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Carta a un anoréxico por yuuki-sama

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Notas del capitulo:

Pues... vuelvo con algo de mí, esta historia es una alteración algo exagerada de lo que me pasaba, pero mi voz no era tan mandona :P

 

- ¡Sal de esa cama ahora!

- No quiero, deseo estar con Kanon... - Respondió Afrodita, que se encontraba en los brazos del griego que dormía a su lado.

- ¿Y crees que él desea estar contigo? ¡Pues no! ¡Al menos no como te ves!

- Él me ama... me lo ha dicho varias veces... - se escondió aún más entre las sábanas, deseaba que Kanon lo abrazase con más fuerza.

- No te ama, nadie lo hace, ni tú mismo eres capaz de hacerlo, solo me tienes a mí, yo soy el que tengo que recordarte lo que en realidad eres ¡nada! ¿Entiendes? ¡Nada! ¿Cómo se puede amar a alguien como tú? ¿Acaso no has visto a Kanon? Es un hombre magnífico, guapo, inteligente, fuerte, escultural, es todo un griego, ¿qué te hace pensar que alguien como él quiere estar con alguien como tú?

- ¡Lárgate de mi cabeza! ¡Él está conmigo ahora!

- ¿Ves por qué no puedo irme? ¡Tengo que recordarte todo siempre! ¡Siempre, porque ni para eso sirves! ¡Sabes muy bien que no está contigo porque te ama! ¡Nadie te ama!

- ¿no?

- ¡No, idiota! ¡Aparte de grotesco también eres estúpido! ¡Está contigo porque le das lástima! Verte en el estado que te vio le provocó mucha lástima y lo sabes, lo sabes muy bien, sabes que eres horrendo y que no lo provocas, que no es coincidencia que pase los ratos libres de ti con Mu, lo sabes, lo sabes, sabes que si no te toca es porque ya lo cansaste, ya no se esfuerza en buscarte porque no le vales la pena, ¿o acaso crees que a alguien como tú hay que estarle rogando demasiado para tener relaciones? ¡Aterriza! ¡Él no tiene la necesidad, tú sí! ¡Tú eres el del problema, no él! ¡Ya se está cansando de ti, de tu maldita actitud diaria! ¿A quién pretendes engañar fingiendo ser fuerte? ¡Deja ya el sarcasmo que no te queda! ¡Eres débil y lo sabes! él lo sabe, cada vez que quieres mostrar esa actitud ácida con los demás y luego corres como un bebé llorón a sus brazos, pues te aviso que algún día se va a cansar, y ese día está muy cerca.

- No...

- ¡Sí! Y Kanon es el mejor novio que hemos tenido, pero por tus estupideces se nos va a ir.

- No quiero que se vaya... - dijo asustado y en un tono casi infantil. Miró a Kanon, que dormía plácidamente a su lado, ajeno a aquella conversación. Al observarlo así, se asustó bastante; en efecto el dragón marino había sido el mejor novio que había tenido, eso porque había sido el único, pero aun así era el mejor, tenía que serlo, después de todo, como le decía constantemente la voz en su cabeza, ¿quién más aguantaría estar a su lado en esas condiciones? ¡No! En definitiva no podía perder a Kanon. Puso su mano en la mejilla del otro, la acarició con suavidad, obteniendo algunos gestos como respuesta, pero nada más. Acercó sus labios a los de él y los unió en un delicado beso, lo cual despertó al mayor con una enorme sonrisa.

-  Dita... - como de por sí sus brazos rodeaban al sueco, apretó con más fuerza para tenerlo más cerca. Rozó su nariz con la de él un par de veces y besó su frente con ternura, deshaciéndose de algunos mechones de cabello en el camino. Lo miró y le sonrió más, lo amaba, desmesuradamente, con locura lo amaba y lo que más deseaba era verlo feliz. Aflojó un poco el agarre con el que lo abrazaba y posó una de sus manos suavemente en sus caderas y con la otra tomó su mano izquierda y se la llevó hasta su boca para besarla y luego volver a mirarle - ¿cómo estás, coshita hermosa?

- Pues...

- ¿hambriento?

- No, no realmente...

- ¿No se te apetece nada? Te voy a preparar lo que se te antoje - volvió a besar su mano - así que pídeme lo que quieras.

- Pues... ¿unos pepinos picados?

- ¿Y qué más? - Preguntó con un tono cantado.

- ¿Algo más?

- Sí, ¿o acaso pretendes solo comer eso?

- No lo contradigas, idiota, ya luego nos deshacemos de lo que sea - le dijo la voz en su cabeza; Afrodita no dudó en hacerle caso.

- De... decide tú, mi amor...

- O... ok... voy a prepararte un plato de frutas con jugo.

- ¿Qué frutas? - Preguntó preocupado. Recordaba que el pepino tiene 13 calorías, una manzana 50 calorías, el kiwi es saludable y tiene pocas calorías, ¡pero ni pensar en el plátano (banana)! ¡Santo Dios, y las uvas son calorías envueltas en una cáscara morada! La sandía estaría muy bien, pero si lo acompañan con piña todo es un desastre, azúcar, calorías y azúcar.

- Que... importa, ¿no?

- Kanon... sí importa...

- ¡Idiota, ¿para qué se lo dijiste?! - Gritó la voz - te lo comías y punto, ¡punto!

