Hermione
Me encontraba perdida entre la ética que siempre defendía y la amistad que les profesaba a los que amaba. Bien sabía que Nev moría por Nott, pero realmente nunca creí que realmente Nott sintiera algo por Nev. Sin embargo al ver esos orbes dorados, me había convertido en partícipe de su dolor.
Sí, me dolía la tristeza de Nott, pero más me lastimaba la mentira con la que Nev se había engañado. Nunca amaría a Cedric eso estaba claro; y también que ello terminaría lastimándolos.
-Hermione, al fin te encuentro…- escuche que me decían, mientras se acercaba al lugar donde me encontraba.
-Lucas- respondí a modo de saludo -¿Qué puedo hacer por ti?- dije manteniéndome lejos de su toque; aunque con magia de por medio, realmente era en vano.
-Oh, vamos. No me digas que ya se te olvido lo de ayer- contestó con burla.
-No- dije apretando mis dientes con furia –ni lo de anteayer o lo de la semana pasada- murmuré cada vez conteniéndome cada vez, intentando no estallar.
-Merlín, no te tenses. No haré nada que no disfrutes. Ya me conoces- siseó mientras me acorralaba contra la pared, sin dejarme posibilidades de escapar.
-Déjame en paz- lo reté tratando de empujarlo.
-Cada vez más estúpida Granger, semanas en esto y aún no aprendes- contesto furioso, mientras apresaba mi muñeca en su fuerte agarre –realmente no entiendo como con tu coeficiente, fallas una y otra vez- dijo acercándose cada vez más.
Sabía lo que pasaría, ya lo había vivido innumerables ocasiones, pero ello no impedía que me doliera, que cada día sintiera asco de mi misma. No disminuía mis ganas de matarlo y hacerlo sufrir lo que había hecho conmigo. Lo que hacía una y otra vez…
Río fuerte y en un abrir y cerrar de ojos sabía que una vez más estaba condenada.
Su mano serpenteó por mi espalda, bajándola lentamente disfrutando de mi impotencia. Repetidas ocasiones me dejo sin respiración, apretaba tan fuerte que momentáneamente todo se volvía negro y daba vueltas.
Y en ese momento fue que bajo su mano y con sadismo comenzó a rasguñarme, haciendo que la sangre brotara de mi alma, atormentándome aún días después, cuando creía que las heridas estaban cerradas.
Pero no iba a llorar. Nunca le permitiría tal satisfacción. Aún me preguntaba con dolor cada noche al acostarme, porque había aceptado ser su novia, cuando sabía que amaba a alguien más.
FLASHBACK
Era de noche, y ahí en medio de aquella hermosa habitación nos encontrábamos disfrutando de los placeres carnales de la vida.
-Pansy!!- grité con deleite en medio del fuerte orgasmo que me atraía al torbellino del placer. Para tan sólo milésimas de segundos más tarde recordar que era Lucas quien se encontraba a mi lado. Que era Lucas quien en esos momentos me veía con dolor e ira contenida en sus ojos que tanto admiraba…
-Yo... Lucas, no… n-
-Shh!! escuche perfectamente- dijo calmadamente, para instantes después formarse una sonrisa sádica en rostro. Comprendí entonces que nada, ni siquiera la vida misma me había preparado para el infierno que se avecinaba a mi vida.
-NOOO!!- grite desgarrada, llorando ya sin fuerza. Sin recuerdos de las veces que abuso de mí esa noche.
La noche en la que empezó aquel tormento.
FIN FLASHBACK
Si alguien conocía la maldad del alma de Lucas, era Luna, quien sorpresivamente me había suplicado que me alejara de él. Pero Merlín, era el chico por quien todas suspiraban.
Más cuando me di cuenta de que pude haberlo evitado, pregunto constante en mi interior, ¿Por qué no hice caso a las advertencias de Luna?
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Todo paso tan rápido, que no tuve tiempo para reaccionar. Vi un demaius impactar en Lucas. Caíamos al suelo, directo al frío mármol, cuando sentí unos brazos sujetarme fuertemente, y al fin, segura en ellos, deje que la oscuridad que se cerniera ante mis ojos y lentamente se apoderara de mi alma.
Skandar
-¿Cómo está Granger?- pregunto Draco tembloroso y asqueado ante lo que había visto
-Inconsciente… real… realmente el maldito la…- simplemente no pude terminar la oración era totalmente repugnante
-Skandar, cálmate. Recibirá su merecido- replicó amenazante Pansy –hay que llevarla a la enfermería- murmuró destrozada.
