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Amor de estudiante por Kowaii_chan

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Notas del capitulo:

Buenas tardes!!!!!!!!!!!! Aqui xD

¿como an estado? espero que bien ^^ Bueno, con ustedes el ultimo capituo del Fanfic como dije... No quedo como yo queria, y creo que realmente del final lo unico acertado es la frase que puse xD

Pero algo me dijo que, debia tener este final, algo abierto... por que en realidad como dijo uruha, lo suyo era realmente incierto :3

En fin  espero que les guste ^^ A mi me facino escribirlo para ustedes. 

 

~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•[REITA]~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•

 

°~Mayo 27~° [un año después]

 

-Akiraaaaaaaaa!!!!!!! ¿Qué demonios es eso?-  Me levante de un salto de la cama y aun con los ojos cerrados corrí a ningún lado. Sentí como pise un zapato, un patito de Hule y en menos de lo que pensé doble mis dedos del pie derecho con una pedazo de madera. Perteneciente a la cuna donde la pequeña Sara descansaba plácidamente.

 

No había poder humano que la despertara antes de las 11:00 am. Dormía con migo, en mi casa, por que Kouyou ya no estaba en Kanagawa, se había ido a estudiar el quinto semestre en Gifu, nos prometimos encontrarnos allí el siguiente año. 

 

Ya que la escuela donde había entrado era un tipo internado a un. Por lo tanto,  no podía tener a la bebe con él.

 

Ya estaba por finalizar el Sexto semestre  faltaban solo un par de exámenes y saldríamos de vacaciones, Yuu se había ido a estudiar a Tokio como tanto lo prometió, eso definitivamente hizo caer el ánimo de Yutaka kun. Cada que lo veía me preguntaba si había visto a Yuu, pero en realidad es como si a mi amigo se lo  hubiera tragado la tierra… no teníamos ninguna referencia suya, eh incluso el director nos ignoro, bajo la petición del mismo Yuu. Eso tenía destrozado a Kai.

 

Baje las escaleras corriendo, mientras me ponía una camisa… finalmente abrí la puerta. Cual va siendo mi sorpresa al encontrarme a mi padre sentado sobre el cofre de un Mustang rojo 1995, muy bien cuidado por cierto.

 

-Feliz Cumpleaños Akira- me lanzo las llaves las cuales me quede mirando mientras, aun dormido, trataba de asimilar la noticia.

 

-¡¡Wa!! ¿Estás jugando verdad?

 

-No Akira, es tuyo, todo tuyo. Te lo tienes muy bien merecido.

 

-Gracias papá. Ah… te quiero presentar a alguien…  pasa por favor.- apenas cruzo la puerta le devolví las llaves. Sé que sabiendo de Sara me quitara mi “Muy merecido” auto. Subí las escaleras Tome a la bebe en mis manos y bese su frente- Tu abuelo es un ogro.- Baje con mucho cuidado, el se puso de pie.

 

-…- lo sabía, estaba my impactado- Akira

 

-Papá, ella es Sara… mi hija.- apretó las llaves del auto, y veía a la pequeña con una determinación alarmante.

 

-Es… es increíble. No se parece nada en ti- Sonrió, de sus ojos cansados se vertieron un par de lagrimas que me dejaron helado- No puedo creerlo- jamás había visto a mi papa llorar. Me arrebato a la bebe y le hacía caras raras,  yo seguía de pie, congelado, viendo como mi pequeña Sara giraba su cabecita tratando de hallarle forma a mi padre. Yo hacía lo mismo Sara, él siempre ah sido un fenómeno.

 

-Con el Auto… puedes llevar a Sara a ver a Shima chan- me gire a mi madre. Mi padre también la vio y sonriendo puso las llaves del Mustang en mis manos.

 

-¡Apa!- mi pequeña alzo los brazos y yo la tome en los míos mientras se reía. Agradecí a mi madre en el alma que fuera tan buena.- ¡Ita!- Sara en su intento de llamar a su ‘abuelita’ con sus manos hizo un corazón,  mi hermana se sentaba con ella todas las tardes y le había enseñado un montón de cosas como esas.

 

-Yo también te amo, mi amor- beso su frente- la  iré a vestir- juntas subieron las escaleras hacia mi habitación, donde estaba la ropa de la bebe.

