-Tora-shi hasta que llegas- suspiró Nao aliviado viendo pocos segundos después entrar a Shou detrás de él- ¿donde estabas?- se le acercó algo confundido viendo como el pelinegro mantenía su cabeza agachada desde que llegó.
Se acercó a mirarlo más detenidamente y se dio cuenta que tenía una de sus mejillas rojas, como si alguien lo hubiera golpeado.
-Shinji…-susurró preocupado mientras el más alto le sonreía para tranquilizarlo
-Choque con una pared, es todo
-Pero…- el guitarrista era muy tonto si pensaba que se iba a creer esa mentira, pero un grito por parte de Hiroto lo interrumpió
-¡Nao-san! Te estoy llamando hace rato, ya dinos lo de la reunión
-Si Murai, ya no nos hagas esperar más- apoyo Saga a su pareja
-Bien- decidió no darle más vueltas al asunto con Tora, después de todo sabia que no le diría nada- Hable con el manager y dijo que para la creación de nuestro próximo álbum, nos quedaremos todos juntos en una casa
-¡¿¿ehhh??!-gritaron todos impresionados
-jajaja! si vieran sus caras-rió Nao- Aunque la mía era igual cuando el manager me lo dijo
-Pero no entiendo,¿ para qué tenemos que vivir todos juntos?-pregunto Shou
-Según el manager es para complementarnos mejor y estar 100% dedicados al disco
-¡a no! ¡no cuenten conmigo!- respondió enojado Hiroto- Yo necesito estar tiempo a solas con mi Saga- se abrazo a el, provocando un leve sonrojo en el castaño
-E-es cierto, somos una pareja que necesita privacidad- lo apoyó
-Yo no quiero tener que oír sus gemidos todas las noches- habló Tora cruzándose de brazos
-Ni yo- apoyó Shou
-No hay nada que podamos hacer chicos, mañana mismo tenemos que estar en la compañía con nuestras maletas para llevarnos a esa casa- concluyó Nao- Por supuesto que lo ensayos y grabaciones serán acá, en la compañía, pero estaremos viviendo todos juntos hasta que terminemos
-Esto es una verdadera mierda- suspiró el más alto tirándose en uno de los sillones para luego fumarse un cigarrillo
-Por lo pronto, disfruten de su última noche en sus casas chicos, piense que será como un campamento- los animó sonriente el líder
-Un campamento de chicos, incluida, una pareja marica- confesó mientras Saga y Hiroto lo miraban molestos
-Ignorando lo que dijo el idiota de Tora, Nao-san tiene razón, después de todo somos una banda ¿no? creo que será divertido pasar todo ese tiempo juntos- apoyó Saga
-Supongo- suspiró Shou, aunque por dentro estaba que se moría, no podría soportar estar bajo el mismo techo con Tora, ni menos ver a todos los días y a cada hora del día, a la parejita del año.
-Bien, entonces pongámonos a ensayar viejas locas- bromeó Nao mientras los otros tomaban sus instrumentos para empezar la práctica.
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El ensayo había terminado, aunque se notaba que ninguno de ellos estaba al 100%, al parecer estaba muy concentrados en como sería vivir juntos de ahora en adelante.
El vocalista fue el primero en salir, y luego le siguieron la pareja, en donde Saga no perdió tiempo para guiñarle un ojo a Tora y susurrarle un nos vemos en el oído; que pasó desapercibo por Nao que arreglaba sus cosas, pero no por Hiroto que lo tomaba de la mano y ardió en furia al ver la sonrisa triunfante de Tora.
-Ya vámonos amor-pidió atrayéndolo hacia la salida
-Hai, hai, nos vemos chicos- se despidió mientras Tora los miraba irse con molestia, esta vez haría pagar a Hiroto por hacer sufrir a su vocalista, lo follaría hasta cansarse.
-Ahora me dirás ¿quién te hizo eso?- apareció Nao por detrás peñiscándole su mejilla aun enrojecida, mientras Tora se quejaba infantilmente- Estoy esperando Tora-shi- se separó de el y se cruzó de brazos, mientras el otro se sobaba su mejilla y lo miraba divertido
-¿por qué tanto interés eh?
