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Tu forma de ser por Chris Yagami

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Notas del fanfic:

No se como esté XD lo hice como un experimento para crear otro fanfic que llevara este mismo genero... es el primero y creo el unico de esta pareja :P

Notas del capitulo:

Hay me dicen que les parecio, no tengo muchas espectativas XD

Seguía acariciando ese cuerpo sobre el suyo de manera protectora, esa piel suave y nívea que se estremecía con cada roce. Ya se había dado cuenta de que estaba despierto pero eso no detuvo sus caricias y el no se movió con lo que le demostró que le gustaba. Sentía el largo cabello color turquesa  caer sobre su pecho y como las manos de su compañero caían livianas sobre su pecho desnudo. Era tan extraño como alguien le había llegado tan profundo como para sentirse así. No tenía ni veinticuatro horas de conocerlo y sentía que quería pasar el resto de su vida con el.

-Debo irme- le dijo sacándolo de su ensoñación.

Siguió sin importarle con las suaves caricias sobre su espalda mientras que con la mano derecha tomaba la mano que se posaba en su pecho para llevarla a su boca y besarla dulcemente. La colocó en su mejilla sintiendo su suavidad, no quería salir del sueño tan bello en el que había entrado por lo que no lo dejaría partir tan fácilmente. Era estúpido decir esto cuando para todos, incluso para él era demasiado pronto, pero se había enamorado, estaba completamente perdido por un desconocido del que solo conocía el nombre.

-Debo irme- repitió levantándose levemente para verlo a los ojos y él se sintió perdido en esos ojos azules, tan tiernos pero tan lastimados.

-¿A dónde irás?- le preguntó resignado a su partida.

-A casa, creo- sonó afligido, torturado.

-¿No puedes convertir este lugar en tu nuevo hogar?- no quería perderlo, era preciso tenerlo para continuar con vida, ya no soportaría vivir si no era con ese hombre que lo había conmovido y enamorado.

-No- le respondió secamente, levantándose por completo y caminando al baño para encerrarse en el.

Se quedó tumbado en la cama, contemplando la puerta de caoba de su baño. Le dolió escuchar la negativa, pero comprendió que para el no fue todo tan maravilloso como para él. Escucharla hablar la noche anterior, verla despreciar a cualquiera que se le acercaba le resulto tan extraño, que no pudo evitar acercarse y arriesgarse a recibir un golpe de algún vaso o cenicero como lo recibió el chico que lo antecedió.

*Flash Back*

No tenía idea de porque había aceptado ir a ese bar, pero su compañero y mejor amigo de la infancia,  Milo,  podía ser tan persistente, que terminó aceptando para no escuchar otro sermón de que debía dejar de deprimirse por algo que no tenia futuro, y que las cosas se daban por algo, etcétera. Y era cierto, en el fondo sabía que la relación que llevaba con uno de los herederos más ricos de la ciudad no llegaría lejos, pero no podía evitar sentirse mal, él sentía algo especial por Camus, y le dolía que el lo terminara tan cruelmente. “La aventura terminó” fueron sus duras palabras.

De pronto se escuchó un barullo desde la puerta del bar, y se dio cuenta de que una pelea se llevaba a cabo entre tres hombres. Al parecer dos de ellos intentaron sobrepasarse con el otro joven y ahora estaban recibiendo una paliza de su parte. Cuando los dos sujetos se fueron con el rabo entre las piernas el fue arrastrado por uno de sus amigos hasta la mesa  que ocupaba con sus otros amigos. Pero el mareo hiso de las suyas y el muchacho cayó al piso sin que su amigo pudiera evitarlo, pero el si intentó evitarlo sujetándose de la mesa que tenia mas cercana que resulto ser la ocupada por él, llevándosela consigo en su camino al suelo derramando lo que había en ella. El levantó la mirada para encarar al dueño de la mesa y al ver esos ojos azules solo sonrió con desprecio y siguió su camino a la mesa, mientras que el hombre se quedó estático pues su alma cayó hasta el fondo de esa mirada azul cielo.