 

-Akira… ¿Dónde está la mama?

 

-Estudia en Gifu… este año iré a vivir allí también. – no le podía decir a mi padre la verdad, no después de verlo llorar orgulloso de mí, no ahora, quizá jamás lo haga.

 

-¿Y la universidad? ¿Cómo asistirás a la universidad y cuidaras de la niña?- me encogí de hombros

 

-En algo se tenía que sufrir-mi padre sonrió satisfecho-  Tú, mi madre y Shima, me han dado demasiada felicidad,  me han mal acostumbrado a sentirme amado, pero hay tiempos duros. Tú siempre lo has dicho.

 

-Has crecido bien Akira, ojala sostengas ese espíritu en los momentos difíciles.- sonreí y sentí algo abrazarse a mis pies, me gire al instante viendo a Sara restregarse en mis perna ronroneando como gato.

 

- ¡Tienes prohibido juntarte con mi hija!- amenace a Kyubi, el gato que tenía mi hermana. Papa y mama rieron. Hablamos mientras desayunábamos… mi papá volvía de un largo viaje y se la paso alagando la cocina de mi mama, después corrí a mi habitación y me metí a bañar, me cambie y baje lo más rápido que pude, metí en una maleta unos cuantos pañales y unos juguetes bajo la atenta mirada de la pequeña- ¡vamos! No me veas así Sara, debemos darnos prisa- La tome de la mano y me puse frente a ella en cuclillas- papi nos espera en Gifu.

 

-¡¡Papí!!- Gritó eufórica corriendo al auto, estampándose fuertemente contra la puerta. Reí saliendo de la casa, amarrándola ‘a lo momia’ con el cinturón de seguridad- mi madre rio y le dio un osito de peluche- Volveremos mañana entonces- encendí el auto, y me puse en marcha.- Sera un viaje largo. Ella me sonrío besando mi mejilla Ansió verte, Kouyou.

 

 

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

 

 

Gifu es un misterio aún…  no encuentro las calles correctas por ningún lado, eh comprado una guía con todas las calles y lugares principales, entre ellos la preparatoria donde esta Shima, ¡Pero no puedo llegar!

 

-Esta es la quinta vez que pasamos por aquí- le comente a  Sara que venía aburrida viendo por la ventana

 

-¡Ai papi!- se pego en el vidrio con su frente.

 

-Disculpe- tocaron el vidrio y lo baje apagando también el aire acondicionado- Ya es la quinta vez que se estaciona aquí, los vecinos están preocupados.

 

-Jaja, lo siento mucho, no somos de aquí y no entiendo las instrucciones- le mostré el mapa y asintió con una extraña sonrisa.

 

-es un mapa de hace 3 años, las calles cambiaron de nombre hace 1… por eso no puede llegar- esto es… ¡imperdonable!  Matare al estúpido que me lo vendió- ¿A dónde deseas llegar?

 

-Si… bueno, quiero saber cómo ir a la Insituto  Shotoku de Gifu

 

-¡Ah! Sí.- se puso a observar las calles- pasa… es a una cuadra a la derecha.

 

-¡¡Ai papa!!

 

-Shhh Cállate Sara, no me regañes- la niña rio y se sentó.-Muchas gracias señor… en serio.- encendí el auto y el abrió la puerta de la estación residencial donde estaba el GIGANTESCO  instituto.

 

Manejé despacio, la escuela tenía un parque, quizá, Shima estaría por allí con sus compañeros nuevos…

 

-Papi- soltó de pronto la niña y lo mire divertido- Papi- volvió a decir apuntando una estatua, donde estaba Shima recargado platicando con otros muchachos

 

-buen ojo…- me estacione lo bastante lejos para que no me vieran, abrí la puerta bajando a Sara, que no espero ni tres segundos cuando ya corría desesperada hacia Kouyou.

 

-Sa… ¿Sara?- se hinco estirando los brazos a los que mi hija se lanzo emocionada

 

-Papi… te estranio- tras lanzar una hermosa sonrisa dos lagrimas bajaron por las mejillas blancas y suaves de mi chico.- Papa tamien- al escucharla llamarme me acerque lentamente, con las manos en las bolsas del pantalón.

