En la gran ciudad de Tokio eran alrededor de las 9 de la noche; mientras el cielo nocturno daba uno de esos extraños avistamientos en donde se veía un panorama limpio, permitiendo ver las hermosas estrellas que eran acompañadas por la luna llena y de una sola nube q se movía lentamente en el firmamento.
-¡¡¡Que hermosas estrellas!!!... aunque hace un poco de frio…- observaba un hermoso chico de apenas 20 años, cabellera castaña y unos enormes ojos verdes.
Se hallaba recogiendo la ropa que había sido olvidada por el capricho de un famoso escritor.
-si tan solo Usagi-san no me hubiera hecho “eso”, ya habría terminado todos mis deberes desde la tarde- terminaba de decir sonrojado Misaki Takahashi que por fin metió en el cesto de la ropa limpia la última sabana q desde hacía horas se había secado, pero antes de meterse en la casa volvió a dirigir su mirada al cielo disfrutando de la hermosa vista sin darse cuenta de que alguien lo observaba.
-si te quedas ahí te resfriaras
-u-usagi-san no me asustes así- voltio la mirada y se encontró con su casero y amante (N/A: claro q Misaki no lo quería aceptar) Akihiko Usami nombrado por el chico como “usagi-san”, mostraba una de sus eternas sonrisas dirigidas solamente al menor
-¿Que tanto vez?- menciono al ver q el castaño volvía a mirar hacia arriba, salió al espacio que tenían asignado para el secado de la ropa e imito la acción del chico llevándose, como este una agradable sorpresa
-¿verdad que se ve hermoso el cielo?- miro al mayor con una pequeña sonrisa correspondida por el escritor
-ya olvide la última vez q vi una noche tan despejada en Tokio normalmente tienes q salir fuera para…
-¡¡¡usagi-san mira una estrella fugaz!!!- le interrumpió el chico que al termino de eso cerro sus ojos con fuerza, causándole un poco de gracia al mayor q no sabía por qué hacía eso, mas no le hablo sino hasta que abrió los ojos lentamente
-¿por qué hiciste eso?
-eh?, usagi-san ¿no sabes q cuando se ve una estrella fugaz se pide un deseo?
-pues… no
-¿EN SERIO?, ¡¡¡no te creo!!!- dijo completamente asombrado el chico que no paraba de ver al escritor.
-es verdad…
-¿cómo no sabías?
-bueno… la verdad no me atrae mucho la astronomía
-eso no tiene q ver… te debieron de decir por lo menor tus padres…
He allí el problema, el escritor no convivio mucho con sus padres, por no decir q NUNCA lo hizo.
-pe-perdón, no quise…
-¿tu como te enteraste? – menciono cambiando de tema para que el menor no se sintiera mal por su pasado con sus “padres”
-¡nii-chan me lo dijo!- embozo una sonrisa y volvió a mirar el cielo, para después ser iluminado por la hermosa luna que momentos antes se hallaba oculta tras aquella nube solitaria.
El escritor se quedó hipnotizado por la imagen que se le presentaba, sin poderlo evitar se dirigió al menor y volteándolo le beso románticamente, que aunque al principio este se sorprendió a los pocos segundos le correspondió tímidamente.
Tras unos minutos de rosar sus labios se separaron y se miraron notando que seguían siendo iluminados por la luz de aquel precioso cuerpo celeste (N/A: ¡¡¡me encanta la luna!!!) y que Misaki tenía su habitual sonrojo al terminaban un beso
-¿y qué fue lo que pediste?
-¿eh?
-a la estrella fugaz… que deseo pediste*
-…- se sonrojo aún más de lo que ya estaba y trato de soltarse del agarre del mayor, obviamente no lo logro.
-dime y te suelto- le propuso mientras lo abrazaba por la espalda pasando sus brazos por su cintura
-n-nada- mintió sin dejar de moverse inquieto, pero le sorprendió el hecho de mirar al mayor con una hermosa sonrisa en su boca observando a la lejanía y abrazándolo cada vez más fuerte (sin hacerle daño), el castaño se quedó quieto tan solo disfrutando del momento.
Pero la noche avanzaba y con ella el frio haciendo temblar al estudiante aun en el cálido abrazo en el q se veía envuelto, después de todo no traía un abrigo como el mayor, que parecía estar soñando despierto, pero salió de su fantasía al notar el frio de su acompañante.
-ay que entrar aquí hace frio- soltó un poco el agarre y después recordó lo último que le propuso al menor para dejarlo ir, así q lo alcanzo poco antes de entrar.
-¿q-que pasa?
-no me dijiste que le pediste a la estrella
-y-ya te d-dije… na-nada…- el mayor no le creyó nada pero pensó en poner un poco más nervioso al menor
-¿quieres que te diga que que le pediría a una estrella?
-¡s-si!- respondió creyendo así librarse del mayor, pero se arrepintió al momento en que vio a este acercarse a su oído con aquella expresión que ponía cuando conseguía lo que quería
-que siempre estés conmigo- le susurro, para después morder su oído y ver la expresión que ponía, que por lógica en el castaño era de completa vergüenza, sonrió y le dejo libre.
-¡¡¡¡¡P-PERO Q DICES USA…!!!!... achu!!!!
-¡entra ya, sino te enfermaras!- le menciono al ver como el menor temblaba y no dejaba de estornudar.
Le iba a seguir pero antes de entrar por completo a la casa le echo un último vistazo al cielo, llevándose la sorpresa de ver una estrella fugaz en aquella hermosa noche, de inmediato cerro los ojos y pensó en su deseo
-solo pido q Misaki no se enferme**- abrió los ojos para meterse después de ver una nube en el lugar en donde había presenciado aquel inusual evento astronómico (N/A: yo escribo eso pues hoy en día si es difícil ver algo así, y luego 2 veces en una noche).
A la mañana siguiente
-usagi-san de verdad estoy bien… ¡achu!
-sí, claro, ¡no vez que estas enfermo!- le decía muy molesto un escritor a su pareja q se hallaba en su cama con algo de temperatura y sin dejar de estornudar- te traeré los medicamentos así q no te levantes.
Salió de la habitación para después apoyarse en la puerta ya cerrada y pronunciar bajito:
-¡MALDITA ESTRELLA FUGAS NO CUMPLIO MI DESEO!***