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Wolfram in Wonderland por Ciel Phantom

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Notas del capitulo:

muchisimas gracias por el apoyo a este fic, en realidad pense que no tendria nada de rating, lo bueno es que me equivoque y hay quien lee mis divagaciones.

pues sin mas preambulos ahi esta el siguente cap de Wolfram in Wonderlan. pobre cada vez las cosas le van de mal en peor y con un escritor como yo, apenas estan comenzando sus calamidades.

jajajajajaja

dedicado a todos quienes me leen en especial a mi linda prima Prue y a clavel sangriento.

 

 

Camino un rato sin rumbo fijo por aquel bosque. No era como si pretendiera ir a un punto en especifico, aunque su propósito si era encontrar a alguien. A esa conejita que lo había conducido hasta ahí.

 

 

 

Un escalofrió recorrió su columna, volvió la cara esperando encontrarse con alguien. Pero ni siquiera el aleteo de las aves o del chirrido de los insectos se escuchaba. Se detuvo completamente, y más por costumbre que por otra cosa llevo su mano derecha a su costado; ahí no había nada. Aunque debería preguntarse. ¿Qué era lo que deseaba encontrar?  

 

 

 

—Vaya niña. Sí que eres agresiva. ¿La espada la has olvidado en algún lugar?

 

 

 

—Que no soy una niña. Soy un chi… —Y nuevamente fue callado por un trozo de tarta.

 

 

 

Intento no tragar nada. Recordando de manera muy acertada que a los extraños no se les debe hablar ni aceptar nada. Así que saco la tarta lo más rápido que pudo de su boca. Y aunque tenía un buen sabor; a chocolate y fresa; se pregunto si debía o no comerlo, las migas que quedaron en su boca fueron suficientes para que comenzara a cambiar.

 

 

 

Las magas del vestido se acortaban y el largo crecía al igual que sus piernas. Pronto se encontró con que aparentaba unos veinte años de edad y llevaba puesto un vestido azul bastante entallado y abierto de los costados.

 

 

 

—Pero qué demonios. ¿Quién te crees para tomarte la libertad de cambiarme así de forma? —dijo muy ofendido. —Además ¿en donde rayos estas?  No puedo verte.

 

 

 

—Entonces mi estimada jovencita debería hacer ejercicios para los glóbulos oculares.

 

 

 

—Que no soy una chica

 

 

 

—Contesta a esto. ¿qué haces paseándote por ahí con ropa de mujer?

 

 

 

—Bueno yo.

 

 

—Lo vez. Quien se viste de mujer, es porque es mujer. Así de fácil. Si fueras hombre, creo que preferirías ir desnudo.

 

 

 

—Des… des… des…DESNUDO. —grito Wolfram con todas sus fuerzas. Qué diantres tenía ese gato en su cabeza.

 

 

 

Oh!! Ahora si podía verlo, era un gato naranja. Aunque. ¿Qué Gato era de ese naranja tan chillante o sonreía?

 

 

—Si sigues mirándome de esa forma. —el gato dio un salto de la copa del árbol en donde se encontraba hasta Wolfram. —Pensare que me deseas. Y para serte sincero tú no estás tan mal. —sin pudor ni vergüenza pellizcó el trasero del rubio. solto una carcajada que poca gracia le hizo a Wolf.

 

 

 

—¡¡¡Oye!!! Contrólate. —intento sonar indignado, o al menos lo más digno que la situación le permitiera. —Ni siquiera nos han presentado.

 

 

 

—¡¡¡Oh!!! Si es por eso, ahora lo resuelvo.  —camino tres pasos lejos e hizo una reverencia. —Soy Yosak. El gato de Chester de su majestad el Rey negro. Y le volvió a regalar una radiante sonrisa

 

 

 

—El rey negro. —repitió Wolfram algo estancado. —¿Y es ese dichoso rey el que dará un banquete esta noche?

 

 

 

—¡¡Oh!! No señorita. Ese es el Rey Rojo. —dijo el felino restregándose un poco contra el rubio. —¿Por qué? ¿Asido invitada a caso?

