No Me Pierdas De Vista por yuuko clover

No Me Pierdas De Vista.

Capitulo uno: Despertar. De golpe a la realidad.

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¿Dónde estaba? Todo era demasiado oscuro como para poder distinguir algo. Era una sensación bastante extraña la que sentía en esos momentos por todo su cuerpo. Era como estar flotando en el aire. No podía moverse, estaba solo, rodeado de nada en algún extraño lugar, ¿Cómo había llegado ahí?

Suspiro con pesar, y volvió a cerrar los ojos, esperando que cuando los abriera hubiese algún cambio.

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- ¿Qué vamos a hacer ahora? – Pregunto un chico de cabellos negros con voz muy apagada. Se sentía abatido y sobrepasado por todo lo ocurrido – No puede ser posible que él…- Dejo la frase al aire, ni siquiera era capaz de decirlo en voz alta, porque hacerlo significaba volverlo más real.

Nadie dijo nada, todos los presentes estaban demasiado perturbados por todos los acontecimientos de ese día.

Eran cerca de las diez de la noche, y los chicos junto a algunos miembros de la orden del Fénix estaban reunidos en la madriguera, quizás era el único lugar seguro que les quedaba, y no sabían si fuese asi por mucho tiempo.

- Hermione… - Llamo un hombre alto, y de aspecto bastante cansado, se veía como cien años más viejo de lo que debería aparentar – ¿Estas…¿estas segura de que él…- Trago con dificultad, miro una vez más al hombre sentado en el rincón de la cocina, luego volvió su vista a la muchacha - …de lo que paso? – Pregunto a la chica que estaba sentada frente a él con una tasa de café en la mano y mirando hacia la nada.

La chica lo miro unos segundos a los ojos, había tanta tristeza y dolor en ellos, que Remus no tuvo más dudas, pero es que era…era imposible, ¿Cómo?

- Fue todo muy rápido – Comenzó a relatar Ron, quien estaba sentado al lado de la castaña, al igual que ella tenia los ojos rojos, e hinchados – Harry de pronto estaba ahí de pie peleando con Voldemort, y luego… - Al chico se le quebró ligeramente la voz. Aspiro con fuerzas para tratar de calmarse – Y luego estaban ambos tirados en el suelo, no podíamos acercarnos, la magia era demasiado fuerte, de pronto exploto, y estaba lleno de humo, y Harry…él estaba…Harry estaba ahí con los ojos abiertos y… - No fue necesario continuar, todos sabían como terminaba el relato, Snape ya se los había dicho muy brevemente antes de volver al cuartel con los mortifagos – Ellos e los llevaron a ambos, y nosotros no pudimos hacer nada…

Harry Potter había luchado con Lord Voldemort. El primero había muerto, mientras que el segundo aun era un enigma.

- ¿Qué eremos ahora? – Pregunto un hombre negro sentado en una de las esquinas de la mesa – Sé que es un mal momento, pero debemos pensar en algo…

- Aun debemos averiguar que paso con Voldemort – Hablo Bill Weasley abrazando a su esposa – Quizás él también…este muerto…- Si bien él no había compartido mucho con Harry, sabia que era uno más de la familia, y que la perdida había hecho un gran agujero en el corazón de todos.

- Tendremos que irnos pronto de este lugar, no sabemos que puede pasar – Comento preocupado Kingsley logrando otra mirada molesta de Remus y Tonks.

- No podemos dejarlo ahí… - Hablo de nuevo Neville luego de un largo silencio – Tenemos que traerlo, y…enterrarlo como se merece.

- Neville tiene razón – Dijo Ron levantando la vista y mirando a todos los presentes en la cocina – No podemos dejar su…su cu-cuerpo con ellos, hay que rescatarlo.

- No descansara en paz si esta rodeado de mortifagos, ellos pueden hacerle cosas horribles a Ha-Harry – Termino de decir Hermione secándose las lagrimas. Y tomando una actitud más decidida.

- Chicos, ustedes no pueden, ni siquiera saben donde lo llevaron – dijo la Señora Weasley, estaba pálida y ojerosa, y al igual que todos parecía acabada – Yo entiendo que ustedes quieran…

- Mamá ellos tienen razón – Interrumpió Fred hablando por primera vez serio, y sin ningún rastro de felicidad en sus ojos.

- Seria humillante para Harry dejarlo con ellos – Agrego George quien estaba al lado de su gemelo – Debemos ir por él…

- No se preocupen chicos, iremos nosotros – Calmo Lupin, mirando a su esposa, y a su amigo el cual no había hablado desde que estaban en la madriguera, lucia demasiado mal, peor que cuando se había fugado de Azkaban – Ustedes no están en condiciones de salir asi, aun están muy cansados después de la lucha de esta mañana.

