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Estar contigo por Necoco_love2

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Notas del fanfic:

:3 Hace tantísimo tiempo que no me paso por la página que me siento como cuando recién empecé a publicar, temerosa y un poco tonta xD

Lamento mucho mi ausencia, para quienes me han extrañado. He tenido tantas cosas en la cabeza, y han ocurrido otras tantas, que no he tenido mucho tiempo para pensar o ponerme a escribir. Mis más sinceras disculpas, aunque sé que esto no cuenta como excusa, pero bueno >w<

Éste songfic está dedicado a Aye-chan, (Te quiero :3 ♥ ) quién me había pedido el songfic hace ya algo de tiempo, pero que al final me pidió lo publicara hoy, que es su cumpleaños. Espero te guste mucho. Sé que a lo mejor no resulta lo que en verdad esperabas, pero igual dicen que la intención es lo que cuenta, ¿no? xDD

Notas del capitulo:

 

La canción es de Alex Ubago y se llama “Estar contigo” :3

 

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son obra del señor Masashi Kishimoto.

 

 

Atardecía en Konoha. Los niños correteaban por las estrechas calles jugando, mientras los adultos terminaban sus jornadas laborales y las aves en el cielo volaban hacia sus respectivos nidos en las copas de los árboles. La brisa del otoño soplaba con parsimonia mientras él andaba cabizbajo, con las manos en los bolsillos de su pantalón y con el pensamiento girando en torno a alguien que no era él mismo. Avanzaba con parsimonia torpe, como si no quisiera marcharse a casa pero como si tampoco pudiera hacer nada para evitarlo.

 

Por un momento, se detuvo a contemplar los algodones de azúcar blancos a los que se asemejaban las nubes. Vislumbró en ellas el rostro suave de una persona en la que pretendía no pensar. Aunque, si tenía que mostrarse sincero, debía admitir que aquél rostro era ahora tan parte intrínseca de su vida, que sería imposible no imaginarlo hasta en sueños.

 

Retomó su camino, suspirando ligeramente decepcionado, aunque no porque tuviera motivos en realidad. Sus pasos ambivalentes lo dirigían a un pequeño parque infantil en Konoha, donde había varios juegos en los que, en plena luz del día, los niños solían corretear unos con otros jugando sin complicaciones y sin más preocupaciones que llegar antes de que oscureciera a casa.

 

La oscuridad se cernía cada vez más. El silencio agradable comenzaba a embargarlo, haciéndolo debatirse en un cúmulo de pensamientos que giraban en torno a ese fútil sentimiento que se arremolinaba en su pecho sin compasión alguna. A esa edad, y siempre, las cuestiones del amor resultaban tan imposiblemente verídicas que resultaba un completo dolor de cabeza intentar descifrar lo que sentía verdaderamente.

 

Lo que hoy siente tú corazón, mañana lo entenderá tu cabeza, solían decirle.

 

¿Sería eso cierto?

 

El viento sopló. Naruto se acercó a los columpios y se sentó en uno, moviéndose lentamente como cuando solía hacerlo de niño cerca de la Academia. Su mente era un terremoto, de esos tan potentes que podían enterrar vivas a las personas. Trataba de no amedrentarse, pero el amor era tan extraño y a veces tan doloroso que no podía evitar sentir un poco de temor al pensar que tal vez, y sólo tal vez, ese amor que decía sentir no sería más que una simple necesidad de ese afecto que desde niño siempre le había sido negado.

 

Y entonces, él llegó a su mente repentinamente, como un golpe inesperado de su recuerdo, su rostro suave y amargado al mismo tiempo, con esa mirada ónice tan penetrante que resultaba intimidante.

 

Estar contigo

Es como tocar el cielo con las manos.

Como el primer día en verano.

Como en un cuento.

Estar contigo...

 

 

Sasuke inundó sus pensamientos repentinamente, como una de muchas veces en las que abruptamente llegaba para desquiciar a Naruto en sus pensamientos, como un círculo vicioso que se repetía incontables veces todos los días desde hacía un par de años, cuando, en su más tierna pubertad, había experimentado los dulces sabores del amor adolescente, y no precisamente con Sakura.

 

Las estrellas brillaban en el cielo, refulgiendo como pequeños diamantes junto al brillo nocturno de la luna creciente. Ojala Sasuke se apresurara. Le jodía admitirlo porque sabía que su simple pensamiento hinchaba más el ego del Uchiha, a veces lo extrañaba tanto que no podía soportarlo. La mayoría de las veces cuando salía en alguna misión, Naruto asumía que se iba para siempre, pero cuando le oía volver en medio de su abismo solitario y casi ausente, se daba cuenta de que no sabía por cuantas horas había estado fuera.

