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Dulce intoxicación por Limonchello

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Notas del fanfic:

Autor: Maka
Pareja: Byakuran x Marshmallows(?)
Serie/manga/anime: Katekyo Hitman Reborn!
Spoilers: - -
Warnings: 
 - -

Notas del capitulo:

- -

Todo era borroso, oscuro ¿Dónde estaba? Escuchaba voces de fondo pero no lograba identificarlas, se revolvió levemente parecía estar tumbado en una cama, apretó un poco más los párpados antes de entreabrirlos lentamente volviendo a cerrarlos por el exceso de luz que le había causado una desagradable sensación, parpadeó varias veces habituándose a ese resplandor antes de poder visualizar vagamente un par de silueta cercanas a él, todo a su alrededor era muy blanco, suspiró levemente se sentía algo agarrotado sin entender qué era lo que hacía allí la confusión le golpeó, una de las siluetas le miró directamente y con voz suave pero algo temerosa pronunció su nombre

- ¡Byakuran-san! ¡Ya despertó!  ¿Se encuentra bien?- la reconoció de inmediato fijando sus orbes grisáceas en aquella figura de pelirrojos cabellos y esbozando una torpe sonrisa

- Sho-chan~ -dijo con voz débil pero melodiosa ladeando la cabeza

- ¿Qué ha pasado? -preguntó algo confuso al centrar su vista en la otra silueta tras el pelirrojo que se trataba de un señor vestido con lo que parecía una bata de doctor.

- Se desmayó y le trajimos a urgencias de inmediato –dijo Shoichi apresuradamente, Byakuran ladeó la cabeza sorprendido al no recordar mucho más que un incesante dolor de estómago, el doctor tenía cara seria e Irie la secundaba mientras aquel señor ojeaba su carpeta negando con la cabeza

-Me temo señor que usted ha sido víctima de un cólico por exceso de algo parecido a dulces… -dijo el médico mirándole reprochante, Byakuran esbozó una leve sonrisilla al recordar que efectivamente había ingerido más malvaviscos de la cuenta ya que las cosas empezaban a torcerle levemente y era su manera de poder desahogarse aunque a  veces le pasara factura, como en esa ocasión.

Lo siento mucho doctor descuidé un poco mi alimentación últimamente… -se excusó acariciando levemente los cabellos de su nuca, la mirada de aquel hombre fue firme y seria

-Me temo que tendré que pedirle a su compañero que le requise todo tipo de dulces durante tres días y que se encargue de que usted lleva una dieta normal a base de muchas proteínas y…- Byakuran no escuchó anda más que las primeras frases ¿TODOS sus dulces? Rió suavemente asintiendo a las recomendaciones del doctor cuando en realidad haría lo que a él le viniera en gana, pues no por nada sería el próximo dios de todos aquellos mundos.

 

 

1º DIA.

 

Acababa de llegar del hospital acompañado por Sho-chan y alguno de sus  subordinados, estaba un poco más delgado pero de muy buen humor, había muchas cosas que había dejado desatendidas durante ese tiempo en el que había estado ingresado y  que ahora tendría que ocupar el 100% de si tiempo, caminó directo hacia su despacho con el pequeño pelirrojo siguiéndole los pasos, bostezó lánguidamente dejándose caer sobre su silla de escritorio observando sonriente a Shoichi que parecía ordenar entre sus brazos una pila de papeles para que él se encargara de ellos, y de forma distraída y automática su mano se deslizó hasta uno de los cajones del escritorio, sacando una bolsa de malvaviscos y dejándola sobre la mesa, agarrando uno distraídamente, Sho se acercó a  él dejando un taco de folios en la mesa cuando su mirada se desvió a aquel dulce que tenía el albino entre sus dedos y que se llevaba a la boca, en un gesto que sorprendió a Byakuran, este casi se abalanzó sobre él dándole un leve manotazo a su mano y haciendo que el dulce cayera al suelo, Byakuran abrió los ojos sorprendido por la reacción del menor el cual parecía realmente apenado por ella

-¡P-Pe-Perdóneme Byakuran –san! Pero el doctor dijo que me encargara de que no tomara ningún dulce durante tres días y he de cumplirlo por su salud…-dijo encogiéndose levemente Byakuran suspiró.