-Draco, hay que llevarlo con Snape. Pansy, nena llévate a Granger a la enfermería y quédate con ella- le ordene a Pansy, quien asintió llevándose a Hermione levitando -vamos con Snape- dije terminante a Draco –aunque antes, ¿Por qué no pasar a esta aula? Al fin y al cabo esta inconsciente, y de cualquier modo Luna sabrá dónde encontrarnos- termine frívolamente.
Sí, bien podía ser un maldito igual a Draco, pero tenía también corazón y una “sangre sucia” que proteger; después de todo nadie elegía tener padres promiscuos.
Con rapidez nos escabullimos al aula más cercana, en la que después de amarrar a un inconsciente Lucas a una silla, pusimos hechizos silenciadores pues no queríamos tener visitas inesperadas.
-Estás bien…- murmuró Draco alejándose de mí, intentando medir el terreno.
-¿Cómo crees que puedo estar?- pregunté perturbado- Dime Draco, sé que la única persona que te importa es tu madre, imagínate que Hermione es ella- vi de reojo a Draco con furia apretar sus puños –ahora, imagínate ese sentimiento multiplicado por dos- terminé con la culpa recorriendo cada parte de mi cuerpo.
Había fallado una vez más a mi madre, a sus últimas palabras. Quería morirme, esa sensación de vacío estaba carcomiéndome por dentro. Sólo quería huir e ignorarlo, y desaparecer para siempre del invisible dedo acusador de mi madre.
Sin dar más tiempo a la razón lancé un enervate con toda la fuerza que pude. Reí con frenesí al ver como el terror se acumulaba en sus ojos.
-Lindo, ¿No crees?- pregunte a Lucas tras lanzarle un diffindo al torso –Dime ¿Te sientes como un hombre cuando la empujas a ella? ¿Acaso te sientes mejor ahora que ella ha caído al abismo?- siseé furioso, inconsciente ya de mis acciones y de la sangre que alimentaba al mármol – Pero sabes, ELLA ME DIJO QUE ERES TÚ EL QUE ESTÁS TIRADO EN SU PROPIA PORQUERÍA,- grité con regocijo ante su dolor -QUE YA NO LE DUELE, Y QUE HA TENIDO SUFICIENTE DE TI…-
Draco
En mi vida había presenciado tal ira. Ni siquiera en mi padre. Y era tanto el dolor que recorría la habitación, que yo mismo dolía.
Escuché tras de mí la puerta abrirse, para dar paso a Luna que se encontraba entre la fascinación y el horror.
-Draco!! ¿Cómo pudiste permitir que esto pasará?- pregunto Luna angustiada, dándose cuenta al instante de que me encontraba petrificado –SANTA MADRE DE CIRCE!! Ahora mismo lo arregló- dijo apresuradamente sacando su varita -Necesito que me escuches bien- me explico - agarra a Lucas y llévalo con Snape, cuando cuente hasta tres huye, como si el mismo Voldemort te persiguiera ¿De acuerdo? Yo me encargaré de Skandar.
Asentí aún confundido, permitiéndome ver un poco más de la destrucción de Lucas.
-TRES!!- gritó exaltada Luna, tras lanzar un poderoso desmaius a Skandar
Caminé hacia Lucas, sanando sus heridas –Vulnera sanentum- repetí constantemente hasta que lejanamente escuche la voz de Luna
-No te queda mucho tiempo, ya vete-
-¿Estará bien?- pregunté temeroso, con la certeza de que Luna sabía me refería a ella
-No te preocupes, está conmigo- dijo calmadamente
-Nos vemos en la sala de los menesteres. Pullus!!- exclamé lanzando el hechizo a Lucas, y agarrándolo bajo el brazo corrí al despacho de Severus.
Apenas salía de la habitación cuando sentí la onda de magia golpearme con una furia incontrolable. Quise dar media vuelta y ayudar a Luna, sin embargo, como siempre ella tenía la razón. Sólo existía alguien que lo podía controlar. Y en definitiva, no era yo.
Me detuve un momento para oblivatear lo ocurrido en el aula, para después continuar mi caminar lento hacia al despacho de mi padrino.
Toqué la puerta sin ganas, con las imágenes de Lucas abusando de Granger torturando mi mente.