 

Era como una terrible obsesión, cómo si cuando se iba persistiera el miedo de que Uchiha cayera de nuevo en las garras de la oscuridad y decidiera huir de Konoha de nuevo, huir de su lado. A Naruto le gustaba tanto estar a su lado, así fuera sólo en silencio, que la fútil idea de perderlo resultaba depresivamente abrumadora.

 

Estar contigo

Desvelando uno por uno tus secretos.

Descubriendo todo lo que llevas dentro

Lo dejo todo

Por un momento

Estar contigo  

Como todo hombre, tenía sus necesidades. Extrañaba a Sasuke por las noches, susurrándole su nombre con voz ronca mientras ambos con caricias, mimos, besos, frases entrecortadas y a intervalos en los que cada uno narraba su día a día, por muy insulso que hubiese sido. Y ambos se callaban, se contemplaban el uno al otro, sonriendo de esa manera tan cómplice con la que ambos jugaban a decirse lo mucho que ansiaban abrazarse para siempre al contrario.

 

Naruto sólo quería abrazarlo hasta que se hiciera de día.

 

Un ligero ciento frío le despeinó los rubios mechones de cabello. Sus ojos azules se detenían en el césped fresco y verde del parque, como si no hubiera cosa más interesante que observar. Pensó en marcharse a casa, pero la idea de cenar sólo y sin compañía en su pequeño departamento no le inspiraba en absoluto disposición alguna para hacerlo. Permaneció ahí, ausente, flotando en pensamientos inconexos pero esperando el amanecer como si no hubiera nada más de que preocuparse.

 

Un par de momentos más tarde, sintió la presencia de alguien justo tras su espalda, obligándolo a reaccionar con una entusiasta sonrisa. Sin embargo, no volteó a mirarlo. Se quedó ahí, sintiendo su calor corporal tan cerca que su corazón vibraba extasiado.

 

—Quiero ir a un sitio al que podamos ir los dos solos. Donde nadie nos moleste, donde no tengamos que pensar en volver a casa después de una misión o tengamos que realizar éstas separados—Suspiró—. Quiero un mundo donde no tenga que extrañarte.

 

Sasuke no le respondió por unos instantes. Pronunció únicamente las palabras mágicas y Naruto saltó del columpio como impulsado por una fuerza invisible, le sonrió sinceramente y comenzó a andar a su lado, parloteando y haciéndole demasiadas preguntas que Sasuke no se molestaba en responder.

 

Naruto amaba el ramen, pero a Sasuke también. Tenerlos a ambos reunidos la misma noche que el azabache había vuelto de una misión, era incomparable, se sentía como su paraíso perfecto.

 

Yo siento que tu compañía

Es el mejor regalo que me de dio la vida.

La fuerza que me empuja a seguir adelante

De todo lo que tengo

Es lo más importante

 

El de ojos ónice lo miraba de reojo, con esa mirada sutil y curiosa al mismo tiempo con que lo observaba hablar sin parar mientras se decidía a callar su palabrerío con un beso apasionado que auspiciaba su regreso después de una ardua misión en la que, aunque no lo decía, lo extrañaba de igual manera en la que el de ojos azules le pensaba en casa.

 

Sólo que era un poco más orgulloso y no lo decía con facilidad.

 

 

El Ichiraku ramen gozaba de un ambiente cálido, mientras fuera comenzaba a hacer un poco de frío. Naruto entró corriendo seguido de Sasuke, gritándole al anciano que sirviera dos tazones con doble porción de carne, que aquella noche celebraría el triunfo de la misión de Sasuke y su regreso después de casi una semana de ausencia. Sasuke odiaba olímpicamente el ramen casi tanto como alguna vez había odiado a Itachi o a Orochimaru, algo tan poco saludable podía ser verdaderamente comestible. No obstante, se sacrificaba un poco porque Naruto amaba esa porquería, y si podía hacerlo sonreír al pretender que se comía esa comida del demonio, lo haría sin pensárselo dos veces.

 

¿No se trata de sacrificio amar a una persona?

 

Naruto se había sacrificado demasiado por él, en esa búsqueda casi inalcanzable por traerlo de vuelta a Konoha cuando había huido y los tres años consecuentes, era justo que Uchiha se lo retribuyera con aquellos momentos de felicidad que compartían juntos, así tuviera que hacer algo que propiamente por voluntad no haría. ¿Por qué? Porque Naruto era el mejor regalo que la vida le había otorgado, era el viento que fortalecía su fuego.

