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Plan de estudios por RedGlassesGirl

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

—diálogos.

"pensamientos".

(N/A: nota del autor)

[1], [2], etc. Notas al pie.

*para estar al tanto de mis actualizaciones pueden visitar mi Livejournal, busquen la dirección en mi perfil*

Autora: Penguin-sama

Traductora: Red Glasses Girl

Pareja: Yuuram.



Plan de estudios – Capítulo 6

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La brillante mañana llegó, silenciosa y fría. Caliente y confortable entre sus gruesas sabanas, Yuuri rodó en su espalda y se estiro exageradamente, complacido de despertar lentamente. Se sentía relajado, fresco… feliz.

Volteó su cabeza a un lado y sintió su sonrisa desaparecer.

Era muy extraño. Cuando estaba en casa o en un viaje nunca tuvo problemas con dormir solo. Pero cuando estaba en el palacio…

Yuuri había llegado antes a la incómoda conclusión, pero siempre la había alejado sin pensar demasiado en eso de verdad. Ahora tomó un largo respiro, invocando todo su coraje, y forzándose a examinar la idea mientras miraba la apacible cada durmiente de su prometido.

No había podido dormir antes después de su pelea, no tan solo porque le disgustaba arruinarlo con el otro chico, pero si porque el rubio no había compartido la cama con él. La noche pasada, Wolfram (aun algo irritado con él, pero ya no enojado) retomó su lugar de siempre a su lado en la cama, y él había dormido maravillosamente. No importaba cuanto le molestada la idea porque era verdad, no importa lo mucho que quisiera pensar la contrario.

Yuuri solo estaba alegre de no haber sido tan estúpido como para decir nada cerca de eso al chico. Ayer, con su mente enloquecida por los besos placenteros, se había sentido tan culpable y desesperado por arreglar las cosas con el rubio que apenas había podido decir nada. Y las cosas que pudo lograr decir habían sido suficientemente malas.

Yuuri observó al rubio durmiente y se pregunto si de alguna manera se había imaginado todo el calvario. Seguramente él en realidad no le había pedido que lo besara. Seguramente no lo había disfrutado. Se las había arreglado para evadir el prometer enamorarse de Wolfram, pero había aceptado dejar de quejase acerca del compromiso. Ahora, más que nunca, estaba estancado.

Wolfram era lindo. No… si Yuuri era honesto, Wolfram no era más que hermoso. Fuerte, leal… un gran besador. ¡Pero era un chico!

De alguna manera, el género de su prometido comenzaba a ser un argumento menos importante en la mente de Yuuri, y eso le preocupaba más que ninguna otra cosa.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando el cuerpo a su lado se movió repentinamente y se encontró a si mismo inesperadamente atascado bajo su prometido. Wolfram se movía mucho cuando dormía, a menudo Yuuri terminaba siendo pateado, golpeado, o molestado en medio de la noche, pero cuando esa cabeza rubia dorada acaricio su pecho afectuosamente, estaba completamente seguro de que su compañero de cama estaba bien despierto.

— Eh… ¿Wolfram?

Volteó su cabeza, los cabellos dorados cayeron en sus brillantes ojos verdes.

— ¡Buenos días! — saludó el pequeño mazoku con una alegría poco característica.

Y entonces una boca descendió sobre la de él.

— ¡Hmpf! ¡-lfram! — tomándolo por los hombros, intentó lo mejor que pudo quitárselo de encima.

— ¿Qué pasa? — el puchero juguetón del rubio se arruino por la mirada amenazante en sus ojos. — Esto es algo que hacemos ahora, ¿o no?

— ¿A primera hora en la mañana?

Esos ojos verdes centellaron peligrosamente. — Si tengo que mantenerte apretado bajo mío… — advirtió.

Yuuri tuvo el presentimiento que si eso pasaba, Wolfram podría hacer algo peor que simplemente besarlo.

— ¿Podrías al menos darme una pequeña advertencia antes?

— ¿Y qué tiene eso de divertido? — movió la cabeza con orgullo. — ¡Soy tu prometido, y yo-!

