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Show Me Your Teeth por Raziel Aldebaran

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen la cancion menos

Notas del capitulo:

es un pequeño reto

 

Show Me Your Teeth.

No tengas miedo
He hecho esto antes
Muéstrame tus dientes
No quiero dinero (quiero tu dinero)

En una alcoba, con casi apariencia de alcantarilla. Una bóveda se escucho abrir. En un parpadeo, aparece Kuran Kaname, siendo arrastrado por Zero, un cazador.

-Eres impío.- Susurra el de cabellos plata a su presa. Desde hace varias décadas le había intentado dar caza. Y sólo pudo ocurrir una noche en la que el Vampiro quiso dejarse atrapar. Habían bajado por el elevador de poca confianza y de edad milenaria. Las tuberías en algún lado se escuchaban gruñir. Las gotas y el salitre se acumulaban. Era desesperante. Constante. Tétrico. Un lugar oscuro.

Esto es feo
Solo quiero tu sexo (quiero tu sexo)
Toma un poco de mi carne de chica mala (carne de chica mala)
Dame un mordisco
Muéstrame tus dientes
Déjame ver tu promedio

Alguna luz daba cabida a imágenes borrosas entre la oscuridad. Los pasos de ambos eran muy sonoros, pues no había mucho lugar ocupado. El moreno llevaba puesto apenas si un pantalón de cuero negro, y un abrigo de piel. El cazador, en cambio iba lujosamente bien vestido. Claro, con un pantalón de iguales cualidades que el anterior. Cuando las puertas horizontales se abrieron, se vieron saliendo de ahí. Kaname con las manos detrás, en su espalda, firmemente atadas. El de cabellos plata lo seguía arrastrando a un lugar en particular.

Esto es feo
Solo quiero tu sexo (quiero tu sexo)
Toma un poco de mi carne de chica mala (carne de chica mala)
Dame un mordisco
Muéstrame tus dientes
Déjame ver tu promedio

Cuando abrió la habitación. Habitación en que sería examinado el espécimen. Se dio cuenta la víctima, que era uno muy espacioso. Velas, aquí y allá. No había un patrón a seguir. Decenas de imágenes de ídolos religiosos. Relicarios. Cristo montados en divinas cruces.

No tengo dirección (sin dirección)
Necesito dirección
Solo tengo un vampiro (tengo un vampiro)

Sin pensarlo mucho. Preparado para ello, Zero sentó por la fuerza a Kaname en una de las sillas de madera. Le tomó del mentón y le lanzo una sonrisa burlona. El vampiro permaneció en silencio. No necesitaba decir palabras. No pediría auxilio. Como resultado al inexpresivo agradecimiento, Zero se dispuso a quitarse un par de lentes color lavanda que llevaba puestos siempre que salía a la superficie a Cazar.

Toma un poco de mi carne de chica mala (carne de chica mala)
Dame un mordisco
Muéstrame tus dientes
La verdad, son sexys

Y de modo muy sutil, se desprendió de la camisa blanca, dejando ver que un par de tirantes negros pasaban perfectamente por los hombros del fuerte y celestial cuerpo del cazador, mismos que descendían hacia un lugar: conocido por intuición, desconocido por experiencia ajena. Pero que podría llegar a ser terriblemente encantador. El vampiro sonríe para sus adentros.

Dime algo que pueda salvarme
Necesito un hombre lo haga bien
Solo dime cuando esto este bien
Dime algo que me transforme

En alguna parte algo cayó. Un sonido ronco. Una cosa hueca. El cazador susurra “No debe temer, esto es mi trabajo”. El vampiro sólo escucha. El ritual comienza.

Ahí voy amor, con las manos atadas
Muéstrame tus dientes
Sólo dime cuando

El cazador da varios pasos hacia atrás. No pierden el contacto. Desde hace un momento se hizo hechizante entre los dos. Toma un par de objetos negros, que resultan ser guantes de cuero. Sus bocas aún sonríen. Los dientes del cazador son perfectos y blancos. Sus labios repiten la oración. El vampiro sólo continuó estático.

Muéstrame tus dientes
Sólo dime cuando
Abre tu boca nene
Muéstrame lo que tienes
Muéstrame tus dientes, dientes, dientes.

-Muéstrame los dientes. –Una nueva tonalidad se añade a las cosas. La mortecina luz ya es bastante para los ojos. Se pueden ver los alrededores sin necesidad de más que parpadear. Más velas. Un celular en la esquina. El emisor se pone los guantes, y aprieta las manos verificando los ajustes necesarios. Lanza lejos el abrigo sobrepuesto del vampiro. Desdén.

