Al Atardecer
Capitulo 1: Tercer Vagón
Era ya tarde y los rayos del sol mostraban su último brillo del día. Caminaba por la calle un poco apurado más de lo normal, me había perdido el tren y el último que partía hacia mi destino salía en unos minutos. Llegué a la estación justo a tiempo. Faltaban unos pocos minutos para que el tren llegara. Más calmado compre un boleto y me senté a recomponerme mientras esperaba.
Por fin llego, elegí el tercer vagón no me cuestione mucho la elección como, otras veces solo sentí que ese era mi numero de la suerte hoy, siempre me gusto elegir un numero al azar.
Entre y me sente, lo primero que hice fue mirar el hermoso atardecer.
Me pierdo en el paisaje es una costumbre, me hace sentir bien, sin preocupaciones.
Tanto me perdí en ese atardecer que no me di cuenta que había llegado alguien, estaba parado esperando, captar mi atención cuando me di cuenta de él, solo lo mire de reojo, una mirada fugaz.
-Perdón ¿Está ocupado el asiento?-Dijo aquel desconocido estaba agitado.
-No, adelante- Señale el asiento para que se sentara. Él sonrió eso lo pude ver una sonrisa sincera de las pocas que hay hoy en día.
-Muchas gracias-Al decir esto se sentó, no le preste mucha atención el resto del vieja simplemente me dedique a ver el atardecer, solo percate que él, hablaba por teléfono con alguien, tampoco preste mucha atención.
Cerca de la parada en un momento fugaz levante la mirada y lo vi, solo fue por un milésimo de segundo pero eso basto para ver perfectamente su rostro, una pequeña cicatriz debajo de su ojo izquierdo, el pelo negro, delgado, también poseedor de una sonrisa singular y unos ojos que no temen expresar lo que sienten. El tren llego a mi destino y al parecer al de el también. Nos levantamos a la vez por un momento nuestras miradas se cruzaron y yo me perdí en esos ojos, aunque ese momento duro demasiado poco para mí. Salimos, él sonrió dio la vuelta y se marcho.
Ya estaba anocheciendo pero como no había nadie esperándome decidí tardar un poco más de lo normal en llegar, bueno en realidad, vivo con mi hermana pero a esta hora seguro estaba terminando de trabajar.
Camine por las calles sin pensar simplemente observe la gente pasar, los departamentos y las pocas casas que aun quedaban en la zona.
Mire hacia atrás la estación ya estaba demasiado lejos, Tercer Vagón Pensé. No sabía por qué había pensado aquello, es mas aquel chico me había llamado la atención, decidí no darle demasiada importancia seguramente fuera algo pasajero ya lo olvidaría.
En lo que quedo del camino, pensé en él, me pareció extraño y me pregunte muchas cosas, a las que no les encontré solución. ¿Qué tiene de especial? Fue lo último que pensé de él ya que había llegado a mi pequeño pero cómodo apartamento.
“Calles de luna
gente sin fortuna
y sin amor
Luces y gatos
roces baratos
por un alcohol
Al atardecer
cruza la ciudad
al atardecer
las calles de tierra
van quedando atrás”