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Una luz en medio de la tormenta por Naruke

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Notas del fanfic:

¡Hola! ¿Cómo estan? Espero que bien, y si no pues ánimo.

 

Hoy les traigo, despues de no sé que tanto tiempo, un nuevo Fic. Uno que me gusto mucho, y que había tenido un monton de ganas de subirlo.

 

Este Fic lo hice a partir de un mal momento que vivi, en el que sentimientos no muy comodos me invadieron, y tuve la gran necesidad de querer sacarlos y para mi la forma mas correcta fue escribiendo este Fan Fic.

 

¡Espero que les guste! No tengo mucho que decir, no se me ocurren muchas cosas.

¡Lean!

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen a mí son de Masashi Kishomoto.

 

¡Espero les guste este humilde Fic!

 

¡Disfruten!

Título: Una luz en medio de la tormenta.


 


Autor: Naruke


 



Capítulo Único.


 


Los arboles se mecían con brusquedad por las fuertes ráfagas de aire que habían en el exterior produciendo esos sonidos tétricos que le erizaban los bellos de su cuerpo por los escalofríos que invadían.


 


…Tenía miedo…


 


Temía que de un momento a otro las figuras abstractas que se visualizaban en la ventana lo atacaran. Aquellas figuras que mostraban garras filosas y que golpeaban su ventana con ansias de entrar. Parecían monstruos, como esos que se mostraban en los dibujos animados.


 


Pero los monstruos no existían… ¿Verdad? Se preguntaba así mismo en su mente infantil, quería darse seguridad, intentando quitarse el miedo.


 


Del cielo totalmente oscuro las lagrimas frías del cielo caían con brutalidad en la tierra, provocando sonidos huecos en el techo de su casa, sonidos que acompañado con el lamento de los árboles no le dejaban dormir.


 


Apretaba con fuerza sus parpados no queriendo escuchar esos sonidos de la naturaleza que tan  lúgubremente se abrían paso en sus sentidos provocándole una sensación inmensa de miedo y soledad.


 


… No pasa nada… No pasa nada… No pasa nada…


 


Pequeños susurros se escapaban de sus delgados labios abrazando con fuerza la suave almohada que hasta hacía unos momentos se encontraba abandonada en su cama entre el mar de sabanas color azul marino.


 


Quería que aquella tormenta se acabara, que las sombras que se asomaban por su ventana se fueran. Quería únicamente que la tranquilidad volviera a ser el actor principal en esa noche.


 


Igual quería que su Oka-san  lo abrazara, que le susurrara tiernas palabras a su oído, acariciando con amor su espalda. Quería sentir los labios de su madre en su frente, besándole con aquel sentimiento que solo aquel ser que te dio la vida te podía dar, y con ese acto sus miedos desaparecerían.


 


En su mente fue imaginando que aquello sucedía y que no se encontraba solo.


 


Su inocente y anhelante imaginación reproducía esas mágicas imágenes en su mente, pero… ¿La naturaleza? ¿La vida? ¿El destino? ¿Un ser supremo?... Quien fuera, no dejo que se siguieran produciendo, cortándolas con brusquedad y de forma estruendosa cuando un relámpago que ilumino el lugar, seguido de un ensordecedor ruido, le saco de sus pensamientos.


 


Sus ojitos negros se abrieron de par en par, al igual que su boca, en el que un grito quedo atorado en su garganta no pudiendo ser escuchado, su respiración se agito al sentir como el miedo invadía de nuevo su cuerpo, suplantando aquella calidez que había experimentado hacía unos segundos.


 


Sentía un miedo paralizante, un miedo que le inmovilizaba, y del cual trataba de superar, aunque no podía evitar derramar pequeñas lagrimas que con dolor se deslizaban por sus pálidas mejillas.


 


Apretaba con fuerza la almohada contra su pecho, sintiendo un gran vació en su interior.


 


¡Sasuke! …


…¡Sasuke!...


…¡Sasuke!


 


 


¡Sasuke! ¡¿Por qué lloras?! Eres una vergüenza para nuestro clan.


 


Escucho resonar la grave voz de su padre en su cabeza, recriminándole aquel acto infantil de su parte, un acto denigrante para un miembro de la memorable familia Uchiha


 


-¿Oto-san?-pregunto temeroso intentando en vano limpiarse las lágrimas que se escapaban de sus ojos.


