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Promesa Eterna por Saya_Misaki

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Notas del capitulo:

Años sin actualizar, mil disculpas por ello… la verdad, entre la escuela y el grupo FujoshiYomi que administro en el Facebook apenas y me da tiempo, pero como han visto he medio subido algunas historias o Song Fic, que espero les gusten…

 

Les contare una horrible cosa… (T^T) tenía ya esta historia y otras más terminadas o avanzadas, pero a mi memoria le entro un terrible virus por culpa de un compañero… tomo mi memoria USB por equivocación… y todo, todo se perdió, solo pude rescatar algunas cosas que no incluían esta historia y sus últimos capítulos lo lamento…

 

Les dedico esta actualización a todos los lectores que me han apurado para continuarlo… prometo apurarme y continuarlo rápido… Promesa de Fujoshi obsesionada con SOLO el Sasunaru…  

 

CHEQUEN LAS NOTAS FINALES

Capitulo 23 “Inicio del Fin”

 

No sabía hace cuanto estaba ahí, había perdido la noción del tiempo y la esperanza de ser rescatado. Mas con el ambiente lúgubre que tenía a su alrededor, la apenas luz que opacamente iluminaba la celda en la que estaba no le mostraba a grandes rasgos el lugar, aun así lo que alcanzaba a ver y oler era algo desesperante, nauseabundo.

 

Tal vez esa celda era vieja pero aun así guardaba su historia más por lo que veía casi junto él, ese esqueleto deshecho tirado en pedazos le decía que la celda era de tortura, respingo al ver como el esqueleto se movía y aun mas le dio asco y temor al ver como una rata negra salía de este. Se acurruco más en su rincón abrazando su vientre plano, como protegiéndose y dando confort tanto así mismo como a su no nato.

 

Deseo con todo el alma poder ver a Sai de nuevo, deseo aun mas poder salir de ahí, ser libre pero sobre todo que no lo dañaran, ni a él ni a su bebe… Se incorporo asustado, había olvidado a Yume, el bebe de su amigo, pero como no olvidarse del niño si lo habían noqueado después de ver al padre de Sai. Además aun se sentía desorientado pues tan solo minutos atrás había despertado. Ni siquiera sabía si habían pasado días u horas, por ello su preocupación aumentaba aun mas ¿Yume estaría bien? Solo deseaba que no lo hubieran dañado, Yume solo era un bebe que no tenía la culpa y mucho menos quería ver sufrir a su amigo rubio.

 

Suspiro abrazándose de nuevo y recordando lo sucedido a su llegada…

 

-.-.-.-.-. Flash Back .-.-.-.-.-.

 

Entro al Castillo siguiendo por los pasillos a Obito, aun iba atado de sus manos y a Yume lo cargaba un tipo junto a él, con el cabello rubio como Naruto de ojos color amatista, muy parecido a Minato-san, solo que este era más alto y de rasgos maduros, así como un cuerpo mas trabajado, vestía todo de negro y su rostro no mostraba expresión alguna aun a pesar que Yume se movía curioso en los brazos del otro sujeto viendo todo con detenimiento.

 

Por un momento sonrió con pena, Yume era muy pequeño aun para saber el peligro en el que tanto él como pequeño se encontraban.

 

Los pasillos eran largos o eso le parecía a él, luego pensó en ello y dialogo sobre que tan largo y grande podía ser el castillo. Cuando menos lo noto ya estaban frente a una puerta negra o eso parecía por lo vieja que era, Obito toco y entro por ella, el rubio le empujo por detrás obligándole a avanzar.

 

Al entrar se dio cuenta de que aquella habitación era  todo lo contrario a los pasillos viejos por los cuales había caminado,  hacia unos minutos atrás.

 

La habitación era grande y bien cuidada, había cuadros pintados a mano bien cuidados, había otros dibujados a blanco y negro y todos en las pinturas eran azabaches por lo que apreciaba, solo el único cuadro que parecía de diferente contraste, fue uno donde salía un chico pelinegro tomado de la mano de otro chico pelirrojo. Esa fue la que más le llamo la atención.

 

Miro al frente y vio un escritorio de caoba algo viejo por lo que se veía pero sin remiendos o algo que reflejara que a pesar de buen aspecto era más viejo de lo que parecía, en el escritorio se encontraban algunos papeles así como lo que parecía una lap top con la pantalla baja, tras el escritorio una silla volteada al ventanal que mostraba la tarde entrante se encontraba aquel a quien tanto Sai como Obito llamaban padre, o al menos eso esperaba ya que la silla aun no se giraba para mostrar a su ocupante.