No tengo salvación (sin salvación)
No tengo salvación
No tengo religión (sin religión)
Mi religión eres tu

Existen muchas cosas en aquella habitación. Pero el vampiro vio innecesario averiguar más allá de aquellas que tendría de cerca. El cazador comienza a mover las manos. Ahora son puños. Sus caderas se comienzan a mover. Da golpes a un costado mientras su cuerpo se mueve a la cadencia de una canción. Sus pectorales no tienen defectos. Sus tetillas sobresalen de aquellos tirantes. Y tiene igual de semidesnudo al vampiro. Que comenzó a mover los hombros de arriba hacia abajo imitando deliciosamente el ritmo del cazador. Suena el celular. Y el vampiro lo ve molesto, entrecerrando esos ojos de colores caoba.

Toma un poco de mi carne de chica mala (carne de chica mala)
Toma un pedazo de mi
Muéstrame tus dientes
Soy una chica dura de vencer.

El dueño revisa y continúa. El vampiro tiene sus manos atadas, pero no las deja de mover. Hace círculos, hace piruetas con los dedos. El cazador se acerca al oído de su prisionero. “Muéstrame los dientes” y le lame la oreja por toda su extensión. Kaname permanece sin moverse un ápice. Decepcionado por la respuesta, toma asiento cerca del vampiro. El celular vuelve a sonar. Vibra por toda la mesa. Y esta vez contesta.

Tengo mis adicciones
Y adoro amarte (Y adoro amarte)
Nadie es perfecto

-Necesito dirección. –las comisuras de Zero se mueven siempre lentas. Sus palabras apenas son audibles. El cazador cuelga con una sonrisa en su terso y blanco rostro. –Tengo a un vampiro.

Toma un poco de mi carne de chica mala (carne de chica mala)
Toma un pedazo de mi

Kaname de nuevo dirige una mirada a la mesa de trabajo. Ahora hay más cosas. Sigue moviendo las manos atadas.

Muéstrame tus dientes
Sólo necesito un poco de orientación

Retomando su faena, Se levanta y la ceremonia de movimientos sensuales prosigue. El vampiro esta más sonriente. Sus ojos expresan mucho, y la mayoría de esos pensamientos son libidinosos. El vampiro repite un par de cosas, mismas que el cazador ya conocía. No pudo ocultar, al hablar, sus bellos colmillos. Esculpidos en marfil. No evita un ensanchamiento de burla cuando mira al cazador volver de la mesa con un par de objetos ovalados y de colores perlados. Ajos.

Dime algo que pueda salvarme
Necesito un hombre lo haga bien
Solo dime cuando esto este bien
Dime algo que me transforme

Los pone frente al vampiro para que sucumba ante ellos. Nada. Los esperece con los guantes apretados en torno a ellos. El vampiro aspira sin mayor dificultad. Cambiando de pieza. Suelta los sobrantes, molesto. Pero no cansado para continuar. Toma en su mano derecha un control oscuro. Danza, mueve las caderas y los brazos. Y con un solo dedo, aprieta el botón indicado, presentándole al vampiro un enorme juego de lámparas con luces demasiado brillantes para iluminar esa habituación. Nada, de nuevo. El vampiro retrocede y cierra los ojos, pero esa también es reacción humana. Kaname vuelve la mirada al frente y  sonríe caprichudamente; le dirige miradas de apremio.

Muéstrame tus dientes
Sólo dime cuando
Muéstrame tus dientes
Sólo dime cuando
Abre tu boca nene

El cazador se vuelve a aproximar, para evaluar algún posible daño. Sin evitar lanzar su respiración caliente al cuello del vampiro.

Muéstrame lo que tienes
Muéstrame tus dientes, dientes, dientes.
Muéstrame tus dientes

-Abre la boca, hombre. –Un leve movimiento vaquero que culmina junto con la oración. Zero da la vuelta, y el vampiro clama: “Muéstrame tú lo que tienes”. El cazador, anverso al vampiro. Lo seduce, tocándose con los guantes tanto cuello como cadera, cintura y hombría. Esta con especial atención. Terminando con “ese juego” camina apresurado a su mesa y jala un collar de perlas negras.