- Es verdad, creo que lo mejor será que vayan a dormir, mañana tendremos que irnos de aquí, este lugar no será seguro por mucho tiempo – Propuso Tonks mirando a los chicos.

Ni Ron, ni Hermione ni ningunos de los muchacho dijo nada, era una causa perdida, pero ellos no se iban a quedar de brazos cruzados. Y Sirius pensó que si no pensaban ir a buscar el cuerpo de su ahijado mañana mismo, iría él aun que tuviese que hacerlo solo.

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Cuando llegaron los mortifagos esa noche hicieron tanto revuelo, que Draco despertó asustado. Podía oír desde su habitación los gritos y ordenes de la loca de su tía Bellatrix, y a su padre perturbado, francamente se sentía nervioso. Ese día había sido el enfrentamiento entre el Señor Tenebroso y Potter, su vida y la de su familia dependía de esa lucha. Quería bajar y averiguar que estaba ocurriendo, pero tenía miedo de saber el resultado, y encontrarse de nuevo con el mago oscuro. Con él Draco conoció lo que era ser humillado, y despertar gritando en las noches.

Unos golpes en su puerta le hicieron sobresaltarse y mirar hacia ella asustado, luego se calmo un poco al ver a su madre entrar. Cuando la vio supo que algo no andaba bien ahí.

- Draco…- susurro ella acercándose a él y sentándose a su lado en la cama.

Su madre siempre había estado impecable y reluciente, pero estar encerrada en la Mansión rodeada de tanta maldad la habían cambiado bastante. Ahora lucia más pálida, casi gris, y sus ropas ya no estaban pulcramente limpias y lisas, y sus ojos…sus ojos que ya no mostraban esa calma, ahora estaban llenos de miedo, incertidumbre, vergüenza, odio y tantas cosas más que Draco no era capaz de devolverle la mirada por mucho tiempo.

- Madre, ¿Qué ha pasado? – Pregunto el rubio incorporándose, y hablando con un poco de temor a la respuesta - ¿Quién ha…

- El señor tenebroso esta inconsciente, su magia esta bloqueada – Le interrumpió la mujer – Lo han llevado a su recamara, aun no están seguros de lo que ocurrió, pero…

- Y Potter…? ¿Él… - Su voz ya no era tan segura, y realmente no quería saber esa respuesta, porque oírla significaba el final de sus esperanzas.

- Esta aquí en la mansión – Draco la miro incrédulo, y antes de que el chicho preguntara algo más ella agrego – Esta muerto.

Muerto. Esta muerto. Podía escuchar esas palabras retumbando en su cabeza como fuertes golpes. Potter había perdido, ahora nada podría cambiar. Voldemort se recuperaría, y luego…

Cerro los ojos para tratar de calmarse, no podía pasar eso…no podía ser verdad…Había esperado tanto tiempo por esa batalla, ¡había confiado como casi todo el mundo mágico en él! ¿Y que ocurría al final? ¡El imbécil se moría! Acababa muerto junto con los anhelos de todos.

- Quiero estar solo – Pidió en un murmullo apenas audible. Sentía que si hablaba más alto su voz se perdería.

- Draco, querido, no…

- Ahora – Exigió con voz más fuerte y cargada de ira, pena, impotencia, dolor…

Cuando su madre lo dejo a solas simplemente se derrumbo. Potter, la esperanza del mundo mágico, estaba muerto. Ya no había vuelta atrás, ya no había esperanzas de escapar, él estaría encerrado por siempre con su familia en la mansión sufriendo por los deseos del Lord, y nada había que hacer ahora.

* . * . * . *

Intentémoslo una vez más, se dijo el chico. Manos, pensó y trato de moverlas, sintió la energía viajando por sus brazos hasta sus dedos y sonrió mentalmente por lograr moverlas al fin. Era un gran avance, sentía que habían pasado siglos intentando moverse. Luego de seguir con sus piernas, y su cabeza, consiguió abrir los ojos un par de veces. Y ya no estaba en la oscuridad anterior, ahora la luz era demasiado fuerte para él, asi que parpadeo tratando de acostumbrarse a ella.

¿Donde demonios estaba? Se pregunto sentándose en el suelo. Estaba rodeado de arboles, y algunas paredes caídas, era un verdadero desastre. ¿Por qué estaba ahí?

