Capitulo 2:
¡¡¡Feliz Cumpleaños!!!
* ¡¡¡No puede ser en 2 días!!!, ¿por qué nadie me recordó la fecha? - WoW! Por que no ví tu cara de sorpresa esa tarde… claro!!! Yo no debía enterarme.
* Dita tranquilízate, no es para que te pongas así - Mu trato de calmarte y por los comentarios posteriores creo y los demás aseguran no lo logro.
* Además - Interrumpió Milo, con esa sonrisa pícara y seductora que lo caracterizó desde chico - desde que llegamos aquí, es el único que desaparece en su cumpleaños y solo se presenta a la hora de la cena.
* Solo porque Shion lo obliga a asistir, sino no sabríamos de él hasta tiempo después - Agrego en tono serio Aldebarán - Además tu eres el que recuerda las fechas de todos, ¿qué te paso esta vez?.
* Si es la fecha que más te interesa… o será la persona que cumple años? - Pregunto divertido Milo, que no pudo dejar pasar la ocasión.
Para que hablar si el rojo carmín que teñía tu piel dijo más que cualquier explicación. Y comenzaron a escucharse risitas entre el grupo de adolescentes.
Tu te encargabas de preparar mi cena de cumpleaños, por lo menos desde el día que llegaste, cada año preparabas un banquete de platillos italianos diferentes, nunca los repetías y siempre recordaba mi tierra natal. Además no faltaba el letrero de “Buon compleanno caro Angelo”.
* ¡Bueno, ya basta! - Camus jalo de la mano a Milo y dijo en voz baja viéndolo a los ojos y con una sonrisa tierna - Recuerda como te sentías tú en un principio, no estabas mejor que Dita - y depósito un dulce beso en sus labios y regresaron con los demás.
* Yo te ayudo, ¿que tienes en mente? - Shura se ofreció a ayudarte en lo que necesitaras - Solo no abuses.
Comenzaron a planear lo que sería la gran fiesta, solo que cuando entre en la habitación todos se quedaron mudos y comenzaron a retirarse, claro poco a poco, eso era raro en ellos ¿pero que era normal en este lugar?
* ¡Buenas tardes Dita! Nos vamos a comer - Ya se había hecho costumbre que dos veces por semana la hora de la comida la compartiéramos tomados de la mano y bajo la sombra de un árbol a las afueras de tu templo.
* Buenas Tardes DM - El nerviosismo se apodero de ti - bueno… yo… - Shura te tomo del brazo - tengo... que... hacer unas cosas urgentes y… - Algo te susurro en tu oído ¡¡¡Grrrrhhhh!!! ¿¿¿como se atreve a acercarse tanto a ti??? - Nos vemos luego - y desaparecieron antes de que pudiera decir algo. Mis puños se cerraron con fuerza, sentí celos… era la primera vez que tenía ese sentimiento.
Te la pasaste al lado de Shura el resto del día y al igual que el siguiente. Mientras yo estaba de un carácter que ni yo me soportaba… ¿En qué momento llegaste a formar parte de mi, a llenar un vacío, a ser más que un amigo? y ¿Porqué no me dí cuenta de ello?
Y llego el día, hice mi rutina normal de ejercicios en la terraza de mi templo, no quise salir para nada, si al asomarme te puede ver al lado de tú “inseparable” Shura otra vez. Así que por demás enojado decidí encerrarme y no salir. La mañana paso tranquila, tú de paseo con tu nuevo “amigo” y yo encerrado en mi templo viendo la TV. Recostado en el sofá.
Las horas pasaron y el ocaso se acercaba, que fastidió debía arreglarme para ir a la cena que Shion cada año me obligaba a ir. En eso tocaron a la puerta, me levante desganado y molesto a ver quien interrumpía mi tranquilidad, en un principio creí que eras tu y sonreí, pero al abrir solo había en el piso una caja blanca adornada con un moño dorado y una rosa blanca en el centro.
Lleve el paquete adentro y lo puse sobre el sofá, al abrirlo había una nota escrita con letra estilizada y me dispuse a leerla antes de sacar el contenido de la caja.
Querido Ángelo:
Ya sé que no debo llamarte así, pero hoy es un día muy especial.
Lamento mucho no haber estado a tu lado desde que amaneció pero prometo que lo compensaré.
Ahora levántate, no seas flojo, arréglate y vístete con el contenido de este presente que es de parte de los chicos, claro elegido por mi.
Cuando termines dirígete al templo mayor, ahí te estaré esperándo, no tardes.
Y Feliz Cumpleaños.
A.t.t.e. Dita.
