La unión hace la fuerza ¿no?
Capitulo 6
No todo sale como se planea
— Bien ¿Qué se supone de haremos? – preguntó Daniel al resto de los presentes.
—Estamos en eso – respondió sin ninguna preocupación el director.
—Pero ya ha pasado más de una semana – se quejó
—Todo con calma, este es nuestro último intento, todo tiene que estar fríamente calculado –
—Eso no explica porque estamos en un restaurante 5 estrellas comiendo – dijo mientras apuntaba al rubio director con el tenedor.
—Si miras a la derecha encontrarás la respuesta – Daniel miró a la dirección que le indicaban y allí estaban Yuuri y Wolfram comiendo.
— ¿Qué hacen ellos aquí? ¿Por qué no estamos con ellos?
—Tranquilo – le dijo Murata – verás, hoy no los dejamos salir a almorzar y les dijimos que tenían una cena de negocios con…no recuerdo el nombre, el caso es que la cita no existe, esto es para saber como se están comportando con esto de ser amigos – explicó.
—Ahhh… ya veo
—Eres un poco ingenuo cariño – dijo Cheri mientras se pellizcaba la mejilla
*En otra mesa en el mismo lugar*
— ¡Me muero de hambre! – se quejó el moreno.
—Ni que fueras el único que no almorzó – dijo el rubio molesto.
—Se me había olvidado que cuando no comes te pones de malas –
—Yo no me pongo de malas – trató de decir tranquilo.
—Claro que sí…ya estas enojado
—Eso es porque ¡LLEVAMOS UNA HORA EN ESTE MALDITO LUGAR Y NO ME TRAEN MI COMIDA! - explotó
—Pensé que estarías preocupado porque el cliente no llegó – trató de sonar tranquilo.
— ¡Ese ya nos dejó plantados! –
—Buenas noches, lamento la tardanza, aquí tienen su orden – dijo el joven camarero.
—Ya era hora – reprochó.
—Gracias – dijo tímidamente Yuuri. Conocía muy bien el mal carácter de Wolfram cuando tenía hambre.
—No le des las gracias, es su trabajo – dijo molesto, pero el camarero solo se río, al parecer le gustó el rubio con mal carácter, sin mas se retiró del lugar.
Una vez que hubieron acabado con su cena Yuuri habló:
—Esto me recuerda a nuestra primera cita – sonrió.
—Calla…nuestra primera cita fue un desastre – rió.
—Es verdad, tu familia y la mía siguiéndonos, nunca lo olvidaré –
—Sobre todo cuando Conrad se vistió de mujer… fue épico – rió el rubio – sabes no logro recordar como nos conocimos
—No te creo – rió.
—Ya hablando seriamente ¿Cómo nos conocimos?
— ¿De verdad no recuerdas?
—Si recordara no te estaría preguntando – se quedó callado, fue como decirle idiota con la mirada.
—Recuerdo que cuando empezaron las clases ni tú ni yo estábamos en el deporte que queríamos, por lo tanto teníamos el mismo deporte.
— ¿Por qué teníamos el mismo deporte?
—Al parecer ambos faltamos el día que se escogían los deportes.
—Ah, no recuerdo, pero continua – tratando de recordar mientras imaginaba o recordaba lo que el moreno le contaba.
—Para nuestra suerte teníamos el mismo deporte, claro que por ser solo una vez por semana y 2 horas no hablábamos.
— ¿Por qué?
—Siempre estabas con tu mejor amigo, el día que hablamos fue porque él faltó.
—Entonces yo estaba solo…
— ¿Ya recuerdas?
—No, solo fue un comentario, mi mente está en blanco.
—El caso es que nos fuimos a cambiar, entonces decidí hablarte.
— ¿Tú me hablaste primero? No lo puedo creer – haciendo un drama.
— ¡No es extraño! – Se quejó. La gente del lugar empezó a verlos de forma extraña, ambos sonrieron – Creo que mejor tenemos esta plática en otro lugar Wolf .
—Creo que será lo mejor, mi departamento está cerca, podemos continuar allí.
— ¿Te mueres de curiosidad verdad?
—Es solo que no recuerdo - dijo haciendo un pequeño puchero.
— Apuesto a que solo es un pretexto para llevarme a tu departamento – rió -Que mas da un último intento, si es por la persona que amo-
— ¡Claro que no! – sonrió. Claro que era un pretexto, necesitaba comprobar que ya no quedaba nada de ese hermoso sentimiento en Yuuri. Es verdad que el intentó por todos los medios alejarlo, pero no sabía la verdad, desde entonces se arrepentía de no haberlo escuchado, esta noche se decidiría todo, si podían estar juntos de nuevo.