-Vamos Sho-chan ¿Qué de malo me puede hacer un dulce? –dijo sonriendo ladinamente para intentar convencer a su subordinado con un gesto inocente pero el pelirrojos e negó en redondo a aceptar su chantaje emocional girándose para tomar la bolsa de dulces.

- No voy a permitirlo, Byakuran-san – dijo firmemente aunque algo intimidado, el albino suspiró

-Está bien~ Intentaré comportarme- por unos días no pasaría nada ¿No? Se intentaba convencer a si mismo de que era capaz de no comer malvaviscos por un día.

Mas eso le estaba costando cada dos por tres su mano se desviaba involuntariamente hacia un lado de la mesa donde solían estar sus tan preciados dulces, frunciendo el ceño al recordar que no podía comerlos y contra más se lo repetía más ganas le entraba de tomarlos, masculló por lo bajo volviendo a  centrarse en su trabajo aunque con la cabeza en aquellas pequeñas y esponjosas nubecitas de azúcar.

 

2º DÍA.

No se subía por las paredes porque la ley de la gravedad jugaba en su contra, que si no hubiera parecido spiderman…

Estaba casi totalmente desesperado, no tenía ganas de nada más que de comer malvaviscos, y curiosamente las bolsas que había repartidas en lugares estratégicos por toda su habitación para situaciones similares(?) había desaparecido como por arte de magia, mascullaba insultos por los pasillos en voz baja, con unas notables ojeras por no haber conseguido dormir, nunca pensó que esos simples dulces pudieran haberle causado semejante dependencia de ellos, eso debería de estar avisado en un lado de la bolsa, algo como: Por su seguridad no consuma estos dulces ya que crean adicción. Si, algo así no le habría venido mal, aunque probablemente no lo hubiera hecho caso tampoco.

Allí estaba en su despacho lleno de bolsas de todo tipo de alimentos, pepinillos, pipas, quicos, cacahuetes, picoteaba de aquí y allí pero ninguna le terminaba de gustar, todo era salado porque cómo no lo dulce en aquel edificio había desaparecido.

Había enviado a varios de sus subordinados a escondidas a comprar malvaviscos pero todos ellos regresaban con las manos vacías, o directamente no regresaban ya que el mal humor de Byakuran en esos momentos era palpable a kilómetros de distancia y aquel que entraba en su despacho no solía salir muy airoso de él.

- ¿By- Byakuran –san? –dijo un voz temerosa asomándose por la puerta, el albino se giró como si de un espectro se tratase mirando funestamente al pelirrojo que entraba en la sala totalmente temeroso

- Ningún empleado quería traerle estos informes diciendo que no querían ir al infierno o algo así y… no entendí muy bien qué… ¿Ocurre algo?-dijo con voz inocente, totalmente inocente mientras Byakuran por dentro le ponía  parir, sonrió falsamente.

- Nada Sho-chan~ ¿Qué iba a pasar? –dijo, pues a pesar de todo tenía su orgullo.

- Le veo con mala cara ¿Ha dormido mal? –le entró un tic en el ojo pero lo disimuló con una risa algo forzada

- ¿Por qué iba a dormir mal?- la vista del pelirrojo se paseó por las miles de bolsas de alimentos que había repartidas por toda la sala.

- ¿Y esto? –preguntó señalándolo, Byakuran negó con la mano como si no tuviera importancia.

- Abriendo nuevos horizontes Sho-chan~-dijo bromeando más cuando el pelirrojo desapareció de la sala, se lió a arrojar al suelo todo lo que pilló molesto consigo mismo por no poder vivir sin esas malditas chucherías y con el chico por negárselas tan fielmente.

