“Solamente Juntos”
Radamantys x Saga
El humo del tabaco era algo placentero para su cuerpo; dejarlo ir por sus labios después del sexo parecía algo delicioso, bueno, su amante siempre lo hacía ver como algo especial. Poso sus ojos en ese cuerpo desnudo que tenia a lado, ¿hace cuantos años tenían esos encuentros? ¿dos o tres?
-Maldición…-
Murmuro molesto consigo mismo, ya era una rutina, pelearse por cualquier estupidez, que el otro con ese acento inglés intentara ganarle en vano, siendo el mismo quien comenzara un beso profundo, explorando sus bocas mutuamente mientras esas manos rudas del rubio le despojaran de sus ropas, yendo rumbo a la habitación.
Los arañazos eran parte del ritual, dejando ver que estaría gozando cuan vil perra pero aun con un orgullo irrompible, siendo el mismo quien jadeara en éxtasis al sentir esos labios recorrer su pecho desnudo, siendo acariciado de manera violenta.
¿Cómo llegaron a que el sexo sea lo único que los une?
-Saga-
Esa voz cargada de deseo, de un sucio y obsceno deseo que no se conformaba con morder su cuello de manera rabiosa al no escuchar su nombre de esos labios, sino que también entraba en ese cuerpo de manera violenta, saboreando casi las muecas del dolor.
-Radamantys-
-Hm…pensé que estabas muerto-
Cuando sus esmeraldas refulgían en la oscuridad antes de entrecerrarlos por el placer doloroso de sentirle dentro de él quizás era algo que nunca imagino, el sexo era algo maravilloso, era como ir y venir de las llamas del infierno y no le importaba.
Sentir ese miembro de manera que casi lo partiría en dos, valía la pena.
El orgasmo era un estado de éxtasis, sus respiraciones se entremezclaban con su propio aroma, las perlas de sudor resbalando por su rostro, siendo bebidas por esa lengua del inglés tan ávida que sentía en sus mejillas, en la comisura de sus labios, que comenzaba un juego con la suya, ambas tocándose, acariciándose simulando una lenta y sensual penetración.
Su saliva caía por sus labios y no le importaba. Radamantys podía calmar esas ansias de dejarlo con esas sesiones en soledad, solo ellos dos, que el mundo se jodiera no le importaba.
-¿Qué piensas?-
Giró su rostro mirando la mirada dorada penetrando la suya de manera inquisitiva, dejo el cigarro a un lado para arrastrarse hacia el otro cuerpo, haciendo algo que por primera vez sorprendió a ambos. Abrazo la cintura del otro dejando un deje claro de sorpresa que no quiso o no pudo ocultar.
“Realmente, siento que no quiero que sea solo sexo”
-Nada realmente, vuelve a dormir-
Eran las tres de la mañana y no se acordaba por que habían discutido que rompió la mesa de cristal del recibidor, solo noto como el otro comenzó a dormirse de nuevo, no era sentimental, ninguno de los dos, ni siquiera podía aclarar quién fue el que dijo que vivieran juntos.
“¿Podemos salvar esto? ¿Alguna vez hubo un nosotros en todo esto?”
Cerró sus ojos, igual más tarde habría una nueva pelea, quizás ahora sea Radamantys quien empiece el acto sexual, pero esperaba que eso durara.
O si no, ya no existirá un “nosotros”.
Solo restaba esperar, y el no era para nada paciente.
FIN