 

-así que tu eres la pareja de mi bastardo hijo-dijo una voz con un toque de rencor y así mismo un tono divertido-parece ser que sus gustos son algo…-giro la silla y…

 

Se pudo apreciar a un hombre sentado en ella, con la cabeza ligeramente  vendada y de pelo azabache, el color de piel que tenía era más moreno que el color pálido al cual caracterizaba a todo Uchiha, tenía una sonrisa en su rostro y mostraba ligeramente sus colmillos, y usaba un traje negro sin corbata.

 

-modestos…-dijo al fin luego de tragarle con la mirada, se incorporo y avanzo hacia donde estaba el parado y siendo sostenido por el rubio. Mientras que junto a él a unos pasos adelante se encontraba Obito con Yume en sus brazos observando todo con detenimiento. Llego hasta el pelirrojo y le tomo del mentón viéndole fijamente mostrando sus colmillos, luego se acerco a donde estaba su oreja y simplemente susurro…

 

-no espere que volvieras a renacer perra…-Gaara se mantenía quieto sin hacer movimiento alguno, algo en él había hecho “clik” como un interruptor al escuchar ese sonido lleno de rencor hacia el-pero esta vez me serás de utilidad…

 

Soltó su mentón y se acerco a Obito que sostenía a Yume –este es el bastardo de mi sobrino-sonrió acercando su mano hacia el bebe, tal vez le dañaría, pero una descarga eléctrica le evito siquiera acercarse a él –pero que…-una mirada llena de odio fue lo que mostro –el maldito mocoso tiene más poder del que he pensado-zarandeo su mano como si no le doliera –nos servirá de algo en un futuro… cuando obtengamos el poder del Shikaku, tú te harás cargo de ese… bastardo-señalo a Yume –ahora llévalos a una celda, que permanezcan juntos por el momento…-dicho esto volvió al gran ventanal, y les dio la espalda.

 

Luego de ello les llevaron a una celda en lo que sería el subterráneo, o eso creyó el por todos los escalones que bajaron, además no recordaba en si lo demás pues el rubio estúpido le había golpeado dejándolo noqueado.

 

-.-.-.-.-. End Flash Back .-.-.-.-.-.

 

Por esa razón, ahora estaba ahí con un miedo atroz de donde podría estar Yume en esos momentos, pero había algo más que llamaba su atención, y era esa descarga eléctrica que el bebe le había mandado al padre de Sai, eso lo desconcertaba pues apenas tenía 5 meses como para hacer semejante cosa, sin duda ese era un bebe especial tal y como sus padres lo eran.

 

Se abrazo mas fuerte pero protegiéndose, y sintiendo una opresión en su pecho, su bebe, él y su bebe estaban en peligro, lo sabía, y en esos momentos sintió envidia por Naruto, el pudo pasar esos meses sintiendo a su hijo en su interior, siendo testigo de cómo su vientre iba creciendo y como es que su hijo se movía, le pateaba, de cómo respondía a los estímulos que Naruto hacia, cuando le hablaba, cuando acariciaba su vientre, incluso cuando tenía sus antojos. El mismo fue testigo de todo eso y aunque no quisiera decirlo internamente le tenía envidia, ver como Sasuke estaba con el día a día, como le hacía cariños, como le hablaba y platicaba con esa pancita, deseo ser él y Sai quienes pasaran por eso, mas todo lo bueno en su vida nunca llega y justo cuando se entera de su embarazo lo secuestran quitándole la posibilidad de poder pasar por lo mismo, poniéndole en peligro, haciéndole sentir la persona más miserable por no haber hablado antes con Sai, no podría pasar por lo mismo que su amigo, no podría cargar a su bebe al nacer como hizo Naruto, no podría cantarle para que durmiera, ni arroparlo en las noches y jugar con él, ahora todo eso estaba muy lejano, tan lejano que el vacio en su corazón era muy grande.

 

Sintió unos pasos acercarse y se alerto, ¿vendrían a por él?, no sabia y eso le aterraba casi olvidándose del pequeño Yume que en esos momentos no se encontraba con él, no lo había podido cuidar como se prometió lo haría.