Miro a su alrededor tratando de identificar el lugar, pero no conseguía nada, estaba solo en un sitio en ruinas incapaz de recordar algo. Ahora que era consiente de su cuerpo, también lo era del dolor, se sentía pesado, y bastante cansado.

Con mucha paciencia, y lentitud consiguió ponerse de pie, el mareo solo duro unos segundos. Camino un par de veces por el lugar, y lo recordó. Estaba en Hogwarts, ahí había sido la lucha con Voldemort, pero… ¿Dónde estaba todo el mundo? ¿Habían…habían muerto todos?

Confundido, y lleno de pánico por la incertidumbre de saber si sus amigos estaban muertos camino hacia las afueras del castillo, iría a Hogsmeade, y luego se aparecería en la madriguera…iba pensando en todo eso cuando sintió que el piso desaparecía, y los colores a su alrededor iban cambiando. Asombrado descubrió que estaba en el pueblo, y luego rápidamente aparecía frente a la casa de su mejor amigo, ¿con solo pensarlo? No se detuvo a meditarlo mucho tiempo, y se encamino hasta la puerta. Debía descubrir que estaba pasando, donde estaban sus amigos, y conocidos.

Había luces, eso era una buena señal, pensó ya más esperanzado.

Entro, sin darle más importancia al hecho de que había atravesado sin más la puerta. Las luces venían de la cocina, y con el corazón latiendo a mil por hora se acerco. Voces, podía oír las voces, y eran todas conocidas para él. Sus amigos estaban vivos, Merlín, gracias, pensó acercándose más a ellos.

- ¡Chicos! – Exclamo feliz entrando por fin al cuarto cuando vio a sus amigos sentados en la mesa. Pero nadie volteo a verlo, confundido se giro para ver al resto de los presentes.

- ¡Remus, Tonks! – Dijo entusiasmado cuando vio a los otros dos en una esquina hablando en murmullos. Pero ellos tampoco lo vieron. ¿Lo estaban ignorando?

- ¿Qué esta pasando? – Pregunto acercándose a Hermione y Ron, quienes eran los más cercanos a él - ¿Ron? – Llamo a su amigo, pero este ni se movió. Frunció el ceño ya algo más molesto por aquel frio recibimiento – ¡Hey! – dijo tratando de moverlo, pero sorprendido y horrorizado a partes iguales descubrió que no podía tocarlo, simplemente lo atravesaba - ¿Qué demonios…

- ¿Estas…¿estas segura de que él…de lo que paso? – Escucho que preguntaba Remus. Harry solo pudo ver su cara, y saber que algo no andaba bien ahí, más si incluías el hecho de que todos estaban ignorándote, y podías atravesarlos…quizás….él podría estar…

Negó con la cabeza energéticamente, no iba a pensar idioteces. Asustado intento volver a tocar a Ron, pero fue el mismo resultado – Hermione… - dijo en un murmullo acercándose a la chica que estaba a unos pasos de él – Herm… ¿Qué esta pasando? –Pregunto a la vez que trataba se tocar su hombro…nada paso, su mano simplemente seguía de largo. Comenzó a desesperarse, tenía que despertar pronto

- …y Harry…él estaba…Harry estaba ahí con los ojos abiertos y…- Presto atención de nuevo a la conversación, y pensó en como no podían escucharlo si su corazón latía tan fuerte. Realmente estaban insinuando que él…No podía ser asi, ¡estaba ahí!, podía verlos, y escucharlos.

- ¡No estoy muerto! – Grito con todas sus fuerzas, pero nadie pareció oírlo – ¡Por todos los demonio! No estoy muerto…no lo estoy – Termino de decir un susurro sintiendo que su voz se quebraba, y comenzaba a desesperarse, debía ser un sueño, una pesadilla, no podía estar pasando eso, ¿verdad? - ¡Sirius! – Llamo casi histérico cuando vio a su padrino sentado en el piso al rincón de la cocina, parecía ausente – Sirius, mírame…no estoy muerto – dijo acercándose al hombre y arrodillándose a su lado, pero nada cambio – ¿Sirius?...- Volvió a hablar con un hilo de voz sabiendo que era inútil, intento abrazarlo y darle a entender de alguna forma que él estaba bien, que algo extraño estaba pasando pero que estaba vivo de todas formas, sin embargo sus brazos simplemente atravesaron el cuerpo del hombre sin éxito – Sirius…por Merlín…¿que esta sucediendo? – Pregunto incorporándose, y sintiendo las lágrimas recorrer sus mejillas. Las manos le temblaban, y estaba mareado. Es un sueño, es un sueño, es un sueño, se repitió varias veces cerrando los ojos con fuerzas, para luego abrirlos y esperar que algo pasara. Pero seguía ahí…no era un sueño…realmente esta sucediendo…