-Adelante- escuche que Severus contesto –Señor Malfoy, ya extrañaba su encantadora presencia. Sabe que lo puedo ayudar con sus problemas ¿No es así…?- pregunto enarcando su ceja.
-Claro, lo sé padrino. ¿Por qué la pregunta?- contesté aturdido mientras me sentaba en el mullido sillón negro.
-No interrumpas, que manía la tuya- dijo exasperado –Narcisa tiene razón, eres un caso perdido- dijo murmurando para sí mismo
-Sigo esperando…
-E insolente. Basta!!- me interrumpió dramáticamente
-En ese caso tú también lo eres, mira que interrumpirme no habla mejor de ti-
-Al grano Draco. ¿Por qué “Oh, gran caballero sumamente educado” viene a interrumpir mi adorado trabajo y no me permite hablar?- pregunto sarcástico
-Eso es lo que te iba a contar pero no me has dejado empezar siquiera- respondí trágico
-¿Y bien?- pregunto sacándome de mi ensoñación -¿Cuál es la razón de que te presentes a mi despacho sudado, mugroso, alucinando y con una gallina bajo el brazo?-
-A eso quería llegar… Un momento, espera ¿Cuál gallina?- me pregunté bastante desconcertado
-DRACO!! ¿Cómo que cuál? Merlín, ¿Qué hice para merecerlo?- se lamentaba Snape
-Mierda!!- grité confundido – Me he de haber equivocado en el hechizo, según yo era un hurón…-
-Draco, enfócate- dijo suplicando.
-Cierto, Finite incantatem- recité para regresar a Lucas a su forma original y mostrar en mi rostro la seriedad del asunto.
-Dime Draco que demonios paso, para que hayas decidido convertir a un estudiante en hurón-
-Creo- dije con la voz entrecortada temblando de ira – que deberías verlo por ti mismo…
Luna
-Inaudito, Skandar. Sé que estás despierto, y que en estos momentos quieres eludir la realidad. Pero tienes que aceptarlo, Hermione te necesita-
-Luna, ese… desgraciado... ese...-
-Hijo de perra mal parido, eso es lo que es…- rumió indignada Pansy al entrar en la habitación –No voy a dejar que se salga con la suya, no señor, de mi cuenta corre que se pudra en Azkaban y que le hagan día y noche lo que le hizo a mi Hermy. No se imagina con quien se metió, juró que deseara haberse metido antes con Voldemort que conmigo-
-Pansy, tranquila nena. Ya está todo bien, la llevaste a la enfermería ¿no?-
-Ello no redime lo que ha pasado- arremetió furiosa contra nosotros -perdón- recitó quedamente Pansy, al ver nuestras caras de desconcierto –sólo debí haber estado con ella, debí haberla protegido- terminó son un rictus de impotencia en su rostro.
-Yo… ustedes saben que la amo, y haría cualquier cosa por ella. ¿Por qué no me dijo lo que le pasaba?- murmuró Pansy con tristeza en su voz.
-Porque tenía miedo de lo que pensarás de ella. Intente protegerla después de verla a su lado, le explique quien era y de lo que era capaz. Pero no me quiso creer, y de eso no tengo la culpa. Suficiente sufrí al tratar de alejarla de él- contesté exaltada
-Luna, ¿De qué demonios hablas?- pregunto azorado Skandar
-¿Cómo crees que sabía de lo que era capaz?- pregunte con sarcasmo y enojo en mi voz.
-Yo... Luna...- tartamudeo Pansy sin saber que decir.
-No te preocupes Pansy, la mierda siempre queda en su lugar. Pasemos a lo que importante ¿Qué te dijo Pomfrey?- la corté esperanzada dejará ese tema que aún dolía en mi corazón.
-Merlín… Luna, no sé ni cómo empezar. Es tan difícil- contesto con amargura en su voz – Dijo que tenía varias costillas rotas, moretones, y diversos golpes internos. Bueno… Skandar…- contestó para después quedarse callada e incómoda con lo que nos iba a decir -No sé cómo decir esto… Pero me dijo que esta embarazada…-
-¿Cuánto tiempo se va a quedar en la enfermería?- pregunto Skandar totalmente ausente.