— ¡Esta bien, está bien, bien! — cerró con fuerza sus ojos y esperó lo peor. Solo se atrevió a abrirlos de nuevo cuando, suspirando, Wolfram lo liberó y salió de la cama.

— No es divertido si parece que lo odias. — se quejó, yendo detrás del biombo para alistarse y comenzar el día.

— No lo odio, solo es… raro.

— ¡Raro! — bufó, su voz ligeramente apagada mientras se cambiaba la ropa. — ¡Tú eres raro!

Yuuri pensó en comentar acerca de la inclinación del otro chico de dormir con ropa con volados, pero enseguida descartó la idea.

— ¿Cuales son tus planes para esta mañana?

Yuuri frunció el ceño, sorprendido. — Ya sabes, lo usual. — respondió. — Correr con Conrad, tomar el desayuno… — Wolfram insistió en remarcarle las cosas lo suficiente como para que debiera estar familiarizado con la rutina a este momento.

— ¿Estarás ocupado?

— See, supongo.

— Bien. — Wolfram salió de detrás del biombo vestido con sus ropas usuales y parecía bastante contento consigo mismo.

Yuuri sintió un pequeño indicio de miedo. — ¿Por qué? — preguntó sospechosamente. — ¿Qué tienes planeado? — ¿no había sufrido suficiente esta semana?

La sonrisa del rubio se iluminó. — ¿Estás preocupado de si te estoy engañando?

— ¡No! — ¿por qué esa idea lo hacía ver tan feliz? — ¡Solo estoy asustado de que tengas algo horrible planeado!

— Nunca te haría algo horrible.

Wolfram parecía como si pensara que había sido insultado. Yuuri se arrastro fuera de la cama, pero descubrió que no podía encontrar la manera adecuada de disculparse cuando no estaba siquiera seguro de que había hecho. "Horrible", para él, era una cosa completamente diferente de lo que era para sus amigos y criados. Ellos consideraban tantas cosas raras normales.

La cara de su prometido se suavizo después de que se le ocurrió algo para decir.

— Vístete. A Gwendal no le gustan los retrasos. — le advirtió, encarando hacia la puerta. Hizo una pausa con la mano en el picaporte, como si esperara por algo, y volteo hacia Yuuri con el ceño fruncido. — ¿Y? — preguntó.

— ¿Y qué?

— ¿No le vas a exigir a tu querido prometido que vuelva y te de un beso de despedida?

— Eh… ¿se supone que lo haga?

— Sería lindo.

Jamás sería capaz de entender como el otro chico hacia para hacer pucheros y verse arrogante al mismo tiempo, pero Wolfram lo hacía.

— Um… — se quedó atascado.

Wolfram suspiró y exasperado dejo la habitación sin insistir en el tema.


— ¿Huh? — Yuuri miro con atención la serie de notas en las puertas del estudio, pero estaba seguro de que no las estaba leyendo bien. Había hecho grandes progresos aprendiendo como leer y escribir en el lenguaje de este mundo, pero sabía que le quedaba mucho por aprender. No podía estar leyendo bien estas notas.

— ¿Tratando de reunir tu coraje? Sería mucho más fácil si solo entraras, enclenque. O… ¿me estabas esperando?

— ¡Wolfram!

— ¿Estabas esperándome? — su prometido parecía gratamente sorprendido.

— No, eso no. — lo tomó por el brazo y lo jaló frente a las puertas del estudio. — ¿Qué dicen esas notas?

— Deberías ser capaz de leerlas ahora. — le regañó.

— ¡Por favor!

Frunciendo el ceño, el ex príncipe volvió su atención a las notas. — Gwendal canceló tus clases de hoy. — explicó. — Dice que deberías continuar tus estudios conmigo por ahora.

— ¡Entonces no leí mal! Pero… ¿por qué Gwendal cancelaría mis clases?

— Esta segunda nota es de Anissina. Dice que solo lo está haciendo para poder esconderse de ella, pero que no será capaz de escapar… la tercera… básicamente dice que sí, que escapará, y la cuarta dice que no, que no lo hará, y la quinta… bueno, incluso un enclenque estúpido debería entender ahora.