Te vi llegar del brazo de un amigo cuando entraste al bar y te caíste al piso

Me tiraste una chela, me tiraste el chiffon, estallaron los vidrios de mi corazón.

Se sentó muy cerca de la mesa que el chico de mirada azul cielo y sus amigos ocupaban arrastrando a su mejor amigo con él, quería escuchar la conversación del hombre que lo había cautivado a primera vista. Ya en la mesa escuchó lo que los otros le decían.

-Eres tan impertinente Afrodita- le recriminaba el chico  que se encontraba junto a el, de cabellera rubia y ojos azules.

-No es mi culpa- se defendió empinándose otra cerveza- Todos los hombres piensan que un no es si, es culpa de esos idiotas.

-Debiste contenerte- continuó otro chico, este de pial mas blanca que los demás y ojos verdes con el cabello lila- no puedes tener esas reacciones con todos los hombres que se te acercan

-Puedo y debo, Mu- dijo bajando la mirada- Ningún hombre puede acercarse a mi y lo sabes

-Bueno, nosotros somos hombres y henos al lado tuyo Dita- la consoló un jovencito delicado de cabellera y ojos verdes mientras le daba un fuerte abrazo.

-Eso no cuenta Shun, él sabe que desprecio a estos dos y tu aun eres demasiado joven- sonrió dirigiéndose al chico que mostró un puchero ante las palabras.

-¡Abajo esas caras tristes!- casi grito ese jovencito- ¡Vamos a bailar!

Caminó hacia la pista acompañada de sus amigos y comenzó con un suave contoneo de caderas al ritmo de la música, igual  a la danza de una sirena, el sensual movimiento lo hipnotizó. Pero parecía no percibir la música, bailaba en automático.

-¡Ángelo!- le gritó su amigo pasando su mano extendida frente a sus ojos para captar su atención.

-Disculpa, Milo- le respondió pero su mirada seguía fija en el joven bailarin que no prestaba atención a nada ni a nadie, parecía que ignoraba por completo la música y lo que tenia alrededor, pues de pronto chocó contra alguien y el impulso lo arrojó hacia una de las mesas cercanas. Se levanto y de un puñetazo directo en la cara dejo inconsciente al desafortunado chico. Inmediatamente después fue sujeta por su amigo.

Sus amigos de cabellera rubia y lila lo miraron enfadados y tomando sus bolsos salieron del lugar, seguidas del chico que, disculpándose con el, tomó las llaves de su auto y corrió para alcanzarlos prometiéndole a su amigo que volvería para llevarlo a casa.

Al quedarse solo miró a todos en el lugar y al darse cuenta de que era observada tomó una botella de la mesa donde se había estrellado y la arrojó a la pared frente a el, casi golpeado a Ángelo. Lo miró y lo reconoció como aquel al que le había tirado el trago.

Te vi bailar brillando por tu ausencia sin sentir, ni amar.

Chocando con las mesas, te burlaste de todos, te reíste de mí, tus amigas escaparon de ti.

-¡Tienen algún problema idiotas!- gritó dirigiéndose a todos en general- ¡¿Te duele mucho?!- lo señaló con el dedo para después reírse con un risa estruendosa, que terminó en otro grito furioso- ¡Sigan con sus patéticas vidas y déjenme en paz, perdedores!-Caminó de nuevo a la mesa y se sentó tomando un trago de la cerveza que su amigo había dejado.

-No te lo recomiendo, amigo-escuchó que dijo el hombre que estaba sentado en la mesa de al lado- Viene casi todo el tiempo y siempre hace ese tipo de escenas. Algo debe de tener mal en la cabeza.

-¿Lo conoce?- preguntó ignorando el último comentario.

-Si, su nombre es Afrodita Sakana, es hijo de uno de los hombres más ricos de la ciudad, pero esta loco.

Fue todo lo que le dijo para después darle la espalda.