 

 

 

—En realidad no. —contesto con la verdad. —Sin embargo estoy buscando a alguien y…

 

 

 

—¡¡Oh!! ¡¡Oh!! Estas buscando a alguien. Vamos pregúntame a mí. Pregúntame a mí. —Dio tres saltitos en espera del cuestionamiento.

 

 

 

—¿Has visto pasar a una conejita?

 

 

 

—No

 

 

 

—PERO TU…

 

 

 

—Te pedí que me preguntaras jamás dije que sabía lo que deseabas saber, porque si ese fuera el caso, que no lo es, tampoco te lo diría. En este mundo todo está al revesado. Porque aquí no hay lógica, por tanto si tú me preguntas por una conejita, significa que en realidad estas buscando tus pantuflas. O tal vez prefieras que te lleve a donde está el rey negro, él lo sabe todo. Pero es tan extraño que nadie lo comprende y por eso siempre está peleando con el rey rojo. Pues aunque el rey rojo es un poco mas cuerdo. TAMBIEN ESTA LOCO. jajajajajaja —en todo ese tiempo mientras hablaba había vuelto a su sitio en el árbol. Ahora se encontraba parado de cabeza mirándolo tan fijamente que le daba escalofríos.

 

 

 

—¿Pero entonces que debo hacer para dar con alguien es este lugar? —se pregunto mas para sí que para el gato, quien solo meneaba la cola y sonreía satisfecho de nada en realidad

 

 

 

—Pues podrías caminar, si eso es. —con su cola sirviéndole de gancho se propulso de nuevo hasta el chico. —si caminas, algún día seguro que te la topas.

 

 

 

—Pero no tengo tanto tiempo.

 

 

 

—Entones no tienes opción tendrás que ir a ver al rey negro.

 

 

 

—Pero si dices que el rey rojo es mas cuerdo, y aun asi está loco, no quiero ver cómo es el primero.

 

 

 

—No te preocupes, en este mundo, todos están locos, los reyes lo están, sus súbditos lo están, yo lo estoy. —en esa última frase Wolf asintió, de eso no había duda. —tú lo estas

 

 

 

—¡¡¡Oye!!! Yo no estoy loco.

 

 

 

—Si estás aquí, es porque loco estás. —y sonriendo le pellizco las mejillas. Eso se les estaba haciendo costumbre.

 

 

 

—¿Bueno en donde lo encuentro?

 

 

 

—¿A quién?

 

 

 

—Al rey negro.

 

 

 

—No lo se

 

 

 

—Pero si tu acabas de decir que…

 

 

 

—¿En qué momento? ¿Es más quién eres?

 

 

 

—Bueno yo…

 

 

 

—Si lo que buscas es negro de media noche. A la liebre en verano has de ir a ver.

 

 

 

—¿Y cómo sabré cuando es verano?

 

 

 

—Tonta cabeza hueca. Así se llama. Liebre en verano. Que la gente además de loca también es torpe y enclenque. Y lárgate, no esperes que caiga en tu seducción.

 

 

 

—Pero si yo no...

 

 

 

—Yo no oigo soy de palo tengo orejas de pescado, bueno soy un gato y eso sería lo peor que podría pasarme, tener orejas de pescado. ¡¡Oh!! No quítenmelas, quítenmelas….

 

 

 

Y con las manos bien asidas a sus orejas el gato de Chester del rey negro desapareció. Aunque aún quedaba una incógnita.

 

 

 

¿En donde encontraría a la liebre en verano?

 

 

 

—¿Qué te parece si sigues ese letrero que dice a la casa de la libre en verano? —dijo el gato de Chester dejando ver únicamente la boca, su tono era de burla total.

 

 

 

Con la cara roja como una fresa siguió el caminito. Primero debería cambiar de forma. Qué tal si la libre pensaba que también deseaba seducirla. Hasta el lo pensaría, y es que ese vestido deja muy poco a la imaginación.

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

 comentarios quienes lo dejen y para los que no pues de todas maneras gracias por leer.


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