-Dijo que tal vez con mes y medio se recuperaría físicamente- contesto automáticamente –pero lo que realmente importaba era su estado mental. Y que es vital que la apoyemos, pues la situación no es fácil- termino de decir Pansy con tristeza y a la vez con el certero anhelo de estar siempre a su lado.
-Embarazada…- repetía Skandar como mantra. Y yo, sabía que tenía que sacar a Pansy lo más pronto de allí, pues se avecinaba otro ataque de magia.
-Pansy- dije con apremio -ve con Draco, seguro te está esperando en el despacho del profesor Snape,- termine de decirle, instándola a irse -seguro les interesará las noticias que traes-
Vi a Pansy asentir, para desaparecer por la puerta que entró. Me giré lentamente hasta quedar frente a Skandar. Sus ojos hablaban de un dolor inconmensurable, de odio y traición.
-Skandar- lo llamé quedamente, sabía era lo mejor –estoy aquí, puedes atacarme ¿Lo sabes, verdad?- no me dio tiempo de pensar siquiera, cuando comenzó a lanzar hechizos a diestra y siniestra.
No supe cuanto tiempo duro el duelo, sólo sentía mi cuerpo doler. Ya no podía pelear más, su sufrimiento me estaba consumiendo.
-SKANDAR, BASTA!!!- grité con las pocas fuerzas que me quedaban –Basta, por favor… No vas a lograr nada, lo hecho, hecho esta y no puedes cambiar ese pasado-
-Maldición Luna, nosotros podemos. Joder somos magos, deberíamos de poder, deberíamos…- dijo colapsando en el piso dándose cuenta de que era verdad, que ya nada podía hacer, sólo vivir el presente y esperar que traería el destino a nuestras vidas.
Y abrazándome, se quebró en mil pedazos, llorando de dolor.
Pansy
Llegue rápidamente a la oficina del Profesor, aún no podía apartar de mi cabeza todas las heridas que cubrían el cuerpo de mi Hermy.
Llame a la puerta, esperando el clásico permiso de entrada al despacho de nuestro jefe de casa.
-Adelante- escuche la voz enigmática del profesor instándome a entrar bajo mi propio riesgo.
-Profesor, Draco- dije respetuosamente al entrar en el despacho, para después ubicar a un aterrado Lucas y abalanzarme contra él, rompiéndole la nariz.
-Pansy- grito estupefacto Draco- ¿Y tus modales querida?-
-Para esta mierda no existen modales Draco. Una disculpa profesor- dije disculpándome con mi orgullo y honor intacto –No lo pude evitar- me excusé sabiendo que no diría nada.
-Ya sé lo contaste Draco- inquirí atenta
-Tuve una mejor idea, el profesor lo vio todo- contesto con una sonrisa irresistible señalando con los ojos a Snape
-¿Qué paso en la enfermería señorita Parkinson?- pregunto molesto el profesor
-La señora Pomfrey realmente estaba asombrada por lo que aguanto Hermione, sobretodo sin curar sus heridas- contesté aún desconcertada por lo que me había revelado, detalles que no debían ser revelados…
-Siempre me sorprende la señorita Granger, cuando uno cree que lo ha visto todo- dijo con tristeza – El profesor Dumbledore viene en camino, aún no sabemos cómo va a proceder este caso, pero realmente estamos jodidos- contesto Snape, dejándonos sorprendidos a mí y a Draco por sus palabras.
-Hay algo que aún falta decirles- dije quedamente con el recuerdo aún atormentándome –La señora Pomfrey me dijo que ella… que ella está embarazada- terminé lentamente con odio en mi mirada
-Merlín que ha hecho- dijo Dumbledore atónito a lo escuchado cuando entraba en el despacho de Snape. Mientras a su lado se encontraban el padre de Lucas, con el asco reflejado en sus dolidos ojos azules.
Skandar & Luna
Lentamente nos levantamos, limpiando a fondo el aula en desuso, procurando no dejar rastro alguno de sangre.
Y aún con nuestras miradas perdidas, nos dirigimos a la enfermería. Caminando, tratando de no llegar, y evadir la realidad.
Toqué la puerta sin fuerza, esperando poder ver a mi Jane.