 

Observaba fijamente los barrotes de la celda, esperando a que el opresor llegara, tenia enojo por saberse un inútil, diviso cuando la sobra apareció tras los barrotes en la oscuridad, sintió miedo al ver esos ojos rojos mirarle, luego esa sonrisa en su rostro, la reconoció Sai tenía una sonrisa así, pero si él no estaba ahí entonces era Obito.

 

-Veo que ya as despertado-la sombra se acerco a la tenue luz y se dejo ver-me impresiono como no te fuiste encima de mi padre…

-no haría nada estúpido para que Yume salga lastimado…

-eso lo veo… pero…

-no creo que puedan hacerse con él… tal vez yo muera pero Naruto y Sasuke vendrán por ustedes y les mataran… pero sobre todo recuperaran a Yume…

-tienes razón, pero no me importan ellos, solo quiero ver sufrir a mi ototo…-dijo con simpleza-si ellos me matan o no, eso me tiene sin cuidado, ya que tu morirás al fin y al cabo.

-tengo una pregunta…-dijo Gaara tratando de olvidar aquello.

-es sobre lo que ese niño hizo a mi padre…-vio el asentimiento del otro-es por la mezcla de sangres, un Uchiha y un Namikaze, era obvio que ese bebe fuese demasiado poderoso como sus padres…

-pero solo tiene unos meses…

-es verdad… pero si te das cuenta siempre ha tenido ese poder… el cual lo protege de todos los peligros que tenga…

-entonces tú no eres un peligro para el…-dijo Gaara razonando.

-la verdad no… ese niño no me importa en lo más mínimo como ya te lo he mencionado antes-se encogió de hombros-yo no despido la misma peste que mi padre…

-¿a qué te refieres?-dijo el pelirrojo, ahora que ponía atención no sentía el ambiente pesado como paso con la presencia de Danzo.

-mi padre despide maldad en todo su ser, su corazón ya no existe…-sonrió-mi padre murió el día que mi madre lo hizo, ese día el cambio, y ha guardado ese odio y rencor por años… es por eso que el instinto de protección se activo en el niño.

-tu amada también murió-le dijo Gaara.

-tienes razón, pero aun así mi padre tiene más años que yo, y más odio acumulado…-cerro los ojos.

-¿y tú?-esa pregunta salió sola de sus labios, no sabía porque la hacía, no lo entendía sentía una opresión en su cuerpo, en su mente pensando en la respuesta, esa sensación era algo desconcertante.

-yo aun tengo mi corazón-sonrió de lado-porque tengo los recuerdos… esos nunca dejare que mueran, todos y cada uno de ellos son los que mantienen con vida mi corazón, y los que me impulsan a seguir adelante y tomar mi venganza…

-¿Qué harás después de matarme? ¿De cumplir con tu venganza?-le pregunto el pelirrojo.

-moriré a manos de Sai… se que él me matara después de ello… pero al menos podre ver a Yuriko otra vez-una tenue sonrisa se formo en su rostro.

-¿y crees que a ella le dé gusto verte?, sabiendo todo lo que hiciste solo por rencor-le dijo Gaara molesto, no entendía porque una ira se formaba en su cuerpo.

-no me importa…-dijo sin más dando la vuelta y alejándose de la tenue luz unos pasos.

 

Dio media vuelta y luego dijo –aunque a ella no le alegre verme, no importa porque al fin y al cabo sabré que estuvo siempre al pendiente de mi- dicho esto se retiro a paso calmado, tenia cosas que le perturbaban como esa mirada tan dura y a la vez llena de lástima que el chico pelirrojo le había mostrado.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Tres rubios, tres azabaches y un peligris iban en una limusina directo a los hangares privados del aeropuerto, todos sumidos en su propia desesperación apoyándose como parejas, como primos como familia, no sabían a donde iban ni que sucedería, solo sabían que tal vez alguno de ellos no volvería, pero eso no era de importancia, lo único que tenían en mente era rescatar a los suyos.

 

-no quise gritarles-dijo de repente el rubio mayor y líder de clan.

-tenias razón, aun somos unos niños inmaduros-dijo Deidara-y al parecer nunca cambiaremos…

-no me importan ahora sus arrepentimientos-dijo Naruto a su padre y hermano-solo hacen que esto sea una estúpida despedida cuando sabemos que volveremos todos juntos y saldremos adelante-el enojo era marcado.

 

Los pelinegro se mantenían al margen, Sasuke solo apoyaba a su rubio tomándole a la mano y mirando por la ventanilla del auto, algo le daba mala espina, era lo mismo que sintió de niño aquella mañana que vio por última vez a todo su clan junto.