-Porque me preocupo por ti tonto, y lo sabes
Mierda…había olvidado eso, había sido un idiota, vio como rápidamente la sonrisa de Nao desapareció y bajó su mirada con tristeza, hace pocas semanas que el baterista se le había declarado y el…lo había rechazado
-Me gustas…me gustas mucho Tora-shi- confesó sumamente sonrojando bajando su mirada, para evitar mirar al guitarrista a la cara, no sabia desde hace cuanto tiempo había guardado sus sentimientos, pero ya no podía aguantarlo más, tenia que decírselo o sino los nervios lo matarían, aunque ahora…se estaba matando al no oír ninguna respuesta del menor- “Me lo suponía”-pensó con tristeza viendo que el silencio seguía; subió su mirada y vio como Tora lo miraba con tristeza, sin saber que responderle- Solo..solo quería que.. lo..lo supieras-trató de responder con una gran fuerza de voluntad y tratar de dibujar una sonrisa en su rostro- No tienes que corresponderme, ni nada de eso, solo..necesitaba..sacarlo de mi
-….- Tora lo observó con pena, se sentía mal al rechazarlo de esa manera, de alguna forma le recordó a el cuando se declaró a Shou hace unos años atrás
-Yo…tengo que irme- hablaba con la voz quebrada, sentía un nudo en su garganta, ya no podía soportarlo más, si iba a llorar no lo haría frente al guitarrista- Yo..gracias por escucharme- se despidió con una leve reverencia saliendo corriendo del lugar y llorando a mares, pero no contó con que el más alto lo persiguiera y lo alcanzara en la carrera, donde lo abrazo de inmediato-Shin..ji -susurró sorprendido sintiendo como el menor lo abrazaba con fuerza, no quería separarse de él, aunque su cuerpo temblaba por sus sollozos, Tora lo abrazaba con más fuerza aun.
-Lo siento, lo siento Nao, perdóname-le decía escondiendo su cara en el hombro del baterista sin romper su abrazo, se sentía terrible al haberlo rechazado, pero no podía estar con él, su corazón ya le pertenecía a Shou, pero no pudo evitar sentirse feliz de que Nao tuviera esos sentimientos hacia el, de que al menos alguien lo amara como el era.
-No.. te.. pero…cupes- le respondió apenas, poniendo una de sus manos sobre los brazos del guitarrista, haciéndole saber que le habían llegado sus sentimientos y que apreciaba ese gesto de amor hacia su persona.
Ambos se quedaron por un largo rato sin decir ni una sola palabra, en medio de ese parque en donde casi ni transitaba gente y compartían el poco calor que tenían sus cuerpos, en esa fría noche.
Tora bajó su mirada con tristeza, aun no le había dicho a Nao porque no podía corresponder sus sentimientos, pero el baterista jamás se lo había preguntado, de alguna manera, Nao sentía que no quería saberlo u olvidarlo seria mucho más difícil.
-Lo siento- se disculpó el guitarrista
-¿Lo sientes por no querer decirme la razón de tu golpe? ¿O sigues sintiendo lo de la otras vez?- le sonrió- Deberías olvidarlo Tora-shi, yo estoy bien- se le acerco acariciando su mejilla, aunque sabia que mentía, por dentro estaba destrozando, estaba tan cerca de la persona que tanto amaba y tan lejos a la vez.
-Nao-san…
-¡ya Tora-shi! No me cambies el tema, dime quien te golpeó- el mayor hizo un puchero adorable, mientas Tora solo sonreía- ¿te tiraste a un chico que no quería?- rió divertido
-¡¿qué?! ¡claro no!- respondió avergonzando provocando la risa del baterista, aunque le dolía saber que Tora se acostaba con quien quisiese en la compañía, al menos el guitarrista lo hacia para llamar la atención de Shou, pero a éste no le interesaba ningún rábano.
-Entonces ¿quién fue?
-…-el baterista era demasiado terco y no se rendiría por nada hasta sacarle la verdad, así que decidió en seguirle su idea- Si..tienes razón fue un chico que…no quería-suspiró rendido- Pero al final no se quejaba de nada
-¿seguro? Porque tienes cara de violador en potencia Tora-shi
-¡yo no lo violé! ¡Él solito se dejó!- reclamo avergonzado
-Hai, hai te creo, no te preocupes- le sonrió- Siempre lo he hecho- dijo esto ultimo en voz baja y algo triste haciendo preocupar al más alto
-¿Nao?
-ahh, nada es solo que, estoy tratando de olvidarte y tú no me lo haces fácil- respondió sincero provocando un sonrojo en el guitarrista-Bueno Tora-shi, nos vemos mañana-sonrió saliendo de la sala con el corazón echo trizas, pero se aguantaría, ya había llorado demasiado por el menor y ya era tiempo de olvidarlo- Tienes que hacerlo Naoyuki, tienes que hacerlo- se repetía a cada rato dirigiéndose al estacionamiento
-Si tan solo me hubiera enamorado de ti Nao- se dijo asi mismo el guitarrista, mientras veía marcharse a la persona que tanto lo amaba y que nada podía hacer para corresponderle.