PROLOGO
Todo el lugar era una completa locura, todo el estadio completamente lleno sin más cabida a un alma mas, todas la boletas completamente agotadas desde semanas atrás y las revendidas habían costado una pequeña fortuna, nadie quería perderse el concierto de la banda mas conocida mundialmente, nadie quería quedar fuera de dicho evento en donde cantarían una nueva canción y era tal la magnitud del evento que habían otras bandas muy reconocidas acompañando a la principal.
Canción tras canción los minutos fueron pasando y la gente no podía parar de pedir otra, tocaban y tocaban sin apenas descanso importándoles poco cuan cansados estuvieran por complacer al publico y por demostrar por que eran una de las mejores bandas.
Las luces brillaban de aquí para allá cambiando de intensidad siguiendo el ritmo de las guitarras o la batería, los lacers rebotaban por todo el lugar y los gritos de la multitud que cantaban las melodías acompañaban los instrumentos y a la banda misma.
Sonata nocturna era la banda por la que aquel lugar se había llenado, era la banda del momento y los integrantes pese a ser jóvenes habían alcanzado tal fama por su esfuerzo, dedicación y su talento innato, esta banda era la unificación de diversos talentos, era sus sueños y metas volviéndose realidad y este concierto era una realidad que sus almas habían anhelado desde hace mucho.
En medio de los acordes de las guitarras, la voz de la cantante y el toque de la batería y el bajo todos y cada uno de los integrantes comenzó a remembrar el momento en el que dio inicio a esta increíble y loca aventura, como pasaron de ser estudiantes a ser la banda que eran ahora. Todos volvieron a esos meses en donde todo comenzó, el instante de los problemas y las soluciones, de los reencuentros y despedidas, de los amores y desamores, de las peleas y las reconciliaciones, de todo lo que vivieron en esos tres años transcurridos.
CAPITULO 1.
Y fue así que comenzó
Por Hana
El Ongaku Gakuen* era conocido como la casa u hogar de los músicos y artistas que eran conocidos mundialmente y el lugar donde la mayoría de aquellos prodigios salían. Reconocido también como uno de los mejores académicamente y exigentes con sus estudiantes que iniciaban su educación desde la primaria y cada sección tenía su edificio correspondiente. Lugar donde las artes eran una segunda vida y las competencias constantes para mantener un buen nivel en todos los aspectos.
Pero no todos entraban a tal prestigioso instituto, existían nueve grupos por grado que iban de la A donde entraban los mejores académicamente hasta la I donde estaban los de menor calificaciones- claro esta que ninguno de ellos bajaba sus notas de 4.0 en una escala de 5.0 – 0.0 , cada uno de estos grupos tenia un mínimo de 15 estudiantes, aunque los del A aun no cubrían tal cantidad de alumnos por ser la elite de la elite, y pese a que aparentemente debían ser demasiados alumnos por grado realmente los cupos existentes para entrar a la Ongaku eran pocas y la becas casi inexistentes.
La entrada estaba restringida a los de altas calificaciones o para aquellos que hayan ganado una de las becas fantasmas o concursos que la escuela organizaba para encontrar aquellos artistas innatos o prodigiosos en el mundo. Pese a que la escuela era de una clase media-alta, lo que los habladores o rechazados decían, nadie dudaba que quien se graduara en este instituto seria reconocido mundialmente.
Se preguntaran por que tomamos ese lugar en específico y lo describimos tanto, pues para resolver sus dudas, es en ese lugar donde cada uno de los integrantes de la banda se encontrara y donde la idea de formar una banda surge haciendo que se conozcan finalmente.
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Los primero en entrar a Ongaku fueron los dos mayores Hachito y Kyuto que serian conocidos mas tarde como Sachito y Seketsui respectivamente. Ambos eran hermanos mellizos pertenecientes a la familia Hoshina, siendo Kyuto el primogénito por cinco minutos y heredero directo de la misma, una familia poderosa y multimillonaria dueña de empresas internacionales, sin embargo esto no era lo que se llamaría precisamente “familia unida” de hecho ambos hermanos estaban artos a los 10 años de solo ser parte de una sociedad tan hipócrita donde solo importaba el dinero y las propiedades de las que se eran dueños, donde los amigos no existían y donde eran tratados diferentes por la fama de su familia.