 

En cambio Itachi solo abrazo a Deidara si era el ultimo día juntos, al menos le tomaría de la mano y le besaría, pero sobre todo le defendería de todos y de todo, aun si el moría en el camino a ello, giro su vista viendo a Sai, este estaba viendo a la nada, no hablaba, no decía nada, no después de haber hecho sus conjeturas, todo su mundo se había derrumbado por su estúpida culpa, por no haberse dado cuenta de ello, por ser un tonto pero sobre todo por la estúpida culpa que sentía desde su niñez, desde que su hermano perdió lo que más le importaba y desde el momento en el cual… le repudio con un odio inmenso, eso jamás podría olvidarlo, esos ojos llenos de lagrimas y odio al verle ahí sosteniendo aun el cuerpo muerto de su esposa y de su hijo sin vida… esa imagen jamás la olvidaría, pero por sobre todas las cosas jamás olvidaría lo que sucedió una semana después, cuando inicio la guerra y juro matar aquello que mas amase, cuando se volvieran a  encontrar.

 

-Hemos llegado-anuncio el chofer a todos.

 

Bajaron uno por uno, en calma, nadie quería ir, pero debían hacerlo. Su mundo tal cual estaría en peligro si se desataba de nuevo aquel infierno, recordaron cómo es que la raza humana casi se extinguió, y como incluso ellos quedaron solos siendo los únicos o así lo creyeron. Si Danzo lograba su cometido tal vez ni ellos podrían pararlo esta vez.

 

Minato tomo la mano de su hijo Deidara ante la mirada incrédula de Itachi que se sorprendió y la mirada interrogante de su hijo. Naruto, Sasuke y Sai se habían adelantado al avión solo querían salir lo más rápido posible.

 

-llévatelo…-le ordeno a Kakashi.

-espera yo iré-dijo a su padre el rubio.

 

Justo cuando Itachi reclamaría el rubio le paro –no iras si morimos todos el mundo quedara solo sin protección, por ello como mi hijo mayor hasta que yo regrese debes tomar mi lugar-le dijo severo.

 

-no lo haré padre…

-¿que harás? ¿iras con nosotros?, no tienes poderes, solo serás un estorbo, acabas de desertar por lo cual Kakashi se encargara de enseñarte todo, pero sobre todo de cuidarte en caso de que no volvamos…-Minato miro al peligris y este comprendió, dio un golpe al cuello del rubio, y le noqueo.

-¡porque lo ha hecho!-dijo enfado viendo como Kakashi cargaba a su novio.

-¿crees poder protegerle?...-le dijo  Minato viéndole-¿y tus hermanos? Ellos te necesitan ahora, no mi hijo, el no perdió a nadie, el estará bien, si es tan maduro como se cree entonces entenderá por qué hemos hecho esto.

-pero Minato-san…-trato de debatir el azabache.

-¡PERO NADA!-le grito embravecido solo perdían más tiempo-deja tu calentura de lado, ahora lo que importa es salvar a Gaara y a Yume pero sobre todo aquello lo que más importa es destruir a Danzo-camino hacia él y le miro-quieres acabar con esto ahora, o esperar mil años más para poder tenerlo aquí, de nuevo, y tal vez tu ni siquiera estés vivo…

 

Minato camino al avión y se sentó al final, tenia cosas que pensar y una de ellas era salvar a todos eses chicos era su deber al ser un anciano, aunque no lo parecía hace mucho había pasado a serlo por el hecho de los años.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Danzo se encontraba en lo que sería el salón principal de aquel castillo, solo que estaba todo encerrado excepto por la puerta principal,  no era más que el sitio indicado para el ritual. Sí.. ya lo veía todo, él con un poder infinito sucumbiendo a la humanidad, a los pocos vampiros que quedaban pero sobre todo a sus sobrinos. Ya quería verlos morir en sus manos. Pero aun con todo ello, el tenia un único deseo… tener de nuevo a su amada, aquella que nació para él, aquella que Minato le robo sin saberlo.

 

Después de haber perdido a guerra desistió de ella, no era un tonto, al contrario lo hizo luego de haber visto aquellos pergaminos viejos que el consejo de los Namikaze guardaban, aquello sobre la reencarnación era fascinante, por eso espero esos 500 años, para poder tenerla, por eso la busco hasta encontrarla… pero lo que vio no le gusto para nada… un odio inmenso creció aun mas en él, su ya de por si pútrido corazón termino de morir ese día.