Puse la nota a un lado, mientras de la caja extraía un traje de color gris y una camisa color vino
¿Cómo cree que me voy a poner esto?, ni siquiera se si voy a asistir a esa grandiosa cena obligatoria - Pensé y fije mi vista en el fondo de la caja, había otra nota.
Ángelo no te hagas del rogar y cámbiate, confía en mi, te verás increíblemente guapísimo con ese atuendo.
Y si no te apresuras me veré en la necesidad de bajar a tu casa y arreglarte con mis propias manos y talvez no te agrade.
No me provoques y mejor apúrate…
De repente una sonrisa se posesiono de mi rostro y comencé a arreglarme tan rápido como pude sin ocultarle a las paredes lo ansioso que estaba por verte. Aunque la idea de que bajaras a vestirme era tentadora y no sonaba tan descabellada.
En poco tiempo me encontraba frente al espejo acomodando mi cabello, que para no variar no lograba darle forma, así que lo deje como siempre un tanto alborotado.
Al salir de mi templo todo se encontraba en completa calma, no se escuchaba ni la más mínima señal de que hubiera alguien en los alrededores… Comencé a subir los escalones que separaban uno a uno los templos restantes para llegar al templo mayor.
* No se les ocurrió poner menos escalones - Pensé con fastidio al llegar al templo de Acuario tras varios minutos de larga travesía, lo extraño es que no encontré a ninguno de mis compañeros - ¿Dónde estarán todos?… … ¡Ya, por fin llegué! - me detuve un momento para recobrar el aliento que acababa de perder
Entre a la primera estancia y para mi sorpresa estaba vacío… todo se encontraba en un silencio sepulcral.
* Maldición y para jugarme una broma de este estilo me hacen salir de mi casa… - Me disponía a regresar mi camino - Solo bastaba que me dijeran que celebrarían sin mi, esto no era necesario.
En cuanto puse un pie en el pasillo que dirigía al gran jardín del templo patriarcal, comencé a escuchar como el agua de las fuentes sonaba danzante y mi atención fue llamada por una luz tenue que me figuro era de fuego, talvez una hoguera prendida. Comencé a caminar en su dirección con la calma que jamás me había caracterizado.
Los escasos minutos que tarde en llegar parecían eternos, pero al fin llegue. Solo puse un pie dentro del jardín y los visualicé a todos, desde Shaka que normalmente no se presentaba a este tipo de celebraciones hasta a Milo, Aldebarán y Aioria que eran los primeros en llegar al oír la palabra “reunión”, que con ellos se convertía en fiesta segura.
Mis ojos bailaban de un lado a otro capturando cada detalle de la fina decoración floral de la que estoy seguro tú eres el culpable. La sorpresa me invadió y mi cuerpo no respondía a ningún movimiento o sonido. Hasta que mis ojos te localizaron dirigiéndote a mi, cada paso te acercó cada vez más, hasta quedar solo a un paso.
* Creo que después de tantos cumpleaños festejador por mí, este el el primero en que logro sorprenderte y dejarte sin palabras - Sonríes y te respondo de la misma forma.
* Esta vez… te… luciste - la sorpresa que tenía aún no permitió que la elocuencia trabajará de forma correcta.
* ¡Ven! Todos están esperando y todavía no terminan las sorpresas - Hubo un calido contacto que guió mi vista hacia abajo, tomaste mi mano, entrelazaste tus dedos en los míos y me diste un ligero jalón para que siguiera tus pasos - Además ya comienzan a servir la cena - Sentí un leve calor recorrer mi cuerpo y reposar en mi rostro.
* Hasta que apareces - Por inercia volteo al escuchar la voz de Kanon - ya llevamos rato esperándote y Dita no nos permitía comer nada hasta que llegaras - Todos comenzaron a reír y yo apenas comenzaba a reaccionar.
* Vamos hombre siéntate, no es necesario que estés de pie - No pude evitar ver con recelo a Shura - Además Dita te reservo un lugar junto a él - Me relaje al oír que su voz era cómplice de tú idea.
* Anda siéntate al centro para que estés a la vista de todos - Volviste a jalar mi mano, guiándome a mi lugar - Espero te guste - Continuaste hablando en lo que la cena era servida - Todos ayudaron a organizar.
* Bueno a organizar, no - Dijo Aioria - Solo ayudamos a realizarlo - Sonó inocente y completamente satisfecho al ser participe.
* Ya sabes que Dita se encarga de organizar y dirigir - Completo Aioros el comentario de su hermano - Para que salga todo como él quiere - Lo último hizo que te sonrojaras, y no pude evitar sonreír.