 


Se incorporo en su cama quedando sentado y con la vista nublada por las lágrimas y siendo ayudado por los fuertes relámpagos que iluminaban toda su habitación con una luz escalofriante, trataba de ubicar la figura de aquel hombre de porte frío y en ocasiones sombrío, a aquel hombre que era su papá, pero que sentía tan distante a eso; a ser un padre.


 


Eres una vergüenza para nuestro clan, Sasuke.


 


Eran las constantes palabras que Fugaku le repetía al más pequeño de sus hijos, ignorando por completo el esfuerzo que este empleaba día a día en sus entrenamientos, en la academia, en todo lo que hacía, para poder algún día lograr escuchar de él un simple: Lo has hecho bien.


 


Pero algo que también ignoraba el patriarca de los Uchiha, y eso que presumía de gran inteligencia, era que su hijo a penas constaba con seis años.


 


Sasuke apenas era un niño. Un niño que necesitaba el amor de sus padres.


 


Su madre era una mujer amorosa pero sumisa ante las ordenes de su marido, y dejando de lado las necesidades de sus dos hijos, para acatar lo que Fugaku le decía.


 


Y eso lo había comprendido el pequeño azabache la semana pasada, cuando una tormenta igual o más fuerte caía sobre la Aldea.


 


--- --- ---


 


Me encuentro enfrente de la gran cama matrimonial de mis padres, los veo como plácidamente están dormidos, no se inmutan de la fuerte lluvia que cae en estos momentos sobre la Aldea, haciendo extraños ruidos.


 


Miro con duda a mi mamá, debatiéndome entre levantarla o si dejarla dormir y quedarme durmiendo en el sillón que hay en su habitación, ya que tengo miedo de quedarme solo en la mía. Itachi no está, salió a una misión muy importante, lleva varios días fuera, y casi siempre con él me quedo  cuando llueve de esta forma, él sabe que me da mucho miedo.


 


Lo extraño, pero es un secreto, ¿Eh?


 


Sonrío levemente ante mis pensamientos, para cambiar rápidamente ese gesto por uno nervioso. Mi garganta se encuentra seca, con trabajo paso mi saliva que siento tan espesa, mis manos sudan y entre ellas tengo agarrada la almohada que había traído de mi cuarto.


 


Dejo escapar un suspiro, y esperando lo mejor, estiro una de mis manos alcanzando el hombro de mi Oka-chan, moviéndoselo, llamándola en voz baja para que mi padre no me escuche.


 


La muevo por unos segundos hasta que unos sonidos ilógicos salen de su boca, y siento como se mueve, para voltear su cuerpo al lado en donde me encuentro yo, no logro distinguir su expresión porque está oscura toda la habitación.


 


-Sasuke-escucho la voz adormilada de mi mamá, que me llamaba un poco dudosa, me acerque más hasta donde ella estaba, queriendo ver la expresión que tenía en su rostro, pero fue un intento fallido-¿Qué sucede hijo?-me vuelve a llamar mi madre con el mismo tono de voz cansado.


 


Me mordí un poco los labios, y un poco nervioso, pero sin darle vueltas al asunto le dije a mi madre a lo que había ido- Oka-chan, ¿Me puedo quedar a dormir con ustedes es que…


 


-… ¿Por la tormenta?-completo mi mamá, dándose cuenta lo que sucedía fuera, yo solo asentí mi cabeza acompañándolo con un vasto “si”, esperando que con eso me dejara quedarme con ellos.


 


Estaba por subir a la cama de mis padres, al no escuchar respuesta de mi Oka-chan interpretando su silencio como un “si puedes”, pero me detuve cuando sentí que mi madre se movía, volteándose hasta donde estaba mi padre, me quede paralizado.


 


-Fugaku querido-llamo suavemente mi mamá a mi padre, le llamo dos veces cuando pude escuchar un bufido enojado que escaba de la garganta de él.


 


-¿Qué sucede Mikoto?-pregunto con tosquedad mi papá, no dándose cuenta de mi presencia, o eso es lo que yo creo.