Pese que al principio ellos se sentían excluidos por el hecho de que sus padres habían decidido mantener su apariencia en secreto, años después no pudieron estar más agradecidos ya que por ese simple hecho habían podido mantener una relativa tranquilidad en su colegiatura inicial y aun mas por el hecho de logra convencerlos de entrar a la Ongaku sin revelar su apellido a los estudiantes de aquel lugar, lo difícil no fue entrar ya que sus excelentes notas y su manejo con los instrumentos les dieron pase directo, no, lo difícil fue mantener su apellido oculto para tener personas verdaderas en las que confiar.
Al momento de entrar ambos hermanos se volvieron rápidamente conocidos, más que todo por su apariencia física ya que ambos poseían un cabello color gris y sus ojos azul eléctrico que nadie en todo el instituto poseía. En los primeros meses siempre los podías ver juntos y se preguntabas por uno encontrabas al otro y aunque sus rasgos eran similares era fácil diferenciarlos y aun mas fácil diferenciarlos por su personalidad.
Hachito desde el comienzo fue un conquistador, casi siempre estaba hablando con una chica fuese quien fuese y si había algún chico que captara su atención- cosa inusual- pues el no era de los que se quejaran, Hachito también era bastante egocéntrico y le encantaba burlarse o fastidiar a otros mas aun si estos le eran entretenidos.
Kyuto por otro lado era alguien complicado ya que sufría una especie de doble personalidad, la primera- por llamarla de alguna manera – era de alguien que gustaba de provocar a los demás con sus sonrisas o algunas cuantas palabras además de ser algo mimoso , la segunda era del chico frio y misterioso – según Hachito la maldad personificada –
Aun así los dos chicos llamaban la atención quisieran o no – a Hachito esto le encantaba- pese a tener esas personalidades nada desanimaba a las chicas y chicos, es mas la curiosidad que causaban que el miedo o el desagrado, eran tan atrayentes para todos, que aun podían recordar que en su primera semana en el instituto habían encontrado sus casilleros y pupitres llenos de cartas de amor.
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Dos años mas tarde entrarían los tres faltantes, Shi, Sakana y Sakura cuyos nombres reales eran Ryuto, Chi y Utau respectivamente.
Chi y Utau no gozaban de una posición alta, Vivian tranquilamente con sus familias, nada fuera de lo normal, pero cada uno de ellos se ganaría la entrada al Ongaku a su manera, al igual que Ryuto cuya situación era la más delicada de todos los integrantes.
Empezare describiendo a Utau una chica dulce y alegre cuya hermosa voz y su inteligencia le darían el tan anhelado boleto de entrado al famoso instituto, la menor de las integrantes de la banda había logrado adelantarse un año y hubiese podido entrar al mismo tiempo que lo hicieron los hermanos Hoshina si su reducida situación económica no se lo hubiese impedido, pero ella no se quedo solo esperando un milagro para poder entrar, con permiso de sus padres consiguió un trabajo de medio tiempo para poder completar lo que faltase para la matricula y poder entrar al Ongaku, cosa que consiguió dos años después.
Por otro lado Chi no tenía planeado entrar al instituto en primer lugar, pero accidentalmente gano uno de los raros concursos que esta promocionaba lo que le permitió entrar, el pequeño chico tenia una personalidad bastante cambiante y era algo tímido lo que hacia que sus compañeros de otras escuelas lo rechazasen volviéndolo alguien algo inseguro.
Sin embargo la peor pate se la llevo Ryuto quien no tuvo la suerte de ninguno de sus otros futuros compañeros. Cuando apenas cumplía los 7 mese de haber nacido, un accidente producido por un borracho le quito a sus dos padres y fue mandado a un orfanato donde marcaria su carácter frio y déspota a quien solo le importarían las mujeres y el resto podía irse al mismo infierno y a el le daría igual.
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ONGAKU GAKUEN
Una vez mas iniciaba otro año es colar, si se necesitaba mas precisión era el tercero seguido para ellos y al igual que años pasados se dirigían caminando después de toda la mansión quedaba cerca y preferían caminar a que alguno de sus “padres” se le metiera la idea de mandarlos en una de las limusinas arruinando el trabajo de los años anteriores en ocultar su identidad como miembros de la familia Hoshina.
-Vamos Kyuto deja de ser tan lento y muévete – aun no podía creer su suerte, él ansiando llegar rápido para iluminar con su magnifica presencia a esos pobres mortales y justo ese día su hermano había decidido amanecer con su personalidad de frio insensible, había intentado todo el camino desde que salieron que se apurara y aun no había conseguido que caminara mas rápido – Ja…si no te conociera Kyuto diría que tienes miedo, pero eso es imposible o ¿no? – exclamo burlonamente.