 

Su amada, la única a la cual le juro fidelidad y con la cual tuvo a su amado hijo ahora estaba con otro, los vio, ahí en el rio, sentada en esa roca acariciando su abdomen abultado de solo unos meses, vio como ese rubio, ese maldito rubio salía del agua con una sesta de peces y la dejaba en el pasto para ir hasta ella y besarla y acariciar su vientre. Su ira se desato y estuvo al borde de matar a aquella pareja en dicho lugar, pero algo lo detuvo y es que ver al rubio le dejo asombrado, ese rubio de ojos azules era el menor de todos los hijos del líder Namikaze, era Kaseiyo, ese chico que unas veces vio cuando los clanes se reunían, el mismo chico que le sonreía gentilmente a su mujer cuando aun no tenían hijos. El mismo chico que una vez le reto… se retiro de ahí destrozado con la venganza, la ira y sobre todo el odio creciendo en su cuerpo, y juro venganza, a aquel que le robo el amor de su amada, aquel que debió haber sido solo suyo otra vez.

 

Destrozo la copa que estaba en sus manos, ese recuerdo, ese maldito recuerdo y los dibujos era lo único que tenia de su amada, hacía siglos que no recordaba nada de ella, ni sus sonrisas, ni sus palabras, su felicidad, sus platicas, sus suspiros al hacer el amor, NADA todo eso había desaparecido de su mente hacia algún tiempo. El sabía lo que eso significaba, el ya no era un no vivo, el era un ser vacio, la clasificación de vampiro ya no correspondía a él, un vampiro por mas malo o cruel que sea tiene sentimientos encontrados en cualquier momento, pero él no, él no sentía nada, solo tenía odio, un odio inmenso hacia ese maldito Namikaze, por eso quería ser más fuerte, porque sabía que los Namikaze eran invencibles y con el poder que tenia ahora no era suficiente, tal vez su hijo Obito era poderoso, y los sobrevivientes lo eran también, pero un Namikaze nunca está solo y tras el siempre hay otro Namikaze, y con el poder que obtendría del Shukaku, mataría a todos ellos aun si con ello mataba a su hijo mayor, pero eso sería suficiente, para esperar 500 años y por fin tener para él a su amada, sin un Namikaze que se interpusiera entre ellos.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Obito se encontraba en su habitación, era oscura apenas iluminada con velas, estaba sentado en su cama viendo lo que era un pañuelo viejo y lleno de sangre, tenia bordadas unas iniciales, “Y” y “O” (百合子とオビト) Yuriko y Obito- era lo que significaba, era el pañuelo que esa tarde antes de morir estaba cociendo sentada en su mecedora, recordó la plática que habían tenido ese día por la mañana mientras almorzaban.

 

-.-.-.-.-. Flash Back .-.-.-.-.-.

 

Se había levantado como cualquier otro día, recibiendo los buenos días de su amada, ese día no tenían nada planeado solo pasaría antes de almorzar con su padre y lo demás del día la pasaría con su amada pelirroja, tenía entendido que ese día su hermanito no irá a visitarlo como todos los días pues tenía planes con su primo Sasuke, no le dijo de que eran esos planes y tampoco pregunto, cosas de niños fue lo que imagino.

 

-buenos días amor…-saludo a Yuriko que se encontraba ya levantada.

-buenos días…-se dejo besar-¿iras con tu padre?…-pregunto.

-solo iré por algunos asuntos…-dijo terminado de vestirse, la noche anterior le había hecho el amor a su amada con delicadeza pues tenía 8 meses de embarazo.

-¿iras por Sai?-le pregunto con una sonrisa.

-no, hoy dijo que se estaría todo el día junto a Sasuke-dijo este besándole.

-está bien, lo extrañare durante la comida, ya me había acostumbrado a tenerlo aquí todos los días platicando conmigo-sonrió.

-mi hermano es una molestia a veces…-dijo dándole la razón a su esposa.

-pero también es muy tierno-le sonrió.

-bien iré a hablar con mi padre-dijo a su esposa.

…-…-…-…-…-…

Se encontraba en la oficina de su padre, discutiendo asuntos molestos  a su parecer.

-entiende padre, lo que propones es una tontería-le rebatía Obito a su padre.

-¡¿no tiene sentido?!… entiende que si lo tiene, esos malditos Namikaze nos han estado mintiendo todo este tiempo-dijo con enojo Danzo.