Yuuri asintió ausente, apenas notando que aun estaba tomado del brazo de su prometido, o que Wolfram estaba mirándolo con cuidado. Se podía entender bien porque alguien como Gwendal tendría la necesidad de esconderse de alguien como Anissina, pero no se imaginaba como podía ser tan malo para que el mazoku de cabello oscuro recurriera a dejar una nota de guerra.

— Yuuri…

Había algo en la voz de Wolfram que hizo que el joven chico se sintiera terriblemente incomodo. Curioso miró al chico mas grande, y no estaba feliz de encontrarlo parado incómodamente cerca. La mirada en los ojos de Wolfram era extraña, suave, feliz… tal vez incluso amorosa.

— E-estas realmente excitado por estudiar solos, ¿verdad? — preguntó con dificultad.

— Tengo una sorpresa para ti, Yuuri.

— ¿Una sorpresa?

— Es en lo que estuve trabajando esta mañana, y ya que Gwendal no estará aquí, puedo dártela mas temprano.

Yuuri no era lo suficientemente estúpido como para preguntarle al otro chico si estaba seguro de si era una sorpresa que querría, pensando él se acerco. Cualquier cosa que hiciera ver a Wolfram tan feliz estaba destinada a ser incomoda, como mínimo.

— Lo puse en nuestra habitación. — Wolfram se apuró, tirando de su brazo.

— Erm…

— ¿Así que realmente no aparece? — Anissina parecía haber aparecido de cualquier parte, pero Yuuri estaba lejos de que le importara. Con sus manos en sus caderas, ella miro con atención las puertas del estudio como si esperara que se transformaran en Gwendal en cualquier momento. — ¡Ese hombre-! — pegó otra nota en la puerta, como si pensara que esa nota fuera un castigo apropiado.

Yuuri no se sorprendería si de alguna manera ella lograra que el papel explotara cuando Gwendal lo tocara, pesándolo bien, tal vez ese era un buen castigo. Con dificultad, se alejo de la puerta, involuntariamente colocándose más cerca de Wolfram, que uso la oportunidad para agarrarse mejor de él.

Anissina murmuró hacia la puerta por unos momentos antes de que pareciera recordar que no estaba sola.

— ¿Ustedes saben donde se está escondiendo? — preguntó bruscamente.

— No. — respondió Yuuri rápidamente, y se movió aun más cerca de Wolfram. Mejor el peligro conocido, razonó, antes que la mujer pelirroja atemorizante que le gustaba hacer explotar las cosas.

— ¿Que podría habernos dicho que no te dijera? — inquirió Wolfram. Cuando el ceño fruncido de ella se profundizó, comenzó a jalar a Yuuri por el pasillo. — ¡Le diremos que lo estás buscando! — prometió.

— ¿Cómo se que no lo están protegiendo?

Wolfram comenzó a correr.


Los preciosos ojos oscuros lo miraron con recelo.

— ¿Tengo que hacerlo?

— Si quieres tu sorpresa.

Yuuri dudó y Wolfram tuvo que mantenerse controlado, peleando por no gritarle. Esto se suponía que iba a ser un lindo momento entre ellos. No lo arruinaría por perder los estribos.

— Yuuri…

— Um… — comenzó con sus rodeos.

Tomó las manos de su prometido y las colocó firmemente sobre sus caderas, dándole una mirada de advertencia. — Te gusta, ¿no? — preguntó.

— Bueno… see… pero…

— Eres el rey, no es decoroso para mi seguir teniendo que obligarte. — le clavó la mirada. — ¡Deja de ser tan enclenque, es vergonzoso!

— Wolfram…

¡No iba a ser capaz de hacerlo! ¡El estúpido y pequeño enclenque-!

Yuuri lo besó.

Era torpe, inexperto y claramente vergonzoso, pero Wolfram pensó que, en materia de besos, este tenía que ser uno de los mejores en la historia. Yuuri lo estaba besando.

La única cosa que podría hacerlo mejor seria que no hubiera tenido que luchar tanto para que él lo hiciera.


Era fácil olvidarse que Wolfram era un chico cuando se besaban. Era tan cálido, suave y lindo, y olía tan bien…

— ¿Cómo te volviste tan bueno en esto? — preguntó cuando por fin pudo alejarse.

