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Tú Luz, Mi Esperanza. por zoe

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Notas del fanfic:

zoe- Jajajajajaja siempre tuve ganas de subir un fic de FMA pero nunca se me ocurría nada wizz

zoe- Te doy como máximo cuatro capítulos...después no sabrás como continuarlo ¬¬

zoe- ||| eres cruel conmigo zoe wizz.

zoe- Soy realista, y tal vez un poco cruel, sí -se mira las uñas muy interesad@.

zoe- ¬¬ te demsotraré que puedo con éste y con los otros wizz -pose Lavi conejo mode on.

DISCLAIMER: Ni FMA ni sus personajes me pertenece wizz, es de Hiromu Arakawa. Creanme, yo soy mala, cruel, despota y me gusta hacer sufrir a la gente, pero no soy tan insensible wizz. yo no lloro con algo que yo haya escrito (o tal vez si ¬¬). En fin, demasiado snetimental como para haber sido hecho por mi LOL.

Notas del capitulo:

zoe- Sean buenas conmigo wizz -reverenciandose.

1-Y Entonces, Nos Conocimos.

 

 

 

“¡EDWARD!” –un grito al unísono se escuchó seguido a aquel fuerte estruendo, del cual siguió la oscuridad total.

 

 

 

Mi nombre es Edward Elric, tengo 15 años y estudio mi último año de secundaria. Podría presumir el ser un chico inteligente, más no un ratón de biblioteca. Vivo con mi padre, quien es un empresario de renombre en Alemania; mis padres están separados desde hace 5 años, tiempo desde el cual no veo a mi hermano menor ni mucho menos a mi madre; eso es triste.

 

Mi popularidad no es mala, la gente me trata bien y tengo varios amigos, pero aun así me siento vacío y ya he intentado suicidarme varia veces…tal vez, sea a causa de mi condición…

 

 

 

 

 

El día era caluroso, pero gracias a que me siento al lado de la ventana podía sentir una dulce y fresca briza. Aparté por unos minutos mi mirada (extrañamente dorada) del libro que estaba repasando y miro al cielo perdiéndome en su inmensidad, hasta que siento una mano posarse en mi hombro, al girar, me encuentro con mi rubia e inseparable amiga, Winly.

 

-Ed, te estoy hablando desde haca ya rato –simplemente sonrío, es un muy buen método para librarse de cualquier situación.

 

-Lo siento Winly, estaba distraído.

 

-Sí, lo noté ¿nos vamos, Ed?

 

-Lo siento. Voy a esperar a Glacia-san, me quedaré con ellos unos días.

 

-¿Tu padre volvió a salir? –simplemente asiento con la cabeza.

 

-Fue a cerrar un negocio a Londres.

 

-Ya veo. Entonces, te veo mañana; me adelantaré porque hoy me toca ir al mercado jejeje.

 

-Vale, ve con cuidado.

 

-Sipi, tú igual.

 

 

 

Miro a la chica irse y suspiro guardando mis cosas en mi bolso y disponiéndome a salir, Glacia-san no tardaría mucho en llegar por mi, y qué mejor que esperarla en el patio, más en un día lindo como éste.

 

Como supuse, apenas bajé y la esposa del mejor socio de mi padre, Hughes, ya estaba bajando de su carro tomando de la mano a su pequeña hija Elysia, la cual sonríe al verme elevando su manita libre y gritando mi nombre.

 

-Hola Ed ¿cómo te fue?

 

-Muy bien Glacia-san ¿y a ustedes?

 

-Ed, hoy dibujé una flor azul en el kínder garden.

 

-¡Qué lindo Elysia! Espero que  me la muestres cuando lleguemos.

 

-¡Siiiipii! Mamá, yo llevo a Ed.

 

-No querida, aquí no.

 

-Pero…

 

-Déjala Glacia-san, no hay problema. Gracias Elysia.

 

 

 

Me dejé llevar por la pequeña hasta el auto se la Sra. Hughes. El viaje fue ameno con las ocurrencias de la pequeña niña de 4 años, cuando llegamos a la “modesta” casa me sentí nervioso, y digo “modesta” porque era una gran y espaciosa casa de dos pisos con jardín tanto delantero como trasero; ambos con muchas flores (debido a la pasión de Glacia-san y a su negocio, que poseía una florería en el centro de Berlín, más bien, era dueña de su propia cadena de florerías, mientras ella se ocupaba de la principal, con la que inició). Algo en mi interior me decía que ese día iba a ser especial, y fue cuando ocurrió.

 

-Ed, vamos a tener una visita. Espero no te moleste.

 

-No tengo ningún problema, además, yo también soy un invitado.

 

-¡No! Ed es mi hermano mayor –no puedo evitar sonrojarme ante la declaración de la pequeña a mi lado.

 

-Jejejeje, así es Ed, tú eres como de la familia.

 

-Gr-gracias –agaché la cabeza sonrojado y apenado por sus atenciones para con migo.

