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Plan de estudios por RedGlassesGirl

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

—diálogos.

"pensamientos".

(N/A: nota del autor)

[1], [2], etc. Notas al pie.

*para estar al tanto de mis actualizaciones pueden visitar mi Livejournal, busquen la dirección en mi perfil*

Autora: Penguin-sama

Traductora: Red Glasses Girl

Pareja: Yuuram.



Plan de estudios – Capítulo 1

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Ojos verdes y brillantes lo miraron fijamente. Audaces, desafiantes, sin pestañar.

Sin piedad.

— ¿Esto es por lo que has estado gimoteando? — reclamó Wolfram al fin, cerrando el libro que Yuuri le había dado apenas entro a la habitación, y dejándolo caer ante el angustiado rey. Con un cruel sonido de desprecio, el rubio rodeo el escritorio para tomar asiento en una de las sillas del otro lado. — ¡Que infantil!

— ¿Cómo puedes decir eso? — honestamente, él esperaba que Wolfram se pusiera furioso cuando se enterara acerca de sus nuevas clases "especiales". La única razón por la que había estado tan ansioso de contarle, había sido porque tenía la esperanza de que pudiera usar el ataque de celos de su prometido en beneficio propio. Estaba seguro que tendría un ataque de ira, demandaría que desista de las lecciones, y prendería fuego a todos esos horribles libros.

Claramente todo había sido un sueño tonto.

— ¿No te lo había explicado Günter ya? — reclamó. — ¡Un conocimiento profundo del funcionamiento carnal del cuerpo es necesario para alguien de tu rango! Sería una vergüenza para tu familia y la mía si hicieras algo que me lastimara luego de que nos casemos. ¡Aprender estas cosas es tu responsabilidad!

— ¿E…Estas hablando acerca de sexo?

Wolfram resoplo y murmuró algo por lo bajo. Yuuri creyó haber escuchado las palabras "grande" y "bebé" en alguna parte de las quejas. Palideció.

— P-pero… — intentó protestar.

El rubio no iba a permitirlo. — ¡Se han producido guerras por cosas como estas!

— ¿ has tenido esas "lecciones especiales"?

— Por supuesto que no.

— ¿Ves? ¿Entonces porque debería yo-?

Lo detuvo con una penetrante mirada. — Yo no estaba comprometido cuando llegue a la mayoría de edad. ¡Tuve que tomar las lecciones completas!

— ¿Completas-? — Yuuri miro hacia lo que parecían miles de libros apilados en el escritorio detrás del, entonces volvió la mirada hacia el chico sentado en frente. — ¿Quieres decir que esta es la versión resumida?

— Por supuesto. — la mirada que Wolfram le dio le dejo perfectamente claro que él pensaba que estaba siendo un idiota. — Te vas a casar conmigo. No necesitas saber qué hacer con una mujer.

Ni siquiera sabía cómo empezar a discutir contra esa declaración.

En vez de eso, levanto uno de los dibujos que Günter le había dado. — ¡Mira esto! ¡Honestamente, no me puedes decir que quieres hacer algo tan asqueroso! — camisones rosas con volados y ataques de celos aparte, Wolfram no era nada más que un chico normal, y sobre todo sano, ¿o no?

El rubio miro la imagen y su expresión se suavizo un poco. El rey sintió un repentino soplo de esperanza ante la duda de su prometido.

— Yuuri… lo estas sosteniendo al revés. — suspiró Wolfram finalmente.

— ¿He? — se forzó a mirar la imagen una vez más y se pregunto cómo podría ser menos terrible al colocarlo de manera correcta. Sin nada de miedo, dio vuelta la pintura. — Huh.

— ¿Ves? No es tan malo, ¿verdad? Enclenque.

Entrecerró los ojos, y los entrecerró mas, inclino la cabeza a un lado, luego al otro.

— ¿Acaso eso no… duele? — preguntó al fin.

— ¡Para eso son las clases!— Wolfram estaba perdiendo su paciencia de nuevo.

La idea parecía tener sentido. En una retorcida, sería como nunca volver a poner los pies en la tierra, manera.

— Se ve como si fuera a doler no importa que. — decidió, aun examinando el dibujo. — ¿Has hecho esto alguna vez?

El rubio vaciló. — No.

— ¿Alguna vez has hecho algo de esto?

— No.

Yuuri se lo quedo mirando fijo. Con su cara poniéndose roja, Wolfram corrió la vista.

— ¡Considera mi posición!— dijo orgulloso. — ¡La cantidad de candidatos disponibles con un aceptable rango social es limitada!

— ¿Rango social?

— ¡Nunca me avergonzaría a mi mismo yendo por debajo de mi título! Y… de todas formas, ¡sigo siendo muy joven para nuestros estándares!

