-¿Hace cuanto que no sales con nosotros Suichii? Creo que deberías acompañarnos al cine, para descansar de los trabajos de la universidad…-comento la madre de Kurama, mientras desayunaban- ¿No quieres venir?
El hermoso pelirrojo de ojos esmeraldas, miro a su madre humana con una tierna sonrisa
-Gracias por incluirme mamá, pero quisiera terminar los trabajos; para poder descansar unas horas extras, pero no se preocupen por mi vayan y diviértanse – Kurama sabía que no tenía ningún trabajo pendiente, aunque tampoco es que odiara a su familia, no, simplemente no quería salir con nadie, llevaba tiempo evitando a sus amigos; aunque deseaba ver a uno de ellos: un pequeño pelinegro.- Gracias por la comida estuvo muy buena.
Kurama hizo todo de manera tan natural que sus padres no sospechaban nada, solo lo tomaron como un joven bastante responsable, algo raro para personas de su edad. Después de despedirse de Suichii, como ellos lo llamaban, se fueron al cine y Kurama hecho el seguro de su habitación, puso música a todo volumen, mejor dicho puso una única canción repetida una y otra vez.
Mi almohada no puede vencer
La melancolía de mi padecer
Y yo como un iluso solo te dibujo en mi mente
Moriría por tener entre mis brazos tus sueños tu piel
Desde hace meses solo escuchaba esa canción, sentía que era la única que de verdad le permitía admitir lo que sentía, el vacio y el dolor que este le provocaba, por la ausencia de la ese youkai que tanto añoraba. Recostado en su cama se dejo invadir por esa tristeza que no le mostraba a nadie, ese dolor tan horrible no se comparaba con ninguna herida que hubiese sufrido.
Deseo que el youkai de fuego entrara por la ventana como tantas veces había hecho anteriormente. Un suave gemido de dolor escapo de sus labios, jamás había creído que el dolor emocional se pudiera transformar en dolor físico.
Y por creer que estarás ahí para siempre, siempre
Ahora le digo a mi le digo a mi soledad que…
Si te tuviera aquí, envenenaría tu aliento
Con mis besos y con todo mi cuerpo
Solo si te tuviera aquí
Ohh si te tuviera aquí,
Tomaría tu cintura entre salvaje y delicadamente
Por estrecharte con todo el deseo de mi piel
Y perdido en tu figura te haría sentir como ahogaría
Esta agonía que estoy pasando sin ti, sin verte
Deseaba tenerlo entre sus brazos, sentir su piel, su calor, su delicioso olor, se imagino besándolo con toda la pasión que dolorosamente estaba aprisionada en su pecho, se había preguntado que se sentiría poder tenerlo a su lado para siempre, sin tener que ver como se iba cada día después de pasar una noche con el… El poder acariciar su rostro, su cabello, estrecharlo contra él y tenerlo en sus brazos; como tantas veces había hecho antes.
Volvió a sentir un pinchazo de dolor en el pecho, ¿Cómo es posible que un órgano que se supone solo bombea sangre pueda sentir dolor?
Ahora le digo a mi soledad que…
Si te tuviera aquí, envenenaría tu aliento
Con mis besos y con todo mi cuerpo
Solo si te tuviera aquí
Te entregaría mi vida para que decidieras dentro de mí
Cuando aparecería ese maldito youkai si es que alguna vez volvía a verlo…Sentía un horrible frio en todo el cuerpo, que se adentraba hasta sus huesos, el…el youkai más hermosos del makai sufría por un pequeño youkai malhumorado, que ironía…una tristeza amorosa lo tenía tirado sin ganas de moverse, solo dibujando vagas ilusiones en su mente.
En la oscuridad de su habitación, con los ojos cerrados se adormilo, como siempre que se dejaba invadir por ese dolor infinito…
Si te tuviera aquí
Aquí…
Si te tuviera aquí envenenaría tu aliento
Con mis besos y con todo mi cuerpo
-No estés triste Kitsune, eso no va contigo…-un susurro cerca de su oído. El pelirrojo abrió los ojos y se volteo para observar su habitación, todo estaba igual; a excepción de la ventana abierta. El no recordaba haberla abierto, la cabeza le daba vueltas, todo se veía nublado.
Volvió a recostarse y a saborear esa pequeña alucinación, sabía que lo era y no deseaba ilusionarse.
-Te amo Hiei… te extraño…- cerro los ojos y apretó la mano alrededor de una perla que guardaba bajo su almohada y se quedo dormido recordando a su pequeño y amado youkai.
Solo si te tuviera aquí…