Había pasado una semana desde que comencé a trabajar para reita, el trabajo no era realmente difícil... para nada solo debía coordinar que la decoración para las actividades se realizaran a la perfección.
en un principio todo aquello era perfecto dentro de lo que se podía, trabajaba por que aquello me distraía no porque necesitara el dinero, el tiempo allí se pasaba bastante rápido.
transcurrían los días con calma, lentamente y de manera casi hinconciente me llenaba de melancolía ver a reita y ruki felices juntos ellos realmente se amaban, de inmediato y por arte de magia aquel profundo amor que aun sentía por aquel castaño que había dejado aparecía una y otra vez golpeándome insistente en la cabeza y el pecho me hacía desear estar con el abrazarlo...
al instante de ver como reita acariciaba amorosamente la panza de ruki me hacía desear poder estar con uruha y poder hacer lo mismo con el, aunque aquella historia tuviera un desenlace terrible... yo aun le amaba y era la única verdad que sentía en lo mas profundo de mi ser.
solo me mantenía caviz bajo al pensarlo, me odiaba a mi mismo... de tan solo pensar en lo que pudo haber sucedido pero no fue...
soy un gran estúpido...
nuevamente aquel vacío me inundaba al estar de vuelta en mi departamento, aquel vacío que no sentía hace bastante...
-me prometí ser mejor... -se repetía mentalmente hace algunos días-
finalmente aquel pelinegro derrotado solo se tiraba en la cama, deseando que aquello jamas hubiera terminado así.
estaba feliz, quería tener pronto a mi bebé entre mis brazos, quería conocerlo, mimarlo, darle todo mi amor y mucho mas.
aunque luego de aquella inmensa felicidad pronto aparecía una melancólica sonrisa, aquello que traía dentro de su vientre también era una parte de aoi... aquel pequeño llevaba la sangre del pelinegro que aunque no quisiera seguía dando vueltas en su cabeza sin querer irse.
era cierto el ahora amaba a nao que era quien a pesar de todo estaba junto a el, era el quien le había aceptado y le hizo feliz, pero aun así... aquel pelinegro de semblante serio jamas salio de su cabeza.
aquellos pensamientos eran borrados casi de manera inmediata al sentir aquellos cálidos brazos que lo rodeaban regalando una vez mas una de las mas hermosas sonrisas que recordaba haber visto luego de aquel periodo de soledad, oscuro y tenebroso. aquella misma sonrisa que le devolvía la propia.
-Shima... amor -su tono de voz era suave y a la misma vez melódico- ¿entremos? comienza a hacer algo de frío...
entonces aquella ensanchada ya curva que se formaba en sus labios volvía a aparecer nuevamente.
"simplemente amaba todo de aquel hombre".
pasaron con una horrible lentitud aquellos dos meses para uruha quien cada vez sentía que en cualquier momento la piel de su abultado torso ya no cedía mas y que en cualquier momento se rompería, aquellos dolores cada vez eran mas intensos casi suplicándole a quien pronto sería su futuro esposo le ayudase a detenerlos, este sabía que no podría ir en contra el curso natural de las cosas y con suavidad acariciaba la panza de uruha hasta que este se calmaba nuevamente, para uruha aquello era el santo remedio que tanto necesitaba.
finalmente aquellos largos nueve meses de tanta ansiada espera se habían cumplido, sabía a la perfección que se encontraría con su aun pequeño amigo takanori y lo supo porque cuando se vio entrando aquejado en aquella clinica vio a reita caminar casi pro todo el hospital, se comía las uñas que ya no le quedaban aquel hombre se sentaba y volvía a levantarse casi de inmediato corría a preguntar a cada doctor que veía salir de entre aquellas puertas.
por su parte el castaño volvía a quejarse presionando la mano de nao quien le miraba angustiado, un par de enfermeras lo llevaron dentro y este sin querer soltar a nao se lo llevo con sigo a aquella fría y blanca sala.