 

-Aki chan- se levanto con miedo… él decía constantemente que tenía miedo de que lo culpara por no poder completar mis sueños, y siempre que tenía la oportunidad de verlo, se mostraba titubeante y temeroso de mi reacción… pero díganme ustedes, ¿Cómo podría ser capaz de no amarlo? Era simplemente la persona que me hacia feliz, que con solo decir su nombre mi garganta degustaba unas suaves cosquillas, que con solo pensar en él…  mi mundo dejaba de existir.

 

-Hola- al fin llegue a él… y me quede de pie frente a él…  mire de reojo a los amigos de Shima, los cuales me veían intrigados… pero temerosos.

 

-¡Ahh! Bueno Kou… creo que estas ocupado… con tu hija y tu… novio- sonrió el chico- debemos irnos de aquí jaja- en menos de un parpadeo habían desaparecido

 

-¿Qué… que están haciendo aquí? ¿Cómo llegaron?

 

-¿Qué día es hoy?- me senté en seguida de él y poco después el también se dejo caer, pensando un poco se quedo en silencio.- ¿Kouyou?

 

-Estoy pensando ¿Sí?- sonreí y recargue mi cabeza en su hombro- Es… viernes- asentí- 27 de Ma…yo-  su voz fue gradualmente bajando de tono- Ahh! Aki chan ¡lo siento mucho!- prácticamente se acostó arriba mío, abrazándose fuertemente de mi cuello- olvide completamente tu regalo de cumpleaños.

 

-No te preocupes Kou, no necesito regalos para saber qué me quieres, o que eres lo más importante para mí- se separó y no pude evitar ver sus hermosos ojos castaños, brillosos debido a un bultito de agua que los envolvía.- Te amo

 

-Yo a ti- se acerco lentamente y atrapo mis labios en los suyos, tome con fuerza su cintura y lo levante para acomodarlo mejor sobre mi cadera profundizando su tímido beso. Cuando este hubo finalizado me vio con una sonrisa y ojos brillantes- Mentira, si tengo un regalo para ti…- ladee mi rostro algo consternado por la sonrisa traviesa de  Kouyou- debemos darnos prisa, está un poco alejado de aquí, cerca de la universidad.

 

-Sobre eso…  Sara- la niña me vio- Lleva a papi al coche-  Con ternura insuperable tomo un dedo de Kouyou que con una sonrisa la siguió, quedándose en blanco al ver el hermoso auto-ahh lo amo!- abrace infantilmente el cofre de mi auto nuevo

 

-Jaja- rio nervioso- ¿Quién te regalo esto?

 

-Papa- me subí, Sara se sentó molestamente en donde venía y después Kou la tomo en sus brazos- ¿verdad que esta hermoso?

 

-Sí… ¡¡Ya tenemos Auto!!- Grito victorioso

 

-¿TENEMOS?- me golpeo ligeramente

 

-No seas envidioso… lo tuyo es mío y lo mío es  mío- reímos a carcajadas. Nos despedimos del guardia, y partimos, bajo instrucciones de Kou llegamos a una casa- Bienvenidos a nuestro nuevo hogar

 

-¡Wow KOUYOU! ¡Es hermosa!- pero después… caí de golpe a la realidad- ¿Cómo la pagaremos?

 

-Poco a poco- fue todo lo que dijo antes de jalarme para adentrarnos a nuestro nuevo “Hogar”. Ambos caminamos tomados de la mano recorriendo la casa, ni siquiera él la conocía y se impresiono tanto como yo de lo suficientemente espaciosa que era. Mientras  caminábamos podía oír cosas como “Aquí podría ser la sala” “Este será la habitación de Sara, la pintaremos de rosa y blanco, pondremos Patitos de colores en las paredes” Era algo que realmente me hacía sentirme Pleno y feliz.

 

 Cuando menos lo pensamos… NUESTRA hija estaba dormida en uno de los sillones-  está muy cansada pobrecita…

 

-Estamos desde las 8 de la mañana en camino… seguro si que está cansada.

 

-Eso es inhumano ¿sabes?- sonreí de medio lado viéndola dormir, en verdad era igual que él, tenía las mismas facciones de la cara, los mismos ojos, los mismos labios- oye pervertido, es una niña no la mires así- golpeo mi estomago.