Pagaron la cuenta y salieron del lugar, caminaron a donde se encontraba el auto de Yuuri, los dos miraron al mismo tiempo al cielo.
— ¿Parece que va a llover?
—Entonces démonos prisa para llegar a mi departamento.
Ese fue el último comentario que se escuchó en todo el camino, los dos tenían tanto que decir pero el miedo de ya no ser correspondido aparentemente era más grande.
Entraron al lugar y lo primero que pasó fue que Yuu apenas escuchó la puerta fue corriendo y se tiró sobre Wolfram que lo esperaba con los brazos abiertos.
— ¿Me extrañaste? – le preguntó el rubio a su mascota.
—Lo adoras ¿verdad?
—Sí, siempre quise tener un perrito pero mis hermanos no me dejaban – sonrió con el perro en sus brazos.
— ¿Puedo? – la verdad le gustaban los animales y era bueno con ellos.
—Está bien, pero con cuidado – amenazó. Le dio al animalito que no opuso resistencia.
—Parece que te quiere – dijo sorprendido al ver que Yuu se llevaba bien con Yuuri.
—Ven Yuu – el perrito ignoró al rubio.
—Parece que ya no te quiere – se burló.
—Yuu ven aquí – intento de nuevo y de nuevo, no hubo resultado.
— ¡Malvado! Yo que te salve de la calle en New York y así me lo pagas – decía indignado.
—Calma wolf es solo que de seguro siente curiosidad por mí –
—Sí, claro – el rubio fue a la cocina y regresó con dos cervezas.
— ¿Te recuerdo que no eres bueno con el alcohol?
— ¡Ya lo sé! Solo es una, una es ninguna – rió.
—Cuando tomas te pones muy hablador.
—Yo no me pongo hablador. Bueno el alcohol y yo no nos llevamos.
—Una razón más para que no tomes – estaba preocupado, sabía perfectamente que Wolfram no es de los que necesitan del alcohol para tomar valor – ¿Me puedes decir qué es lo que pasa en verdad?
—Lo que pasa en verdad es que…yo - dejó la cerveza en la mesa y el moreno lo imitó – La verdad es que yo recuerdo todo, solo quería estar a solas contigo, ya no soporto más el hecho de que no estés a mi lado.
—Pero si siempre estoy a tu lado, aunque como amigo, pero estoy a tu lado – no entendía que quería decir eso Wolfram, se le estaba declarando, eso no podía ser, el rubio fue el que le hizo ver que solo serían amigos y él ya lo había aceptado.
— ¡No quiero que seamos amigos!
— ¿He hecho algo malo?
— ¡No! Es solo que yo debí escucharte antes de juzgarte, fui tan terco que no permití que me dijeras la verdad, salí corriendo como un niño asustado y cada vez que intentabas algo solo ignoraba los latidos de mi corazón que decía que debías tener una buena razón para no llegar el día de nuestra boba, pero el dolor que sentía no me permitió dejarte hablar.
—Tranquilo, aun así, no entiendo a que viene todo esto.
—A que ya sé toda la verdad, lo que pasó con esa…
—No te dije nada de eso porque no querías escuchar y después de todo esa historia parece de telenovela, me llamarías mentiroso.
—Pero tenias pruebas, salió en todos los periódicos. Fui tan idiota, ahora ya no me amas – sonrió, esa era la sonrisa mas forzada que había puesto en su vida.
—Yo aun te amo, pero me conformo con estar a tu lado, no me importa ser solo un amigo si puedo estar cerca de ti.
—No quiero que seas mi amigo – guardó silencio. Siempre había tenido problemas para expresar lo que sentía, pero esta vez no podía permitirse eso – Yo te amo, como ya dije, fui un idiota, pero te amo – ambos estaban de pie viéndose a la cara, y sin más Yuuri se acercó lentamente al rubio y sin esperar mas se besaron.
—Yo también te amo – sonrió – y no quiero estar lejos de ti nunca mas.
—No quiero que nadie nos separe – se abrazó de el moreno.
—Esta vez juro que nadie lo hará, nos casaremos y seremos muy felices, total ya tenemos una mascota, nos faltan los niños.
— ¿Recuerdas nuestra primera cita? – mencionó el rubio distraído.