-Sigue intentando Hachito, tal vez logres que me mueva más rápido y eso que falta solo una cuadra para llegar – replico de vuelta el mayor sin cambiar su expresión o tan siquiera mirarlo.
-Bastardo
-Hmp
-Idiota
-Sigue hermanito me estoy preguntando cuantos insultos mas puedes decir antes de que explotes – hablo con ese frio brillo en sus ojos mientras Hachito aun lado refunfuñaba y lloraba internamente por no poder ver a sus féminas con mas tiempo para que se regodeasen de tener su presencia entre ellas.
A lo lejos la silueta del instituto empezó a marcarse con mas fuerza y el brillo frio en los ojos de Kyuto repentinamente fueron cambiando para albergar un brillo pícaro junto a una sonrisa ladeada. Hachito al ver el cambio de su hermano solo pudo soltar un suspiro silencioso de derrota al mismo tiempo que era jalado por su ahora muy alegre hermano.
En la dirección contraria de donde venían los dos hermanos y bastante cerca de las puertas de Ongaku llegaba una chica de un largo cabello violeta con un pequeño moño color fucsia a un costado, con uno ojos color carmesí brillantes y expresivos y con una sonrisa que decía cuan emocionada estaba de por fin haber logrado entrar a este instituto y estar un paso mas cerca de lograr sus sueños para el futuro. Miro la hora en el reloj de su muñeca y se apuro para llegar lo antes posible a dirección académica para que le pudiesen asignar el salón rápidamente, claro esta que por ir tan apurada la pobre chica distraída como era no se entero de toda la atención que estaba llamando a su andar.
Y hablando de coincidencia de la vida y de que estas realmente no existen, precisamente en dirección académica se encontraban dos chicos esperando a que les dieran la ubicación de sus salones; el primero que describiré será un chico de cabello y ojos azules, su cabello era desmechado hasta los hombros con un mechón que tapaba su ojo izquierdo. El segundo chico era mas alto que el peli azul y su cabello era verde con tres pequeños mechones negros en su frente y sus ojos eran de un color gris bastante llamativo.
-Kuroda Chi tu salón asignado es el 1-D – Hablo la secretaria entregándole una hoja a el pequeño peli azul quien miro el papel con duda para después irse por el pasillo – Yuuki Ryuto tu salón es el 1-B – repitiendo el mismo procedimiento que el otro chico, le entrego un papel al peli verde quien se marcho rápidamente – Die querida que necesita – hablo al ver llegar a una chica de cabellos violáceos bastante agitada y sin aire, cosa normal para los nuevos ya que el instituto era muy grande y se perdían con facilidad por llegar mas rápido.
-buenos días, podría decirme que salón me fue asignado soy Nagare Utau- hablo tan pronto había podido recoger el aire que se le había ido en la carrera por encontrar la dirección académica.
-espera un momento ya te digo – la chica vio a la mujer buscando en los archivos – Oh aquí esta, Nagare Utau tu salón es el 1-A, felicitaciones muy pocos pasan al A –le sonrió la secretaria a la chica quien ya estaba sonrojada quien se fue tan rápido como llego luego de darle las gracias
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En el salón 2-Alas cosas eran extrañas para los que no estaban acostumbrados a ver a los dos hermanos peli grises rodeados de chicas que no paraban de acosarlos o preguntarles cosas unas mas indecentes que otras mientras ellos respondían calmadamente y con esas sonrisas que quitan el aliento y hacia que los gritos fueran mas agudos y mas ensordecedores.
-Ya, ya, calma chicas, el profesor no tarda en llegar – Comenzó hablando Hachito con una voz profunda silenciando a todas las chicas y es que era obvio, pues todas morían por el.
-Y no querrán que se enoje con nosotros - Termino el mayor de los dos con su típica sonrisa provocadora.
A continuación todos los estudiantes que caminaban por el pasillo y que fuesen recién ingresados se sorprendieron y asustaron tras oír el grito proveniente de la clase 2-A que siguió como un eco por todo el lugar.
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Para la tarde los estudiantes comenzaban a acomodarse o a escoger en cual de los diferentes y muy variados clubes del Ongaku querían ser escogidos o poder entrar. Se podía ver los pasillos llenos de gente yendo y viniendo de un lado a otro para hablar con los maestros rogando un cupo más o hablando con los capitanes para ver cuantos cupos estaban disponibles, había gente saliendo y entrando de las aulas y mirar cuales tenían cupo o cuales se sentía más cómodos.
