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Plan de estudios por RedGlassesGirl

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

—diálogos.

"pensamientos".

(N/A: nota del autor)

[1], [2], etc. Notas al pie.

*para estar al tanto de mis actualizaciones pueden visitar mi Livejournal, busquen la dirección en mi perfil*

Autora: Penguin-sama

Traductora: Red Glasses Girl

Pareja: Yuuram.

 


Plan de estudios – Capítulo 8

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— ¡Yuuri! — rio Greta alegremente y dejó la mano de Wolfram, avanzando para encontrar a su otro padre. — ¡Veníamos a ayudar a limpiar el estudio!

Él se arrodillo para recibir su abrazo, pero no respondió. Wolfram sintió que su sonrisa se iba. Su prometido parecía serio y preocupado, no como solía ser siempre. Yuuri abrazo con fuerza a Greta, y cuando la alejo ella también fue capaz de ver que él no estaba como siempre.

— ¿Yuuri?

— ¿Por qué no te adelantas, Greta? — sugirió el joven rey suavemente. — Estoy seguro de que se van a alegrar de que ayudes.

— Pero… Yuuri…

— Iremos luego. — prometió, intentando sonreír. — Necesito hablar con Wolfram de algo.

El rubio sintió nauseas, su estomago se retorció desagradablemente. Yuuri se veía tan serio, tan determinado. El joven Maou levanto la vista, encontrándose con sus ojos, y un frio miedo le recorrió la espina.

— ¿Wolfram? — preguntó Greta.

— Ve, Greta. — la apresuró Yuuri, levantándose y asintiéndole con la cabeza gentilmente. — No tardaremos mucho.

— Pero…

— No… — la voz de Wolfram salió rasposa. Apretó sus puños e intento de nuevo. — No discutas con tu padre, Greta.

Ella dudó, pero asintió. Arrastrando sus pies, lentamente comenzó a alejarse.

Tomó toda la fuerza del ex príncipe mantenerse cuando su prometido se acercó.

— Una cara tan seria no le queda a un enclenque como tú. — bromeó con poco entusiasmo.

— Wolf… esto no es fácil para mí.

— No hagas algo estúpido.

— Tengo que hacerlo.

Yuuri levanto su mano y golpeo a Wolfram, fuerte, en la cara.

Greta se quedó sin aliento, y salió corriendo.


— ¿Lo hice mal? — pregunto Yuuri ansioso. No podía leer la expresión en la cara de Wolfram con la piel en el lado derecho de su rostro comenzando a ponerse roja. Con un sabor amargo y agrio en la boca, sintiéndose culpable, vio una fina y brillante línea de sangre caer por el borde de la boca del rubio. — C-Conrad me dijo que tenía que ser en el lado derecho, y que tenía que hacerlo lo más fuerte que pudiera. D-dijo que era la única manera… que te sentirías insultado si trataba de contenerme…

Wolfram estaba terriblemente pálido, por completo, a excepción de su mejilla rojiza. Sus ojos verdes lo miraban, brillantes y llenos de sorpresa.

La mano de Yuuri empezó a picar. ¡Ah! Dios, no lo había hecho con demasiada fuerza, ¿o sí?

— ¿W-Wolfram?

— Retráctate. — susurró finalmente el rubio, mirando hacia otro lado.

— No puedo retractarme, ¿o sí?

— Nadie lo vio. Nadie sabe lo que hiciste. Te dejare retractarte.

— ¡No! — se quejó el rey, un poco apresurado. Apretó sus manos en puños para evitar temblar. — Lo he decidido. Esto es lo que quiero. No es un error, esta vez entiendo. — de todos modos Conrad le había dicho que no podría retractarse si lo hacía. Había tomado la decisión, aun sabiendo que sería permanente si lo hacía. — Wolf… está bien, ¿verdad?

— Estas… ¿estás seguro de que entiendes?

— See.

— Y… ¿estás dispuesto a aceptar las consecuencias?

— See.

Wolfram se abalanzó sobre él.


— ¡Están peleando! — el grito desesperado y sin aliento fue abrumado por el ruido de la puerta al golpearse cuando se abrió. Greta miro salvajemente alrededor de la habitación un momento antes de echarse sobre Gwendal, que finalmente había vuelto a ayudar con la limpieza. Al final había aceptado la formula de Anissina para crecer el cabello, a pesar de su buen juicio, porque sus cejas habían vuelto repentinamente. — ¡Gwen! ¡Detenlos!