 

-Tsk! Celoso, estas enfadado porque la quiero más a ella que a ti.

 

-¿Ah sí?- tomo con fuerza mi camisa y me junto a él de forma muy, muy peligrosa. Tartamudeé su nombre y sonrío de medio lado- Veremos si eso no cambia- traviesamente me jalo hacia una de las habitaciones.

 

-Ko… Kouyou- con una fuerza que no le pertenecía, se aventó a la cama, jalándome aun de la camisa, haciéndome quedar justo encima de él. Nos miramos a los ojos por un momento, su mirada centellaba fuertemente, y mi sonrojo se hacía cada vez más pronunciado.

 

Nunca se me había cruzado por la cabeza llegar un poco más profundo a con él. ¿Pasar a “la siguiente etapa”?  Para mi Kouyou era mi razón de vivir, solo por el simple hecho de ser él. Pero ahora, al verlo dispuesto a seguir adelante, a seguir conociéndonos, me eh convencido a mi mismo de que es suficiente, y que quizá deberíamos hacerlo.

 

Al bajar  a probar sus labios no puedo evitar el sentir que su cuerpo tiembla temeroso a lo que vendrá… es verdad, soy su primera pareja. Me mira de una forma tan… extraña, una mescla de alivio y arrepentimiento. Tal vez se quiso convencer a si mismo que necesitaba hacerlo para recompensar mi tragedia, como solía llamar al hecho de  a tener que cuidar a “ESA COSA” en su compañía.

 

-Lo… lo siento Akira- se cubrió el rostro al mismo tiempo que me incorporaba- no puedo… tengo miedo, no quiero que me duela- sonreí y destape su rostro. Aun se podía ver un nítido sonrojo y las lágrimas empañaban sus ojos oscuros.

 

-Kouyou, jamás te obligues a algo que no te eh pedido. Yo, aun no quiero perder esta inocente calidez que le hace sentir a mi corazón, el simple hecho de verte a los ojos.- ¿Ya dije que solo el saca mi lado cursi?

 

-Pero….

 

-¡Papi!- ambos giramos hacia la izquierda viendo a la pequeña Sara abrazada de mi chaqueta- ¿Qué haces?- pregunto con una sonrisa socarrona. Kouyou se sonrojo hasta los oídos, yo aun estaba sobre su cuerpo acorralándolo sobre la cama, me empujo con todas sus fuerzas y se sentó en la orilla.- ¡Auch!

 

- mi amor… - escuchar esas palabras de su propia boca me erizo los cabellos… Kouyou jamás había llamado así a la niña… esta sería como la segunda o tercera vez que se veían en el año… pero en casa Sara jamás dejaba de preguntar por él.- Yo… y papi, te queremos preguntar algo- la tomo de los brazos y  la sentó sobre sus piernas-  ¿Quieres  vivir conmigo? - Mi cuerpo se congelo, ¿Cuándo acordamos preguntar eso a ella? La niña me volteo  a ver indecisa, y Kouyou la imito.

 

-Papi- estiro su manita apuntándome.

 

- Claro mi vida, Papi también vendrá.-  La sonrisa de la niña no cabía en su pequeño rostro, yo me acerque  a sus espaldas y los abrace a ambos- Por fin seremos una pequeña Familia ¿Verdad?- se giro sobre su propio hombro para poder darme un beso en los labios. – Me haces mucha falta Akira.

 

 

 

~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•[NEUTRO]~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•

 

El paisaje azulado del amanecer lo tenía azorado… ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué hasta hoy se había preocupado?

 

-¿Tanto es lo que te extraño, Yutaka?- en ese solitario vagón de tren un joven de aspecto sombrío y cansado, se encontraba mirando embelesado la triste gama de colores fríos que tenía el amanecer de esa mañana de verano. Tenía todo el camino pensando en que decirle al castaño oscuro, del cual se había si mucho despedido en tres minutos. Lo había dejado, lo había abandonado, tenía un poco menos de un año sin hablarle- seguro estarás muy molesto Yukkun.