- ¡Tiene que saberlo! - Gritó Afrodita de nueva vez.

- ¿Otra vez la voz? - Preguntó Kanon suspirando muy profundo.

- Sí...

- Mi amor, no le hagas caso, solo come tu comida normalmente sin importar lo que te diga, que no se te olvide que eres hermoso, ¿entiendes? Her-mo-so - esto último lo dijo al oído de Afrodita como para que la voz le oyera, a sabiendas de que esa voz siempre le decía lo espantoso que era.

Afrodita asintió y Kanon se levantó de la cama a preparar el desayuno. ¡Rayos! La recuperación de Afrodita estaba tornándose cada vez más difícil, obligarlo a comer no era suficiente, él no era feliz con eso, él mismo no podía verse como la hermosa persona que era, la voz no desaparecía, de hecho cada vez gritaba con más fuerza, un día no iba a importar lo que Kanon dijera, la razón de la voz sería más poderosa y Afrodita terminaría por hacerle caso sin dudarlo ni una vez.

Flash back

"- Kanon, ahí está... está gritándome - se quejaba Afrodita en la cama del hospital mientras se presionaba las sienes con ambas manos.

- ¿De qué hablas, Afrodita? -Preguntó un poco asustado, pensaba que se trababa de una actividad paranormal o que de una vez el sueco ya se había vuelto loco - yo no oigo nada.

- Aquí está... me grita, me grita mucho, dice que me quite el suero -aumentó aun más la fuerza con la que sus manos apretaban sus sienes y cerró los ojos con mucha fuerza - ¡Dice que me lo quite! ¡Dice que me lo quite! ¡No quiere que ese líquido pase por mis venas! ¡Dice que me hace daño!

- ¿Cómo puede hacerte daño? ¡Es lo que te está manteniendo vivo!  - Fue lo que atinó a responder, no entendía nada de lo que estaba sucediendo.

- ¡Me engañas, Kanon!

- ¡No te engaño! ¡Ella te engaña! - ¿Qué estaba diciendo? Ahora discutía por una voz que no existía, ¿o es que sí? Al ver a Afrodita así lo menos que podía pasar es que fuera cierto, el sueco se comportaba como un niño sufrido.

 Asustado como estaba, fue a abrazarlo. Afrodita mordió e l hombro de Kanon con fuerza, odiaba cuando esa voz empezaba a gritar; producto de ese sufrimiento, mordió su oreja y su mejilla también y se aferró a la espalda de Kanon como nunca. La voz terminó por acallarse un rato y las cosas por volver a su respectiva normalidad, pero ahora tenía conocimiento de esa voz que le gritaba cosas, y no cosas agradables, sino cosas que lo hacían sentir mal, que entorpecían su recuperación.

Habló con la doctora que llevaba su caso, y obtuvo leves informaciones de una supuesta "voz anoréxica", que bien podía ser un alter ego de sí mismo,  su mente perturbada o cualquier otra cosa de la que no se tiene mucho conocimiento, lo único cierto era que esa voz estaba tan viva como su enfermedad y seguiría ahí hasta que ésta desapareciera"

Flash back end

Afrodita se encontraba envuelto en las sábanas verdes que Kanon había elegido para su cama que combinaban con las cortinas y dos lados de las paredes, y que contrastaban con el blanco perla con el que el griego había decorado la habitación.

La cama era de caoba con unas impresiones de unas flores, algunas muy pequeñas, quien las hizo debió tomarse mucho trabajo. El peli azul cuidaba muy bien de esos pequeños detalles. El colchón era suave y las sábanas eran recién compradas, por supuesto pensando en el sueco cuando saliera del hospital y se mudara en su casa, ahora él lo cuidaría y quería hacerlo bien.

- La puerta del baño está abierta... - dijo en voz baja el escandinavo - y con la luz encendida...

- ¿Y qué esperas? ¡Párate de una vez! ¡Esta es nuestra oportunidad ahora que nuestro novio no está vigilando! -  Le dijo la voz, que era bastante posesiva y mandona, ¿nuestro? Afrodita nunca recordó haberle dicho que podían compartir a Kanon, y mucho menos con ella.

- No... Kanon no quiere que haga eso...

- Es claro que sí lo quiere, no quiere verte como el puerco que eres, necesitas deshacerte de todo lo malo.

- Entonces necesito deshacerme de ti.

- ¡No puedes, ridículo! Tú dependes de mí para saber lo que vas a hacer, así que párate y deshazte de todo lo de anoche, ¿recuerdas? - Mecánicamente, Afrodita se levantó de la cama y se dirigió al baño, esto sería muy difícil sin agua pero necesitaba hacerlo; se arrodilló en frente del inodoro y metió sus largos dedos hasta lo más profundo de su garganta - ¿recuerdas el pollo? ¡Bótalo! ¿Las papas? ¡Tíralas! ¿El pan? ¡Vomita todo el que hayas comido! Porque no te lo mereces.

- Nho mhe lho mherezcho... - dijo con los dedos aún en su garganta, mientra las lágrimas salían fluidamente de sus ojos, como consecuencia de provocarse el vómito.

 

 

 

 

Notas finales:

Aclaro, Afrodita no lloraba por tristeza, es que cuando te provocas el vómito se te salen las lágrimas, no sé porqué será pero no es que uno esté triste, es como cuando bostezas y lloras.


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