— Eres virgen. — carcajeo el rey. — Virgen, con ochenta y tantos años de edad.

Los ojos color esmeralda lo miraron con una furia ardiente. — ¡Yuuri!

No tuvo tiempo de continuar burlándose, o darse cuenta de que necesitaba callarse antes de que Wolfram se diera cuenta que Yuuri mismo estaba en una situación similar, menos varios años, por supuesto. Günter llegó, igual de emocionado como había estado ayer, y cargaba otra alta pila de libros de nuevo.

— ¡Buenos días Su Majestad! — saludó alegremente.

Su sonrisa se desinflo un poco cuando vio a Wolfram y se dio cuenta de que no tendría a Yuuri hoy para él solo. El rubio, de hecho, usualmente se las arreglaba para que poder tomar asiento en las clases de Yuuri. Atraparlo a él no era el verdadero reto. La única razón por la que el rey había conseguido escapar ayer, fue porque a su prometido lo habían forzado, bajo insistencia de ella, a pasar no solo la mañana sino también la mayor parte de la tarde con su madre antes de que ella se fuera en otro de sus "cruceros de amor".

— ¿Hizo su tarea, Su Majestad? — pregunto Günter, tomando uno de los nuevos libros.

— No. — respondió, nunca había tenido una vez en la que haya sido bueno mintiendo. — No puedo ni mirarlos. Es grotesco y aterrador, ¡y no quiero estudiar esto!

— ¡Yuuri! — Wolfram lo fulmino con la mirada.

— ¡Oh, Su Majestad es tan tonto! — Günter desestimo su protesta con un gesto de su mano. — Si está teniendo problemas en comprender algunos de los conceptos, solo hágalo saber. ¡Y yo estaré más que contento de ayudarlo en cualquier manera posible!

Los ojos del rubio brillaban fieramente cuando se puso de pie. — ¡Si alguien va a ayudarlo, ese soy yo! — anuncio mientras caminaba de vuelta hacia el otro lado del escritorio, y colocaba sus manos posesivamente en el respaldo de la silla de Yuuri. — ¡Yo soy por el cual él está aprendiendo esto después de todo!

El moreno se retorció en su asiento incomodo. — Um… en realidad no…— murmuró.

¿Qué?

— Eh… yo solo… no creo…

Wolfram le dio un tirón fuerte a su silla. — ¿Con quién estas planeando usarlo entonces, he? ¿Con quién?

— ¡No quiero usarlo en nadie! — protestó. — ¡Ni siquiera quiero aprender estas cosas!

— ¿Qué? ¿Luego de que amablemente te explique lo importante que era?

Yuuri se agarro a los brazos de su silla, aguantando por su vida mientras su prometido lo sacudía. El rubio le estaba gritando, pero no podía decir nada porque Günter estaba alternativamente tratando de calmarlo y discutir con él. Luego, se gritaban el uno al otro, lo cual era incluso peor.

Sin embargo, ninguno estaba tan distraído como para no notar cuando Yuuri intentó lentamente deslizarse de su asiento.

— ¿A dónde crees que estas yendo? — acusó Wolfram, jalándolo de nuevo a la silla.

— ¿Baño? — pregunto esperanzado.

— ¿Así te puedes escapar de vuelta al otro mundo?

— Su Majestad, tiempo valioso se está escapando de nuestras manos. — advirtió Günter. Como si no hubiera sido él quien causo este alboroto. — Simplemente tenemos que comenzar nuestras clases ahora.

— ¿Tenemos? — gimió. Se preguntaba como sobreviviría si Günter y Wolfram decidieron unir fuerzas para mantenerlo en la habitación. — ¿Estás seguro que esto no es una broma? ¿Realmente tengo que hacer esto? Tarea y exámenes y… ¿y todo?

— ¿Qué estás preguntando? — inquirió el rubio, sacudiéndolo con más fuerza.

El rey se aferró con todas sus fuerzas y, a pesar de los empujones, le dio a Günter su mirada más suplicante. Intento parecer lo más tierno posible, pero no debió haberlo logrado porque el hombre mayor solo dudo un momento.

— Vamos a comenzar con la tarea de anoche. — decidió, abriendo el libro adecuado y colocándolo frente a él. Yuuri se quedo mirando la imagen de en frente con disgusto y arrugo la cara un poco, preguntándose si había perdido la cordura. — Primero lea los términos clave. — instruyó Günter. .

Con la cara ardiendo de vergüenza, Yuuri siguió las instrucciones. Leyendo lentamente, forzando las palabras incluso cuando Günter, con la mano volando hacia su nariz, se alejo rápidamente.

— ¡Una lectura magistral, Su Majestad… simplemente magistral! — Günter aplaudió cuando se detuvo. Ni siquiera noto que solo había leído la mitad de la lista.

