Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi mayor alegria... por Luna Michaelis Lawliet

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Neee neee lo prometido es deuda he aqui otro fic d Junjou solo k ahora me enfoco en los Romanticos. Ojala les guste  una mezcla de dos de mis aficiones: el yaoi y la segunda guerra mundial si yac k raro pero wenu n_n

Notas del capitulo:

Wan wan ojala les guste y comentenme xk su opinion es muy valiosa para mi n_n

En los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, se comenzó a desarrollar el lugar donde ocurriría el mayor genocidio de la historia. Auschwitz-Birkenau. En el habitaban miles de prisioneros. Pero me enfocare en tres de ellos.


 


El nombre del primero era Akihiko Usami. Un afamado escritor japonés que, por desgracia, había comenzado a vivir en la Alemania nazi hacia tres años, en 1938. Era un hombre fornido, de cabello de un extraño tono entre plateado y dorado, ojos morados y profundos y algo arrogante. Causa de su detención: era homosexual. Era el prisionero 23567


 


El segundo se llamaba Hiroki Kamijou, amigo de siempre de Akihiko, vivían en departamentos vecinos. El era de carácter muy serio, al punto de ser amargado, tenia el cabello castaño y despeinado, sus ojos eran entre rojizos y castaño claro, además era algo bajo pero fuerte. Era profesor de Universidad. Causa de su detención: Era un gran opositor del nazismo, además era homosexual. Era el prisionero 29587


 


El tercero se llamaba Nowaki Kusama. Era un muy dulce y amigable pediatra. Era la pareja de Hiroki. Era un hombre muy alto, de pelo negro azulado, ojos de un bello azul indefinido y un carácter afable y muy posesivo, además de una grave voz muy tranquilizadora. Causa de su detención: El negarse a dejar morir a un pequeño niño judío y ser homosexual. Era el prisionero 25085


 


Los tres vivían en el miserable campo, donde tenían el” mejor trabajo” de ese abominable lugar. Clasificaban las pertenencias robadas a los prisioneros al llegar, en una barraca que le llamaban Canadá. Era privilegiado, porque podían tener el cabello largo, comían “bien” comparado con los demás y a veces robaban cosas que cambiaban en el mercado negro o daban a sus necesitados compañeros.


 


Usami, o como le decían los demás prisioneros, Usagi tenia la costumbre de pasearse en los limites del campo, donde los “policías” vigilaban que no hubiese contacto con el exterior. Y le vio. Un muchacho de cabello castaño y ojos verdes paseaba por la orilla del campo. Vestía como un hijo de ricos…o de nazis. Tenia una camisa blanca fajada, sus pantalones eran cortos y elegantes, traía un saco que le quedaba algo largo, además tenia un gorro, de aquellos que acostumbraban a traer en ese entonces, similares a las boinas.


 


Usagi se petrifico totalmente. Era tan hermoso…tan delicado…tan perfecto…El muchacho le miro curioso y sonrió levemente. Lo mismo hizo el escritor. Y oyó una alarma que llamaba a la revista, formación o como prefieran llamarle. Usagi miro al chico con tristeza y salio corriendo.


 


El muchacho suspiro y soltó un gemidito. Se abrazo el pecho y regreso por donde venia. Al hospital. Saludo a la enfermera y entro a su habitación. Se cambio a la bata de hospital y entro a su cama.


 


Un muchacho rubio, de ojos entre gris y azul, además de carácter altanero y sensible entro con el. Shinobu Takatsuki. Su mejor amigo. Era un muchacho rico e hijo de nazis, que siempre estaba con su amigo en el hospital por la tarde. Era la pareja del doctor del castaño.


 


-Y que tal el exterior?-pregunto el rubio sentándose en una silla.


 


-Muy bien…vi a un hombre del campo… Me gusto-le confeso a su amigo. Shinobu sonrió.


 


-Me alegra por ti, Misaki- respondió el rubio. Un hombre entro. Era de pelo negro, ojos entre azul oscuro y negro, patillas y un cuerpo grande de un fornido adulto. Fumaba en exceso, como Usami en sus buenos días. Se llamaba Miyagi You.


 


-Misaki Takahashi! Que tal estuvo tu salida-exclamo sonriendo. El aludido se sonrojo y le cubrió la boca.


 


-Shhh!!! Si papa llega y te oye, te mandaría al campo-susurro Misaki. El señor Takahashi, un importante general de la S.S. de raíces japonesas, sabia de la homosexualidad del doctor You y de Shinobu. Solo por ser amigo de su hijo y por ser el mejor medico de la región, le había perdonado la vida.


 


Misaki tenía cáncer de pulmón. Una enfermedad mortal a fin de cuentas. El joven tenía amistad con su doctor, que le ayudaba a escaparse del hospital cuando su padre iba a trabajar. Toda la noche estuvo pensando en aquel hombre de ojos purpúreos y pensativos que le había sonreído. Se sonrojo al recordar eso y se durmió.


 


Mientras, en Canadá, Usami les relataba todo a sus amigos. Y encontró un enorme tesoro. Entre las pertenencias de un difunto prisionero, había un cuaderno y un bolígrafo. Al escritor se le ilumino el rostro. Podría comunicarse con el. Se sonrojo y fueron a su barraca. De vuelta a la fría y dura realidad.


 


Al día siguiente, Usagi escribió una carta para Misaki. Le decía lo que empezaba a sentir por el, y le pedía perdón por irse tan bruscamente. Fue corriendo alegre como un chiquillo hacia la cerca electrificada. El policía, un preso amigo suyo, le dejo pasar a donde siempre paseaba. Espero un largo rato y por fin le vio.


 


El muchacho caminaba tranquilamente. Usagi no podía llamarle, lo descubrirían y eso implicaría su muerte. Misaki lo vio y sonrió. El peliplateado le incitó a acercarse. Misaki se acerco lo más posible y Usagi plegó la hoja como un avión de papel. Y lo lanzo.


 


“Ve y vuela, avión de papel” pensó el escritor.


 


El castaño lo atrapo y leyó la carta. Se sonrojo y sonrió tímido. Tomo su cuaderno de dibujo y le respondió la carta con una dulzura similar. Usagi miro la carta impresionado y le sonrió tiernamente a Misaki. Y sonó el toque. Usami le miro preocupado y Misaki le sonrió comprensivo.


 


Un hombre muy alto de pelo castaño y ojos verdes caminaba en las filas. Miro a Hiroki y le soltó un latigazo. Nowaki se contuvo a reprocharle. Odiaba que maltratasen a su Hiro-san, pero ahí su opinión contaba tan poco como una brisa de aire.


 


Abofeteo a dos prisioneros más y les dejo romper filas. Lleno su ficha y salió del campo. Otro día de trabajo “agotador”. Camino hasta el hospital vecino. Entro y fue hasta una habitación al fondo del pasillo. Entro y sonrió dulcemente.


 


-Hola hijo-dijo y beso la cabeza de su hijo.


 


-Hola papa que tal te fue hoy?-respondió un sonriente muchacho de mismos ojos verdes.


 


Era Misaki.

Notas finales:

Ettooo espero actualizar pronto nuc k tengo esta semana k estoy leyendo mucho d este campo d concentracion -_-U comenten!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).