 

Era, en pocas palabras, lo más importante en su vida.

 

 

Estar contigo

Es como un sueño

Del que no quiero despertar

Cierro los ojos y no estás  

 

Resultaba muchas veces como un sueño onírico, como una de las novelas que escribía Jiraiya, sólo que sin tanto erotismo. Huir de Konoha, volver después de tres años gracias a Naruto; ahora cuando miraba atrás y pensaba en ello, parecía como si en verdad aquello nunca hubiera pasado. Se notaban los estragos del pasado en ambos, claro estaba, pero ahora las cosas eran tan diferentes que Sasuke se preguntaba, ¿Cómo había sido capaz de soportar tanto odio y pretender matar a la única persona que en realidad amaba en el mundo?

 

Era casi tan estúpidamente irónico.

 

—Entonces verás el mundo como es: Infinito—sentenció Naruto.

 

Sasuke reaccionó, percatándose que no le había escuchado en lo absoluto. No había comprendido ni la mitad de su discurso, pero sabía reconocer las palabras sinceras y amorosas de parte del rubio cuando lo escuchaba.

 

—Naruto, yo no…

 

—Sé que no estabas escuchándome—replicó el rubio, con un ligero mohín de enfado—, pero no te culpo, siempre has sido así y yo lo sé perfectamente, aunque me gusta creer que escuchas todas y cada una de las palabras que digo. El sólo hecho de poder estar contigo, ya hace que me olvide de todo lo demás…

 

—No deberías hablar tanto en caso de que quisieras que te escuchara, Dobe—contestó el azabache, arruinando el romanticismo del momento.

 

Naruto frunció el ceño, pero sonrió a pesar de todo. Apiló sus tazones vacíos y esperó hasta que Sasuke pagara la cuenta para salir de ahí y marcharse juntos a casa. Había cosas que, pese a los años, seguían siendo las mismas. Como la perversión de Jiraiya y la impuntualidad de Kakashi. Así mismo, como la obstinación de Naruto y la inexpresión indescifrable de Sasuke.

 

 

Estar contigo

Es que cada día sea diferente

Siempre hay algo que consigue sorprenderme

Es como un juego que me divierte

Estar contigo

 

 

Quizá eso era lo que más le gustaba a Naruto. Qué, aunque no pretendían olvidar sus errores del pasado, también habían aprendido a afrontarlos sin que ello se interpusiera mucho en la relación que ahora sostenían como si se tratase del templo espiritual más sagrado que hubieran construido juntos. Era, en una única palabra, amor.

 

Anduvieron en silencio, tomados de la mano cada uno con una sonrisa ligera en el rostro. Caminando por las calles oscuras de Konoha, los bellos recuerdos de momentos compartidos invadieron sus mentes, embargando sus corazones de una pueril sensación de felicidad. Subieron al departamento de Naruto, entraron a éste con parsimonioso romanticismo y, dándose un beso, se dirigieron a la habitación del rubio, esa que había sido testigo de sus pasionales encuentros de amor por las noches, cuando las estrellas en el cielo brillaban como luces de neón, susurrando en esas cuatro paredes confesiones de amor que perdurarían entre ellos por el resto de sus días.

 

Vivir contigo es mi deseo

Es todo lo que quiero hacer

Y a tu lado puedo ser

Sólo yo mismo (sólo yo mismo)

Sólo yo mismo (sólo yo mismo)

 

 

Podía caerse el cielo. Podía el mundo ninja inmiscuirse en una nueva guerra. Podía llegar el final de los tiempos. Sasuke podría tratarlo como un bicho inferior como solía hacerlo cuando eran niños, Naruto podría tratar de superarlo competitivamente como en ese entonces. Uchiha podría volver a huir, Uzumaki podría volver a perseguirlo hasta el fin del mundo. Y todo, porque no había nada que ninguno de los dos ansiara, al final del día, estar con el contrario.

 

 

Notas finales:

 

Bueno, bueno, y eso ha sido todo xD

Espero les haya gustado leerlo tanto como a mí me gustó escribirlo. Me encantaría que me dejaran un review, aunque sea pequeñito xD Si yo me tomé mi tiempo en escribirlo, nada te cuesta, si has llegado hasta aquí, tomarte un par de minutos de tu tiempo en darme tu opinión ;)

Y Aye, espero que te haya gustado :3 Estuve tentada a escribir algo más dramático, pero como lo querías completamente feliz, pues… eso ha sido el resultado xDD

Besos & abrazos, Necoco.

 

 


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