Estuvo horas en ese lugar intentando hacer algo para que notaran su presencia, pero era inútil. Simplemente se quedo ahí al lado de su padrino sintiéndose derrotado, y perdido. Estuvo en ese lugar incluso cuando todos fueron a dormir. Pensó en sus amigos, Ron y Hermione…y de pronto estaba en una de las habitaciones de la madriguera. Ahí están ellos, despiertos a pesar de que eran pasado las tres de la mañana, no estaban solos, Neville, y los gemelos estaban a su lado.

-…por eso pienso que también deberíamos decirle a él – Escucho que decía Fred. Se acerco un poco más en silencio, aun sabiendo que no podrían escucharle ni verle. Era demasiado pronto aun para asimilar todo eso.

- El problema sigue siendo como saldremos de aquí – Ahora era la voz de Ron, un poco más apagada de lo había estado después de la muerte de Charlie hace unos meses.

- Por eso digo, si le decimos a Sirius nos ayudara – Hablo de nuevo Fred con el ceño fruncido.

- Sigue siendo un adulto – Dijo Neville también hablando muy bajito – No creo que nos deje ir con él, y si sabe lo que planeamos puede delatarnos.

- Sirius no es como los demás – comento Hermione con una pequeña sonrisa triste – Creo que sigue siendo como antes, a veces era Harry el que lo regañaba por ponerse en peligro, y…- Volvió a romper en sollozos silenciosos mientras Ron la abraza con ternura – Es tan injusto…él no…

- Ya Herms…- le decía el pelirrojo acariciando su espalda – Sabes que a Harry no le gustaba verte llorar, era bastante torpe en esas situaciones – dijo sonriendo con pesar.

Harry no pudo evitar sentirse mal viendo aquello. Sus amigos lo lloraban cuando él no estaba muerto, no podía hacerlos sufrir de esa forma, no era justo, debía hacer algo, lo que fuese.

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- Voltéate – exigió en un siseo una fría voz cerca de su oído haciéndolo estremecer.

No de nuevo, Merlín, no de nuevo, por favor… pensó el chico cerrando fuertemente los ojos y obedeciendo al hombre que estaba frente a él.

No pasaron ni dos segundos cuando sintió como era empujado contra la pared, golpeándose el rostro. Piensa en otra cosa, piensa en otra cosa. Quidditch, si, volar en escoba muy lejos de aquí, y…

Se mordió el labio inferior con fuerzas sintiendo el sabor metálico de la sangre, pero no importaba. El dolor que estaba sintiendo en ese momento era mil veces peor, podía sentir como iba desgarrándose por dentro al ser penetrado con fuerzas sin miramientos.

- Tenemos toda la eternidad para esto – susurro la voz en su oído nuevamente.

Toda la eternidad, pensó Draco deseando que alguien lo matara cuando antes.

Despertó de golpe sudado, con lo ojos llenos de lagrimas y una mezcla de sensaciones en el pecho asfixiante. Su vida no podía ser más miserable. Y ahora ya no había esperanzas para él, el Lord se recuperaría y él…él tendría que volver a lo mismo de siempre.

Miro la hora en la mesita de noche. Cinco de la mañana. No estaba seguro si era demasiado tarde o muy temprano, de toda forma sabia que no podría volver a dormirse. Pensó en llamar a un elfo para que le trajera el desayuno, pero realmente no tenía hambre, y dudaba tenerlo en un momento asi, ¿desde cuando no comía bien? Suspiro con pesar, y cerró los ojos compadeciéndose por unos minutos de si mismo, y toda su maldita vida.

Estaba enojado con él mundo, con los magos sangre pura por ocasionar todo eso, con el Lord por ser un maldito mestizo resentido con los muggles, con su padre por ser un idiota y seguirlo como un perro arrastrándolo a él y su madre, con el estúpido de Potter por dejarse matar tan fácilmente, con toda la retorcida situación que lo había terminado convirtiendo en la puta del Lord.

Solo podía esperar a que la recuperación del Señor Tenebroso fuese lenta, o mejor aun, que no se recuperara más, o que el mundo encontrara un nuevo elegido, u otra jodida profecía que cambiara las cosas de una vez. Lo que fuese, pero él ya no podía seguir con todo eso…ni su cuerpo ni su mente eran tan fuertes como para resistir todas esas cosas, no por mucho tiempo.

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