 

Si ahora lo pensaba mejor, había sido un niño caprichoso con el menor. Cuando este le contesto que quería ser abogado y por lo tanto no podía ir a Tokio con él, su mundo se rompió en pedacitos al igual que su corazón. Creyó que dejándolo se iba a sentir mejor, pero… había sido muy egoísta con él.   Quería remendar su error antes de verlo partir aleándose de su vida, tal vez, para siempre.

 

-Joven… pronto llegaremos a Kanagawa-ku

 

-Muchas gracias señorita- sonrío amable y tomo sus cosas siguiendo a la joven  hasta el vagón principal. Una vez que el tren se detuvo se apresuro a salir antes de que comenzara a andar de nuevo.  Había movido cielo y mar para que esa chica le permitiera subir, el tren de pasajeros que se quedaría en Kanagawa pasaría en 3dias y no podía esperar tanto, por eso tenía que hacer maniobra evasiva para salir sin ser notado por el maquinista.- Gracias

 

-Buena suerte joven.- y el tren desapareció de su  vista… corrió como si su vida dependiera de eso… si no se equivocaba, las clases acabarían en 1 semana más, y posiblemente su sonrisa con patas se iría a una ciudad lejana.

 

-Jajajaja Sonrisa con patas jajajaja- la gente a su alrededor solo lo miraba espantada y alejaban a sus hijos detrás suyo.  Miro una vez más su celular, se le hacía extraño no tener ningún mensaje de Akira,  le llamaba todos los días para preguntar como estaba, era como su mama.- ¡¡Waa Mamá Akira fue secuestrado y Violado!!

 

-Recemos por su salud- anuncio un sacerdote después de oír semejante grito, y la gente se hincó a su alrededor. Por otra parte el pelinegro seguía corriendo, hasta llegar a un conocido lugar, se oculto tras un árbol tratando de pasar desapercibido por el castaño.

 

-Yutaka, ¿en serio estas bien?

 

-Que si Ruki chan- rio ligeramente- deja de preocuparte.  Mejor preocúpate por ti… yo me ocupare de mis asuntos.

 

-Bien… pero que te quede claro que yo rece para que te fuera bien.

 

-Enano mentiroso, seguro que ni siquiera te acordaste de mí mientras hacías el examen.- golpeo lentamente la cabeza del más bajito que rio sutilmente.- pero gracias por decirlo, me hace sentir raramente bien.

 

-Yutaka… ¿Estás bien?- de pronto el mayor comenzó a sollozar- ¡¡Oye!! ¿Cómo quieres que me ocupe de mí si estas así y no me quieres decir?

 

-Lo extraño mucho- dijo aun entre sollozos, hipeando debido al llanto- está enojado porque no fui con el… y ya no quiere saber nada de mí.

 

-Kai, yo…- en el corazón del más pequeño había una revolución de sentimientos, siempre había gustado del otro, cuando se separaron fue el fin del mundo por mucho tiempo. Lo único que lo detenía de tomarle el rostro y besarlo con todo el corazón, eran esos profundos y oscuros ojos ocultos detrás del árbol a escasos 2 metros.

 

Unos ojos que lo veían entre molestos y envidiosos, mientras el castaño se vaciaba en lágrimas, el otro solo apretaba su puño impotente, ¿Qué debería hacer ahora? Ese enano jamás le cayó en gracia… siempre se vio con la intención de robarle a Kai. Pero  ¿Cuánto derecho tenia de reclamarlo si el mismo le había abandonado como si fuera basura? Tal vez si tenían que vivir alejados de esta manera…  sería mejor olvidarlo ¿No? Dejarlo seguir adelante pensando que él lo había olvidado.

 

-¡NO TE ATREVAZ A DAR UN PASO SHIROYAMA COBARDE!- ese grito del pequeño rubio ninguno se lo esperaba, el susodicho se vio descubierto por dos pares de ojos con miradas bastante complejas.- Ni un… solo pasó más.

 

-¡Y…Yuu!-  El corazón del castaño había viajado a todos los lugares de su cuerpo se acerco lentamente, el pelinegro sabiendo del carácter del otro pensó que lo golpearía, pero se sorprendido cuando los brazos le rodearon con fuerza.- Volviste… Volviste por mí.

 

-…- Oh, oh. – Kai- le alejo de su cuerpo- perdóname- el silencio que se formo incomodo a más de uno, algo en la mirada del pelinegro le decía al sonriente castaño que no le iba  a gustar lo que diría.