— Puede que sea un "virgen con ochenta y tantos años" — dijo Wolfram con una mezcla de diversión y arrogancia. — ¡Pero no es como si no hubiera besado a nadie antes!

Sin pensar mucho en eso, las manos de Yuuri se apretaron en la cintura de Wolfram. — ¿Quien… a quien has estado besado?

Wolfram parpadeó, sus ojos volviéndose grandes. — Porque, ¡Yuuri! ¿Estás celoso?

— ¡N-no! — pero era raro pensar en Wolfram, bueno, con cualquiera. — ¿Pero quién era?

— ¿Y qué importa, si no estás celoso?

— ¿Porque debería estar celoso?

Una elegante ceja se alzó dubitativa.

Yuuri quitó rápidamente sus manos de la cintura de su prometido. — ¿Do… donde esta mi sorpresa? — preguntó, desesperado por algo que cambie el tema.

Wolfram estaba sonriendo, raramente una buena señal. Caminó por la habitación hasta el pequeño escritorio y tomo una pila de papeles que lucían sospechosamente como los "bocetos educativos" de Yuuri.

— Se que te hacen sentir muy incomodo. — dijo al regresar. — Eso es raro, pero estás tan incomodo como para siquiera prestarles atención. Por eso pensé que podría hacerlos un poco mas agradables… así no tendrías que pensar en ellos.

— ¿y pensaste que estría feliz con eso?

— Lo estarás algún día. — Wolfram se los extendió a Yuuri, sin importarle su protesta. Mirando con cuidado a las imágenes alteradas, encontró que el rubio les había agregado cabello y coloreado apropiadamente las cabezas de las figuras. A pesar de que no se parecían a ellos dos, estaba claro que se suponía que tenían que parecerse.

Además, Wolfram había escrito sus nombres fuera de las imágenes con flechas apuntado a cada uno.

— ¿Tu eres el de abajo? — preguntó sorprendido.

— Por supuesto, tú eres el Maou. — respondió como si eso debería ser obvio. — Y eres el que se propuso. Y me derrotaste en combate, así que te ganaste el derecho…

Deseando que pudieran dejar pasar la conversación, Yuuri pretendió examinar uno de los dibujos.

— Es por eso que es tan vergonzoso que me hagas perseguirte. —continuó Wolfram. — Tienes que dar el paso y dejar de ser tan enclenque, de otra manera, yo no seré el único cuestionando tu virilidad.

— Uh… cierto. Gracias.

— Así como están las cosas, si no te hubiera visto desnudo tantas veces, creo que me estaría preguntando… — apagó sus palabras pensativo, mirando a Yuuri observar la imagen. — ¿De verdad te gustan tanto? — pregunto, y sonó feliz.

— Um… see… seguro…

— Mira. — se las sacó y las revolvió por un momento antes de colocar una encima. — Esta es mi favorita, ¿Qué piensas? Parece divertido, ¿no?

Yuuri miró el dibujo y entonces, contra su voluntad, vio la cara de Wolfram en lugar de la del rubio del dibujo. Se quedó sin aliento.

Un golpecito en la puerta cubrió el sonido. Greta no esperó por permiso antes de abrir la puerta y asomar la cabeza dentro.

— ¿No tienen clases hoy? — preguntó esperanzada. Wolfram solo se vio decepcionado por la interrupción por una fracción de segundo antes de sonreír, asegurándole que estaba en lo correcto, e invitándola a entrar. Yuuri se apuró a esconder los dibujos, pero uno se le escapo y cayó en el piso.

— ¿Porque esos dos chicos están peleando? — preguntó Greta, acercándose a recogerlo. — ¿Están haciendo lucha libre?

— Uh…

Wolfram se apresuro a tomar el dibujo antes que su hija lo pudiera levantar, salvando el día en la cara de Yuuri que estaba congelado.

— Solo están jugando, Greta. — le aseguró, confiándole el dibujo a Yuuri y dándole una mirada de advertencia. — ¿Cómo está quedando tu nueva habitación? ¿Ya podemos ir a verla?

Sus ojos se iluminaron, Wolfram había logrado distraerla.

Yuuri solo podía estar agradecido.

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-Fin del capítulo 7-


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