Sin perder más tiempo Kurogane tomo al chico en brazos y subió a la habitación corriendo, literalmente. Una vez ingresaron lo deposito en la cama y se subió sobre él, pero Fye ágilmente se escapó y se puso del otro lado lejos del alcance de su novio.
La cara del moreno era de lo mas graciosa, decía algo así como “¿Que carajo estas haciendo?” mezcla enfado, impaciencia y desconcierto. El vampiro sonrió ampliamente, se quitó la camiseta y se la arrojó al más alto haciéndole señas de que se quitara la camisa y se la pasara.
El moreno suspiró y obedeció automáticamente, era eso o matar a su juguetón rubio. El oji dorado entonces se colocó la camisa azul, abrochó sólo el botón del centro de la prenda y se quitó el pantalón arrojándoselo también al otro. El ninja sonrió de medio lado, se sentó en la cama y le hizo señas al chico de que se acercara, pero este sacudió su cabeza negando rápidamente.
Una venita apareció en la frente del oji rubí, no estaba muy de humor para rogar, para colmo el vampiro se había puesto solo la holgada camisa que dejaba su cuerpo casi descubierto y le daba una visión perfecta. Si no se decidía iba a terminar atándolo a la cama y haciéndole el amor sin descanso.
-¿Estas tan impaciente, Kurogane?- preguntó clavando en el su ojo dorado.
-Estoy desesperado, Yuui- contestó desabrochando el botón de su pantalón.
El rubio se acercó gateando por la parte de los pies de la cama hasta posarse sobre el moreno. Éste le desató el cabello, quitó el oscuro parche que le cubría parte de su rostro y depositó un beso sobre el parpado vació. Fye se sonrojó al sentir la dulzura con la que lo mimaba su pareja y sonrió con algo de timidez.
Kurogane jaló al chico hasta sentarlo sobre su vientre, a la altura que estaba tenia perfectamente ubicado su pecho y su cuello. Suavemente deslizó su lengua por toda la zona y dejó todo el sector húmedo. Con las manos se dedicó a acariciarle los muslos, la parte baja de la espalda y la cintura.
El rubio descendió hasta llegar a los labios del hombre que amaba, unían y separaban sus labios en leves intervalos de tiempo, cambiando el ángulo de sus rostros para obtener distinta profundidad y apreciar más de cada rincón de sus bocas. Sus lenguas a veces se encontraban fuera y se acariciaban durante un rato jugando la una con la otra deseando no detenerse.
Mientras se besaban Fye movía su cuerpo provocativamente frotando los miembros de ambos aun dentro de las prendas, las erecciones que se habían formado les producían descargas eléctricas ante cada contacto. El moreno llevó sus manos al borde de los bóxer del delgado joven y los bajo un poco, con ayuda de una de sus manos logro también liberar su miembro.
El contacto directo de ambos hizo la sensación aun más exquisita y placentera. Ambos jadeaban y se besaban sin perder tiempo, al separarse se miraban sorprendiéndose de poder estar junto al otro en esa situación. El ninja llevó una de sus manos al trasero del ex mago y pasó sus dedos por la línea que dividía esa zona.
-Kuro…rin- gimió el mas bajo al sentir como uno de los dedos había introducido fugazmente la punta dentro de su cuerpo.
-¿Que… pasa? Ahhhh… Yuui- suspiró el moreno.
Así era siempre, desde que habían comenzado a hacer el amor el ninja lo llamaba por su nombre. En otras situaciones lo llamaba con el nombre al que estaba acostumbrado, pero a la hora de amarse era simplemente Yuui…y eso al vampiro le encantaba porque significaba que lo amaba enteramente a él y sin importar lo demás. Kurogane había sufrido mucho todo el tiempo en que sus apodos habían desaparecido, la verdad que oir su nombre en los labios de su amado le encantaba… pero oírlo llamarlo “Kuro-rin” o “Kuro-po” entre gemidos era muy dulce también.
-Kuro… pon… ahhhh- gimió al ser mordido el lóbulo de su oreja y jalado el pendiente color sangre que llevaba- te amo…-
-Y yo… te amo a ti…- correspondió mientras terminaba de quitarle el bóxer.
Lo dejó bocabajo, levantó la camisa y comenzó a lamer su espalda dejando también marcas de besos, que después terminaban borrándose debido al organismo del vampiro. Rozaba con su pene la entrada del delgado joven haciéndolo gemir con más deseo.
-…ahhhhh kuro… por fav…or- dijo arqueando su espalda felinamente.
De nueva cuenta lo puso bocarriba y lo besó fieramente. Ambos estaban bastante sonrojados y por demás agitados. El rubio sonrió y tomo con ambas manos el miembro del ninja acariciándolo de la punta a la base y viceversa… antes de continuar le quitó los pantalones y la ropa interior.
Poniendo cara de inocente pasó el dedo por la punta rodeando en pequeños círculos, luego ese mismo dedo lo llevó hasta sus labios y lo succionó lascivamente dejándolo excesivamente mojado. Conforme con el resultado de su provocación, tomo la base de la masculinidad del ninja y la introdujo suavemente en su boca, gimiendo levemente.
El nipón lo miraba maravillado, Fye era perfecto a la hora de llevarlo al límite de sus propias fantasías. Acaricio suavemente su cabello y se relajó sintiéndose envuelto por la calidez de la boca del palido chico. Lo amaba demasiado y lo deseaba con todo su corazón.
-Es suficiente…- jadeo el mas alto- Ven-
-Demo… Kurogane aun no acabo y quiero…- intento protestar.
-Urusai…- lo ubico de espaldas a la cama- Te hare el amor sin descanso-
-Hyu, Kuro wan esta muy viejo y no podrá cumplir con lo que dice- se divirtió el pelilargo.
Sin mediar mas palabras el mayor preparo el cuerpo de su novio para recibirlo, estaba tan cálido como siempre, no quería esperar mas para estar dentro de su frágil cuerpo y hacerlo suyo una vez mas. Conforme con la baja preparación, puesto que no quería que Fye se corriese, lo penetro con cortas envestidas hasta que logro estar completamente dentro de él.
Las lágrimas no se hicieron esperar y recorrieron la mejilla del vampiro mientras este mordía el cuello de su amado y aumentaba su pasión. Kurogane, presa del deseo, lo envistió con firmeza y bastante velocidad. Los gemidos que escapaban de la boca del rubio ya eran gritos de lujuria pura y exigia ser tomado con mas fuerza.
-Si eso… es lo que… quieres- sonrió el moreno con una sonrisa amplia- eso hare- lo envistió con mas velocidad y fuerza.
-…- una leve risita se oyo- Papi ten cuidado con mamá, no la vayas a romper. Dice Yuuko que ya podemos movernos al siguiente mundo y que si nos vamos pronto encontraremos algo bueno-
-¡LARGO DE AQUÍ, ESTUPIDO MANJUU BLANCO!- grito ya cansado el nipón- ¿QUE ES TAN DIVERTIDO?-
-No te enfades…- rio levemente el chico de tez clara- terminemos con esto y vamos al otro mundo-
No pudieron darse el lujo como había planeado pero debían marcharse, según Mokona había algo bueno en el siguiente mundo y planeaba que el sexo fuese eso. Mientras tanto una luz se trago a esas dos figuras masculinas y se desvanecieron en el aire.