 

-Yo… me voy- anuncio el más bajito antes de salir corriendo a su auto, pero poca importancia le tomaron.

 

-No Yuu, No. Por favor no.-  y sus ojos se inundaron de nuevo y apretó con fuerza la camiseta del otro.

 

-Pero entiende Uke… estamos tan alejados, yo viviendo en Tokio y tu… tan lejos, con ese enano tras de ti, ¿crees que llegaremos a algo? Lo mejor será que sigamos nuestros caminos, separados- parecía salido de una novela dramática… pero era todo lo que se le ocurrió decir.

 

-Kanto- dijo de pronto el menor, su pareja se quedo estático entre alarmado y nervioso-  Elegí Okayama para hacer el examen, que estoy seguro no pasare, ¿Sabes? estuvo bastante complicado, tal vez la política no sea lo mío- Suspiro profundamente y se sentó sobre su auto con el rostro oculto entre sus rodillas.- por eso, antes hice un examen en la región de Kanto, cerca de Saitama en la escuela de enfermería.

 

-¿E… enfermería?- al  mayor se le hizo un gran cambio de carrera.-  Kai yo…

 

-Quería estar cerca de ti, pero no en Tokio, ahí, hay muchos recuerdos desagradables ¿entiendes?  Es lo que trate de explicarte tantas y tantas veces, pero tú solo sabias gritar y azotar puertas.- por un pequeño lapso de tiempo el mayor se sintió tan pequeño y diminuto comparado con la gran madurez del pequeño.

 

-Te amo- se abalanzo sobre él para abrazarlo fuertemente, haciendo que de nuevo comenzara a llorar.- Se que soy un idiota, pero es porque te quiero demasiado como para alejarme de ti. ¿Lo sabes?

 

-Por desgracias sí. Sé que eres el peor idiota del mundo, pero así te quiero. Si quedo en el colegio de la región de Kanto,  nuestras casas quedaran aproximadamente a 1 hora... nos podremos ver seguido.

 

-Si no es que... diario ¿sabes?  tengo una camioneta y una facilidad para conseguir casa que ya quisieran muchos empresarios.

 

-¿Hablas enserio? ¿Te mudarías a vivir conmigo?

 

-Por supuesto- susurro débilmente en el oído del otro antes de besarse, por primera vez en casi un año- nunca te vayas de mi lado Uke

 

-No me vuelvas a abandonar Shiroyama.

 

 

 

~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•~*__.:.__*~•~*

 

 

Tras quedarse dormidos en la gran cama que pertenecería al próximo cuarto del menor, formaban un hermoso cuadro. Cada uno al lado de la niña que no pasaba de los dos años, mientras sostenían sus pequeñas manos.

 

El castaño abrió los ojos, fijando su vista en el buro a su lado, donde descansaba su celular… con los ojos cansados y rojos lo encendió para ver la hora, era cerca de la 1:30 Am, giro su vista hacia los otros dos,  sonrió de lado al ver la imagen frente a él… Sara a falta de calor de su lado, se había girado hacia el ahora rubio quien al instante la abrazó, sintiéndose segura había subido uno de sus piernas en el cuerpo del rubio.

 

Se levanto despacio y avanzo hasta fuera de la habitación, camino despacio alumbrando su camino con el celular, y así recorrió el pasillo hasta quedar frente a una puerta, duro  minutos observándola fijamente, en la mañana había estado ahí pero no quiso profundizar el recorrido. Giró lentamente la perilla y encendió la nítida luz Violeta. No había mucho ahí, solo un viejo ropero de magnitudes colosales, casi cubría toda la pared.   Y no muy lejos un pequeño buro peinador descansaba sobre el desnivel.

 

Se giro poniendo seguro a la puerta, y finalmente acorto el espacio ante ese gran armario, lleno de secretos y recuerdos.  Con gran fuerza abrió una de las puertas, cientos de vestidos y  cosas de mujer descansaban húmedamente en perfecto orden. Todo aquello que le había pertenecido alguna vez a Uruha, aquello que tanto lo lastimo y humillo, aun permanecía impregnado en su cuerpo, aun seguía aferrado a ese recuerdo.