-¿cómo sabes tú eso… por un estúpido informante?-dijo Obito.

-no solo es un informante… es un Namikaze-afirmo.

-¿un Namikaze? ... pero como…

-hm…-la sonrisa en su rostro lo dijo todo.

-lo que hiciste es… si los Namikaze se enteran lo que has hecho iniciaras una guerra-dijo alterado Obito.

-no lo creo... además cuando se enteren yo ya tendré al zorro-sonrió con malicia.

-y para que quieres al zorro, estás loco, es un poder que no podrás contener-le dijo con preocupación-¿acaso has perdido la cabeza?

-loco, yo no estoy loco, ese zorro puede darme el poder que necesito…

-para que lo necesitas… ¿acaso podrás traer de vuelta a Oka-san? Ella no volverá padre, ese zorro o lo que sea no te la dará

-que harías tu si perdieras a tu esposa,… no sabes lo que siento día tras día, todo por culpa de-hablo con rencor-ese maldito bastardo…

-¡no es un bastardo! ¡Es mi hermano, y es tu hijo!-le grito, siempre era lo mismo siempre ese rencor hacia su hermanito-y quieras o no es tu hijo y su nombre es Sai.

-yo no quería otro hijo…-le miro con enojo-tu madre se armo a tenerlo, yo no quería otro hijo, le dije que debía abortarle, desde el momento en que supimos que la vida de ella peligraría… no debió tenerlo.

-pues no puedes hacer nada con ello-suspiro cansado-es tu hijo y no puedes evitarlo.

-ojala no te arrepientas algún día de defenderlo-dijo dando la vuelta y yéndose de ahí.

 

Obito solo suspiro, su padre nunca olvidaría ese rencor, el mentía realmente él quería a su pequeño hermano ya que él era la viva imagen de su madre, esa sonrisa, la forma calmada de ver las cosas, la madures que a veces mostraba, era su hermano, y más que eso parecía su hijo. Él se hizo cargo desde que su hermano nació, él fue quien le cuido, quien estuvo al pendiente de que las niñeras lo cuidaran como se debía, él le enseño a caminar con Itachi ayudándole, él y Sasuke prácticamente siempre estaban juntos a pesar de la edad que tenían. Se llevaban por casi un año, pero aun así siempre que podían estaban juntos.

 

Sonrió al salir de castillo y divisar de lejos como Sasuke y Sai corrían tras un conejo, su mente divago imaginando a su hijo haciendo lo mismo corriendo con ellos claro a un pequeño pero  estaba seguro que Sai sabría cuidarlo y protegerlo al ser su sobrino.

…-…-…-…-…-…

Al llegar a casa lo primero que vio fue a su amada pelirroja sentada junto a la ventana en la mecedora tejiendo algo. Se acerco y le sonrió para luego besar sus labios.

-¿Qué haces amor?-le pregunto.

-solo bordo tu pañuelo-dijo sacando una aguja y cortando el hilo-ya esta…

-veamos…-Obito tomo el pañuelo y vio como su dulce princesa había grabado esas iniciales en la esquina de su pañuelo “Y” y “O” (Yuriko y Obito) sonrió-valla te ha quedado muy bien…-le alabo.

-gracias…-le sonrió-siente…-tomo la mano libre de Obito y la puso en su vientre-se esta moviendo vez…

-¡vaya! ¡Está muy animado!-sonrió y se inclino para recargar su oído en el vientre y sentir los latidos y pataditas de su hijo-hola bebe… ¿apuesto a que estas inquieto esperando conocernos?

-jajaja… es obvio que así sea…-dijo con una gran sonrisa de felicidad-como le pondremos amor…

-no lo había pensado…-dijo este acomodándose en otra silla junto a él.

 

Ambos se quedaron en silencio pensando en un nombre para su hijo.

-¿Qué crees que sea?-pregunto de repente Yuriko.

-no importa, sea niño o niña yo seré feliz de tenerlo en mis brazos así como a ti te tengo ahora-le sonrió y dejo el pañuelo en las manos de su esposa-te faltan algunos detalles…

-tú crees…-sonrió tomándolo y viendo el pequeño bordado que no había terminado-tienes razón.

 

Obito miraba como su amada terminaba de bordar, luego de ello reparo en el anillo de amatista que le había dado la noche que pidió su mano. Sonrió de manera alegre y emocionada y se alzo de la silla…

-¡Riku!-grito asustando a su esposa.

