuerpo com mi mano libre, lentamente, apenas rozando su delicada y blanca piel muy parecida a la porcelana, él como pudo se incorporó hasta quedar sentado, se había apoyado en sus brazos, pero éstos temblaban mucho, apenas podían sostenerlo – déjame… - suplicó tomando mi rostro entre sus manos, para después comenzar a besarme, pasé mi dedo índice por su cuello, su espalda, bajando hasta rozar su entrada – nnh… - se quejó al sentir mi intromisión ahí, se levantó un poco para hacerme más fácil el trabajo, pero estaba muy tenso
- Tranquilo – le dije sin cortar el contacto de nuestro labios, me besaba con más intensidad ahora, sus piernas bien podían compararse con una gelatina si seguían temblando así, yo aún no liberaba su sexo, comenzó a respirar con más dificultad, entre jadeos, gemidos me pedía que le dejara correrse, y yo solo sonreía diciéndole que no, hasta que me tomó por los hombros y me tiró sobre la cama, quedando él sobre mí, ahogando un grito al sentir dos dedos más entrar en su interior
- Kanon… te lo ¡aaaah! ¡Te lo ruego! – su mirada suplicante y nublada por lágrimas de placer pudo más que nada, por fin lo solté y dio un fuerte gemido cuando por fin pudo correrse entre nuestros vientres, quedando también un poco sobre mi pecho – lo siento…- comenzó a lamer los restos de su propia semilla, provocándome al no dejar de mirarme, recordé el pequeño detalle que había olvidado, saqué mis dedos lentamente de su interior obteniendo un quejido de parte de él, bajé un poco mis pantalones, hasta la mitad de mis muslos
- Voltéate – dije señalando hacia atrás de él, obedeció sin comprender por qué lo decía…
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Mi cuerpo flaqueaba a causa del orgasmo que acababa de tener hacía unos momentos, y con las fuerzas que aún me quedaban invertí la posición en la que me encontraba, vi que mi bajista se había bajado un poco los pantalones, y pude ver su erección bajo sus boxers, mis manos se movieron solas, y quité esas prendas que ahora no hacían más que estorbar, una vez estuvieron fuera, metí su sexo en mi boca, comenzando a lamerlo y tocando la base con mis manos, escuché perfectamente un gemido ronco salir de la boca de Kanon, comencé a mover mi cabeza lentamente de adentro hacia afuera, ahogué un grito de sorpresa al sentir como separaba un poco mis nalgas, después algo húmedo en mi entrada y comenzaba a moverse dentro, no necesitaba verlo para saber que era su lengua, sentía mucho calor, podría decir que su experta lengua provocaba que casi me sofocara por todo lo que me estaba haciendo sentir, me desquité aumentando la velocidad en el vaivén que hacía con mi cuello, Kanon apretó mis caderas, sabía que estaba a punto de correrse, quería probarlo, cuando sentí salir ese blanquecino líquido tragué todo el que pude, pero aun así se escapó algo por la comisura de mis labios, ahora no había contenido mucho el placer que había sentido, lamí mis labios y de nuevo me volteé para quedar de frente a él
- Te quiero dentro – jadeé rozando mi entrada con su miembro, que comenzó a despertar nuevamente, simulando que me penetraría yo mismo, él se tapaba la cara con ambas manos, intentando normalizar su respiración, yo seguía haciendo lo mío, cada vez metiendo un poco más entre mis glúteos, me di cuenta de que ya estaba mucho más duro que hacía un rato, solo sentí que me tomó por la cadera, casi enterrándome las uñas, e hizo que me empalara, di un grito al sentirlo tan dentro de mí, sentí que me había desgarrado por dentro ¿Qué más quería? ¡Era virgen por dios! Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, me dolía, y mucho, había comenzado a soltar leves sollozos que no pude contener más, él se reincorporó hasta quedar sentado, me rodeó la cintura con un brazo y con su mano libre limpió mis lágrimas
- Sólo será un momento Taku – susurró contra mi cuello, lo abracé por encima de sus hombros, aferrándome a él con fuerza, mientras se dedicaba a besar mi cuello, servía para distraerme del dolor, una vez dejé de sentirlo, me apoyaba en mis piernas para moverme de arriba a abajo a un ritmo suave, comenzaba a sentir verdadero placer, sentirlo dentro de mí, escuché un ruido, al parecer el también ya que volteaba hacia otro lado, pero como no dijo nada me sentí más aliviado, pensé que podrían haber llegado y yo ya no podía disimular mis gemidos - ah… solo… solo eres mío aah… recuérdalo… - jadeó cerca de mi oído, tomándome de nuevo por la cadera y ayudando a que las embestidas fueran más profundas
- Aaah… Siempre… ¡¡aaah!! Seré… ¡¡¡¡tuyoaaah!!!! - arqueé mi espalda al sentirlo tocar un punto que me hizo enloquecer, gemí lo más que dio mi voz, lo abracé más y ahora era yo quien llevaba el ritmo de las penetraciones, eran desesperadas, lo único en lo que pensaba era en que me hiciera sentir en las nubes de nuevo, el atendía mi miembro que pedía atención a gritos, a la misma velocidad que llevaba yo – ¡¡mas!! Aaaah… ¡¡más adentro Kanon!! Aah… aaah… ¡¡Asiiii… aaahsiiii!! – gritaba sin control alguno, ya no podía con tanto placer que me hacía sentir, pero deseaba más de él, todo lo que me pudiera dar - ¡¡Aaah!! ¡¡¡Párteme aaah… párteme en dos Kanoon!!! – tomé un mechó de su cabello y lo jalé con brusquedad, mientras con mi otra mano clavaba mis uñas en su espalda