La cena transcurrió tranquila y muy amena, la platica se encaminaba al cambio tan radical de mi personalidad y carácter, y algunas de las bromas se recargaban principalmente en ti. Toda la velada se la pasaron llamándome por mi nombre de pila y lo extraño fue que no me molesto en lo más mínimo.
* Ángelo… - Saga se torno serio y volteo a ver a Aioros quien le sonrío a su vez de forma pícara - Me preguntaba… - ¿Cómo se tarda para hacer una sencilla pregunta?
* ¿Vas a terminar de una vez? O ¿tengo que esperar a mi siguiente cumpleaños? - Todos rieron incluso Saga y yo, me incline en la mesa para tomar mi copa y dar un pequeño sorbo al espumoso contenido y no pude evitar sonreír.
* Mmm… … - ¿Por qué no lo dice de una buena vez? - mmm… - Tomo su copa y dio paso al vino y antes de bajar la copa - ¿Decidiste venir, por que querías celebrar con nosotros o por la persona que se encuentra a tu lado tomando tu mano… …?
Aprete tu mano y debo admitir que me sorprendió, esa pregunta me la esperaba de cualquiera de los chicos menos de Saga…
* Vamos contesta - Apresuro Camus, que se mostraba curioso, todos voltearon divertidos a verlo, y un tono rojizo se dejo ver en su blanca piel. Milo no tardo en atraerlo hacia él y robarle un beso fugaz. Mientras yo no sabía ni que hacer y mucho menos que contestar.
* Bueno chicos ya fue suficiente por hoy - Intervino Dohko con una mueca divertida en su rostro - Es hora de que el festejado corte el pastel - Y en voz baja me dijo al oído - Lugo me agradeces.
Nos acercamos a donde nuestra víctima aguardaba su desafortunado fin. Debo admitir que el pastel de café y nuez estaba realmente exquisito y lo mejor fue que tú estabas a mi lado tomándome de la mano, a estas alturas creo que en ningún momento te solté.
Pero como todo, aún las cosas agradables y los hermosos momentos llegan a su fin…
* Chicos lamento mucho decir esto, pero ya es tarde, por lo tanto, es hora de que todos nos retiremos a descansar - Shion no podía desentenderse de su papel de guía, pero todos le hicimos caso y poco a poco se fueron despidiendo. Ninguno de ellos se fue sin darme un fuerte abrazo.
* Ángelo es un placer conocerte sin tanta máscara que te haz puesto - Dijo Shura, y dirigiéndose a ti - Buenas noches amigo, te veo mañana. - Debo admitir que me tranquilizo el saber que solo eran amigos.
Tu y yo fuimos los últimos en quedar, el silencio se apodero del camino conforme avanzábamos escaleras abajo con dirección a tu templo. Y una vez en la entrada…
* Dita… - Volteaste a verme - yo… bueno… -otra vez la elocuencia no estaba cerca - yo… quería… - en ese momento levante tu mano - agradecerte la bella velada… - y deposite un pequeño beso en ella - me divertí mucho.
* No fue nada, pero… - bajaste la mirada - todavía… - el rojizo carmín abordó tus mejillas nuevamente - queda… una… una sorpresa… - poco a poco me jalaste en dirección a tu jardín, ese que se hizo cómplice de tantos momentos que compartimos desde ese momento - Ya llegamos - estaba sorprendido, realmente era… es aún bello, voltee hacia ti, la Luna en el firmamento iluminaba con un rayo plateado tu rostro. - ¿Y bien?.
* Es… Eres hermoso… - No pude creerlo te lo dije sin pensar, y aún así me sonreíste - Bueno… quise… decir… que… - me interrumpiste posando tus labios en los míos y la sensación fue maravillosa, comenzamos a temblar, hasta que nos distanciamos un momento y solo se oía el silencio.
* Me... presente... a la fiesta porque... sabía que... tú la habías organizado para mi. Tú eres el único culpable de que estuviera ahí, nadie había hecho algo así por mi. - Tus ojos brillaban, regalándome un espectáculo inolvidable.
* Fu... is... te por... mi... - repetiste tratando de comprender mejor. Enseguida te abrazaste fuertemente a mi y un minuto después tome tu rostro con mis manos para levantarlo, poco a poco me acerque, bese la punta de tu nariz y una risita tierna salio de tus labios.
Me decidí a besarte lento, tierno en un principio y poco después profundizamos más, tu mano en mi cuello y la mía en tu cintura jalándote con firmeza hacia mi cuerpo.
Esa noche blanca en todos sus sentidos fue hermosa, descubriste lo mejor de mi. Despertamos emociones y sentimientos que compartíamos, que aún compartimos y que poco a poco fueron creciendo sin control alguno.
Que puedo decir el mejor cumpleaños, las personas que quiero y a la unica persona que amo...
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