Los ojos de Greta estaban grandes y llenos de miedo. Murata podía ver su pequeño cuerpo temblando mientras su adoptado tío lentamente cerraba sus brazos alrededor de ella.

Las cejas de Gwendal, impresionantemente gruesas y tupidas, se juntaron de preocupación. — ¿Peleando? — repitió.

— ¡Yuuri le pegó a Wolfram! — sollozó, enterrando su cara en su hombro. — ¡No quiero que peleen! ¡Por favor detenlos!

— ¿Su Majestad poniéndose violento? — Gwendal frunció el ceño. Su voz sonando sospechosamente como un gruñido. — ¿Con Wolfram?

— Ciertamente eso no suena como él. — Murata dejó el trapo de limpieza y se froto las manos en los pantalones. — ¿A menos que Lord Bielefeld hiciera algo para enojarlo…?

Gwendal se rascó la barbilla, que inusualmente estaba sin afeitar. Se levantó, con Greta en sus brazos, mientras ella insistía en que su padre rubio no había hecho nada malo.

— Deberíamos ir a revisar. — suspiró Murata. — Sería una vergüenza si el castillo necesitara mas reparaciones.

Los ojos de Gwendal temblaron solo ante el pensamiento. Asintiendo silenciosamente, cargó a Greta hacia el pasillo.

— ¿Por dónde? — preguntó el sabio siguiéndolo.

Con la cara aun metida en el hombro de Gwendal, Greta apuntó.

No necesitaron ir muy lejos. Se movieron rápido y sin discusión, y en seguida llegaron hasta el rey y su prometido. Estaban en el piso, y Wolfram tenía al joven Maou inmovilizado.

— ¡Bueno! — dijo Murata alegremente. — ¡Ese no es un estilo de pelea que yo haya visto jamás!

Wolfram rápidamente se separó. Avergonzado de ser atrapado besándose en público, enseguida gateó lejos de Yuuri, arrastrándose hacia atrás fuera del otro hombre mucho más joven que él como un cangrejo caminando de lado. Las caras de ambos chicos resplandecían con brillantes tonos de rojo.


Ser atrapados en público haciendo algo tan extremo como besarse era vulgar, vergonzoso y repudiable.

Pero…

Pero Yuuri había renovado la proposición oficialmente.

Aun ruborizado profundamente, Wolfram miro al Maou de cabellos oscuros. Yuuri aseguraba entender que había hecho, y Wolfram estaba seguro que Conrad no le había explicado mal a su ahijado, pero… ¿pero cómo podía ser esto posible de verdad?

La mejilla izquierda para el compromiso inicial, la derecha para la confirmación. Era una nueva tradición, una que se había dado durante la guerra, cuando dos amantes podían encontrarse separados por meses o incluso años en algún momento, y sentían la necesidad de prometerse el uno al otro una vez más. Renovando su propuesta, Yuuri básicamente había hecho una promesa de casar con él algún día, negándose a permitir que nada lo detenga. Yuuri nunca seria capas de disolver el compromiso ahora, no importa cuánto quisiera hacerlo.

Pero el moreno había insistido en que sabía lo que estaba haciendo, y se negó a retractarse.

Y cuando lo había besado, el chico de cabellos oscuros no había dudado en responder.

Ser atrapados por todos en tal posición era más que una prueba de que Yuuri había correspondido su beso.

— Nos dieron noticias de que ustedes dos estaban peleando. — dijo el sabio con una sonrisa pícara que era demasiado divertida. Si Wolfram no estuviera tan lleno de alegría, habría tenido un problema con tal expresión imprudente. — Parece que fuimos… ¿mal informados?

Maldito sea el sabio, ¡no tenía ni la decencia de pretender que no vio nada! Wolfram se paró, arreglando sus ropas y mirándolo.

— Si. — respondió rígidamente. — Mal informados.

— Greta… ¿fuiste y trajiste a todo el mundo? — preguntó Yuuri. Se puso en pie sin gracia, quitándose el polvo por el pasillo.

Avergonzada, la niña trato de esconderse aun más en el círculo de los brazos de Gwendal.

— ¡Oh! — exclamó repentinamente, echándose atrás. — Gwen, ¡tu bigote hace cosquillas!

