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Patrullando por Limonchello

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Notas del fanfic:

Autor: Maka
Pareja: Hibari Kyouya
Serie/manga/anime: Katekyo Hitman Reborn!
Spoilers: - -
Warnings: 
 - -

Notas del capitulo:

- -

De nuevo otro día más y de nuevo la vocecilla aguda de su pajarito amarillo le despertó, bostezó lánguidamente frunciendo el ceño mirando a la pequeña ave aún con gesto adormilado, se enderezó un poco más en aquel duro suelo de la azotea del instituto Namimori, debía de ser la tercera hora y todos los alumnos estaría ya en sus respectivas clases, alzó una mano para aguardar sobre ella al pequeño pajarito que le miró ladeando al cabeza de manera graciosa, le acarició suavemente antes de ponerse en pie con movimientos lentos pero ágiles. Era turno de su guardia diaria. Una guardia que hacía todos los miembros de Comité Disciplinario, mas Kyoya no se fiaba de ellos y siempre prefería ser él el que patrullase los pasillos de aquella su amada escuela en busca de algún estudiante despistado con el que poder descargar su odio o simplemente pasar un rato entretenido mordiéndole hasta la muerte.

Pasó por la puerta, descendiendo la escalera seguido de Hibird, de manera amena caminó por los pasillos observando que todo seguía en orden, silencio, paz. Si, aquello era lo que le encantaba en esos momentos, tan solo oír el eco lejano de los profesores en sus respectivas clases. Sus pasos le guiaron hacia el gimnasio mas cuando se dispuso a salir, giró el pasillo y se detuvo de golpe, tanto que su ave se le quedó mirando dubitativa ante ese gesto brusco. Arrugó el puente de la nariz olfateando el aire como si fuera un animal, todo un carnívoro. Olía extraño, era un olor cargado de algo que quizás pudo identificar, frunció el ceño asqueado ladeando su cabeza, ese olor provenía de los baños, entrecerró la mirada al escuchar unas voces, risas. Su gesto se transformó en uno de satisfacción, si, era justo lo que había estado buscando.

Abrió la puerta de manera suave, apoyándose en el marco, el olor a cigarrillo le azotó de manera violenta, su mirada se centró en eso tres chicos de manera automática, su pequeña ave revoloteó por encima de su cabeza hasta pasar por encima de las suyas repitiendo su nombre de manera orgullosa, los chicos asustados abrieron los ojos de par en par arrojando los cigarrillos de manera casi instantánea por la ventana.
- En las normas pone claramente que está prohibido fumar en el recinto de las escuela.- caminó con paso firme, haciendo sus zapatos resonar contra el suelo blanco de baldosas de aquella estancia, los chicos retrocedían a su paso asustados.
- Además de que os habéis saltado las clases... Deberéis ser castigados por vuestra osadía.- uno de los alumnos levantó las manos en son de paz sonriendo de manera nerviosa.
-Hi-Hibari-san nosotros n-no hacíamos nada, n-nos han ex-expulsado y... Bueno... Simplemente eran unas caladitas, na-nada más.- dijo tartamudeando entre el terror y el nerviosismo, colocándose al lado del prefecto, alzó una mano para rozar el brazo de este, pero de manera veloz una de las tonfas frenó hasta posarse sobre la garganta de este, el cual tragó saliva de manera notable realmente temeroso.

-Las reglas están para cumplirlas. Os morderé hasta la muerte por no hacerlo.- dijo antes de impactar su otra tonfa contra el estómago de ese chico, haciendo que este se doblase hacia delante, para luego asestar otro golpe sobre su nuca, dejándole inconsciente. Sonrió de manera sádica digiriéndose hacia los otros dos los cuales correrían la misma suerte por haber quebrantado las reglas del instituto, unas que Hibari Kyoya se encargaba de que se cumplieran con su propia ley, a base de la violencia. Si, era un delincuente, mas no le importaba, no mientras pudiera pelear...

Salió del baño guardando de nuevo sus tonfas, con gesto altivo y orgulloso, la pequeña ave del prefecto miró los cuerpos inconscientes de aquellos alumnos ladeando la cabeza antes de alzar el vuelo tras su amo entonando la canción del himno de Namimori.
-Mi~dori tanabiku~ Namimori no~- El prefecto alzó una mano para que se posara ese plumífero animal, sonriendo levemente mientras se alejaba.

Si, ese era su territorio y así terminaba todo aquél que no cumplía sus reglas.
Notas finales:

Rewiews?


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