- ¡¡Aaah!! Tú… lo pediste - mordió mi hombro con fuerza, fue una mezcla extraña todo el placer que sentía junto con el dolor que me provocaba en mi hombro, lentamente me fue apoyando contra la cama hasta quedar sobre mí – ábrelas más… - me pidió jadeante, yo obedecí al instante, puso mis piernas en sus antebrazos y comenzó a embestirme nuevamente, sentía que estaba delirando, que estaba a punto de desmayarme, me aferré a las sábanas y al colchón con desesperación, grité su nombre mil veces, gemí como nunca creí hacerlo, le pedía por más y más, más rápido, más profundo, ya no sabía ni donde estaba, solo me importaba él, estar con así él, el cielo que veía tan distante ahora lo estaba tocando con la punta de los dedos…
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Había intentado controlarme, pero todo lo que me provocaba, todo lo que hacía, todo él, me había hecho perder la cabeza, cuando me pedía por más se lo di, hasta gemía cuando tenía lo que quería, cuando me suplicó que “lo partiera en dos”, todo se fue a la basura, si en ese momento ya no estaba siendo nada delicado, empeoré de como ya estaba, escucharlo gritar mi nombre con tanto deseo, hacía que fuera más salvaje en cada embestida que daba, y ya no le bastaba, me pedía por más, cuando llegué de nuevo a ese punto que lo volvía loco, procuré que todas mis estocadas fueran ahí, y así fue en su mayoría, como me apretaban sus paredes era muy placentero y delicioso…
- Eres tan exquisitamente estrecho Takuya – dije entre dientes, ya no aguantaría por mucho
- Y tú eres ¡¡taaaah!! ¡¡Tan bueno!! ¡¡Aaaah!! No… no aguantaré mucho… - después de unos minutos sentí como temblaba, dí mi última embestida en lo más profundo que pude haber llegado en toda esa noche – ¡¡¡Kaaaaah Kanoooon!! – sus uñas se clavaron de lleno en mi espalda rasguñándola sin piedad al mismo tiempo que se arqueaba por completo
- ¡¡¡Takuyaaah!!! – grité extasiado, solté sus piernas, provocando que se estrechara de más su entrada, y sintiera como me oprimía estando aún en aquel punto, no puedo describir con palabras lo que sentí… lo que siento ahora mismo, ya ningún sonido sale de mi boca ¿Quién diría que la mejor noche de mi vida la pasaría con la primera persona con la que en verdad hacía el amor, y que esa persona sería Takuya, el niño más tímido y lindo que podría haber conocido? Además de que ahora sabía que no era tan casto como pensaba, sabía lo que quería, y al menos a mí me lo haría saber siempre… Casi enseguida mi pequeño se corrió entre ambos…
- Hazlo… dentro… - apenas dijo con un hilo de voz, segundos después me corrí, dejándome caer sobre su pecho, solo se escuchaban nuestras respiraciones luchando por normalizarse, mientras yo escuchaba su corazón latir a mil por hora, me incorporé un poco y deposité un beso en sus labios, nada que ver con los que anteriormente habíamos tenido, era lento… dulce… lo saboreaba… nada podía compararse con su sabor… aún estábamos muy agitados, así que nos separamos uno centímetros, solo existíamos nosotros dos, nos mirábamos directamente a los ojos sin necesidad de palabras, nuestra mirada lo decía todo, lentamente salí de su interior, dando ambos un suspiro, me recosté a su lado y ambos nos pusimos de costado para quedar de frente, le extendí mi brazo, se acercó más a mí y lo abracé, él puso sus manos contra mi pecho, una vez más nos miramos…
- Ai Shitteru… - sonreímos, lo habíamos dicho al mismo tiempo, aparté un poco su cabello y lo besé, el beso duró hasta que el cansancio nos venció…
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- No puedo creer que hayan echo esto – dije sintiendo como el enojo se apoderaba de mi – los dejamos porque se suponía que Takuya estaba enfermo… y… ¡¿Nos salen con esto?!
- Shhhh… ya no se escucha nada, tal vez ya se quedaron dormidos, no grites o los despertarás
- Miku… cállate…
- No tienes porqué ponerte así Bou – rió Teruki buscando algún canal – ellos tienen necesidades al igual que tú y Mikusuke – sentí como toda la sangre se me fue a la cara, pero bueno, al menos tuvieron la “delicadeza” de hacerlo mientras no estábamos, Miku tomó mi mano y simplemente me sonrió, suspiré pesadamente mientras nos dirigimos al sofá con Teruki
- Nee~ está bien que sean tan comprensivos, pero… ¿No se han preguntado que hicieron aquí que los cojines de los sofás y las cosas que estaban en la mesa están en el piso? – lo miramos por un rato… ¿Qué habían hecho en-…?
- ¡AAH! – gritamos los tres parándonos lo más rápido que pudimos y nos alejamos lo suficiente de la sala de estar
- ¿Qué fue eso? – había escuchado voces afuera, todos nos asomamos y vimos a dos chicas corriendo… más bien tropezando con todo lo que se les atravesaba, con una cámara en la mano - ¿Y esas?
- No lo sé – me respondieron, ummh… tal vez no era nada importante…
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- Katy… - ambas chicas pararon después de alejarse unas cuadras de la casa de los Cafekkos
- Dime Izu – ambas tenían la mirada perdida
- Pellízcame que no me lo creo… ¡Auch!
- Tú me lo pediste – rió su amiga – pellízcame a mí… ¡Itai!
- No fue un sueño… ¡¡En serio los vimos!! – se pusieron a gritar histéricas a media calle mientras se tomaban de las manos y saltaban en círculos
- ¡Espera! – Izumi la miró dudosa - ¿Pusiste el disco en la cámara?
- Dijiste que tú ya lo habías hecho…
¿ . . .?