 

3º DIA

Se revolvió entre las sabanas de la cama, había terminado dormido de puro agotamiento pero una pesadilla estaba asaltándole

- Noo... Alejaos de mí. No… ¡Quiero mis malvaviscos!(?)- decía en sueños revolviéndose de forma casi violenta, las sábanas se encontraban ya en el suelo hechas un desastre y el albino fruncía el ceño con gesto de desesperación agitando brazos y piernas antes de despertar abruptamente, con la respiración alterada. Tan solo había sido un sueño, a este paso terminaría volviéndose loco totalmente por unas simples chucherías, algo humillante, intentó relajarse sentándose en la cama cuando unos golpecitos en la puerta, de forma casi tímida le alarmaron, ladeó la cabeza

- ¿Byakuran-sama? ¿P-Puedo pasar tengo algo para usted? –la voz le fue conocida y se sentó correctamente dejando pasar a aquel chico tímido tras la puerta, estando alerta en todo momento ya que sabía que no podía relajarse, y menos ante él.

- Oh Leo-kun~ ¿Qué te trae por aquí tan pronto? –dijo despreocupadamente mostrando una falsa sonrisa pero sin dejar de analizar de arriba abajo a aquel tipo que estaba frente a él.

- Byakuran-sama le escuché gritar y… me preocupó ¿Se encuentra bien?- dijo con una vocecilla que incluso parecía preocupada de verdad, pero el albino no se dejaba engañar por esas apariencias

- Si, tan solo fue una pesadilla… -comentó restándole importancia. -¿Y qué es eso que tienes para mí? –inquirió curioso, el chico parecía algo nervioso ante esa pregunta y miró hacia todos los lados como si no quisiera que nadie más lo supiera, el albino alzó una ceja, cerrando su mano en un puño y acariciando levemente la gema de su anillo, alerta, pero lo que el otro le mostró entre sus manos le hizo bajar todas sus murallas de golpe.

Una bolsa, una hermosa bolsa de tonos blanquecinos y azulados que dejaba mostrar un pequeño letrero con la palabra que ocupaba su mente durante esos días: Marshmallow

Sus ojos se iluminaron y abrieron de par en par, extendiendo de forma involuntaria las manos hacia aquella bolsa que le fue retirada levemente, sus ojos se enfocaron de inmediato en los ajenos, de forma amenazante y totalmente seria.

- Se los daré si promete dejar de causar bajas en la plantilla, Byakuran-sama no puede matar a cualquiera que entre en la sala sin dulces… -dijo suavemente mirándole con carita de cordero degollado, el albino suspiró asintiendo, sería capaz de cualquier cosa con tal de conseguir aquella bolsa

- Esta bien… Dámelo.- dijo extendiendo la mano

- ¿Me lo promete?- insistió el otro dubitativo

- ¡Te lo prometo!¡ Ahora dámelo! –dijo casi abalanzándose sobre él consiguiendo por fin entre sus manos la tan ansiada bolsa de aquellas chucherías, el moreno suspiró abatido

-No debería contarle nada de este a Irie-san o si no se las volverá a quitar… -dijo suavemente, el albino sonrió de lado ante ese comentario

-No volverá a suceder eso créeme.-

 


-Byakuran-san, le veo mucho más animado hoy… -dijo el pelirrojo observando la gran sonrisa de su jefe, el cual estaba apoyado sobre el sillón de su oficina, con los pies sobre el escritorio

-Si Sho-chan~ Hoy es un gran día… -comentó mientras leía distraídamente unos informes que dicho chico le había entregado

-Me alegra ver que ha superado la necesidad de esas dulces… -comentó felizmente el chico, el albino le miró de reojo sonriendo traviesamente

-Tan solo eran chucherías Sho~ No es nada que fuera a matarme por no tener… -dijo despreocupadamente aunque la verdad fuera otra, el pelirrojo asintió conforme mientras recogía las hojas que el otro le tendía, haciendo una leve reverencia y desapareciendo del cuarto, el albino aguardó unos minutos con gesto tranquilo antes de sacar una pequeña llave abriendo uno de los cajones de su escritorio.

-Tan solo unos simples dulces… -repitió para sui mismo observando un malvavisco y aplastándolo levemente sonriendo antes de metérselo en la boca, saboreándolo.

-Aw~ Pero es que están tan ricos~ -rió por lo bajo dejándose recostar de nuevo sobre la silla de su oficina.

Notas finales:

Rewiews? =3


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