En este tan selecto instituto había clubes más que suficientes para todos los estudiantes y ya dependía de ellos entrar o no entrar ya que no era una obligación pertenecer a una de estas actividades extracurriculares y lo otra era si conseguían entrar a tiempo antes de que se llenara y no hubiesen mas cupos. Sin embargo estos eran tantos que era matemática imposible que algún alumno no fuera capas de entrar a alguna de las actividades, es mas, eran tantos que era difícil para una persona normal recordar cuantos habían ya que iniciaban con los de literatura, fotografía, manualidades, pintura, video, danzas, carpintería, tradicionales, tejido, cocina, caligrafía, dibujo técnico y artístico, audio visuales, computación, música, coro…en fin tantos y estos solo eran los artísticos y tecnológicos, aun faltaban nombrar los deportivos e intelectuales.
Sin embargo pese a existir tantos habían unos que se llenaba en menos de media hora y no eran otros que el coro y el de música. Los estudiantes, todos los años, se quedaban en la puerta de las aulas de estos grupos rogando por un cupo más tras haber llegado tarde, pero lamentablemente no se los daban por que de verdad ya no se ponía. Los que mas ventaja tenían a la hora de entrar a alguno de los dos, era precisamente los estudiantes mas antiguos por el hecho de ya haber tenido tiempo de demostrar sus habilidades.
Ara los hermanitos tal problema no les incumbía a ellos por que para empezar ellos ya eran estudiantes antiguos y eran eruditos en todo cuanto estuviesen así que realmente a ellos solo les preocupaba escoger un club que les gustase, tenían un cupo asegurado en todos desde su primer año de manera meramente accidental y que mejor manera de aprovecharlo que descansando del estrés de todos a su alrededor. A demás ese año al igual que los anteriores escogerían clubes diferentes. En su primer año durante los festivales o torneos internos se habían visto obligados a participar en casi todos lo grupos ya que alguno de sus compañeros o compañeras se los rogaba o el salón en general lo hacia para que no fuesen descalificados por cual o tal regla por lo que terminaron mostrando sus habilidades naturales y fue los que les otorgo la reserva de cupos.
Este año luego de meditarlo Hachito había decidido unirse al de literatura, ya que últimamente necesitaba un lugar donde descansar y que su increíble presencia fuese admirada sin interrupciones, por que si el estaba descansado todos lo estaban, el era lo mejor de lo mejor y todos lo sabían y lo alababan por ello. A demás necesitaba un lugar donde ocupar su prodigiosa mente y olvidarse de las constantes peleas de sus padres o de las de su madre y hermano.
A diferencia de Hachito, a Kyuto realmente le daba igual en que club estar y ya que le habían rogado año y media para que estuviese en el de música, pues que remedio, entraría solo para que lo dejasen tranquilo y ya no lo acosasen por que eso si que lo tenia arto, y todo por culpa de haber tocado la guitarra y el piano en los festivales por que necesitaban música acompañante, para la próxima que le pidiesen ayuda los ignoraría. Claro que la última hora se habían vuelto exasperantes al saber que su hermano entraría al de literatura, eso había sido una total tortura y Hachito se las pagaría más tarde y quien sabe tal vez encontraría a alguien lo suficientemente interesante para que fuese su amigo…o su pareja.
Dejando a los hermanitos Hoshina de lado vamos a relatar lo que sucedió con los otros dos chicos y con la chica despistada.
Lo mas divertido le paso a Utau, desde el momento en que habían anunciado la lista de clubes se había esfumado del salón y había atravesado medio instituto para llegar de primera y conseguir un cupo en el coro, cosa que logro sin problemas aunque al punto de caer desmayada por el cansancio de la corrida- casi maratón- que había dado, claro esta que por el camino tuvo mas de un tropiezo y tuvo que dar mas de una disculpa, los que le llamaron mas la atención fue con los últimos que tropezó ya que eran dos chicos de cabello gris bastante peculiar y con unos ojos muy bonitos.
Para Ryuto la cosa fue tranquila y no tan accidentada ya que el se dirigía al de literatura para alejarse- según el- de cualquier perdedor o incompetente que estuviese en su clase, añadiendo de que había escuchado el rumor de que este año en ese club habrían mas chicas que ineptos y eso era lo que primeramente iba a confirmar.
Para el pequeño Chi no había ningún problema y podía ir un poco más despacio para reunir valor o que se le fuesen los nervios lo que primero pasase. El peli azul ya tenia un cupo en el de música gracias al concurso con el que se había ganado la beca y en su camino hacia el salón se cruzo con un chico bastante alto de cabello verde y ojos fríos.
Continuara.
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