 


-Querido está cayendo una gran tormenta y Sasuke tiene miedo de quedarse solo, y quería saber si…


 


-Ya está lo suficientemente grande. Que se vaya a su habitación a dormir-dictamino mi padre, interrumpiendo a mi mamá dejándola con la palabra en la boca, pero ella no se quejo, no dijo nada. Sentí una gran opresión en mi pecho, y mis ojos me ardían, quería llorar.


 


No espere a que mi mamá me dijera que me fuera porque ya sabía que es lo que tenía que hacer. En silencio, y con mi almohada en mano me fui a mi cuarto, teniendo miedo que algún monstruo me atacara o que me cayera.


 


Extraño a Itachi, es lo único que pienso, quiero a mi hermano. Tengo miedo.


 


--- --- ---


 


El miedo que sentía por la tormenta que caía con fuerza se esfumo ante esos recuerdos, pero el vacío que sentía en su interior se había hecho más grande, más doloroso. La soledad la sentía tan fría que le quemaba.


 


Sus lágrimas se habían detenido, ahora solo sentía su nariz algo escurrida, y los pequeños espasmos que invadían su pequeño cuerpo.


 


Eran cerca de las tres de la madrugada y no había logrado conciliar el sueño en toda la noche. Se sentía cansado, ya llevaba varios días así, sin poder dormir por el miedo que le invadía cuando el sol se escondía y la oscuridad gobernaba en aquella casa.


 


Pero en ese momento, en ese instante no dormía por miedo, sino era por aquel molesto y doloroso sentimiento a soledad. Era sorprendente que un niño tan pequeño se encontrara sintiendo ese sentimiento tan amargo con tanta intensidad.


 


Cada vez se sumergía mas en sus pensamientos, pensando en tantas cosas, que no se relacionaban una con otras y tan carentes de importa. Se encontraba en un momento de relajamiento, algo tan cerca a la acción de dormir, cuando un extraño sonido alerto sus, aun no desarrollados, instintos Ninja.


 


Parpadeo varias veces, sacudiendo su cabeza, tratando de identificar ese sonido, quería pensar que era algún sonido de fuera, pero de nuevo se volvió a escuchar.


 


Una pequeña mueca apareció en su rostro, sintiendo aquel nerviosismo que de nueva cuenta se abría paso en sus sentidos.


 


-Ya no puedo seguir teniendo miedo-se dijo así mismo, frunciendo el ceño, no queriendo que aquella sensación se apoderará de él. Él era un Uchiha, miembro de una de las familias más poderosas, y no tenía permitido sentir miedo, se volvería tan fuerte como su hermano mayor y se lo demostraría a su padre.


 


Esos pensamientos pasaban con decisión por su pequeña mente infantil, parándose de un salto, rechinando la madera al colocar sus pies en la madera.


 


-Soy un tonto-susurro para sí, recriminándose porque había hecho mucho ruido, pero apretando sus puños, dejo esos pensamientos, y con firmeza se dirigió a la puerta de su habitación, para salir corriendo de esta, con el corazón en la boca, queriendo llegar hasta donde estaban sus padres.


 


Les anunciaría a sus papás que había un intruso en su casa, y así lo felicitarían, y quizá, solo quizá, aceptarían que él pudiera dormir junto con ellos en su cama.


 


Aquella idea le lleno de ilusión, pero el miedo aun seguía tan latente que borro rápidamente la sonrisa de sus labios, sustituyéndola por una mueca de seriedad, había escuchado otro extraño ruido.


 


Ya se encontraba cerca de la habitación de sus padres, sintió latir su corazón más rápido, de forma  desesperada. Acelero su paso, pero tuvo que frenar igual de rápido al verse ya casi enfrente de la puerta del cuarto.


 


Se mordió los labios, deteniéndose como pudo, cerrando los ojos con fuerza, relajando todo su cuerpo cuando sintió que se había detenido justo a tiempo.


 


Un largo suspiro escapo de sus labios, para acercar su mano algo nervioso a la perilla de la puerta, con la firme decisión de abrirla.


 


-Madre, padre escuche unos ruidos extraños que provenían de…-se quedo pensativo, callándose en su propio monologo, en el cual practicaba como decirle a sus progenitores sobre su gran descubrimiento-… este, se escuchaba algo lejos de donde esta mi habitación pero… creo que fue en la…¿Sala?