Yuuri tuvo que parar. Algo mucho más preocupante que los sucios términos del vocabulario, se le había ocurrido, y no pudo continuar.

— Günter… no va a haber… no va a haber ningún examen práctico, ¿verdad? — pregunto con pavor.

— ¿Hm? ¿Practico? — Günter, olvidando momentáneamente su hemorragia nasal, se lo quedo mirando por un largo momento antes de comprender la pregunta. — ¡Ah! ¡Prácticos! — exclamo, repentinamente excitado. — ¡Oh, Su Majestad, si cree que eso le ayudaría a aprender…!

— ¡No creo! — dijo Yuuri rápidamente.

— ¿Prácticos? — Wolfram seguía reflexionando acerca de la cuestión. — ¿Te refiere a la práctica?

— ¡No! ¡No! ¡Solo quería asegurarme-!

— Bueno, tenemos que asegurarnos que Greta duerma en una habitación diferente, eso es seguro…

— ¡No! ¡Eso no es lo que-!

— Claro, no podemos tenerla con nosotros aquí, Yuuri, no si estas estudiando. Eso sería ser malos padres.

— ¡No quiero estudiar de esa manera!

Cuidadosamente, el rubio se sentó en el borde del escritorio. — Es un poco irresponsable que tengamos estos libros de texto en la habitación con ella. No está ni mínimamente cerca de estar preparada para aprender acerca de estas cosas.

— ¡Ni yo tampoco! ¡Wolfram!

Un suave golpe interrumpió su discusión. Günter, sangrando por la nariz a cantaros, se había desmayado.

— Hmm. — medito Wolfram, solo clavándole los ojos en él. Y atravesó a Yuuri con su verde mirada cuando este se puso de pie.

— Uh… deberíamos pedir ayuda a alguien.

— ¿Por qué? Si hace esto todo el tiempo.

— See, pero… um… parece ¿más inconsciente de lo usual?

Wolfram no estaba convencido. — No hay nada que hacerle. — suspiro sacudiendo la cabeza.

El moreno cometió el error de sentir una oleada de esperanza.

— ¿Cancelamos las lecciones?

— No del todo.

— ¡Pero-!

Wolfram le lanzo una amplia sonrisa. Esa galante y encantadora sonrisa principesca, que era solo aterradora porque Yuuri estaba empezando a conocer demasiado bien a su prometido de cabellos dorados.

— ¡Voy a tener que ser tu maestro! — anunció.


— Vaya, vaya… si me perdona, solo tengo que decir que se ve peor que desganado, Yuuri.

Medio temiendo que se vería obligado a soportar alguna otra horrible experiencia, Yuuri levanto la cabeza lentamente de sus manos. La sonrisa gentil de Conrad era tan cálida como siempre, aunque esta fallara en darle al rey la tranquilidad que acostumbraba.

— No me digas. — carraspeo con miedo. — Günter despertó y quiere continuar con la clase.

— No. — rio Conrad. — Aun está durmiendo plácidamente. Está a salvo. Al menos por el resto del día.

El moreno lo miro fijo, deseando con todo su corazón creer en sus palabras. Quería obtener paz de la sonrisa familiar de su padrino. Quería confiar en el hombre todas las dudas que tenia acerca de las clases especiales y quejarse por cómo se sentía al ser completamente enrollado en el asunto. Quería hacer una pataleta de niño chiquito, mandarse a sí mismo a casa por la fuente de agua más próxima, y esconderse bajo la cama hasta que las costumbres peculiares de este mundo fueran nada más que pesadillas lejanas.

En vez de eso, se mantuvo exactamente donde estaba. En silencio, sentado en uno de los bancos del patio del palacio, y peleando por recordarse a si mismo esos casos especiales. Seguramente no todos en este mundo estaban completamente insanos.

Conrad rio suavemente, recostado contra algunas barandillas decorativas. — ¿Qué significa ese aspecto? — pregunto. Rio de nuevo cuando Yuuri se negó a contestar. — ¿Qué pasa? ¿No me habla tampoco, entonces?

— ¡No es eso! — protestó rápidamente. — Es solo…

Una ceja se levantó. — ¿Solo? — repitió Conrad.

Yuuri se forzó a continuar y mantener la conversación, dándole una honesta mirada a su padrino. Apretó los puños, luchando por cada poco de fuerza que pudo reunir.

— ¿Cómo puedo decirte lo que tu hermano trato de hacerme? — reclamó al final.

Conrad parpadeó lentamente.

— Oh… aquello. — rio entre dientes. — Wolfram ya vino antes a quejarse acerca de su comportamiento.

— ¡Mi comportamiento!

— Yo apostaría que ambos tendrán que andar con las marcas de los moretones de la pelea reciente por las próximas semanas. — bromeó con su usual buen humor.

