+Servus Sanguine+
Salió del bar, ni siquiera podía concentrarse en buscar a alguien para revolcarse, se paro justo enfrente donde había sido atacado, echo un vistazo como hacia todos los días, y noto una mano sobresalir entre las bolsas de basura, al acercarse se sorprendió de verlo ahí, se inclino y noto que estaba inconsciente, miro al cielo que ya aclaraba, faltaban minutos para que el sol saliera, y si era verdad que era un vampiro, el sol no le caería muy bien, lo levanto sintiéndolo realmente liviano, no como aquella vez que no pudo ni moverlo un centímetro, se lo echo a la espalda y camino con paso rápido hacia su departamento que no estaba muy lejos de ahí, entro con algo de dificultad y lo dejo sobre el sofá, corrió a cerrar las persianas dejando en penumbras la estancia, se acerco paso decidido hacia el, quería comprobar que era un vampiro, se inclino y acaricio casi con ternura la despeinada cabellera, supuso que era porque estaba ahí tirado, después fue delineando con un dedo su rostro, las cejas, las pestañas, la nariz, hasta llegar a los labios, los toco con interés hasta llegar a la comisura, lo levanto y ahí encontró ese par de colmillos que sobresalían de los de una persona normal, dos enormes y filosos colmillos.
-no…no me toques- el azabache reacciono alejándose con el corazón al mil por escuchar aquella voz que le pareció demasiado dulce y sutil, insinuante y sensual, el rubio se removió un poco mirándolo con un sonrojo en sus mejillas
Sus miradas se conectaron, el azabache empezó a moverse hacia el, el rubio saco sus colmillos, su mirada se volvió rojiza, sus uñas se alargaron, y se puso a la defensiva como si fuese a escapar.
-No te acerques
-eres un vampiro- dijo haciendo caso omiso de las palabras del rubio y siguió caminando hacia el
-¡Dije que no te acercaras!- el azabache torció el gesto molesto, se detuvo a un par de pasos y se cruzo de brazos, no importándole lo que pudiese pasar, pero Naruto estaba hambriento, el olor de la sangre que justo ahora corría por las venas del azabache lo estaba enloqueciendo, su sola presencia, una presencia imponente que jamás había sentido en un ser humano, lo ponía nervioso, y eso de alguna forma le gustaba, el fresco aroma que desprendía su cabello le hacía estremecer, desear tocarlo y olerlo hasta hartarse, aunque podría jurar que eso jamás pasaría.
-te encontré en el callejón inconsciente, ahora estas en mi casa, te salve del sol, ¿no crees que debes agradecerme?
-bien pudiste no haber hecho nada, yo no te lo pedí, además…
-tú me mordiste- dijo interrumpiéndolo
-yo…siento eso, además…puedo hacer que lo olvides
-no te atrevas, no quiero olvidarlo, quiero saber…
-tenía hambre…-dijo haciendo un pucherito
-eso está más que claro dobe, lo que quiero saber es ¿Por qué me miraste así?
-¿de qué hablas?, no te mire de ninguna forma en especial
-lo hiciste, como hace un momento, como si me tuvieses miedo
-¡yo no te tengo miedo!-dijo furioso el rubio, y dirigiéndole una mirada llena de rabia, pero esa expresión cambio al verlo acercarse a el y tomarlo por los hombros en un intento de inmovilizarlo- nhh…su…suéltame- dijo en un susurro
-no hasta que contestes mi pregunta- le era imposible apreciar aquellos ojos que cambiaban de color, el flequillo del rubio los cubría, pero se tenso un poco al sentir un par de manos deslizarse desde su espalda baja, en un movimiento ascendente, era una caricia que lo estremecía hasta los huesos, hasta que sintió como aquellas manos se hacían a sus hombros donde hicieron un poco de presión, salió de aquellas agradables sensaciones que lo empezaban a recorrer al sentir como el cuerpo del rubio se acercaba mas a él, y sentir su respiración golpear contra su cuello, su corazón se acelero al sentir de nuevo los suaves labios sobre su carótida, como estos dejaban un beso dulce sobre su sensitiva piel, pero no sentía los colmillos aun, sintió como el cuerpo del vampiro temblaba.
-te…tengo hambre…- dijo entrecortadamente con una voz que lo estremeció, que le gusto y le excito, rodeo con sus brazos la cintura del chico, pegándolo más a su cuerpo, aspirando ese dulce aroma, sintiendo el rápido palpitar de su corazón, sintió aquel cuerpo frágil, a pesar de saber que no lo era
-hazlo-dijo con voz enronquecida y al instante sintió como se clavaban en el esos filosos colmillos, pero esta vez no sentía dolor, sentía el lento y suave movimiento de los labios al succionar, la respiración tranquila y como el rubio acariciaba lentamente su espalda y con la otra mano se aferraba a su nuca pero sin llegar a dañarlo.