Y a mi me volvió loco tu forma de ser, a mi me vuelve loco tu forma de ser
Tu egoísmo y tu soledad son estrellas en la noche de la mediocridad.

“¿Así que otro heredero caprichoso?” pensó un poco decepcionado cuando escuchó un nuevo barullo, y al dirigir la mirada al origen de esta descubrió que el joven había arrojado un cenicero a un muchacho que de seguro le pedía bailar con el o compartir la noche. El le había gritado un “lárgate” que lo dejó impactado “No, el es diferente” se dijo sonriendo

Me vuelve loco tu forma de ser, a mi me volvió loco tu forma de ser
tu egoísmo y tu soledad, son joyas en el barco de la mediocridad.

-Hora de irnos- le dijo Milo al notar que se metería en un problema si seguían allí, pues el joven  no se veía como alguien cuerdo y su amigo ya estaba lo suficientemente lastimado- Ángelo, vamos que ya es tarde.

-¿De qué hablas, Milo?- le recriminó con la mirada- Es la 1:00 apenas, no bromees que nos hemos quedado hasta las cuatro en ocasiones.

-Si, pero no nos quedaremos hoy si lo que pretendes es meterte en problemas- le regañó como a un niño pequeño- ese hombre no te conviene Ángelo, ¿no escuchaste a aquel hombre? Esa hombre no puede ser mejor que Camus.

-¡No te atrevas a compararlos!- le gritó levantándose de la mesa y yendo hacia la mesa de aquel joven que jugaba con su vaso mientras mantenía los ojos cerrados.- ¡Buenas noches!- la saludó haciendo que el le pusiera atención.

-¿Qué quieres?- su voz era amarga y podía sentir el veneno que sus palabras despedían.

-Quisiera acompañarlo, si no le importa- esperó a que le arrojara el vaso con el que jugaba pero el se levantó con una seductora sonrisa en los labios y se acercó a él.

-Por supuesto- le dijo en el oído para tomar de sus manos la cerveza que llevaba y empinársela terminando con ella de un trago. Lo miró y comenzó a bailar a su alrededor de manera tan sensual que no pudo evitar tomarla de la barbilla e intentar besarlo, pero lo que recibió fue un puñetazo en la nariz que lo hiso caer al suelo- ¡Lo sabía! ¡Eres igual a todos!- y salió furioso del bar no sin antes dejar que él se diera cuenta de que estaba llorando.

Viniste a mí, tomaste mi cerveza, me sonreíste así nadando en tu demencia

 No sabia que hacer te trate de besar me pegaste un sopapo y te pusiste a llorar.

La siguió dejando a su amigo hirviendo mas consigo mismo que con él por haberlo traído allí a pesar de sus negativas y escusas de que estaba cansado. Le dio alcance en un parque cercano donde se sentó en una de las bancas para llorar amargamente.

-Discúlpeme, no era mi intención ofenderlo así- se disculpó sentándose a su lado, el levantó la mirada y a través de esos ojos vio el alma destrozada que habitaba en ese bello cuerpo.

-No te disculpes, después de todo no eres el primero que se acerca por mi dinero o por mi cuerpo-  le sonrió tan amargamente, pero aun así se veía tan hermoso

Me vuelve loco tu forma de ser, a mi me volvió loco tu forma de ser

Tu egoísmo y tu soledad son estrellas en la noche de la mediocridad.

Conversaron bajo la luz de la luna llena de Noviembre, el le contó tantas cosas, sobre su familia, su querida abuela que siempre lo apoyaba, sus estúpidos amigos que estaban con el solo por su estatus, a diferencia de Shun, su joven amigo que le quería de verdad. Le contó también que prácticamente le negaban enamorarse, pues su padre le había conseguido un prometido, Shura, hijo del dueño de una empresa de computadoras de muy alto prestigio, así incrementarían su fortuna a costa de su felicidad, no es que el tuviera a alguien especial o deseara tenerlo, pero no quería casarse sin amor y teniendo recientemente veintitrés años. Era una linda persona, a pesar de todo lo que decían de el en el bar.