— ¿Bigote? — la frase hizo a todos los ojos darse vuelta hacia Gwendal. Sus cejas ahora caían y escondían sus ojos tras largas y oscuras mechas de pelo. Una barba y, si, un bigote, habían aparecido también, y ya pasaban por debajo de su barbilla. Su larga cola de caballo de cabello oscuro ahora colgaba pasando sus caderas.

El general soltó un gruñido de disgusto. En algún lado detrás de todo ese pelo, Wolfram pensó que su hermano mayor estaba ruborizándose.

— ¿Tomaste la fórmula para crecer el pelo de Anissina? — preguntó incrédulo.

—…hn.

— Bueno. — dijo el sabio alegremente. — ¡Al menos tiene cejas de nuevo!


El día parecía que había durado años. Entre las miradas de cuestionamiento de sus amigos (¡sin mencionar las de su hija!) tratando de razonar que él y Wolfram se habían estado besando en el piso del pasillo, limpiar el estudio, varios intentos de corte de kilómetros de pelo de Gwendal y Anissina, y la cena con dignatarios extranjeros que nadie se había molestado en decirle que venían, parecieron años antes de que el joven rey pudiera ponerse sus pijamas y tirarse en la cama.

Wolfram se había llevado a Greta a la cama poco después de que terminara la cena, y él sabia por experiencia propia que intentar que la energética niña se durmiera no era una tarea rápida. Era aun peor si ella tenía preguntas, lo que de seguro tenia.

En cualquier caso, iba a tener al menos un poco de tiempo para sí mismo. Tiempo en calma, para dejar su mente en blanco de todo pensamiento, para no tener que enfrentar los ojos verdes que de repente ardían con una emoción intensa de felicidad, un honesto e innegable amor y brillante fuego leal.

Yuuri sacudió su cabeza, tirando un brazo por arriba suyo para cubrir sus ojos. Había hecho su decisión, y dado el paso adelante necesario para mantenerse alejado de cambiar de idea. Wolfram era tan importante para él, y uno de sus más queridos amigos. Había elegido la única cosa que podría hacer a Wolfram feliz, y… y ahora que la decisión estaba hecha, Yuuri estaba feliz, también.

Iba a amar a Wolfram algún día, estaba seguro de eso. En lugar de asustarlo, el pensamiento lo lleno de calidez y paz.

La puerta se abrió y el rubio entró silenciosamente. No hablaron mientras fue detrás del biombo para vestirse para la cama, o incluso cuando casualmente apago las velas y se metió bajo las sabanas con Yuuri.

— ¿Está bien Greta? — preguntó el joven rey finalmente.

— Si. — la voz de Wolfram era silenciosa, y extrañamente intima en la oscuridad. Se le ocurrió que en realidad nunca habían estado de esta manera antes, usualmente él pretendía dormir cuando su prometido venia a la cama, a menos que su hija estuviera ahí para dormir entre ellos y proteger su castidad. — Tenía un montón de preguntas, pero ahora que entiende, está feliz.

— Que bueno.

— Yuuri. — las sabanas se deslizaron a un lado cuando el ex príncipe se dio la vuelta hacia él. — Todavía no estoy seguro de que entiendas.

— Voy a casarme contigo algún día… y estará bien, porque antes de que ese día llegue, voy a amarte también. No solo como un amigo, sino como… un amante también. — se ruborizó, y estaba agradecido de que la oscuridad escondiera su cara de él.

— Estás seguro… Quiero decir, ¿de verdad piensas que puedes hacer eso?

Él esperaba que Wolfram estuviera feliz, tal vez incluso regodeándose y sintiéndose superior, pero nada más lejos que eso, el rubio había estado solamente serio.

— Estoy un poco asustado. — confesó. — Pero a la vez de verdad excitado. Era la decisión correcta.

— Enclenque. — resopló. — ¿Desde cuándo el amor es una decisión? Te apuesto a que no serás capas de hacerlo.

A pesar de sus palabras de duda, Wolfram finalmente sonaba feliz. Yuuri rio y, solo dudando un poco, de alguna manera se las arreglo para encontrar los labios del rubio en la oscuridad.

— No creo que sea demasiado difícil del todo. — prometió cuando se alejo.

No estaba seguro como lo sabía, pero repentinamente estaba seguro de que Wolfram estaba sonriendo.

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-Fin del capítulo 8-


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