-Señor Kirkland, señorita Lovegood ¿En qué les puedo ayudar?- pregunto amablemente
-Buenas tardes, venimos a ver a Hermione- respondió dulcemente Luna
-Pasen, es bueno que vengan, ella está muy mal y nadie, más que la señorita Parkinson y ustedes la han venido a ver- dijo con reprobación en sus ojos, sabiendo muy bien que entendíamos a quienes se refería- su cama es la tercera del lado derecho- nos indico para después irse a su habitación
-No perdamos más tiempo. Skandar, creo es tiempo de que le digas la verdad-
-¿En este momento? Digo, realmente después de todo lo que pasó-
-Sí, en este momento te va a necesitar, más de lo que crees- respondió Luna con una duce sonrisa
Caminamos a su cama, para encontrárnosla hecha ovillo sollozando muy fuerte.
-Hermione, ¿Cómo es…..-
-DEJENME!! Váyanse a burlar con los demás de mí, y lo estúpida que fui-
-Her…- intento Luna hablar, más con decencia la interrumpí.
-No, espera- dije con detenimiento.
-Hermione, sé que no me conoces tanto como yo a ti- comencé a relatar acercándome a ella y mirándola a los ojos –y creo deberías saber la razón. Yo hace tiempo… bueno mis padres hace tiempo se separaron y pues cada uno continuo su vida aparte...-
-No me interesa tu puta vida Skandar. Háganme caso y lárguense de aquí- repitió amenazante Hermione, aunque bien sabíamos que era lo menos que quería
-Cállate. Por una maldita vez en tu vida escucha- dijo molesta Luna y aunque asustada, Hermione se incorporo abrazándola.
-Hace tiempo mis padres, bueno mi madre rehízo su vida. Se fue con un buen hombre del que se enamoro y siguió enamorada. Basta decir que el matrimonio de mis padres fue obligado. Cuando tuve la suficiente madurez para comprender la situación la visite varias veces, cada vez que iba ella me contaba sobre su nueva vida y lo feliz que era. Y yo no podía evitar sentir que no me quería. Ella inconscientemente hacia que lo pensara. Por lo que me aleje hasta el punto en que no quería saber nada de ella. Me recrimino en incontables ocasiones que no la amaba. Y entonces me di cuenta de que ella me amaba más que a nada en el mundo. Bueno, a mí y a alguien más con el mismo sentir. A ti- dije dejando al fin salir la verdad y retirando un enorme peso de encima –Tal vez no me creas, pero es la verdad. Realmente hubiera querido que ella te lo contara pero….
-Skandar, yo ya lo sabía…- dijo entre murmullos Hermione –Sabía que tú eras mi hermano, pero te juntabas con Draco y yo… Yo pensé que eras igual a él. Por favor no te enojes, sólo… Te necesito en este momento más que nunca- terminó de decir Hermione dejándonos a los dos, con los ojos cuadrados
-¿Cómo que ya lo sabías?- repliqué decepcionado
-Cuando murió dejo una carta que al fin en el verano leí, en la cual explicaba sus razones para hacer lo que hizo. Aunque hay algo que me dejo confundida. Ella nunca especifico quien era mi padre, si el tuyo, el que creía era mi papá o alguien más…- dijo con tristeza y vergüenza en su voz
-Maldición…-
-Ya ves que iba a salir mejor de lo que habías pensado, Hermione es fuerte- dijo con alegría Luna
-No Luna, no lo soy. Si lo hubiera sido desde hace mucho tiempo habría hecho algo para detenerlo, yo… sólo…- Comenzó a decir, para después llorar desconsolada abrazándose a sí misma con dolor y asco de sí misma.
-Hermione, para. Eso ya paso. No dejes que el pasado de mierda que hayas tenido, arruine tu presente “aunque este también sea de mierda”. No es muy tarde para enmendar los hechos. – le dije para calmarla
-No, no entiendes… Maldición, estoy EMBARAZADA!! Embarazada… y yo… no sé qué hacer- lloriqueó con desesperación -¿Qué voy a hacer?- dijo para minutos después aún sollozando, quedarse dormida en los brazos de Luna
Nos miramos fijamente y ayudando a Luna recostarla, me incline para abrazarla.
-No te preocupes, ahora estoy contigo. Y nunca te abandonaré- exclamé dándole un beso en la frente para acercarme a la ventana y admirar la oscuridad que comenzaba a cernir sobre nosotros. Por suerte siempre existía la luz de la esperanza disfrazada de Luna.
-Gracias- dije quedamente mirando al vacío, dirigiéndome a Luna –Por amarme y darme el valor que creía perdido. Por que fuiste tú, quien me convirtió en lo que ahora soy.