 


Se pregunto con duda, haciendo una mueca de inconformidad, pero no tuvo tiempo de hacerse más cuestionamientos, al darse cuenta, con horror, que la puerta del cuarto de sus padres estaba cerrada con seguro.


 


Su rostro palideció al ver que la puerta no abría, movía la perilla de un lado para otro con insistencia.


 


Eso no debería de estar pasando, ¿Ahora qué haría? ¿Qué pasaría si el intruso era una mala persona? Pensaba con terror, llamando por balbuceos a sus progenitores.


 


El sonido de los arboles se había convertido en burlonas risas que se mofaban de él con crueldad, la oscuridad era más profunda, y la frialdad del ambiente le helaba su corazón que latía fuertemente.


 


Cerró con fuerza los ojos, pegándose lo más que podía a la puerta, se había resignado que sus padres no le abrirían, aunque su albina manito no se despegaba de la perilla, en cambio se aferraba más a ella.


 


Es común en un ser humano aferrarse a algo cuando se encuentra en una situación de aparente peligro, es una acción necesaria e impulsiva. Nos aferramos a las personas, cosas o simplemente a nuestros pensamientos y vivencias. Es una acción en la que reflejamos nuestra necesidad de estar a salvo.


 


Y el pequeño Uchiha en ese momento se aferraba con fuerza a aquella perilla plateada, pero más que nada a un deseo.


 


Aferrado a aquella puerta, escuchando los extraños sonidos que provenían de algún lugar de la casa, con ilusión y miedo pedía en su cabeza un pequeño deseo.


 


El era un buen niño, pensaba, él tenía derecho a pedir algo, hacía todo lo que sus papás le decían, tiene buenas notas en la escuela, así que entonces él podía pedir algo, ¿No?


 


Su deseo era simple, era sencillo, no era egoísta, era puro… Inocente.


 


Aquel deseo lo repetía con ansias y fe, pidiéndolo con fuerza desde lo más profundo de su corazón para que se cumpliera.


 


Y siguió pidiendo aquello que anhelaba aun cuando escucho como cerca de él, una voz gruesa y cansada pronunciaba su nombre.


 


Sasuke, escuchó que le llamaban, los vellitos de su cuerpo se erizaron por completo, y una fuerte sacudida le hizo separarse de la puerta, buscando con la mirada a aquel personaje que le llamaba.


 


Movía su cabeza de un lado a otro intentando enfocar en medio de toda esa negrura a ese desconocido.


 


Pánico, nerviosismo y soledad eran los sentimientos que le invadían, pero él había prometido no sentir más miedo, y lo cumpliría, así que acompañando a aquellos sentimientos deprimentes, la valentía y la esperanza dejo que fluyeran en su ser.


 


Un sobresalto se presento en su cuerpo cuando una figura alta se acercaba hasta él, trago en seco, sintiendo como su estomago daba un vuelco cuando con toda la valentía reunida en su cuerpo corrió contra el intruso dispuesto a atacarlo.


 


Lanzo una patada, un puñetazo, no le logró golpear, la figura se había quedado estática.


 


Lo detuve esta distraído, pensó triunfante el azabache, y sin esperar más tiempo volvió a lanzar otra patada y un puñetazo, ignorando el llamado de aquel hombre, que a pesar de eso, lo único que hacía era mirarle con ternura.


 


Aquel sujeto recibía los golpes del pequeño sin moverse, sintiendo gracia por la enérgica y torpe forma como le golpeaba, escuchando los pequeños balbuceos e insultos infantiles que decía en su contra entre jadeos cansados.


 


Pero ya era suficiente, ya estaba aburrido de eso, estaba agotado.


 


El pequeño Uchiha estaba por dar otro golpe cuando sintió como aquel sujeto con un simple movimiento de su mano lo había hecho caer al piso. Sus ojitos se abrieron de la sorpresa al sentirse en el piso… ¿No se suponía que él estaba ganando?


 


Escalofríos invadieron su cuerpo al sentir como ese sujeto misterioso se agachaba para estar a su altura, intentaba levantarse pero sus pies se resbalaban, su respiración se agitaba más y más. Se sentía débil.


 


…¿No se va cumplir mi deseo?...


 


Se pregunto con tristeza y terror. En cualquier momento podía quedar inconsciente por un golpe de aquel hombre, y parecía que sus progenitores no estaban enterados… No había nadie que lo defendiera.