Mi religión eres tu
Mi religión eres tu

Lo cuelga. Ninguna reacción. El vampiro sólo lo ve y ríe. Enarcando una ceja. Seña clara de expectación. Hay champagne. Sirve una fina y larga copa. Bebe de ella con frenesí amargo. No sin antes dedicarle un brindis al sediento.


Auxilio, necesito un hombre
Ahora muéstrame tus colmillos (mi religión eres tu)
Auxilio, necesito un hombre
Ahora muéstrame tus colmillos (mi religión eres tu)

-Nadie es perfecto. –Masculla el vampiro. Zero de nuevo juega con la muerte, dando fintas de mordidas por todo el suave cuello de Kaname. Las manos atadas siguen sin estar quietas. El cazador tienta los nervios del vampiro pasando de nuevo sus manos enguantadas por todas las zonas sensibles de un ser mortal. La tarea no estaría completa sin una botella de colores claros. Agua bendita que lanza a la cara del vampiro. Sucede: nada.

Auxilio, necesito un hombre
Ahora muéstrame tus colmillos (mi religión eres tu)
Dime algo que pueda salvarme
Necesito un hombre lo haga bien
(Necesito un hombre lo haga bien)

Zero se enoja y avienta la botella lejos. Una leve danza provocativa antes de volver a la mesa. Agarra una pieza de madera. De punta afilada y blanca. De contornos café. Pone la peligrosa estaca en el centro de la boca del vampiro. Kaname agacha la mirada cuando la estaca desciende. Expectante. La pasa con suavidad por el pecho y lo hace retroceder instintivamente.

Solo dime cuando esto este bien
Dime algo que me transforme

Zero abre y cierra los brazos. Aún no se cansa de jugar. Con furia saca a arrastras unas pinzas plateadas. El vampiro lo mira curioso. Unas miradas muy elocuentes.

Ahí voy amor, con las manos atadas
Muéstrame tus dientes
Sólo dime cuando
Muéstrame tus dientes
Sólo dime cuando

-Ahora, muéstrame los colmillos. –Las pinzas se abren y se cierran. Las presenta. Zero toma al vampiro de la cabeza, la  lleva hacia atrás y con la diestra aprieta las pinzas contra la boca cerrada de un terco Kaname. Insiste varias veces. Pero la boca no cede. Se separa por un movimiento brusco y de protesta. Las manos escondidas siguen vivas.

Abre tu boca nene
Muéstrame lo que tienes
Muéstrame tus dientes, dientes, dientes.

Zero mofa y cuando regresa de la mesa, lo hace con un pequeño objeto de color plata. Con dolo lo pasa por la parte baja de pectoral derecho. La sangre, inminente, emana. Diversión sucia para el cazador al ver el lujurioso rostro del vampiro aspirando el olor dulce que le producía deseos. Libido. Una enorme gota de sangre corre libre y sin tapujos.

Muéstrame tus dientes
Muéstrame tus dientes
No son tan grandes, como dicen

De nuevo baila. La paciencia del vampiro decrece de golpe. Instante después, un enfadado Zero trae un látigo. Lo lanza sin interés, y sin blanco en particular. Sólo deseando crear “miedo” y advertencia al vampiro del paso siguiente. Kaname emite un gruñido de satisfacción.

Muéstrame tus dientes
Abre tu boca nene

Zero se molesta y decide incitarlo aún más. En lugar de azotarlo, toma un lado del látigo y jala por el cuello a Kaname. El cazador esta a sus espaldas. Comienza a morder sin causar daño. Sólo placer. El vampiro trata de contenerse. Aún faltaba algo en específico. Levanta la cara del vampiro con el flagelo. Lo sigue estimulando, incluso cuando da la vuelta para besarlo y morderlo por el frente.

Muéstrame tus dientes
Mi religión eres tu

Lo apremia de nuevo, simulando besarlo en los labios. Pero se separa justo antes de que se toquen. Se ven a los ojos. El vampiro ya no puede más. ¿Las manos? El vampiro sonríe. Tiene al cazador esta tan concentrado en jugar con el “indefenso” Kaname, que no se da cuenta que las manos del vampiro ya están libres. Zero ajeno a todo, no se da cuenta cuando el Cazador se convirtió en la presa. Mucho menos pudo emitir sonido de alerta cuando el vampiro sin reservas, sin tapujos, ni impedimentos algunos, echo la cabeza hacía atrás y…


Muéstrame tus dientes
Solo necesito un poco de orientación
Muéstrame tus dientes.

 

Notas finales:

gracias por leer


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