-no grites así, asustas al bebe-dijo sobando su vientre y calmado a su hijo que pateaba fuerte.

-jajaja… ya sé cómo se llamara nuestro hijo, sea niño o niña no importa-le extendió su mano y espero a que la tomara para luego jalarla y besarla.

-jajaja estas muy animado, y como dices que se llamara nuestro hijo-se dejo abrazar con efusividad, claro evitando que Obito presionara su abultado vientre.

-Riku, es piedra preciosa así como la hermosa piedra que adorna el anillo que te he dado-le beso la mejilla y tomo su mano enseñando el anillo.

-es verdad…-sus ojos brillaron y con emoción dijo-¡Riku será entonces!-acaricio su vientre con calma.

-mi amado retoño-beso esa hermosa panza-te llamaras Riku, tu oka-chan y yo estamos ansiosos por poder cargarte…

…-…-…-…-…-…

Obito se inclino hacia su esposa gruesas lagrimas recorrían sus mejillas, su amada estaba ahí tirada en el suelo y su hijo se encontraba en sus brazos ambos estaba muertos, su hijo, se encontraba envuelto en el chal que esa tarde antes de irse le ayudaba a cubrir sus piernas, ambos bañados de sangre, sangre de su amada, sangre de Yuriko, había muerto desangrada al dar a luz, tal vez el parto se había adelantado pero… había muestras claras de haber sido por una caída.

 

Tomo en brazos a su esposa e hijo y salió de su hogar… se encontraba manchado de sangre… camino hasta el castillo que se abría majestuoso, entro por las puertas siendo visto por todos los que en ese momento se encontraban ahí, atravesó todo sin detenerse, pudo ver como sus tíos trataban de acercarse a él, de cómo tanto Itachi y Sasuke le veían tristes, y de cómo su hermano Sai le seguía a prudente distancia llorando en silencio. Queriendo preguntar o pedir disculpas.

 

Llego  hasta el campo santo… aquel donde apenas y había tumbas y todas eran de los antepasado, se acerco a una en especial… aquella donde estaba su madre… sus ojos brillaron rojos. Su dolor era mucho, deposito a su amada a los pies de la tumba. Y se quedo ahí quieto viendo como su amada apenas sonreía, viendo a su hijo, su cabellito apenas rojo…imagino que sus ojitos serias verdes como los de su amada…

-Aniki…-hablo Sai tras él.

-vete…-respondió.

-aniki… yo…

-¡¡¡que te vayas maldito bastardo!!!-se irguió volteando a verle con odio encendido en sus ojos ahora rojos con aspas, llenos de odio y veneno hacia el pequeño.

 

Tras Sai se encontraban sus tíos y sus primos, así como algunos miembros del clan.

-¡¡VETE, NO QUIERO VERTE!! ¡NUNCA DEBISTE NACER! ¡¡MI PADRE TIENE RAZÓN!!!-le grito encolerizado-¡RENIEGO DE SER TU HERMANO! ¡APARTIR DE AHORA ERES UN MALDITO BASTARDO MAS,…  JAMÁS VOLVERAS A SER MI HERMANO! ¡¡¡¡ VETE!!!!

 

Sai  corrió lo más rápido que sus piernas le daban perdiéndose lejos de ahí con un dolor en el pecho, solo tenía 8 años, el no quería que eso pasara, el siempre había admirado a Yuriko desde lejos, y se sintió feliz de saber que ese humano seria de su familia, se sintió feliz al saber que sería tío, feliz por su hermano, feliz porque ellos serian felices y el sería feliz de verlos juntos con su familia y sobre todo unidos amándose, y ahora todo eso ya no existía.

 

Todos se retiraron, sabían que hablar con él en esos momentos sería imposible.

 

-hijo mío-se acerco Danzo.

-ahora no padre…-dijo este con un rencor en su voz.

-lo sé hijo mío, lo lamento-dio la vuelta retirándose cuando…

-padre… pensé lo que me has dicho…-dijo decidido-te ayudare…

-será como tu digas mi amado hijo-dijo alejándose del lugar con una sonrisa llena de suficiencia, de venganza, de sed, de poder, una sonrisa que daba el inicio a una guerra milenaria.

 

-.-.-.-.-. End Flash Back .-.-.-.-.-.