Me vuelve loco tu forma de ser, a mi me volvió loco tu forma de ser

Tu egoísmo y tu soledad son joyas, en el barco de la mediocridad

-¿Y porque lo haces?- le preguntó después de escuchar su historia- ¿Por qué te casas con él?

-Por que no tengo opción, mi abuela así lo espera y no quiero decepcionarla- le explicó amargamente

-¿No dices que ella apoya tus decisiones?

-Ella piensa que si deseo casarme, y eso la hace feliz pues el abuelo de mi “prometido” es amigo suyo desde que tenían trece años y con la boda se convertirían en familia. No quiero quitarle esa felicidad, por eso le he dicho que estoy de acuerdo con la boda. Además así seré mas poderoso y seré el próximo presidente de la empresa de Shura, pues el esta enfermo, no le quedan mas de seis años de vida. Sacrificarme durante ese tiempo vale la pena tras la recompensa que recibiré- terminó con malicia, por lo visto también había ambición en su manera de actuar

Me vuelve loco tu forma de ser, a mi me volvió loco tu forma de ser

Tu egoísmo y tu soledad son estrellas, en la noche de la mediocridad.

-Es hora de regresar a casa- dijo levantándose de pronto de la banca y comenzando a caminar.

-¡Espera!- le dijo sujetándole la muñeca, el volvió la vista y le sonrió de manera tan sensual que sintió un escalofrió en la espalda.

Me vuelve loco tu forma de ser, a mi me volvió loco tu forma de ser

Tu egoísmo y tu soledad son joyas, en el barco de la mediocridad.

-¿Qué sucede, Ángelo?- dijo acercándose a él y colocando sus labios en los suyos en un beso  apasionado- ¿Quieres pasar la noche conmigo?

Lo próximo que supo fue que estaba en su habitación y que el estaba a su lado, acariciaba las bien formadas curvas de su pecho y que cada caricia era devuelta por sus delicadas manos. No pararon hasta que fueron uno, hasta que se había adentrado a su ser tanto como le fue posible, veía su rostro sonrojado gemir mientras se movía en su interior, mientras su miembro no dejaba de hacer fricción contra sus paredes internas y ver ese rostro lo ayudó a llegar al clímax en un gemido hondo para después sentir como el se venia entre sus dedos que nunca dejaron de estimular su miembro.

*End Flash Back*

Estaba sentado en el comedor tomando una taza de café, esperando a que saliera del baño, tardo un poco en ello y cuando lo hiso se dirigió directamente a la puerta para salir del lugar.

-¿Nos volveremos a ver?- le preguntó antes de que el se fuera

-No, la boda es mañana y a partir de allí me mudaré con mi marido a España para esperar pacientemente su muerte- respondió con una sonrisa perversa en el rostro y cerró la puerta.

No la volvió a ver después de eso, lo último que supo fue que se volvió el matrimonio más poderoso de Europa y que tenían muy próxima la visita de la cigüeña. No tuvo más que alegrarse por el, pues se veía feliz cuando dio la noticia de su embarazo, tal vez no amaba a su marido, un hombre delgado y demacrado de ojos avellana y cabello verde oscuro, pero ser padre parecía agradarle. Aun así no pudo evitar sentir celos de ese hombre: él estaba con el hombre que él amaba y le estaba dando una familia.

Nueve meses después de la boda nació un niño y cuando vio su imagen en una revista de espectáculos, que compraba solo para saber de el, no pudo evitar sonreír y sentir un estremecimiento en el estomago. Los ojos azules del niño eran tan lindos, tan profundos, tan… suyos. Pero él no diría nada si a él eso lo hacía feliz.

Notas finales:

Reviews plis XD (no me molestara ninguno salvo que sea de ese dichoso tema del mpreg ¬¬)

Saludos ;)


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