“Un cuento para pasar el rato”
Era un día lluvioso y frio. Por tanto, no podían salir de casa, y debían elegir alguna manera de pasar la tarde. Pero uno de ellos era el principal aburrido, porque su novio simplemente se conformaba viendo televisión o leer un libro. Amaba esos pasatiempos, sin embargo el menor quería otra cosa. Eso era deprimente, necesitaba un juego o algo para distraerse.
—Teme…-susurro fastidioso a su lado sentado en el sillón.
Sasuke se mantenía inmutado y solo se concentraba en la trama de su lectura.
Una venita se apareció en la frente del ojiazul. Odiaba que lo ignorara.
—¡¡TEME!!-grito tan cerca de su oído, que el pobre azabache soltó el libro y cayo del sillón dando la cabeza con la pequeña mesada al frente.
Sasuke se levanto molesto y refunfuñando mil maldiciones por el grito de su novio. Recogió su libro del suelo, que había llegado hasta una de las patas de la mesa. Lo deposito en ella y tras un suspiro, miro de frente a su rubio.
—¿¿Qué mierda quieres USURATONKACHI??-pregunto saliendo de sí. Gracias a él, un lindo chinchón comenzaba a crecer en su cabeza.
—¡Estoy aburrido!-contesto en un berrinche.
—¿Y crees que soy un payaso o algo? ¿Quieres que te haga malabares o te alquile un pelotero?-pregunto sarcástico-no hago milagros Dobe-murmuro poniéndose de brazos cruzados.
La venita del pequeño rubio sobresalía de sobremanera de su frente, y Sasuke podía jurar que tenía otra al lado de la primera. Volvió a suspirar pesadamente, masajeándose la frente con una de sus manos.
—Está bien Naruto-suspiro resignado, acomodándose nuevamente en el sillón a su lado.
El blondo se le quedaba viendo esperando algo de su moreno.
—Ven-pidió tranquilamente-recuéstate en mi regazo, te contare una historia.
Una gran sonrisa adorno los labios del rubio, y sin más se acerco y apoyo su cabeza en las piernas del azabache mirándole desde abajo. El resto del cuerpo reposaba a lo largo del amueblado objeto.
El pelinegro acomodo unos de sus brazos en el borde del sillón, y el otro acariciaba los mechones rubios de su amado mientras le miraba a sus zafiros ojos, comenzó a narrar su historia.
—Bien, nos remontamos a un lugar donde es habitada por animales salvajes. La sabana. En ese lugar, se encontraban dos cachorros de leones. Uno era de pelaje amarillento, lo que se le destacaba de él. Eran sus dorados cabellos como picos hacia arriba, su pequeña melena, y en la punta de la colita que también tenía ese color y sus ojos eras dos hermosos zafiros. El segundo cachorro, era de pelaje oscuro, casi negro. Pero con tonos azulinos a la luz del sol. Al igual que el primero, tenía una melena sobresaliente de un color más oscuro, mechas a cada lado de sus mejillas y forma de picos atrás. Su cola también era de ese tono, y sus ojos eran tan negros como la misma noche. Los pequeños disfrutaban jugar juntos a cada momento, y el leoncito oscuro estaba enamorado de su amarillento amigo…
(Historia…)
Los pequeños felinos se encontraban debajo de un radiante y caluroso sol, en medio de la sabana casi desierta.
—Sasuke, te reto a una carrera-hablo el ojiazul de cuatro patas.
El aludido le sonrió altanero poniéndose a su lado.
—Muy bien, Dobe, cuando quieras.
—Sera hasta…-comenzó a observar su alrededor-hasta la piedra grande de haya-levanto un poco su patita delantera hasta el frente.
—¡¡Sasuke-kun!!-se oyó una voz chillona a sus espaldas.
Una pequeña cachorra de león, rosada y de ojos verdes, le miraba ensoñadora.
Ambos felinos voltean.
—¿Qué quieres?-pregunto algo molesto por interrumpir el juego con su rubio.
—Podríamos…podríamos pasear por ahí-dijo algo sonrojada y nerviosa.
—Estoy ocupado ahora, Naruto…empecemos-hablo mirando al blondo fijamente.
Naruto sonrió mostrando su hilera de pequeños dientes, todavía aun en crecimiento.
—¡Sasuke-kun TT.TT!
Ambos se prepararon mirando la meta, y rápidamente ignorando los sollozos de la pequeña leoncita, iniciaron el recorrido. Moviendo con agilidad sus cuatro patas, especialmente las patas traseras con las cuales impulsaban mucha velocidad.
—¡¡Te estoy ganando Teme!!-le grito con una amplia sonrisa desde adelante.
El oscuro cachorro, estaba a unos pasos detrás de él.
—¡Eso lo veremos!-contesto con arrogancia, aumentando el paso.