— ¡Mi comportamiento! — repitio Yuuri.

— ¿Se da cuenta que, a su manera especial, Wolfram solo estaba intentando ayudarle? — Conrad sonrió.

Yuuri lo miro fijamente, sin creer lo que oían sus oídos. — ¿Ayudar? — repitió.

— Por supuesto. — le aseguro el alto castaño.

— ¿Estamos hablando de la misma cosa en este momento? ¿No tienes ni idea de lo que intento hacer?

Conrad lo miro fijo por un momento, entonces suspiro. Alejándose de la barandilla, se sentó con él en el banco. — Yo creo. — dijo lentamente, pensativo. — Que él estaba tratando de ayudar a su querido prometido a aprender lo necesario más rápido. Ahorrándole que se vea obligado de tener que soportar prolongar las clases que encuentra tan desagradables. — ofreció a Yuuri una sonrisa fraternal, pero sus ojos eran serios. — ¿Suena eso posible?

Desafortunadamente, si.

— Exceptuando que Wolfram no es así de agradable, y nada cercano a esa definición. — protestó.

— Desde su llegada a este mundo, él no ha hecho otra cosa más que ayudarle.

No, eso no sonaba como su prometido del todo. La mente de Yuuri se apresuro a retrucar. Excepto…

Conrad suspiro, suavizando su mirada ante la clara confusión de su rey.

— Lo sé. Él es perseverante, terco y mimado… pero no puede negar lo absolutamente devoto que es hacia usted.

— C-Conrad…

— Esta no es la conversación que tenía planeado tener hoy. — suspiro de nuevo, levantándose. — Se que no está listo para oír ciertas cosas.

— ¿Qué cosas? — eso sonó aun mas atemorizante que las clases especiales de Günter.

—Su Majestad… — Conrad titubeó. — Solo permítame decir… Sé que es de esperar que aun haya cosas acerca de nuestras costumbres a las cuales le cuesta acostumbrarse. Sé que no es consciente del gran honor que significa que se le ofrezcan estas clases. Y… Sé que pasara un buen tiempo antes de que pueda comprender como Wolfram es capaz de hacerle tales ofrecimientos siendo ambos chicos. Se esas cosas, todos lo sabemos. Estamos dispuestos a tener paciencia con usted.

— Conrad…

— Entonces… — dudó, y su suave sonrisa flanqueo. — Solo quiero estar seguro de que sabe que está haciendo esto mucho más difícil de lo que tiene que ser.

Yuuri bajo la mirada hacia sus manos. Por mucho que quería que estuviera equivocado, o mintiendo, él sabía que no era posible.

— Solo es raro. — murmuró al fin.

— Se ha ajustado majestuosamente a todo lo demás que ha tenido que enfrentar. — le aseguro Conrad, su voz calmada y divertida. — Confío en sus habilidades para ajustarse a esto también.

Yuuri no respondió en un largo rato. No sabía cómo responder. Cuando finalmente miro arriba, descubrió que lo había dejado solo.


Greta era una bola de nervios sobreexcitada esa noche. Alguien saco el tema de darle su propia habitación, y la idea la emocionó, ahora que ella estaba más familiarizada con el castillo y cómoda con su posición en él. A veces se detenía para tranquilizar a sus padres y decirles que aun dormiría con ellos de vez en cuando, pero la mayor parte de la noche se la paso hablando sin cesar de cómo quería decorar y acomodar sus juguetes.

Ellos habían discutido la idea antes, por supuesto, y en algún lugar en el palacio había una habitación para niños que técnicamente pertenecía a ella, pero que rara vez usaba. Si Yuuri hubiera sabido cuan feliz haría a la niña una habitación para ella sola, hubiera encontrado la manera de conseguirle una mucho tiempo antes. Aun si su presencia en la habitación lo protegía de estar a solas con Wolfram.

Paso algún tiempo antes de que pudieran tranquilizarla lo suficiente para meterla en la cama con ellos. Mucho después la habitación estaba oscura, quieta y en silencio, Yuuri se encontró parado en la oscuridad, sin poder calmar su mente y las ganas de dormir lejanas.

— ¿Wolfram? — susurró finalmente.

Un ligero ronquito fue su única respuesta. Yuuri rodo los ojos.

— Wolfram, tu no roncas.

El sonido se corto rápidamente, pero su prometido siguió in responder. Yuuri suspiro suavemente para sí mismo y jugueteo con el borde de la manta.

— Yo solo… quería agradecerte, creo. — dijo lentamente. — Conrad vino a hablar conmigo, y… bueno, de todas formas, supongo que no me había dado cuenta que intentabas ayudarme… así que, um… Lo siento y, ya sabes… gracias.

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-Fin del capítulo 1-


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