-nhh – de nuevo ese gemido extraño, uno que de alguna manera le excitaba como nunca antes le había pasado, y sin ser consiente, empezó a mover sus manos de arriba hacia abajo, acariciando la esbelta espalda, le sentía estremecer, como se aferraba mas a su cuerpo- ¿Qué…que haces?-dijo separándose de su cuello, había dejado de beber cuando sintió las manos del azabache estrujar su trasero una y otra vez
-no hago nada – pero seguía haciéndolo, y al rubio no es que le molestara, ya que le gustaba, pero si le desconcertaba un poco
-es…espera Sasuke- el Uchiha se detuvo y se aparto de el
-¿Cómo sa…?, olvídalo – aparto la mirada e intento caminar, sintió un mareo e intento sostenerse de algo tanteando el vació con su mano, sintió otra mano asirse con la suya, era la del rubio, un escalofrió le recorrió el cuerpo al sentir la suavidad de esa piel.
-ven, siéntate- lo guió hasta el sofá y ahí se dejo caer – perdón, creo que bebí de mas
-¿Cómo te llamas?
-Namikaze Naruto
-¿Namikaze?, de casualidad, ¿eres descendiente de la familia feudal que gobernó aquí por siglos?
-de hecho no era muy grande, solo yo y mi padre, y pues como veras el tiempo no es obstáculo, mi padre era el señor feudal de lo que ahora es este distrito-el azabache lo miro atento esperando a que continuase
Lo casaron a un par de meses de haber cumplido 18 años, un año después nací yo, desgraciadamente mi madre murió justo cuando nací, y el no volvió a casarse, aun así el era muy bueno con los pobladores de nuestra tierra.
Cuando yo tenía 11 años, un extraño hombre de cabellos largos y sedosos color negro y piel pálida pidió asilo a mi padre para quedarse en la mansión, mi padre accedió amablemente, pero no venia solo, un hombre de capucha siempre estaba con el, jamás le vi, pero siempre estaba observándome, el hombre raro pidió que lo llamásemos Orochimaru-sama, el otro no quiso dar su nombre.
Pasaron largos meses y ellos no tenían intenciones de irse, después empezaron a surgir quejas hacia mi padre por la gente estaba desapareciendo, mi padre después de pensar y analizar aquello, y concluyo que esas desapariciones empezaron cuando esos hombres llegaron, así que decidió hablar con ellos una noche, pero las cosas no resultaron muy bien, salió pálido, su mirada reflejaba miedo, no me dijo nada, y se fue a encerrar en su habitación.
Un par de semanas pasaron y mi padre me anuncio que se iba de viaje y que no sabía cuánto es lo que tardaría, justo un día antes de que yo cumpliese 12 años, y que Orochimaru se haría cargo de las tierras mientras el no estaba.
Pasaron tres años para que el volviese, pero regreso muy diferente de cómo el era antes, estaba mas pálido, su sonrisa había cambiado, su manera de comportarse y hablar también, regreso junto con aquel hombre encapuchado.
Las desapariciones continuaron, pero ya no tan seguido, ahora eran esporádicamente, mi padre me mando fuera por 5 años para gobernar otras tierras de las que se había apoderado, después de esos cinco años aquel hombre misterioso vino por mi y me llevo ante mi padre, el palacio estaba muy cambiado, incluso los aldeanos se veian diferentes, temerosos, al anochecer mi padre me mando llamar, la habitación estaba escasamente iluminada, me acerque pues el inusual brillo de sus ojos me atrajo, pero en un segundo estaba en el piso con el sobre mi, me ataco clavando sus colmillos en mi.
El virus que produce el estado de vampirismo es segregado por glándulas internas que se desarrollan al ser inyectado en un ser, produciendo una especie de “rabia”, podríamos llamarlo así, no es una maldición, esa especie de “rabia” nos hace desear la sangre, claro que al principio es confuso, realmente no sabes cómo o con que calmar esa ansiedad, pruebas todo para intentar calmarla, hasta que solo queda una cosa, la sangre.
Antiguamente como abras notado, las personas desaparecían, esto es porque no sabíamos controlar la sed, bebíamos hasta saciarnos con un solo ser, después nos dimos cuenta que no era necesario matarlos, podíamos beber de varias personas en una sola noche.
El azabache lo miraba algo aturdido por semejante información revelada, pero un pensamiento mas grave lo atravesó.