El rubio, corría tan acelerado que no pudo ver la pequeña piedra en su camino. Que a pesar de no ser gran cosa, causo que resbalara y cayera a medio camino con las patas delanteras caídas en el suelo y las traseras levantadas. El pequeño azabache apenas tuvo segundos de parar, antes de colisionar con el ojiazul y en su desespero de parar intento detenerse. Y lo hizo, pero estaba montado sobre el cachorro amarillo, rozando completamente su lomo y ambas colitas se movían a la par tocando la otra.
—¡Hey ustedes dos!
Dirigieron sus miradas al frente estando sin intentar acomodarse, un león un poco mas grande de tonos grisáceos y una melena imitando casi el color plateado les miraba con curiosidad.
—¿No creen que son muy jóvenes para hacer esa posición?
El ojinegro de pelaje negro-azulado se puso delante de su rubio, sacando sus garras y mostrando sus afilados dientes.
—¡Grrrrrr! ¡Tú cállate!
Mientras un apenado y sonrojado ojiazul estaba atrás pensando en eso y dejando susurrar en el aire.
—Casi me viola…
El peli-plata suspiro y se alejo antes de tener problemas con un posesivo y malhumorado leoncito.
Una vez vio que se retiro su contrincante, volteo a ver a su futuro novio quien sollozaba un poco.
—¿Qué tienes Dobe?-le pregunto tiernamente.
El aludido levanto una de sus patitas, mostrándole que sangraba, debido al golpe de aquella piedrecilla en medio del camino.
El cachorro azulino se dejo sentar de frente, y con su lengua bajo hasta la herida. La cual lamio delicadamente limpiándola.
El ojiazul se sonrojo notablemente, pero no dijo nada y dejo que su amigo continuase con su trabajo.
Una vez limpio el resto de aquel liquido elevo su cabeza mirando atento a su compañero.
—Gracias…-susurro manteniendo su sonrojo.
—¿Te duele?
—Solo un poco…
El pequeño azabache se acerco rozando casi sus hocicos, y comenzó a lamer tiernamente las mejillas de su rubio, donde tenía sus hermosos bigotitos. El blondo se dejo, y cerró sus ojos ante aquel gesto cariñoso y placentero.
Al separarse el de pelaje oscuro, miro directamente esas orbes azuladas dispuesto a decirle su secreto. El secreto que mantenía oculto desde que se conocían. Naru le miro perplejo, porque parecía nervioso y bajaba su cabeza mirando el suelo.
—Naru yo…tengo que decirte algo…
—¿Qué es Sasu?-pregunto con una tierna sonrisa.
El azabache levanto su cabecita y le miro fijamente.
—Me gustas-dijo de una.
El de pelaje amarillo se quedo perplejo y sin habla. Jamás había esperando eso de su amigo, desde muy pequeñitos se conocían y ahora él sentía algo más que amistad…
Sasuke se asusto, al ver que no obtenía respuesta y cuando estuvo a segundos de irse. Sintió unas tiernas lamidas cerca de sus bigotitos, quedando embobado. Por qué su rubio le sonreía mostrando su rosada lengua.
—Tú también me gustas, Teme-y al acto se acerco a su boquita proporcionándole lamidas en sus labios.
El azabache le correspondió sacando también su lengua y dándole cortos y amorosos besos.
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—Y al final aquellos leoncitos, se enamoraron perdidamente uno del otro, y se hicieron una promesa.
—¿Qué promesa?-pregunto el rubio con una sonrisa.
Sasuke acaricio la frente de su novio con dulzura.
—La promesa era…que pasara lo que pasase, siempre permanecerían juntos. Porque se amaban con el corazón-respondió con una tierna sonrisa.
El blondo se levanto del regazo del moreno y se acomodo, de tal manera para estar sentado en el sillón.
—Eres un Teme, pero cuentas lindas historias-le sonrió mirándole de lado.
—Mmm…¿Ah sí?-dijo con picardía-pues este Teme…-susurro acercándose lentamente a él-Tiene un Dobe, bastante caprichoso, hiperactivo y chillón.
El ojiazul frunció el seño y antes de reprocharle, el pelinegro se había posesionado encima de él sobre el sillón. Acomodando sus brazos y piernas a ambos costados del cuerpo del rubio.
—¡Salte de encima!-reclamo con un fuerte sonrojo en sus mejillas.
—Dobe-susurro muy cerca de su rostro-¿Sabes cuál era el juego favorito del pequeño leoncito oscuro?-cuestiono con una sonrisa maliciosa en sus labios.
Naruto sudo frio. Negó con la cabeza.
El azabache se acerco hasta su oído.
—Darle mordidas a su leoncito amarillo-susurro sensualmente.
El rubio se estremeció por completo.
Sasuke ataco su cuello tal como si fuera su presa, sin intenciones de lastimarlo. Solo cosquillas con sus dientes y darle chupones.
—¡¡Aaaahhh Sasuke!!-gimió aferrándose a la espalda del mayor.
Sasuke se separo mirándole con una sonrisa.
—Te amo Dobe-dijo con ternura.
—Y yo a ti…Teme.
Y sin más que decir, Sasuke sello sus labios con los suyos en un profundo y cálido beso, demostrándole todo su amor.
“THE END”