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Diez reglas para hacer feliz a Wolfram Von Bielefeld por Ciel Phantom

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Notas del fanfic:

jajaja, ya se que me ausentado mucho tiempo y que tengo algunos fic sin terminar, pero todo a su tiempo, nunca fuerzo una trama, me parece de mal gusto. En todo caso ya llegara las continuaciones, digo despues de mi tan lardo descanso espero que asi sea.

bien, gracias por esperar y ser pacientes y aqui les dejo una nueva locura recien salida de mi cerebro.

kkm  no me pertenece y esto no se hace con fines de lucro.

fiuuuuu!! ya se andaba pasando.

Notas del capitulo:

vale espero que les guste y que dejen coment... recuerden que de eso vivo.

Atte: Ciel Phantomhive

 


Los rumores habían llegado a sus oídos, eso era de esperarse, después de todo, las palabras se dispersan rápido, sin embargo, yo siempre me he preguntado. ¿qué de bueno tiene el hacer correr esa clase de comentarios? En especial  si le hacen daño a alguien tan bello como lo es su  excelencia Von Bielefeld Wolfram.


 


Y no es que quiera quedar bien frente a él. Dios sabe que jamás me atrevería a dirigirle la palabra, sería como si una oruga soñara con tocar el sol. Se quemaría, me quemaría antes de llegar. Es por eso que me consuelo contemplándolo desde lo lejos.


 


Se que esta triste, sus hermosos ojos verdes no tienen ese brillo que yo tanto amo. Y se que es por ese estúpido comentario.


 


Luce tan impecable como siempre, grita, golpea, arremete, esquiva, elude. Sí. Pero eso no me engaña. Sufre en silenció. Y me hiere. Porque no tengo respuesta, ni consuelo a su dolor.


 


El entrenamiento está por terminar, como es costumbre más de un soldado a terminado en el suelo con más de un golpe. Merecido se lo tienen. Piensan que él no lo sabe. Que ignora que ellos fueron los que iniciaron toda esa parla feria. Pero lo sabe. ¡Oh, sí! Y es precisamente por ello que  tienen una costilla rota o una pierna casi fracturada. Yo río. Sé que su excelencia se ha hecho justicia por su propia mano. Volteo a mirarlo. Continúa triste, y de nueva cuenta me deprime verlo en ese estado.


 


Terminado el entrenamiento. Algunos de mis compañeros lo llaman; carnicería. Von Bielefeld se retira, sin decir nada, sin mirar a nadie.


 


Espero cinco minutos, debo asegurarme de que todos se hayan marchado. No quiero que se burlen si mi intento de consuelo para nuestro capitán resulta infructuoso.


 


Sé que le gusta mucho el chocolate amargo. Así que le he comprado una barra de las más finas. Obviamente pensando que sus exquisitos labios solo han probado de calidad. Me tomó mucho tiempo ahorrar para este delicioso manjar. Y me conformaría con que la recibiera.


 


Recorrí los jardines hasta el cansancio, además el estarse escondiendo de los guardias no ayudaba en mucho, un soldado de bajo rango y aun en entrenamiento no tiene derecho a pasar a los espacios reservados a la familia real. Ya estaba por retirarme, cuando un pequeño mechón de cabello rubio asomo de forma casi imperceptible de los rosales. Camine sigiloso. Un susto en esas perfectas facciones me harían morir de solo ver su belleza. Además dudo que su excelencia me deje vivir.


 


Unos pasos me hicieron detenerme y ocultarme. Y ahí estaba él. El Maou. Apreté los puños. Nuestro joven rey no aprecia para nada a su excelencia. ¿no se como es que siguen juntos?


 


Su majestad se acomoda a su lado. Y con gran timidez saca una flor extraña. Su excelencia la mira con la duda escrita.


 


_Mira, ayer por la tarde cuando estaba de camino al partido, pues pase por una florería. No es que antes me percatara que hubiera una... simplemente es que... tu sabes, soy algo despistado y  bueno ayer tropecé con ella por accidente.  _Su vista estaba completamente perdida en el ocaso de colores naranjas. _Yo solo creí que se parecía mucho a la que tu madre cultiva y que lleva tu nombre.... por eso pensé en traerte una para... que ... para que la conocieras... por cierto esta no se llama... _Los colores de su rostro me decían que de verdad estaba haciendo un gran esfuerzo para soltar lo que seguía. _Azucena... creo que así se llama, el tendero también me dijo se conocía como Lilium, claro que la de Cheri es mucho mas  bonita y... y... y... digna... de ser llamada... herr.. herrrm... herrrmossso... Wolf... aaaahhhhhh!! Ya me entendiste... _no es por nada pero parece un tonto.


 


_¿Y es la única que me trajiste? _ese tono de voz jamás lo había escuchado, suena como melancólico pero...


 


_¡No! Claro que no... te traje como tres docenas... es pera... mi madre insistió en que serian un buen regalo y...


 


_Enclenque... _ no lo puedo creer, esta sonriendo.


 


_Wolfram...


 


_Si...


 


_Escuche sin querer algo que...


 


_ES MENTIRA


 


_Eso no tienes que decírmelo... lo se... ¿pero? ¿puedo preguntarte algo?


 


_Está bien... pero si es algo pervertido de golpeo...


 


_Para que querías la miel... _ahora si estoy a punto de sufrir un paro cardiaco mi capitán tiene las mejillas sonrojadas y a agachado la cabeza.


 


_Era para un pastel


 


_Wolf no te esfuerces demasiado...


 


_Enclenque. ¿Cómo no hacerlo? _El Maou lo toma por la cintura mientras lo abraza. _Es el cumpleaños de nuestra hija...


 


 


Es cierto lo había olvidado. Ellos son padres. Los observo marcharse. Mi capitán ya no está triste en su lugar una tímida sonrisa se encuentra dibujada en la comisura de sus labios, y su mano parece temblar al ser sujetada por la de su majestad. 


 


Ahora se que si las flores dicen muchas cosas. También son tartamudas, al igual que su dueño.


 


Regla número diez: si quieres que su excelencia sonría una sola flor basta. Una tartamuda y enclenque.


 


Continuara...


 

Notas finales:

gracias por leer y espero muchos coment...

 


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