-~eso significa…¿Qué me convertiré en vampiro?~ entonces yo…-dijo atrayendo la atención del rubio, este estudio su rostro y averiguo lo que pensaba
-¡Oh no!, no te convertirás en un vampiro solo porque bebí de ti, para convertir a un ser humano en vampiro es necesario que el virus sea inyectado en el torrente sanguíneo, en otras palabras, no solo por que beba de ti, significa que te vaya a infectar- el azabache alzo una ceja estudiando las últimas palabras del rubio
-“porque beba de ti…”-significaba otra cosa acaso- ~¿planea convertirme en su fuente de alimentación?~
-sabes…-el azabache lo miro- desde esa noche que te mordí en el callejón no he podido retener sangre alguna, y me confunde…mi cuerpo no ha rechazado la tuya
-¿Qué significa exactamente eso?- dijo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño, entonces si seria su fuente de alimentación
-no lo se…bueno…-el azabache se puso de pie y se acerco a el- es…yo…po…podría averiguar
Lo miro directo a los ojos, se sintió apresado por la oscura profundidad, se acero un poco mas al Uchiha, le rodeo el cuello con uno de sus brazos, y con su mano libre empezó a acariciar su rostro, Sasuke se tenso al sentir ese tacto, pero se fue relajando conforme los movimientos le recorrían la piel de su cara, la frente, las mejillas, la nariz, le tomo de las caderas y lo pego mas a su cuerpo, le gusto la cercanía de sus cuerpos, el rubio llego hasta sus labios, y los acariciaba con la punta de sus dedos una y otra vez, sintiendo la suavidad de sus brazos.
El azabache también aprovecho para recorrer con su mirada el cuerpo que tenia entre sus brazos, hasta que llego a su rostro, sus labios, su nariz, las extrañas marcas que llevaba en su rostro, y finalmente sus ojos, ese azul electrizante que lo hipnotizaba, un escalofrió le recorrió entero al encontrarse con esa mirada, extrañamente no se oía nada mas que no fuese sus respiraciones, sentía el latir de su corazón taladrarle los oídos.
-Sasuke…¿me harías un favor?- dijo en tono suplicante que logro desarmar al Uchiha, eso le gusto, incluso si le pedía morir, el moriría gustoso en sus brazos, si le pedía matar, el mataría con gusto por el, si le pedía saltar en un pie a lado de un acantilado el lo haría, no sabía la razón, pero lo haría.
-¿Qué cosa?- dijo aun mirándolo a los ojos, con voz baja y ronca
-be-sa-me…- no salió voz alguna, pero sus labios se movieron formando aquella palabra que el azabache entendió perfectamente, y sin pensarlo dos veces se inclino sobre el rubio y capturo sus labios, envolviéndolos por encima con los suyos, apretándolos un poco contra sus labios, empezó a moverlos a un compas que el rubio seguía perfectamente, sentía un calor abrazador envolverle, le sentía venir desde el cuerpo de Naruto, apretó mas su cuerpo con el de el.
-Sa…Sasuke- dijo separándose un poco y abriendo su boca, invitándolo a que penetrara su boca con su lengua caliente y hambrienta, y Sasuke se excito con eso, claro que profanaría y la proclamaría como suya, le soltó las caderas y subió sus brazos hasta rodearle su cintura, intentando fundirse con el, se inclino saco su lengua de su boca y el rubio le imito, se fueron acercando sin perder la mirada del otro.
Toc-Toc-Toc
-¡¿Sasuke estas en casa?!- se oyó una voz grave desde afuera haciéndolos volver a la realidad y separarse un poco- ¡¡Voy a entrar así te estés follando a tres!!- el rubio se separo algo brusco del azabache al escuchar eso, pero el Uchiha sonreía arrogantemente hacia la puerta
-escóndete en mi cuarto y no hagas ruido- dijo empujándolo a una habitación y cerrando la puerta tras de él, el kitsune bufo molesto por la interrupción, de alguna manera también le molesto escuchar aquello “…te estes follando a tres…”, acaso era…¿celos?
-~¡Por supuesto que no!~- pensó enfadado, pues el sabía que había estado en iguales y mejores condiciones sexuales con mas personas-~entonces…¡¿Por qué estoy tan molesto?!, bueno quizá si…no, no es solo el hecho de que nos interrumpieron y no consumamos nada, ¿celos?, eso no es lo mío ttebayo- abrió sus ojos sorprendido por lo que acababa de decir, esa palabra solo la decía cuando era humano y se ponía nervioso- mierda…Ototo-baka, ¿Por qué tenias que decirme aquello?~- y se dejo caer en el colchón llevándose los brazos detrás de la nuca mirando fijamente el techo, suspirando como un tonto sin darse cuenta que lo hacía.
+Continuara...+