—Nuestra primera cita…como olvidarla, fuimos al parque de diversiones y tú estabas totalmente feliz, aunque no era una cita en sí, esa vez nos escapamos de la escuela.
—Pero nos divertimos mucho, recuerdo que me compraste un algodón de azúcar – rió.
—Tengamos una cita mañana – comentó totalmente emocionado.
—Estoy de acuerdo – ninguno de los se movía, estaban parados y abrazados.
—Entonces me marcho a casa. Paso por ti al medio día…nos escaparemos del trabajo.
—No…quédate esta noche conmigo, desde hoy vive aquí, no quiero que te marches – le había costado trabajo, pero lo había dicho, le dijo que se queda con él, se sonrojó.
—Como desee mí amado príncipe – rió.
—Extrañaba que me llamaras así.
—Pues bien, es hora de dormir.
*A la mañana siguiente*
—Creo que deberíamos mantener esto en secreto – dijo Wolfram mientras tomaba café tranquilamente.
— ¿Por qué? – Dijo triste el moreno mientras se quitaba el delantal y ponía unas tostadas en la mesa – te has arrepentido de lo que pasó anoche -
—No te pongas serio y mucho menos triste enclenque, he decido que vamos a casarnos pero esta vez nuestra boda será como se supone debió ser: simple y sencilla, pero hermosa con las personas que realmente amamos.
—Si vamos a casarnos necesitarás algo – salió de la habitación dejando al rubio confundido – Wolfram ven a la sala – el rubio se levanto para ir al lugar, lo que menos espero estaba ante él, Yuuri hincado con una rosa amarrilla, no sabía de donde la había sacado.
— ¿Wolfram te casarías conmigo? – dijo mostrando un anillo de oro blanco con una esmeralda en el centro
—Pensé que lo había perdido – dijo sorprendido.
—No, tu tío fue tan amable de devolvérmelo cuando pasó eso ¿te casas conmigo?
— ¡Claro que sí enclenque! – se tiro sobre su novio.
—Sentí los mismos nervios que la primes vez que te pedí que nos casáramos – rió tirado en el piso con Wolfram sobre él.
— ¿Recuerdas la leyenda que me contaste ese día?
—Déjame ver – rió – la leyenda dice que si compras un anillo, ya sea un anillo de compromiso de boda, etc., este solo le quedará a la persona que en realidad es tu alma gemela, tu verdadero amor.
—Si, tú y yo somos almas gemelas – sonrió antes de besarlo.
*Dos semas después*
—Wolfram, se supone que no debo verte antes de la boda – hizo un puchero.
—Ten en cuenta que nadie sabe que es nuestra boda – sonrió
—Es verdad – rio.
Todos pensaban que iban a un día de campo, en estas dos semanas Yuuri y Wolfram se llevaban mejor, todos intuían que esta reunión al aire libre sería donde anunciarían que se comprometían de nuevo.
Cuando llegaron se asombraron al ver una linda cabaña muy bien decorada, lo que no sabían es que detrás de la cabaña un poco lejos ya estaba listo todo para la ceremonia que se llevaría a cabo. En la puerta de la cabaña especificaba que todos se dirigieran al lugar antes mencionado.
— ¿Qué significa esto? - dijeron a coro al ver un pequeño lago no muy lejos, ahí estaba un hermoso altar adornado de blanco con azul y flores amarrillas, un pasillo dividía las filas de sillas.
—Bienvenidos a nuestra boda – dijo Yuuri dirijiendose al altar donde ya lo esperaba el juez.
— ¿Qué? – Allí estaba Yuuri con su traje negro esperando al que pronto sería su esposo. Cuando Wolfram salió todos lo miraron, se veía hermoso con su traje blanco, se sentaron lo más rápido que pudieron para que la boda diera inicio.
Una vez terminada todos se acercaron a la pareja.
— ¿Por qué no nos dijeron nada?
—Porque siempre quisimos una boda así, simple, sencilla, con nuestros mejores amigos y familia. Eso era verdad, allí estaba la familia de Wolfram, sus hermanos, su madre, sus tíos y su mejor amigo Sara, por parte de Yuuri, su madre, padre, hermano y su mejor amigo Murata y Yosak y el mejor amigo de ambos Daniel (al final termino llevándose bien con Yuuri)
— Mejor que empiece la fiesta – gritaron Daniel y Yosak.
Y esta es la forma en que termina nuestra historia, con un final feliz y con nuestros protagonistas cabalgando en un hermoso atardecer para llegar a otra cabaña a disfrutar de su luna de miel.
Fin