 


-Itachi tu tampoco estas-susurro con  pesar, pensando que su corta vida quedaría ahí, sin poder ver el rostro de su hermano mayor, a aquel que tanto admiraba pero que no lo aceptaría que lo hacía.


 


Cerró los ojos con fuerza pensando que aquel movimiento de mano del sujeto era para darle un golpe directo en su rostro…


 


… Pero nada sucedió…


 


… Únicamente sintió dos dedos golpeando su pequeña frente, escuchando la tranquila voz de su hermano hablándole.


 


-Has mejorado con tu taijutsu Sasuke-dijo, haciendo una pequeña pausa, para acercar su rostro al de su hermano, mojándolo con algunos mechones rebeldes de su cabello-Yo siempre estaré contigo Outoto-baka.


 


Le susurro con cariño Itachi, acercándose para depositar un pequeño beso en su frente. Aquel contacto se le hacía más bello que el que a veces le solía dar su madre.


 


El pequeño Uchiha sintió como toda oscuridad era liberada de su cuerpo, esos sentimientos de soledad, tristeza y miedo se fueron, siendo suplantadas por una calidez mágica, magnifica.


 


Una sonrisa, una gran sonrisa se poso en los labios de Sasuke, una sonrisa llena de inocencia y alegría. Esa era lo único que podía hacer, de sus labios no brotaban palabras, de su cuerpo no había reacción, pero de su corazón un grito lleno de alivio y amor invadía su cuerpo.


 


Los sonidos de la naturaleza ya no le parecían terroríficos, ahora simplemente no los escuchaba.


 


Itachi solo reviro los ojos al ver que su pequeño hermano seguía en aquel estado de atontamiento, y no es que eso le molestara, pero se sentía cansado, era algo considerable al estar en una misión con un nivel de peligrosidad notable, además que se encontraba empapado por la torrencial lluvia que en esos momentos caía.


 


Sasuke seguía perdido en su mar de sentimientos y pensamientos en donde su alegría desbordaba… ¡Su hermano estaba con él! ¡No estaba solo! ¡Los deseos si se hacían realidad! Se gritaba internamente con entusiasmo.


 


Y sin pensarlo, antes de que el cuerpo de Itachi pudiera reaccionar, se lanzo contra su hermano, envolviendo con sus bracitos el cuerpo de su hermano. Abrazándolo con fuerza, contándole en silencio, por medio de los sentimientos que expresaba esa acción, todo lo que había sentido esa noche, esos días que no estuvo con él.


 


Le transmitió todos aquellos sentimientos que se habían ocultado en su interior, al mismo tiempo que le demostraba la enorme felicidad que en esos momentos cobijaba su corazón.


 


…Mi deseo se hizo realidad…


 


Pensó el pequeño Uchiha al sentir como los brazos de su hermano le rodeaban, acariciando con una de sus manos su espalda, otorgándole aquella paz que tanto anhelaba.


 


Ese había sido su deseo, aquel que se había repetido con esperanza y el cual creyó que no se cumpliría. Su deseo era tan simple e inocente.


 


Su deseo había sido el poder estar con su hermano esa noche.


 


La tormenta caí con fuerza en el exterior, rodeándolos con su oscuridad, frialdad y espeluznantes sonidos, tan parecida a la que había caído en el corazón del pequeño niño haciéndolo sentir aquella agobiante sensación de soledad y tristeza, pero…


 


En medio de una tormenta siempre habrá una luz.


 


Y para Sasuke su luz era su hermano mayor, aquel que en ese momento lo llevaba cargando hasta su cuarto, mientras el cerraba con tranquilidad sus ojitos, empezando a caer en un sueño sabiendo que estaría a salvo de los monstruos, porque su hermano siempre lo cuidaría. Porque su hermano le amaba.


-Fin-


Notas finales:

Espero que haya salido bien el Fic, hace tiempo que no subo un Fic, quiza me quedo mal el como lo subi -.-

 

Este... ¡Espero les haya gustado!

 

¡Comenten! ¡Si comentan haran a este niño feliz! xD

 

¡Cuídense mucho!

 

¡Espero estar pronto por estos lugares, y no desaparecerme así de feo! xD

 

¡Adios! <3


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