 

-Hohenheim trajo tus cosas en la mañana, antes de partir. –la castaña abre la puerta y fuimos recibidos por Schieska, la ama de llaves de confianza, niñera de Elysia y mía…a veces.

 

-Bienvenidos, ya está la comida, lista para servir.

 

-Gracias Schieska, ya vamos. Ed, Elysia vayan a lavarse las manos.

 

-Sí.

 

-No.

 

-Elysia.

 

-No.

 

-Elysia.

 

-Ya voy, ya voy –la pequeña se fue refunfuñando y yo iba tras ella a mi propio “paso” sonriendo sin pensar en cómo mi vida daría un gran cambio, bueno…otro gran cambio.

 

 

 

Apenas me dirigía al comedor cuando la puerta de la casa es abierta mostrando a Maes, y por lo visto, no llegaba solo. A su lado venía un hombre, un poco más bajo que el socio de mi padre, pero sólo por pulgadas. No pude evitar quedarme donde estaba, cada movimiento suyo era tan fresco, tan despreocupado, tan…tan…sensual. ¡Un momento! No debería estar pensando de esa forma, ni siquiera lo conozco.

 

Fue entonces cuando Maes notó mi presencia ahí y me llamó, y su acompañante fijó su vista en mí mientras se quitaba su sobrero y su saco. Yo no pude evitar sonrojarme. Su piel era blanca, sus facciones finas pero conservando esa masculinidad, de cabellos cortos, negros y despeinados de una forma sexy y sus ojos tan afilados, negros y profundos me miraban con sorpresa. ¿Y quién no miraría con sorpresa a un chico como yo? Es algo prácticamente imposible, todo el mundo lo hace cuando me conoce, me miran con sorpresa, con incredulidad, con lástima, odio eso.

 

Pero él, él es diferente, sus ojos se volvieron tiernos y me sonrieron.

 

-Ed, te presento a Roy Mustang, un viejo amigo y compañero de ejército.

 

-Mu-mucho gusto. Soy E-edward Elric.

 

-Maes. Estoy impactado –ambos lo volteamos a ver, de seguro diría algún comentario cruel, burlón, lastimero o sarcástico-. Me dijiste que el chico que se iba a quedar en tu casa era una lindura, pero nunca imaginé que tanto.

 

Mis ojos se abrieron a más no poder y de un momento a otro sentí como se cristalizaban.

 

-Roy, lo hiciste llorar –Maes había levantado su puño y amenazaba al pelinegro.

 

-N-no fue mu intención…yo…¡aaah! No Maes ¡En la cara noo!

 

-Jajajajajajajajaja –ambos se viraron a verme y yo no pude parar de reír.- Basta jajajaja…basta Maes –tomé una gran bocanada de aire-. Gracias, Señor Mustang. Es la pr-primera vez que me dicen algo así de lindo.

 

-¿Señor?

 

-Jajajajajajajaja.

 

-¿Eh?

 

-No, no y no. Si quieres que nos llevemos bien no me trates así, ¿cómo que señor? ¿No ve que estoy en la plenitud de mi juventud? Solo dime Roy, pequeño.

 

 

 

Las risas de Maes se cesaron y pude sentir como mi trigémino* palpitaba debido a la ira.

 

-¡¿A QUI…N LLAMAS PEQUE—O ENANO?!

 

De inmediato pude ver como el pelinegro se escondía tras de Maes, si bien no podía pararme a golpearlo, pero yo grito fuerte, y si hay algo que odio es que se metan con mi estatura.

 

-Cariño, olvídate decirle a Roy “ese” pequeño detalle.

 

-Jejejeje si Glacia, apenas me vengo acordando –lo siguiente que vi fue a Maes acercándose al oído del moreno y susurrarle algo mientras Glacia se acercaba a saludarle con un beso en cada mejilla.

 

-Bien, pasemos a comer, que se enfriará. Ed, ¿te llevo?

 

-No hace falta yo…

 

-¡Yo lo llevaré! –giré mi rostro bastante impresionado, Roy, ése hombre que apenas conocía se había ofrecido a llevarme. Ya no pude alegar nada cuando él susodicho ya había tomado ambos mangos de la silla en la que me encontraba y la estaba empujando con delicadeza. Nuevamente mis mejillas se encendieron.

 

-G-gracias –murmuré quedamente para recibir una risa como respuesta. Cuando me dejó en el lugar que me correspondía en la mesa, curiosamente él se sentaba a mi lado, al lado de Elysia. Pude sentir su mano rozar la mía; fue en ese momento que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

 

Al parecer ese día era el día de “haz sonrojar a Edward”. Y él se había apuntado como participante y estaba ganando.

Notas finales:

*Trigémino es la dichosa venita que se marca en los personajes cuando se enojan. Es una ramificación de tres arterias que correr por el rostro y se juntan en la sien, pasando por detrás de la oreja...o algo así era wizz n///n


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