 

En noches como esas, y mientras vivía lejos de los suyos,  era cuando más ganas sentía de probarse de nuevo el viejo uniforme, de usar de nuevo los vestidos prendas que había odiado por muchos años. Cuando perdía la noción de lo que realmente era,  sentía la necesidad de calzar las molestos zaparos femeninos y correr tras Kohara y Ruki, o tomar a Kai del brazo y contonearse lo menos posible para evitar que se le subieran las faldas. De ver a su madre reír disimuladamente cuando los colores le subían al rostro por una flor o un chocolate de algún chico desconocido.

 

Recuerdos que en su momento borro de su memoria lastimada, pero que ahora le habían salvado. Recordó tantas noches las palabras de su abuela… “Quizá, Kouyou y Uruha no son diferentes… Quizá, necesites de ambos, no lo sé.”  Sonrío con pesadez y sostuvo su mandíbula.  Giro su vista de nuevo al  ropero, y agarro, uno de los vestidos,  como flashbacks recordó el día del baile escolar

 

-Todo comenzó allí- Sonrió, ese día se dio cuenta de lo que realmente sentía por Akira, aunque no lo acepto hasta mucho después.  Yuu y Yutaka dieron su gran paso de pareja, fue el momento crucial para los celos y aclaraciones, jamás olvidaría el susto de los primeros días con esos dos, sentía no se mataban por milagro. Quién diría que se pelaban para  no olvidarse el uno al otro.

 

La ropa calló al piso, y la suave tela de aquel vestido roso gentilmente su piel. Camino hasta el espejo y se sentó frente a él.  Observando su deprimente imagen… “¿Qué ah pasado contigo Kouyou? ¿Dónde quedo esa imagen fresca y juvenil?”  Abrió uno de los cajones viendo una gran caja rosa de madera, con cerezos pintados.  Su corazón comenzó a latir  y sus manos a temblar, como si lo que hubiera adentro fuera su más preciado tesoro, abrió la caja con sumo cuidado, al instante se desprendieron varios niveles donde estaban los maquillajes que había usado no hace mucho. Tomo un pincel y lo hundió en la pintura roja, pasándolo precisamente por sus labios, sonrió al recordar esa sensación.

 

Pasaron los minutos, perdió la noción del tiempo, e hundió de nuevo en sus profundos pensamientos, cuando menos lo pensó el reloj de su móvil indicaban las 4:00 am, sin importarle realmente se vio en el espejo una vez más, la persona frente a él no era el mismo chico que entro hace 3 horas…  la persona en el espejo era una chica, que él conocía muy bien, estaba sonriendo,  sus ojos maquillados deslumbraban con la luz de rayo al alba…  lucia sin preocupaciones,  parecía llena de vitalidad, que provocaba la idea de que el amor de su vida, el hombre con el que deseaba vivir el resto de su vida, descansaba en una de la habitaciones. Seguramente, abrazado aún a esa pequeña que en un principio desprecio tanto, pero que con el tiempo, le ayudo a recordar lo mal que se siente estar solo, en un mundo tan grande que tu eres un pequeño grano de arena en 100 millones.

 

-Realmente te necesito Akira- los ojos de la chica en el espejo se empañaron pero aun sostenía una sonrisa- ¿Estas realmente bien con esto Uruha? ¿Estás realmente de acuerdo en compartir al amor de tu vida conmigo?

 

Debía estar completamente loco,  parpadeo varias veces tratando de pensar mejor en la posibilidad que había, en el hecho de que justo como un reflejo detrás de él, estaba una chica, vestida de morado, con una hermosa sonrisa y que hacía a sus ojos color avellana  brillar con mucha dulzura.  La chica toco su hombro sin perder el contacto visual y sonrío.

 

-Lo estoy Kouyou ¿Estas tu de acuerdo en compartirlo con una mujer que no existe?- la voz de la chica era dulce pero no estridente, muy de acuerdo a su imagen. Sonaba como un eco- ¿sabes realmente que tú eres ambos?

 

-Lo sé y estoy consciente de ello.

 

-Te amo Kouyou… siempre fue mi deseo hacerte feliz. Y ahora lo eh logrado… creo que es tiempo de desaparecer de tu vida. Esto- dijo jalando el vestido ceñido negro- no es lo que tú eres realmente.