 

Obito recordaba eso claramente, su dolor era tal, porque ese pelirrojo le hacía recordar todas esas cosas con tan solo verlo, porque ese color de cabello, tan parecido, tan igual…estrujo el pañuelo en sus manos, aquello no estaba pasando, era mentira, la conclusión a la que había llegado no era real… ese chico… alzo la mirada  roja de ira, pronto todo se acabaría y el podría al fin descansar.

 

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Sasori se encontraba frustrado, ahí en esa habitación, amarrado y siendo vigilado por esos vampiros, el debía ira a salvar a su primo, no estar ahí sin hacer nada, maldecía mil y un veces que los Namikaze fueran expertos en invocar sellos, ya que ahora el estaba sellado ahí en esa habitación, sentado en una silla y amarrado con una cuerda así mismo que tenía un sello bajo sus pies, el cual le imposibilitaba a utilizar sus energías, claro está que con energías me refiero a su fuerza humana y los conjuros aprendidos.

 

A veces deseaba ser un vampiro, capaz de cualquier cosa.

 

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El avión había llegado a tiempo al hangar, ahora debían abordar el auto que les llevaría directamente al castillo solo era cosa de unas horas, las cuales eran decisivas debían no solo salvar a Gaara y a Yume si no terminar la guerra que había iniciado hacia siglos, ese día se definiría al ganador.

 

-están consientes que algunos tal vez no…

-Oto-san, no digas nada-le cayó Naruto-volveremos todos, sin importar que…

-eres optimista príncipe-le dijo Kakashi.

-un poco más que ustedes si lo soy-le sonrió-debemos volver, cada uno tiene a alguien especial por el cual volver ¿o no?-miro a Itachi y a Sai que estaban pensativos.

-volveremos-dijo Sai.

 

Sasuke se mantenía callado, estaba pensando en distintas formas de cómo matar a su tío y a su primo Obito. Pero… sobre todo, rezando a sus padres para que no dañaran a su familia.

 

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Tenía al bebe en brazos mientras le mecía suavemente para que durmiera, era mil veces mejor tenerle dormido que despierto mientras el ritual se llevaba a cabo, además el niño no participaría solo ellos y los seguidores de su padre. Su padre… era irónico que llamara a ese ser su padre, cuando nunca lo había sido, ni con él, ni con su hermano menor.

 

-cuando esto acabe, yo te cuidare pequeño… -le sonrió  al niño que adormilado le medio miraba.

 

Claro que él le cuidaría… ni loco dejaba al niño a manos de ese ser, que lo único que le movía era su ambición, una ambición que el mismo compartía, pero que desde la llegada del pelirrojo, esta se había visto afectada. Ese chico, le… parecía alguien interesante, mas por el aura que mostraba… pero… quien era, su corazón le quería decir algo pues cada vez que estaba cerca de él este latía desesperadamente.

 

-Yuriko… -dijo el acostando al pequeño en la cuna improvisada-falta poco para estar juntos-le sonrió al ver como metía su dedito a la boca y lo mamaba. Luego simplemente abandono la habitación, debía ir a por el pelirrojo y preparar todo.

 

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El nerviosismo le mataba, cada vez más, sumando el miedo de ver como poco a poco todo iba oscureciendo, dejándolo casi en la penumbra, el miedo le invadía el cuerpo fácilmente.

 

-deberías calmarte-escucho que le decían, conocía esa voz.

-como hacerlo cuando mi bebe está en peligro… -dijo cerrando los ojos fuertemente.

-nuestro bebe… querrás decir-dijo la voz en su interior-ahora mismo no puedo salir de tu cuerpo…

-como, para que quieres salir de mi cuerpo-dice el pelirrojo a la voz.

-para sacarnos a ambos de este apuro… -dice con fastidio-pero al parecer, te han puesto un sello en alguna parte de tu cuerpo, lo cual me impide abandonarlo

-un sello… -dice incrédulo- pero…  cuando…

-eso no lo sé…-se quedo callado pues unos pasos en la oscuridad, hicieron ruido al pisar las piedras del suelo.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, y solo quiero hacer algo de publicidad…

Zaphyrla, Daneshka Boticcelli, Kyouya Hibari y yo (Lizzy), estamos haciendo un proyecto que desde el año pasado a mediados de otoño ya dio inicio y con éxito. Este año esperamos la incorporación de Rhyo Darck y Higary. Así mismo buscamos maestros dedicados… interesados mandar un correo al Instituto para hacer las pruebas necesarias.

 

INSTITUTO DE FANFICTION PARA FUJOSHIS 

 


Y esta es la pagina de FaceBook… chenquenla: 

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