Capitulo 1: Mi Hermano
Percy Jackson aún era joven, apenas tenía 20 años, y hace cuatro años atrás había jugado un importante papel en la salvación del olimpo a manos de los titanes. El joven hijo de Poseidón dirigió su velero con facilidad, su orientación en el mar era la mejor, mientras llegaba a donde había sido citado, decir que estaba extrañado era poco. Su hermano mayor Tritón, el hijo legítimo y heredero de su papá, lo había citado en esas coordenadas, le extrañaba porque no es como que fueran amigos, como él y Tyson, su único encuentro había sido durante la guerra y no había sido precisamente agradable, de hecho, Tritón le había acusado de estar holgazaneando, cosa que no había sido nada cierta, el acababa de vencer para ese momento a la princesa Andrómeda, haciéndola volar por los aires con Charles de la cabaña de Hefestos, quién había muerto en la misión.
La masiva a solo dos días de su boda con su novia Annabeth Chase, hija de Athenea, le había sorprendido, pero temiendo que pudiera estar pasando algo con el reino de su padre o su mismo padre, se había apresurado a tomar su velero e ir a las coordenadas que le había dado Tritón en su carta entregada por una lechuza.
Una vez estuvo en las coordenadas miró a su alrededor, pero no vio absolutamente nada además de mar. Suspiró, listo para saltar al mar para buscar lo que en la superficie no se veía, cuando casi se muere del susto al sentir un ruido a sus espaldas y voltearse viendo a Tritón en forma humana. A pesar de las piernas lo reconoció, su piel seguía siendo verde pero estaba muy lejos de ser espeluznante, todo lo contrario, era hermosa, su cabello seguía siendo muy negro, atado en una coleta, era alto y fuerte, y sus ojos eran verdes, del mismo verde mar que los de él y Poseidón.
-Hermano pequeño- le saludó Tritón.
-Tritón- le dijo Percy, ligeramente incomodo- Recibí tu carta- le dijo lo obvio, dado que estaba ahí- ¿Sucede algo malo con padre? ¿Por qué tanta urgencia?- le preguntó.
-Si, sé que recibiste mi carta- asintió el de cabello negro largo.
-¿Qué sucede?- le volvió a preguntar Percy.
-No te vas a casar- le dijo Tritón de golpe y bastante duramente. Percy parpadeo mirándolo sin entender.
-¿De qué hablas?
-De tu boda con esa estúpida niña de Athena- le dijo Tritón frunciendo el ceño molesto.
-Ja, si tú y padre están en contra pues pueden sentarse a ver como si lo hago, ya hice mucho por ustedes y perdí mucho por ustedes, no voy a perder a Annabeth -le aseguro Percy.
Tritón se acercó a él con paso amenazante, su hermano era mucho más grande que él pero eso no hizo retroceder a Percy ni un paso, se paró firme y miró a su hermano con desafío, nunca espero lo que este iba a hacer: Tritón lo tomó de la cintura con un brazo y alzándolo con facilidad como si Percy no pesara, nada se adueñó de sus labios. Percy abrió sus ojos con espanto, quedando congelado un segundo, luego reaccionó debatiéndose en los brazos de Tritón. Tritón lo soltó con una sonrisa satisfecha y Percy retrocedió con dos dedos sobre sus labios, aún no se podía creer lo que acababa de suceder, su cerebro no lo procesaba.
-No te vas a casar- le dijo Tritón con satisfacción. Percy al fin fue capaz de recuperar su cerebro y fulmino al hijo mayor de su padre con rabia.
-¿Estás loco? ¿Qué coño te pasa?- le grito- Soy tu hermano, ¿cómo se te ocurre besarme? Sal de mi velero y mi vista- le gritó bastante cabreado.
-Tú lo has dicho, eres mío- sonrió Tritón, sin alterarse en lo más mínimo- Somos dioses griegos... bueno, tu eres un semi-dios- se corrigió- pero da lo mismo, el incesto no es la gran cosa para nosotros. Zeus y Hera son hermanos, Hades y Perséfone son sobrinos, y por ahí si seguimos buscando, a padre no le molestara nada que yo te reclame.
-¿Reclamarme? Tú si estás loco, tanta sal de mar te afecto el cerebro- aseguró Percy- Estoy comprometido y no quiero saber nada más de ti en esta vida, ahora sal de mi vista- le gritó.
-No lo creo- sonrió Tritón, volviéndose a acercar hacia su hermano.
-No des un paso más o lo lamentaras, estamos en el mar, este es mi terreno- le aseguró Percy y como para comprobarlo, el mar se levantó a sus espaldas, amenazante. Tritón solo rió divertido y apaciguó el mar con un solo gesto.
-Este, hermanito, es más mi terreno que el tuyo- le aseguró- Tu eres un mestizo y yo soy el heredero de padre.
Percy maldijo y sacó a Reptide, su espada echa de bronce celestial.
-Entonces voy a ensartarte- le aseguró a su hermano.
-Da tu mejor intento- lo animó Tritón, yendo a por él.
Percy le atacó pero, como un látigo, el agua se ciñó a la mano que sostenía a Reptide y esta cayó de su mano, y en el segundo en que Percy miró al agua impresionado por su acción, Tritón le atrapo por la cintura haciéndole un placaje hacia el suelo. Percy forcejeo sobre la plataforma del velero mientras Tritón arrancaba su ropa.
-Suéltame bastardo demente- gritó Percy.
-Estate quieto- le gritó Tritón de vuelta, logrando desnudarlo- No tienes una idea de cuánto te deseo hermanito.
-Enfermo- forcejeo Percy –Te odio.
-Aprenderás a amarme- le aseguró Tritón besando su desnuda piel.
-Jamás, yo amo a Anabeth, suéltame Tritón, suéltame o te vas a arrepentir de esto- le juró Percy y el mar batió sobre ellos, entrando el agua en el velero, pero Tritón solo rió, así como el agua fortalecía a Percy también lo fortalecía a él.
Tritón separo sus piernas con facilidad.
-Esta vez te va a doler un poquito pero luego será mejor- le aseguró ubicándose entre sus piernas.
Percy forcejeo con más fuerza pero fue inútil, pronto sintió como si una lanza se clavara en sus entrañas cuando su propio hermano mayor le penetró. Percy quedó sin aire, le habían acuchillado, golpeado, hasta quemado, pero nada había dolido como en ese momento dolía su ano por culpa del descomunal miembro que le violentaba.
-Ahh - gimió Tritón- Sabía que sería delicioso, pero no tanto, estás tan apretado, tan caliente-gimió mientras las lágrimas salían de los ojos del pequeño semi-dios, lágrimas que lamió de esos verdes ojos idénticos a los suyos, empezando a moverse.
En el momento en que empezó a moverse, Percy gritó con fuerza.
-Basta, basta- suplicó tratando de empujarlo débilmente- Duele, duele demasiado.
-Shhh, solo déjate- le dijo Tritón, sin parar de moverse, moviéndose más rápido, más fuerte.
Percy creyó que ese infierno no se iba a detener nunca, pero se detuvo cuando al fin la inconsciencia se apiado de él y se desmayó.
Continuara….