 

-Pero yo…

 

-Tienes 16 años diciendo esas palabras… ¿no te has cansado ya de fingir? ¿Aun quieres seguir este tormento que te impusiste para hacer feliz a otros? ¿Qué hay de tu felicidad?

 

-16 años –repitió como si acabara de comprender lo que esas palabra significaban- Ojala que hayan sido 18 años al lado de mi padre… Otro seria el casó…  estaría pensando en casarme con una hermosa mujer, en tener hijos y poder mantenerlos con mi trabajo.

 

-El matrimonio es solo un requisito de la sociedad Kouyou. ¿Realmente necesitaste un papel para darte cuenta que amas a Akira? a tres puertas mas, está el hombre de tu vida, con una hija que cuidar. Amate, confía en ti. Akira, te ama y confía en ti después de todo, yo fui solo tu salida de la realidad… debes vivir al ciento ahora que tienes a Sara, enséñale a amar como me enseñaste a mí y por favor no le niegues tu sonrisa.- se acerco a su oído – aprende a vivir, siendo quien eres- y finalmente deposito un beso en su mejilla desapareciendo de su vista al tiempo que el sonido seco de la puerta lo despertaba de su letargo… sus ojos se empañaron en lagrimas y corrió a la puerta sabiendo perfectamente quien era.

 

- ¿Uruha? – se abrazo con fuerza, aferrándose a ese abdomen fornido y trabajado.

 

-Kouyou! Aki chan, no me llames de nuevo Uruha por favor, me haces sentir equivocado, me confundes, me haces creer que realmente nunca me aceptaras como soy.

 

-No, yo te amo  a ti. ¿Lo sabes?- el castaño asintió- ¿Debes ir hoy a la escuela?- aun con los ojos llorosos negó- Perfecto, nos volvemos hoy mismo para Kanagawa.

 

- ¿Qué?

 

-Tu abuela quiere verte, ni siquiera le has llamado un solo día. Kai te extraña… mamá te extraña, eso es raro, te quiere más a ti.- el castaño rio despacio… y se miro en esos profundos ojos oscuros- ¿Qué ocurre?

 

-En Kanagawa… ¿Puedo ser Uruha  una última vez?,  quiero, despedirme para siempre de este personaje. – el rubio sonrío con ternura y atrajo al castaño hacia sí para besar su frente.

 

-Para siempre es mucho tiempo.- Y sin más, se giro tomando la mano de la pequeña que hasta ese entonces el castaño se fijo que estaba ahí y corrió a su lado tomando su otra mano.

 

“Realmente esto fue lo que siempre espere Akira, caminar a tu lado, sin simular, sin mascaras, esta sonrisa que traigo desde que te vi por primera vez, esa mañana donde me salvaste de una golpiza segura; se ah quedado impregnada en mi rostro. El futuro es incierto, quizá esto que sentimos dure una semana, quizá un mes, un año, no lo sé.  Solo quiero disfrutar la calidez de tu corazón, mientras tenga la posibilidad. Porque realmente…”

El castaño detuvo sus pasos, por inercia la pequeña Sara también, lo miro entre preocupada y curiosa.

 

-¿Que pasa KO… Uruha?- El mayor se sintió raro  al llamarlo así de nuevo.

 

-Te amo Akira.- Sin dejarlo contestar siquiera tomo su rostro con ambas manos y se fundieron en un profundo beso que los dejo sin aliento, agitados y nerviosos- Realmente, te amo.

 

 

“Hemos nacido para estar aquí juntos, así que no importa si somos torpes o débiles en ocasiones, mientras seamos nosotros mismos estará todo bien, después de todo…

 

Somos solo un par de niños jugando a vivir”

 

 

Notas finales:

Nos estaremos viendo espero ^^
Una aclaracion.. el fanfic fue basado en un fanart bellisimo en la cancion de HIlary duff llamada "Who's that girl?" En realidad... muchas gracias a todas por los comentarios  y en especial a Kowaii por dejarme usar su cuenta xD
 Kuroneko san por corregirme con lo del nombre de Kai ^^

 Y  alas demas enserio de todo corazon gracias!


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