fuera seguía esperando un nervioso rubio, casi arrancándose cada uno de los cabellos que tenía, pudo divisar a uruha que iba con alguien de la mano, justo antes de poder acercarse este entro por aquella misma puerta por la cual hacía ya bastante había entrado ruki o eso le pareció a el, solo segundos después se dejo ver el doctor antes de que pudiese siquiera llamarlo este y ase encontraba sobre el llenándolo de preguntas, el doctor solo le pidió que lo siguiera, este con las manos temblorosas observando todo aquel lugar con temor, solo siguió a paso apresurado a aquel medico quien finalmente le indico que entrara a una habitación, dentro de ella estaba ruki aun sedado y junto a el su gran amigo Aoi cargando un pequeño bultito entre los brazos.
¿porqué lo cargaba aoi y no reita? ¿porqué era aoi el que se encontraba dentro y no reita?
simple, y es que era que al rubio de la banda en la nariz le aterraba la sola idea de ver como a su pequeño amor se abrieran el estomago le aterraba porque era así como aquel rubio imaginaba todo, un gran corte sangrando en la barriga de su amado.
finalmente luego de mirar a ruki detalladamente dirigió nuevamente la vista a aquel pequeño bultito, se acerco a aoi y observo como una pequeña niña dormía tan apaciblemente, una boba sonrisa fue lo que se mostró en el rostro de akira, estirando los brazos para que aoi se la entregase, reita la tomo con todo el cuidado que sabia debía tener, sus ojos se cristalizaron al notar como aquel cuerpecito entre sus brazos se mecía bostezando ampliamente.
-es hermosa... -su boba sonrisa no se quitaba, sus manos temblaban ligeramente y su sonrisa se ensancho aun mas al ver a la pequeña abrir y cerrar casi de inmediato sus ojos, pero aquello que conmovió por completo al rubio fue que al acercar un dedo a acariciar suavemente la pequeña cara la bebe, su hija, la pequeña y por instinto creyó el rubio agarro con firmeza su dedo, solo hay se ello a llorar como una magdalena de la emoción que sentía.
Aoi por su parte sonrío feliz por su amigo, miro por ultima vez a aquella pequeña y lleno de melancolía se dispuso a salir de aquel cuarto dejando al rubio todo encantado con su pequeña, sus pasos eran lentos y decidido a caminar hacía se tercio con aquel castaño que le quitaba todos sus pensamientos, abriendo los ojos a la par lo observo pasar frente a sus ojos, iba de la mano con alguien mas y supo que no le había notado ya que este llevaba los ojos completamente cerrados, y sin saber porque le siguió su corazón estaba apretado y su estomago se contraía con cada paso que avanzaba tras uruha, se paro justo fuera de la puerta en donde le habían metido, su respiración se había alterado y corrió dando la vuelta a aquella sala pues sabía que por el otro lado podría observar todo el proceso como le había echo con su enano amigo, allí estaba quejándose mientras le sedaban, pasaron los minutos y finalmente este dejo de moverse, el otro chico seguía sosteniéndole de la mano y aquello le removió el alma.
"uruha había encontrado a alguien"
sonrío para si mismo concentrado en aquella escena finalmente y luego de varios minutos, finalmente se decidieron a operarlo, la misma que le habían echo al rubio bajito hace algunas horas, para el el tiempo en aquel momento paso lento, todos se movían en cámara lenta y supo que la vida se le iba al ver a aquel diminuto ser humano finalmente llorar indicando el nacimiento de un nuevo ser.
sin notarlo las lagrimas corrían por sus mejillas, sentía el pecho apretado solo observando a aquella criatura que era entregada a aquel tipo.
no era de ese tipo... el debió estar allí recibiendo entre sus brazos a aquel pequeño ser -solo pensaba en eso mientras se arrepentía infinitamente de todo-
finalmente solo decidió irse de aquel sitio... de aquel hospital, de aquella ciudad, e incluso de aquel país.